Hablar de Shenmue es hablar de uno de los videojuegos más únicos de la historia, de esos que dejan una huella imborrable en aquellos que lo juegan. Desarrollada por una de las figuras clave en la industria, Yu Suzuki, fueron dos juegos únicos, que apostaban por un estilo narrativo y jugable totalmente arriesgado e innovador, uniendo conceptos de géneros tan ajenos como la aventura gráfica o los juegos de lucha (originalmente, el título estaba pensado para ser un spin-off RPG de Virtua Fighter, creada también por Suzuki años antes). Si bien sirvieron para demostrar (de nuevo) que SEGA siempre fue la empresa de videojuegos que, junto a Nintendo, apostaba por las ideas más locas y únicas, también sirvieron para cavar la tumba de la propia SEGA. Su desarrollo fue absurdamente caro y sus ventas muy pobres, lo que condenó a la saga al olvido por parte de su empresa distribuidora durante un periodo de tiempo indefinido, además de que fomentó que la empresa japonesa dejara de desarrollar consolas, siendo así la Dreamcast el sueño fallido de SEGA.
Pero ni los fans ni el propio Yu Suzuki se rindieron. Así, tras más de 14 años de peticiones por parte de los fans del desarrollo y lanzamiento de la hipotética tercera entrega de la saga, Yu Suzuki subió al escenario durante la conferencia de Sony en el E3 2015 para anunciar que, finalmente, Shenmue 3 comenzaría su desarrollo para PS4 y PC con un nuevo estudio, YS Net, y financiado a través de Kickstarter. Si bien por lo general todo el mundo estuvo más que contento por saber que la historia de Ryo Hazuki continuaría donde lo dejó la segunda entrega (en un cliffhanger en toda regla), lo cierto es que poco a poco comenzaron a salir ciertas noticias y detalles que hacían dudar a los seguidores acerca de la calidad del juego. Cuando salió la primera muestra jugable, el juego se veía… bastante mal, para que nos vamos a engañar. Pero el estudio prometió que lo mejorarían, pues no es justo criticar un producto que ni siquiera ha finalizado su desarrollo. Siempre hay margen de mejora, ¿cierto?
Se acercaba el lanzamiento, y el público estaba cada vez más confuso. Los tráilers enseñaban muy poco, no se publicitó mucho, se anunció su exclusividad en PC con Epic Games Store, lo que rompía con lo establecido con los backers en Kickstarter… Muchos se echaban las manos a la cabeza, mientras que otros no hacían caso a estos y esperaban el juego con ansia. Sea como fuere, finalmente llegó el día esperado por tantos, y Shenmue 3 salió a la venta. Y si bien esto pasó hace más de un mes, os voy a ser totalmente sincero. Shenmue es una saga que considero que, para poder disfrutarla, hay que jugarla con mucha calma y centrándose en todos los detalles. No quería realizar el análisis hasta poder jugar al ritmo que buscaba, lo que me ha permitido tener una idea bastante más clara y detallada de lo que me ha parecido el juego y puedo realizar un análisis más interesante. Así que, sin más dilación no alargo más la espera: veamos que tal está Shenmue 3.
Ryo Hazuki ha vuelto
En el caso de que seáis ajenos a la saga, la saga Shenmue narra la historia de venganza del joven Ryo Hazuki, un estudiante japonés aprendiz de artes marciales quien, tras la muerte de su padre Iwao a manos de un extraño que buscaba un espejo, decidirá investigar a lo largo de su ciudad para encontrar cualquier pista que le lleve ante el asesino de su padre. Todo esto ocurre durante el primer título, y al final del mismo descubre que es parte de una organización que se encuentra en china, por lo que tras conseguir el dinero necesario compra un billete de barco y viaja hasta Hong-Kong, dejando atrás al resto de su familia y amigos. Es aquí donde comienza la segunda entrega, cuando Ryo llega a Hong-Kong y continúa investigando. Allí conoce a nuevos personajes que le ayudaran a dar con el paradero de Lan Di, el asesino de su padre, como Joy o Ren, líder de los Heavens, una banda callejera. Además, conocerá a Xiuying, quien le acogerá y le entrenará en las artes marciales. Con la ayuda de estos, Ryo viaja hasta Kowloon, una ciudad de China donde confronta a Lan Di, aunque este huye. Tras descubrir que en Bailu podría conocer más acerca del espejo de Fénix, la reliquia que Lan Di buscaba, viaja hasta allí, y en el camino conoce a Shenhua, joven originaria de Bailu e hija de un cantero que le guía hasta allí. Cuando llegan a su casa, ven que su padre no está, y tras buscar en la cueva en la que trabajaba su padre, descubren dos grandes espejos, uno de Fénix y otro de Dragón…
Como podéis ver, no es nada fácil resumir Shenmue. Es una saga llena de detalles, secretos e historias secundarias, y si la resumiera con todos los detalles, tardaría más que el tiempo de desarrollo de esta última entrega. Y en eso esta última entrega no se queda atrás, aunque cuente con ciertas taras reseñables. Así, la historia comienza justo donde lo dejó la entrega anterior, con Ryo y Shenhua en el interior de la cueva. Tras salir y recopilar información, Ryo comenzará a investigar día a día en el pueblo, a veces con Shenhua, con el objetivo de conseguir alguna pista del paradero del padre de esta y de obtener más información sobre el origen de los espejos y la importancia de los mismos. Tras una serie de acontecimientos que no desvelaré en este análisis, Ryo y Shenhua viajarán a Niaowu, un pueblo de mayor tamaño para seguir con la busqueda. Allí, Ryo conocerá a nuevos amigos y enemigos, y se reencontrará con más de un aliado inesperado… La trama de Shenmue 3 se encuentra, sin lugar a dudas, al nivel de las dos entregas anteriores, aunque baja notablemente el ritmo de la acción y el desarrollo de la trama, pues busca aportar un cierto respiro narrativo. Y es que el juego trata justamente de eso, de tomar las cosas con calma, como decían en Persona 5, “Take Your Time”. En las primeras horas de juego solo se nos presentarán personajes más o menos importantes, y no será hasta más avanzada la historia del título que no se avance de forma significativa en la trama de la saga. Este título no busca finalizar la saga, si no establecer una base después de mucho tiempo para poder seguir adelante. En ese sentido, el juego sí que se puede llegar a sentir como un episodio de transición, que si bien es necesario se podría haber expandido para así añadir puntos más fuertes en la trama.
Y es que hasta cerca del final, el juego no ofrece giros de guión interesantes o momentos impactantes. La primera mitad del título, en Bailu, es muy parecida al primer título. Su ritmo es muy lento, y el objetivo es familiarizarte con los personajes, los ambientes y la vida en general de la aldea, llegando a sentirte uno más. Esto puede hacer que más de uno y una se aleje del juego, pues tiene muy poco de “juego” y mucho de exposición y diálogo. Sin embargo, en parte esto se solventa en la segunda mitad del título, pues en Niaowu se abren muchas más posibilidades y se coge un ritmo más agilizado, bastante más cercano a la segunda entrega de la saga. En cuanto a los personajes, por lo general los que ya conocíamos siguen en su línea, siendo Ryo y Shenhua los que cuentan con un mayor desarrollo, y he de decir que bastante bueno. En cuanto a los nuevos personajes que presenta el título, he llegado a echar en falta personajes importantes, pues siento que los secundarios que presenta el título no están a la altura ni cuentan con tanta importancia como los del resto de entregas. Así, los únicos que destacaría son los maestros de artes marciales que ayudan a Ryo, porque tienen un desarrollo interesante aunque breve, y la pareja del hotel, simplemente porque es una de las subtramas más entretenidas. Por tanto, considero que si bien Shenmue 3 cuenta con un buen nivel narrativo, y en parte se encuentra a la altura de la saga, no llega a superarlos, pues se muestra conservador y, lo nuevo que aporta, funciona a medias.
Duelo a muerte… pero esta vez, con pociones
Siguiendo con la jugabilidad de Shenmue, considero que podemos dividirla en dos secciones bastante diferenciadas entre sí: exploración y combate.
Comenzando con la exploración, esta sigue la misma idea que la del resto de la saga: nos movemos de forma libre por el escenario, que poco a poco se irá expandiendo conforme avancemos en la trama (ya sea abriendo calles cortadas o cortando obstáculos), mientras hablamos con la gente, ganamos dinero o lo gastamos. El sistema de movimiento sigue siendo muy arcaico y tosco, aunque mejora sutilmente lo establecido anteriormente, pues es más fácil girar y moverse. Sin embargo, todo lo mejorado queda eclipsado por un horrible sistema de movimiento y cansancio, que hace que Ryo consuma cada pocos pasos su barra de energía que, convenientemente, es también su barra de vida, y que solo se puede rellenar comiendo o durmiendo, y esto último solo se puede hacer en horas concretas. Además, para comprar alimentos necesitamos, evidentemente, dinero, que no es fácil de conseguir, pues para ello tendremos que trabajar y con ello… gastamos energía. Si bien este sistema implementa un interesante punto de estrategia, creo que es un paso atrás bastante destacado, alargando de forma artificial la duración del título y acortando las posibilidades del jugador. Dejando eso a un lado, se han aumentado las posibilidades en la exploración, pues se puede interactuar con muchos más objetos y personajes, cada uno con diálogos únicos, se pueden recoger hierbas que luego podrán ser vendidas en las tiendas (vital para ganar dinero, que en ciertos puntos del juego es vital) y se han añadido una gran variedad de actividades, como los juegos de azar, minijuegos, zonas de entrenamiento ajenas al combate o pesca. Todo es interesante y entretenido, siendo lo único que echo en falta las recreativas de SEGA, que por temas de derechos (supongo) no han podido poner recreativas de algunos de los juegos más míticos del bueno de Yu Suzuki, como Outrun o AfterBurner (aunque, por algún motivo, hay pósters y grafittis de Virtua Fighter. No lo se, es todo muy raro), y para compensar esto hay recreativas más “rurales” que, si bien pegan (y mucho) con la ambientación del título, no son tan interesantes.
Por otra parte, el combate ha sufrido una serie de cambios brutales que modifican por completo el sistema ya establecido. Así, el título se aleja de Virtua Fighter para ofrecer un sistema mucho más sencillo y centrado más en la movilidad y la ejecución sencilla y rápida de comandos. Tanto para esquivar como para movernos usaremos el stick derecho, lo cual puede llegar a ser algo confuso en algunas ocasiones. Para golpear utilizamos los cuatro botones principales del mando, es decir, cuadrado, círculo, triángulo y equis, con los cuales podremos realizar también los combos, mientras que para bloquear utilizaremos L2, lo que permitirá, si pulsamos ciertos botones, utilizar directamente algunos movimientos especiales sin necesidad de usar los comandos de los mismos. Si bien este sistema, aunque novedoso, rápidamente se vuelve algo confuso y lioso, cuenta con una progresión muy bien llevada. Y es que para mejorar nuestra salud, fuerza y efectividad de nuestras técnicas deberemos entrenar en los templos y zonas de combate, ya sea realizando posturas (que se reflejan en sencillos minijuegos) o combatiendo contra los diversos rivales que se ajusten a nuestro nivel. Similar a un RPG, este sistema aporta un punto muy interesante al título, pues habrá ciertos momentos de la trama en los que deberemos derrotar a ciertos enemigos en los dojos o subir de nivel para derrotar de nivel a un enemigo o avanzar la trama. Si bien el combate ha empeorado en parte, lo cierto es que el sistema de progresión, a pesar de ser poco variado en algunos aspectos, aporta muchos puntos al título.
Por lo general, la jugabilidad de Shenmue 3 mejora una serie de puntos negativos de las entregas anteriores, empeorando al mismo tiempo en otros apartados. Es… extraño, pero por lo general el título cumple, pues llega a aportar novedades y mejoras muy interesantes.
La (nefasta) belleza de la China rural
El apartado gráfico de Shenmue 3 es uno de los puntos más delicados a tratar, siendo el que más ha echado atrás a muchos de los jugadores que reniegan de esta nueva entrega. Y es que, si bien los juegos originales contaban con unos apartados gráficos majestuosos, adelantados por completo a su época, esta nueva entrega cuenta con un apartado gráfico muy, muy pobre. Si, es entendible dado el origen del título en Kickstarter, además de haber sido desarrollado por un estudio conformado por desarrolladores novatos en su mayoría, pero al césar lo que es del césar: aunque los modelos de personajes no son malos por lo general (aunque hay algunos que… madre mía) y los de objetos destacan por su número y detalle, es en las expresiones faciales y animaciones donde el título más falla. Los personajes no se expresan en ningún momento, y salvo Ryo nadie tiene expresividad, además de que hay situaciones muy lamentables como al derrotar a los enemigos en combate, que en más de una ocasión caen al suelo cual ragdoll. Son errores que se entienden por la antes citada falta de presupuesto, pero siguen siendo la parte más floja del juego. Lo que sí me ha gustado mucho han sido los diseños, tanto de los personajes como de los escenarios, que cuentan con un nivel altísimo de calidad y nos dejan con escenarios preciosos y vivos, estando al altura de la saga y demostrando que el equipo de Yu Suzuki sigue siendo capaz de crear escenarios digitales que pueden volverse rápidamente familiares y únicos.
Por último, toca hablar acerca del apartado sonoro y musical del título. Y si en el apartado gráfico comentaba que se trataba del más flojo del título, es en apartado sonoro en el que tengo que comentar que se trata del mejor y más pulido del título. Contamos así con una gran cantidad de melodías, tanto nuevas como recuperadas de las obras anteriores, que se amoldan perfectamente a la ambientación, escenarios y situaciones presentadas. Las melodías que suenan son preciosas, únicas y de las mejores que he escuchado jamás en un videojuego. No os miento si os aseguro que he estado cerca de llorar en ciertos momentos simplemente por la música. Salvo el doblaje en inglés, que a pesar de ser entrañable sigue teniendo un nivel más bien bajo, el juego en general cuenta con un nivel muy elevado en el sentido musical.
Conclusiones: Ryo, tu momento ha llegado. Desde aquí toca mejorar.
Shenmue 3 es el juego que todos los fans esperaban, y al mismo tiempo no lo es. Podría decirse que se trata de una vuelta a las raíces, de un repaso a la saga que tiene como objetivo recuperar a los jugadores y ganar nuevos seguidores para que sigan la historia en futuras entregas. ¿Se trata de un título de transición? Si, lo cierto es que se siente así en muchos momentos. ¿Es un juego que no merece la pena? Para nada. Considero que, si te gusta la saga, lo disfrutarás mucho, pues es muy continuista y aporta novedades muy interesantes, y si no te gusta la saga… No creo que sea recomendable empezar por este título, pues te estarías perdiendo una gran parte de la historia, además que el desarrollo de la trama no te afectaría de la misma forma. Se trata del título más “jugable” de la saga, que demuestra que Yu Suzuki, con algo más de dinero y quizá un equipo más grande, puede seguir ofreciendo obras maestras. Este título no es una obra maestra, cuenta con muchos fallos que le hacen alejarse de esto. Pero es aquí donde reside la magia de Shenmue, en la perfecta imperfección que la caracteriza. Por último, cabe mencionar que el título llega traducido al español, una gran alegría para todos los fans hispanohablantes pues se trata del primer título de la saga que llega en español.
Dicho esto, toca descubrir el paradero de Lan Di, y continuar el viaje de venganza personal de Ryo.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.