Quizá una de las cosas que más han afectado a que esta licencia siga tan vigente a día de hoy como hace treinta años es la forma en la que se han cuidado los distintos productos derivados del manga y del anime. Es decir, proyectos como las películas triunfan porque, más allá de mantenerse fieles al material de origen, consiguen narrar historias que por sí mismas funcionan bien y proyectan una gran carga emocional. Conseguir eso con un chaval centrado en mostrar su culo no es fácil, como podréis imaginar.
Con los videojuegos ocurre algo parecido, pues la gente detrás de la marca intenta que cada juego sea una experiencia única, y eso es lo que llama tanto la atención de Shin chan: Nevado en Carbónpolis. Más allá de ser un producto poco inspirado hecho para aprovechar el boom de la serie, este busca coronarse como una obra íntima y personal que usa la marca para acercarse a un público mayoritario y demostrar que el drama y el humor pueden equilibrarse bien en cualquier videojuego.
Shin chan: Nevado en Carbónpolis continúa la estructura y la filosofía de Shin chan: Mi verano con el profesor -La semana infinita-, proponiendo a los jugadores dejarse llevar por la vida rural japonesa mientras aprendemos acerca del mundo a través de la mirada de un niño tan travieso como bonachón. Todo ello, por supuesto, aderezado con una historia repleta de misterios vinculada a la aparición de una ciudad única en Japón. ¿Queréis saber qué tal está el juego, y si merece la pena darle una oportunidad? ¡Pues dentro análisis!
Visitando Akita para reconectar con la naturaleza
La historia de Shin chan: Nevado en Carbónpolis nos pone en la piel de, evidentemente, Shin Chan, quien se muda una temporada junto a sus padres, su hermana y su fiel Nevado a Akita, la ciudad natal de su padre. Allí se reencuentra con sus abuelos, aprende a cazar bichos y a pescar, todo ello mientras socializa con los otros niños del pueblo y disfruta del verano. Sin embargo, todo comienza a adquirir un matiz sobrenatural cuando una noche Nevado regresa a casa repleto de manchas de carbón…
Inquieto como él solo, Shin Chan sigue a Nevado para descubrir que el fiel perro se monta en un misterioso vagón que le lleva a Carbonpólis, una ciudad aparentemente ajena al resto del país que parece estar anclada en la revolución industrial. Pronto descubrirá el irreverente niño que él podría ser el héroe que necesita la población de ese enigmático lugar.
Así, la trama principal de Shin chan: Nevado en Carbónpolis nos invita a descubrir un lugar poco visto en la serie, ahondando tanto en la familia como en los nuevos personajes que habitan en Akita y en Carbónpolis, lo que conforma un pintoresco y agradable elenco de personajes secundarios memorables. Los fans de la franquicia disfrutarán especialmente reencontrándose con viejos conocidos y descubriendo nuevos personajes, no sintiéndose ninguno fuera de lugar.
Aunque no se presentan líneas narrativas épicas o excesivamente dramáticas, la historia del juego consigue enganchar por su tono relajado, similar al de un OVA de la serie. La clave está en disfrutar de sus actividades secundarias, de su tono relajado y de su ausencia de tensión, pues lo que el juego propone es pasar unas vacaciones relajadas. Quizá esto haga que la trama de Carbónpolis, aunque interesante, choque un poco con la filosofía del juego, pero esto en ningún momento llega a restar puntos al título.
Nos encontramos con una narrativa simpática que en líneas generales sigue la tónica de la serie, si bien peca de tener chistes algo repetitivos y un ritmo que, con el paso de las horas, puede llegar a hacerse enormemente pesado no solo por la constante presencia de secuencias similares, si no también por reciclar conversaciones e interacciones.
Como buen producto de la franquicia, Shin chan: Nevado en Carbónpolis llega a nuestro territorio haciendo gala de una excelente traducción de localización, que respeta a las mil maravillas los nombres y frases utilizadas en la serie. En este sentido, creo que el juego hace un excelente trabajo para acercar una vez la franquicia a los jugadores de habla hispana, si bien se echa en falta un doblaje al castellano. Las voces en japonés están bien, pero no hay nada como el maravilloso doblaje castellano de la serie.
Cazando bichos como todo un profesional
A la hora de ponernos a los mandos de Shin chan: Nevado en Carbónpolis nos encontramos una aventura con cámara fija en la que deberemos ir explorando los dos pueblos mientras administramos el tiempo que tenemos día tras día. Como se suele decir, el tiempo es oro, y cada vez que vamos a una nueva zona el reloj avanza, teniendo que administrar bien qué es lo que queremos hacer y a donde queremos ir.
Podemos seguir la historia principal, interactuando con los distintos personajes que encontramos, explorando las nuevas zonas que se presentan ante nosotros y obteniendo los objetos que nos pidan, o podemos completar las misiones secundarias, que son muchas a pesar de que su variedad brilla por su ausencia. Quizá este sea el mayor problema de Shin chan: Nevado en Carbónpolis: cuando el juego quiere ser una experiencia algo más convencional acaba cayendo en la repetición de forma excesiva.
Es en su componente cozy cuando mejor funciona Shin chan: Nevado en Carbónpolis, permitiéndonos relajarnos con actividades tan sencillas como pescar peces, cultivar plantas o dar paseos por algunas de las zonas rurales más bonitas que he visto en un videojuego. Para que os hagáis una idea, es lo más cercano a un Animal Crossing protagonizado por un personaje tan entretenido como Shin Chan, tanto para lo bueno como para lo malo.
El apartado artístico de Shin chan: Nevado en Carbónpolis es una absoluta preciosidad, combinando de una manera muy inteligente los modelos 3D con los escenarios dibujados a mano, creando una experiencia realmente fiel al espíritu de la serie. Cada escena parece estar sacada directamente de la televisión, rompiendo la barrera entre secuencia jugable y secuencia animada. Pocas veces se ha visto un producto de Shin Chan tan cuidado a nivel artístico.
A esto hay que sumarle su excelente rendimiento técnico, pues en PC el juego no presenta caídas de frames ni parece contar con bugs de gran calibre. Por supuesto, a nivel sonoro se explora el carácter relajado del juego al impulsar melodías armónicas y tranquilas, que reflejan bien la vida rural. El doblaje japonés es fiel al original, pero como os contaba al principio se echa en falta el castellano.
Conclusión: Unas vacaciones irrepetibles junto al fan número uno de Ultrahéroe
Shin chan: Nevado en Carbónpolis es una experiencia realmente amena y agradable, que se disfruta en sesiones cortas y a sabiendas de que uno va a desconectar y disfrutar de unos paisajes hermosos. Como experiencia cozy es sensacional, si bien peca de tener actividades algo repetitivas y una historia que, aunque es entretenida, rompe con el espíritu del juego levemente. Sea como sea, se trata de una obra fiel a la filosofía de la serie que sigue demostrando que cualquier producto protagonizado por Shin Chan merece la pena.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.