Fecha de Lanzamiento
30/05/2023
DISTRIBUIDORA
Destructive Creations
PLATAFORMAS
PlayStation 5, Xbox Series, PlayStation 4, Xbox One y PC
VERSIÓN ANALIZADA
PlayStation 5
Aquellos lectores más veteranos que ya hayan leído algunos de mis análisis, sabrán sobradamente que soy un completo fan del género de terror en todas sus vertientes, especialmente del survival, sí, pero jamás le digo que no al psicológico, al walking o a los hide and seek basados en el sigilo. En este género, mi única excepción acostumbran a protagonizarla los juegos asimétricos multijugador como Friday 13 o Dead by Daylight, no por los juegos per se, que seguramente sean de calidad, sino porque generalmente suelo aborrecer en gran medida las experiencias en línea, con gran énfasis en los team building, pues depender de otros para ganar nunca ha llegado a entusiasmarme, encuentro un mayor placer en las experiencias en solitario.

Con lo del párrafo anterior en mente, llevaba un tiempo siguiendo Shame Legacy, un juego de terror desarrollado por las compañías independientes Fairyship Games y Revenant Games, distribuido a su vez por Destructive Creations (con una interesante edición a precio asequible por parte de Meridiem Games, que sin duda, apuesta fuerte por los videojuegos del género). Esta suerte de survival en primera persona con gran énfasis en el sigilo y en «correr como alma que lleva el diablo», sonaba bastante bien como propuesta en papel. Sin embargo, después de los primeros minutos uno va dándose cuenta rápidamente de que el juego hace aguas por todos lados y que, quizás de forma certera y ponzoñosa, con un toque socarrón y de cierta malicia, esta obra dejará como su propio nombre indica un «vergonzoso legado» dentro del género. ¿Os parece si entramos en materia?

 

William vuelve a casa por Navidad

Shame Legacy te pone en los zapatos de un hombre llamado William, que por azares del destino se despierta en un pueblo ligado a una secta del siglo XIX, y para colmo, nuestro protagonista solamente parece tener algunos recuerdos muy difusos sobre su pasado y su conexión con este lugar. Mientras avanzas por este ignoto territorio intentando desentrañar los misterios que rodean a esta surrealistas situación, de repente pasas a convertirte en el protagonista del lugar, una presa que comienza a ser perseguido de forma implacable por una figura demoníaca envuelta en llamas y por un grupo de aldeanos poseídos que, sin duda alguna, parecen conocerte de algo. Aunque la historia toma su tiempo para desarrollarse y lo va haciendo principalmente por notas y algún que otro recuerdo vívido, incluso cuando consigue llegar al quid de todo esto, no hay nada particularmente notable en ella que la lleve a sobresalir. La mayor parte del tiempo es muy probable que te encuentres luchando por comprender los eventos que se desarrollan, intentando hilar esta sucesión de eventos que te harán plantearte más dudas que respuestas, experimentando un constante estado de inseguridad al respecto.

 

Sectarismo violento y demonios llameantes

Shame Legacy es, hasta cierto modo, una especie de walking simulator (o running, según el momento) en el que su principal baluarte es el sigilo, aunque ocasionalmente se presentará algún que otro rompecabezas para intentar alejar el tedio (con poco éxito). Los problemas en lo jugable son profundos y pronuncias, comenzando por las mecánicas de sigilo que son, como bien indicaba, su principal apuesta. El juego presenta una mecánica de ruido ligada al sigilo por la cual, si corres o simplemente en vez de ir agachado decides andar con normalidad, será mucho más sencillo que los aldeanos pueden localizarte y asesinarte brutalmente sin contemplaciones. Sí, es una mecánica conocida, aquí no se ha inventado la rueda, y pese a que pasarse la mayor parte del tiempo andando despacito agachado mientras te escondes detrás de cualquier cobertura o buscas un baúl para meterte, puede ser a la larga un poco coñazo, es una mecánica que puede funcionar si se implementa bien, como han demostrado ya otros tantos títulos del género. El caso, es que en este caso está muy lejos de ser disfrutable.

Si te pillan, lo normal va a ser morir, aunque de forma ocasional es posible defenderse de un agresor mediante un extraño minijuego en el que buscar un botón mediante el movimiento del joystick y pulsarlo (hay unos segundos para ello), si lo consigues, podrás zafarte del enemigo empujándolo con el bastón. En principio, esto es positivo, ¿no? Al menos, ser capturado no siempre equivale a morir… O eso sería lo evidente. La mecánica de defensa es extraña y no se activa siempre, ¿a qué se debe? No lo tengo demasiado claro. En ocasiones se activa y en otras no, ¿por qué? Quien sabe. El caso, es que si te defiendes con éxito Willian entra en un ataque de pánico y comienza a hiperventilar y ver todo peor, por lo que si vuelve a ser capturado en ese estado, será un GAME OVER. ¿Y esto por qué? Bueno, no tiene demasiado sentido, aunque claramente busca limitar nuestras opciones defensivas. Si te topas con un frasco medicinal, puedes recuperarte de este estado, pero no hay un inventario per se para llevarlos contigo, por lo que dependerás de tu búsqueda por el escenario que, en ocasiones, puede ser corta o larga, implicando estar en un estado en el que todo se ve peor durante un rato.

Por si esto fuera poco, William ni siquiera tiene la cortesía de asestar un golpe mortal al aldeano de turno, simplemente lo noquea y vuelve a levantarse en un breve lapso de tiempo, por lo que en mitad de tu ataque de pánico no puedes dormirte y seguir con tu plan de sigilo mucho tiempo, pues puede que el mismo aldeano reanude la persecución y esta vez sin forma de defensa alguna. ¿Por qué nuestro protagonista no utiliza la parte trasera del bastón para clavársela a los aldeanos y matarlos en el acto? Quiero decir, ellos no tienen reparo en arrebatarnos violentamente el bastón y empalarnos con la punta trasera, mientras que William solamente los noquea con la empuñadura. Es un completo sinsentido que solamente existe para dificultarte más la mecánica de sigilo que, en nueve de cada diez veces, va a terminar en muerte. En conclusión, el sigilo es muy irregular, a veces te ven sin saber cómo y otras no pese a estar prácticamente delante; mientras que a esto hay que añadirle una mecánica defensiva que es una completa lotería y que, cuando sale bien, te genera ansiedad y acostumbra a condenarte de igual forma. La idea podría ser buena en sus partes, pero la ejecución es terrible y resta más de lo que suma.

Y ojo, para rizar todavía más este rizo, Shame Legacy no tiene una función de guardado manual, por lo que depende enteramente de un autoguardo entre secciones. ¿Qué conlleva esto? Que si durante una de tus habituales secciones de sigilo entre escondites, esquives y demás, los aldeanos te descubren y acaban contigo, es posible que el reinicio tenga lugar al principio de la sección pese a que pudieses estar cerca del final de la misma. Hay momentos en los que esto se vuelve realmente molesto, entre otras cosas, porque además hay trampas sonoras que pueden alertar a los aldeanos y crucificados (mi odio eterno a los crucificados), que por algún motivo, consiguen que William entre en un ataque de ansiedad si escucha sus chillidos durante unos segundos, lo que te obliga a huir rápidamente su área de influencia, pero claro, si corres… ya sabes lo que te espera. ¿Prefieres pasar por delante del crucificado y exponerte a sus gritos? ¿O tal vez probar suerte pasando agachado cerca del aldeano de turno? Sea como fuere, parece que todo se conjuga para que la experiencia sea más exasperante que otra cosa. De hecho, hay secciones como una que transcurre en un campo de maíz, en el que el azar interviene demasiado, pues por la forma del campo, es imposible que tengas claro si al girar una esquina te toparás con un aldeano haciendo la ruta.

¿Qué queda después del sigilo? Bueno, estas secciones se intercalan con persecuciones, no por nada mencionaba un poco más arriba lo del «running simulator». De vez en cuando, el demonio encolerizado con un cuerpo llameante, aparece de la nada en los momentos de tranquilidad, de forma inesperada, para comenzar con una acelerada persecución. ¿Qué motiva a esta entidad a perseguirnos constantemente? Poco importa, lo único que queda claro desde el momento en el que la cámara pasa de fijar al monstruo y vuelve a nosotros, es que hay que correr para salvar nuestra vida sin mirar atrás. Por el camino, habrá que agacharse o pasar entre obstáculos para sortearlos, saltar sobre ellos y, claro está, correr mucho. Esto puede terminar de dos formas, o llegas del punta A al punto B sin mayor complicación y te salvas, o corres hasta un callejón sin salida y al volver hacia atrás, bueno… te espera la muerte. Por cierto, retomando el tema de los crucificados y sus gritos que causan ansiedad, esto suele desencadenar la aparición de este demonio en cualquier momento y en cualquier lugar (normalmente absurdamente cerca de ti), por lo que no estaréis a salvo de este ser mientras haya crucificados cerca. Puede llegar a ser tan absurdo e injusto como entrar en ansiedad y de repente, zas, te empalan por la espalda sin previo aviso. Suena bien, ¿verdad?

Como colofón, hay de vez en cuando algún otro rompecabezas básico por el camino. Son correctos y normalmente implican hacer una pequeña búsqueda por los alrededores e ir utilizando objetos o añadiéndolos al bastón para ir progresando. Si bien son a veces poco intuitivos, ya que no se resalta nada ni se describe el uso del objeto que acabas de añadir al inventario, generalmente haciendo uso del más común de los sentidos es fácil ir solventándolos sin demasiados problemas.

 

Poco o nada que salvar…

Shame Legacy es gráficamente promedio y, en muchos momentos, irregular en su desempeño. Visualmente es muchas veces cumplidor en determinados aspectos como la iluminación o los edificios, pero palidece bastante en el diseño de personajes. Sí, soy consciente de que hasta las grandes compañías acostumbran a reciclar activos, por lo que es normal ver varias veces los mismos muebles, personajes y demás… El problema es que la cantidad de diseños de aldeanos presentes en el juego se pueden contar con los dedos de una mano, dejando absurdas situaciones en las que este brutal reciclaje queda patente en un mismo y pequeño espacio, pudiendo ver al mismo aldeano con el mismo diseño a varios pasos de su compañero. Además, más que caras parecen caretas. ¿Era tan complicado variar el aspecto de los aldeanos para aportar tres o cuatro versiones masculinas y femeninas? Parece que así es…

A esto, hay que sumarle tiempos de carga habituales y lentos, amén de unos cuantos glitches visuales. Por ejemplo, en varias ocasiones durante un forcejeo defensivo contra un aldeano, el minijuego de mover el joystick buscando al botón a presionar se salió parcialmente de la pantalla, impidiéndome ver la ubicación del mismo al moverlo. Otro problema que noté desde el principio, es que los subtítulos tienen un tamaño pequeño (de lo poco positivo, viene con subtítulos en español) y no hay opción alguna que permite aumentarlos, lo cual complica las cosas para los que utilizamos gafas para ver de lejos y no queremos sentarnos a dos palmos de la televisión. Además, en varias escenas hubo problemas con las voces, repitiéndose en varias ocasiones los mismo diálogos una vez detrás de otra, pese a que los subtítulos avanzaban. En fin, un desastre con mayúsculas…

 

Conclusión

Shame Legacy es un pastiche de mecánicas ya conocidas en el género que, tristemente, está plagado de problemas e ideas mal ejecutadas que le llevan a hacer honor a su nombre. Me gustan el género, bien lo sabe Dios, pero no sería capaz de recomendarle este juego ni a mi peor enemigo, creo que sería una desfachatez por mi parte. Por supuesto, si queréis vengaros de alguien, podéis probar a recomendárselo. ¿Lo único positivo? Que la experiencia puede solventarse fácilmente en unas tres o cuatro horas de juego, no es una experiencia muy larga y tampoco que invite a la rejugabilidad… Sí, esos deberían de ser puntos negativos, ¿pero sabéis? Siendo Shame Legacy la experiencia que es, casi que se agradece.

Sinopsis
«Shame Legacy» es un juego de terror en primera persona ambientado en un pueblo ocupado por una secta durante el siglo XIX. Tendrás que intentar sobrevivir mediante el sigilo y escapando de tus enemigos. Mientras resuelves los puzles, descubrirás la relación que tienes con este macabro asunto. Pero no te distraigas, pues un oscuro peligro acecha...
Pros
Esa ambientación pueblerina y su oscura atmósfera
Contras
Mecánicas de sigilo mal implementadas
El azar está muy presente al defenderse y a la aparición demoníaca ligada a los crucificados
Pocos enemigos y reciclados de forma constante
Unos cuantos problemas técnicos que lastran todavía más la experiencia
3.5
INSUFICIENTE

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.