![[Análisis] Shadows: Awakening [Análisis] Shadows: Awakening](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2018/08/analisis-shadows-awakening.jpg)
Corren buenos tiempos para los amantes de los juegos de rol. La multitud de propuestas que nos están llegando a borbotones últimamente, variadas, de calidad y donde se están teniendo en cuenta los diferentes gustos de los jugadores en cuanto a propuestas, tanto jugables como argumentales o estéticas, están agrandando la leyenda de uno de los géneros más queridos por los jugadores, cosa nada baladí si tenemos en cuenta la cantidad de vertientes o subgéneros que pueden incluirse dentro del término RPG, donde las discusiones entre los defensores de cada una de ellas suelen estar al orden del día. La reciente irrupción en consolas del brillante Divinity: Original Sin II – Definitive Edition, Dragon Quest XI, Ni no Kuni II, Octopath Traveler, Torment Tides of Numenera, este Shadows: Awakening y otros que seguramente me deje en el tintero, conforman una lista de grandes juegos recientes que, sumados a otros que están por llegar, hacen que este género, junto con los Fighting Games, sea quizá el más cuidado últimamente.
Otra de las noticias que refuerza esto que os decimos sobre encontrarnos en una época de celebración para los que aprecian estas propuestas roleras, y que más felices ha hecho a los poseedores de Nintendo Switch, ha sido que el todopoderoso Diablo III recorrerá los circuitos de la consola híbrida. El juego que hoy nos ocupa, pese a no estar previsto su lanzamiento en esta, podría ser su competidor más feroz en los otros sistemas, ya que aun bebiendo clarísimamente del título de Blizzard, Shadows: Awakening, se siente como una propuesta cuidada, atractiva y con los suficientes alicientes para, si no tratar de tú a tú al gigante, al menos, no morir sin honor en el intento.
Los Reinos Heréticos
Vamos a situarnos un poco. Hace cientos de años, un héroe destruyó al Dios sobre el mundo del juego, dando lugar, tras su muerte, a la creación de una orden que perseguiría cualquier tipo de culto religioso, los llamados Inquisidores. Bajo esta premisa inicial, el primer título de la saga, Kult: Heretic Kingdoms, nos llevaría a controlar a un joven miembro del culto, heredero a su vez del héroe que mencionamos anteriormente, donde decidiríamos con nuestras acciones el futuro del mismo y de la orden. Tras este prometedor arranque, llegó Shadows: Heretic Kingdoms, su secuela, donde los Reinos habían colapsado en dos mundos paralelos de luz (mortales) y sombras, y los últimos miembros del culto habían sucumbido. Y llegamos al título que nos interesa y el que vamos a desgranar, Shadows: Awakening.
Nos encontramos ante la continuación de la segunda entrega de la saga, no es exactamente una tercera parte y, por fortuna para neófitos en la serie como yo, hay que destacar, antes que cualquier otra cosa, que es perfectamente autojugable y que el título nos contextualiza realmente bien en su universo, aunque para los usuarios de consola esta sea la primera toma de contacto con la saga Heretic Kingdoms.
Como mencionábamos al referirnos a la segunda parte, el mundo se encuentra dividido en dos realidades, donde la de las sombras es cada vez más poderosa y la amenaza de que los demonios que pululan a sus anchas por ella invadan la contraria crece desmesuradamente. Tanto es así que el último de los miembros de la Inquisición, en un desesperado y final recurso, recurre a la invocación de un demonio, el Devorador, para tratar de acabar con la amenaza que se cierne sobre los vivos. Y ahí es donde entramos nosotros, interpretando el papel del Devorador, un demonio capaz de absorber almas de difuntos para recorrer el plano luminoso, adquiriendo los poderes y características de los guerreros a los que posee y devuelve a la vida.
Estos héroes de antaño se encuentran divididos en 3 subtipos en base a su tipo de ataque y habilidades: guerrero, más orientado al cuerpo a cuerpo, cazador, capaz de atacar a distancia y emplear trampas, o mago, que utiliza la magia elemental para combatir o crear aliados. Además, poseen su propia historia y motivaciones que se entrelazan con la principal y con las misiones secundarias que nos irán ofreciendo los NPCs con los que nos iremos encontrando, sin parecer pegotes añadidos ni recados peregrinos, dándole mucha consistencia a las misiones que llevamos a cabo y llevándonos a tratar de completar las más de 40 horas que posee el título con pretextos claros e interesantes.
Pese a que pueda parecer que la historia es la clásica de héroes, villanos y aventuras varias, el manejar a un antihéroe, sus puntos de humor (este es del bueno, el juego se toma completamente en serio) y lo bien que se hilan las misiones secundarias con las principales hacen que el juego se note fresco y que queramos profundizar en él. Además, y para terminar con este apartado, durante nuestras misiones iremos encontrando fragmentos de libros que nos ayudan a contextualizar aún más dentro del rico lore del juego, eliminando la sensación de no saber qué está pasando en todo momento, demostrando que se ha cuidado mucho cualquier detalle referente a la historia del mismo.
Entre dos tierras
Como si de la mítica canción de Héroes del Silencio se tratase, en Shadows: Awakening nos encontramos ante una dualidad permanente, la que viene marcada por los dos planos, el de los mortales y el de las sombras, en los que se desarrollará la aventura. La jugabilidad de esta se basa en la ya archiconocida fórmula de rol de acción con perspectiva isométrica para un jugador, de ahí que demos tanta importancia a la dualidad que nos encontramos en el juego para valorarlo positivamente y contemplarlo como una alternativa de calidad.
Por un lado, el Devorador, se moverá por el plano de las sombras, mientras que las almas de los héroes que posee se moverán por el plano de los vivos (excepto algunos personajes que tienen vetado el acceso a ciertas zonas), lo que ha permitido a Games Farm darle una vuelta de tuerca al subgénero, al tener que combinar las habilidades y características de todos ellos para sobrevivir y lograr cumplir nuestros objetivos. Será fundamental, si queremos avanzar, emplear las herramientas de todos los héroes y del Devorador, tanto por separado como con las sinergias que pueden crearse entre ellas, y el juego nos exigirá estar bastante concentrados y decidir rápidamente, gracias a una dificultad exigente pero justa. El componente estratégico y el saber elegir cuando avanzar o combatir en cada uno de los planos modifica la fórmula con acierto, además de darle una seña de identidad propia al título.
Los cambios de plano, además de resultar fundamentales para el combate, se emplean también de forma inteligente para presentarnos trampas y puzles que nos permiten seguir avanzando en la historia o que nos hacen obtener recompensas jugosas si nos gusta explorar los escenarios. Como no podía ser de otra manera, este tipo de juegos necesitan del “looteo” para mantener al jugador en una posición de posibilidades de victoria dentro de términos razonables, por lo que no faltarán a la cita los cofres o los “drops” que nos permitirán aumentar las características de cada personaje con armas, armaduras o elementos curativos, mientras, subiendo de nivel merced a puntos de experiencia, mejoramos sus habilidades. Aunque para algunos pueda resultar molesto, personalmente me ha parecido un acierto que no se suba de nivel a lo loco o que las armas y armaduras que vamos encontrando se ajusten bien a la experiencia que llevamos con el juego, evitando de esa manera la sensación de estar “rotos” al poco de comenzar. Por supuesto, tampoco pueden faltar ciertos elementos de creación y modificación de armamento o armadura, con piezas que nos vamos encontrando, para mejorarlas o añadirles efectos que nos permitan afrontar de forma más solvente las batallas.
El árbol de habilidades disponible para cada personaje es pequeño, pero para nada desdeñable. Según vayamos subiendo de nivel y mejorando a cada uno de los héroes o al Devorador, veremos que pese a que a priori es evidente que no vamos a tener árboles tan profundos como en otros juegos similares, es en la combinación o sinergias entre personajes donde encontramos el mayor acierto del título en este aspecto, creando multitud de posibilidades para afrontar los combates más exigentes, siempre dentro de las limitaciones de número de personajes controlables en el grupo (3 y el Devorador) y de las habilidades asignadas a cada uno de ellos, también 3.
Y ya que hablamos de exigencia, no podemos obviar que el juego puede ser más benévolo o más duro si así lo queremos. Existen 4 niveles de dificultad, seleccionables desde el principio, y un modo “Old School” en el que no se nos mostrará la guía de por dónde debemos ir ni indicadores para cumplir las misiones en el mapa. Moriremos si el Devorador pierde todos sus puntos de vida o si los pierden todos los héroes que forman la “party”, pero por suerte el juego graba partida automáticamente (también podemos hacerlo de forma manual) de forma bastante recurrente cuando cambiamos de zona a través de puertas o de los portales de acceso rápido a las zonas que tenemos exploradas. Estos portales únicamente podrán usarse por el Devorador y serán atajos para desplazarnos rápido por el mapa del juego, permitiendo bastante agilidad a la hora de cumplir misiones o volver a un punto pacífico a recuperarnos.
Muy cuidado en lo visual
El nivel de detalle con el que se han tratado las zonas por las que pasamos, así como la naturalidad y nitidez con las que se muestran, hacen que nuestra aventura resulte, además de interesante, muy agradable e inmersiva. Efectos de luz, proyectiles y escenarios de calidad, donde los contrastes de vida y oscuridad quedan diferenciados de forma creíble y un apartado artístico de bella factura, envuelto en un rendimiento de lo más satisfactorio, hacen que Shadows: Awakening entre rápidamente por los ojos y nos haga no querer dejar de explorar, consiguiendo meternos de lleno en su ambientación y propuesta.
La parte negativa del apartado técnico la podríamos encontrar en ciertas animaciones en los personajes y enemigos, y en ciertos problemas en la detección de impactos, pero son fallos menores si tenemos en cuenta que el juego no es una superproducción y que no fastidian la experiencia en gran medida.
En cuanto al HUD, muestra con eficacia la vida restante de aliados y enemigos (el daño hecho por nuestros ataques puede no mostrarse si lo desactivamos), así como el tiempo de “cooldown” de las habilidades, ítems curativos y orden y puntos de vida restantes de los miembros del grupo. Todos los textos y menús son, como casi la totalidad del aspecto visual del juego, nítidos y explícitos, por lo que no nos perderemos entre farragosas descripciones ni tendremos que estar pegados a la pantalla para leer en qué nos puede beneficiar equipar cierto arma.
Fanfarria y dulzaina
La banda sonora del título acompaña nuestros pasos con melodías de corte medieval que refuerzan la sensación de ambientación conseguida con el apartado técnico. En cuanto a los efectos, están bien diferenciados y se escuchan bastante bien, de la misma manera que las voces (en inglés), donde destaca, como no podría ser de otra forma, la interpretación del Devorador, aunque es cierto que desde mi personal punto de vista no se debería haber abusado tanto de las frases de “autoconvencimiento” cuando intercambiamos entre los personajes. Para finalizar, por suerte, casi todos los textos están en castellano, excepto alguno que otro que se muestra durante los combates, lo que es todo un detalle que otras desarrolladoras con mayores presupuestos deberían mirarse.
Conclusión
Shadows: Awakening contiene los suficientes elementos diferenciadores como para posicionarse como una alternativa de lo más disfrutable dentro de los RPG isométricos, siendo el acertado uso de los dos planos (luz y sombra) y las sinergias entre los héroes a los que tenemos acceso, con su componente estratégico, sus mejores bazas para convencernos y adentrarnos, si no lo habíamos hecho ya, en la saga Heretic Kingdoms.
Si a estos elementos les sumamos un bello y trabajado apartado técnico y una historia bien contada que nos invitará a cumplir tanto misiones secundarias como la historia principal, alargando la experiencia más allá de las 40 horas, tenemos un título que, pese a no llegar a la excelencia de la saga Diablo, su gran inspiración, mantiene el tipo frente a esta de forma notable.
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