Hace ya unos cuantos meses os hablaba del carácter etnográfico del videojuego con motivo del lanzamiento de Tchia, obra en la que se daba un enorme protagonismo a la identidad de los habitantes de Nueva Caledonia, y hoy nos adentramos en un juego que plantea una idea similar, Skabma – Snowfall. El nuevo título del estudio Red Stage Entertainment es una obra de amor a la cultura Sami, un pueblo indígena localizado en las frías tierras de Noruega y que destaca especialmente por su carácter artístico (la música y el uso del tambor son clave en sus tradiciones y su día a día) y por su conexión con el reno, animal que utilizan en la mayoría de actividades. Si bien esta cultura es desconocida para una gran parte de la población (entre la que me incluía hace unas cuantas semanas), este título tiene como objetivo presentar una historia íntima y original a través de la que se puedan dar a conocer las tradiciones de este pueblo. Sobre el papel la idea es realmente buena, pero… ¿Merece la pena como videojuego? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
Que la música guie tus pasos
La historia de Skabma – Snowfall nos traslada, como podréis imaginar, a las frías llanuras y montañas de Noruega, en donde una pequeña aldea de agricultores y cazadores Sami sobrevive a las duras condiciones del clima. Nuestro protagonista, Áilu, es requerido para cuidar un rebaño de renos… Cuando, tras quedarse dormido, uno de estos acaba escapando. Áilu no es ningún cobarde, y por eso se lanza a buscar al reno desaparecido, dando comienzo a un viaje inesperado que le llevará a conectar con los espíritus guardianes de su pueblo y con las tradiciones de su pueblo. El viaje del pequeño Áilu está repleto de giros sorprendentes y de valores que, por lo general, no se suelen encontrar en un videojuego, pues su mezcla de desarrollo personal y representación cultural da forma a una historia sorprendente, divertida y, por encima de todo, emotiva. El poder conocer la forma de vida de los Sami, así como sus creencias y sus actividades es de los puntos más sorprendentes y memorables del juego, ya que no solo podremos participar en dichas actividades, si no que también contaremos con información detallada sobre la historia y las tradiciones de este enigmático pueblo.
Eso sí, no esperéis una obra etnográfica o realista, puesto que desde primera hora se da a entender que nos encontramos ante una narración de corte fantástico y mitológico, ambientada en una época y un lugar en el que espíritus, dioses y humanos conviven. El universo que construye el juego es bastante memorable y atractivo, siendo a mi parecer el principal motivo por el que darle una oportunidad, ya que no hay ningún otro juego que explore esta cultura o que lo haga con tanto amor. Bien es cierto que la historia sigue arquetipos muy vistos en historias de corte mitológico y espiritual, y quizá se echa en falta un mayor trabajo en cuanto a la fuerza antagonista se refiere, pero lo cierto es que, en líneas generales, la historia que presenta Skabma – Snowfall es bastante sólida. Cabe destacar que el juego llega a nuestro territorio traducido al español, siendo el trabajo de localización realmente bueno, sin faltas de ortografía o errores de traducción visibles, lo que supone que la barrera del idioma no sea un problema para ningún jugador.
Buscando la redención, tambor en mano
Hasta ahora no os he comentado a qué género se adhiere Skabma – Snowfall, y eso tiene fácil solución: el nuevo juego de Red Stage Entertainment se presenta como una aventura con un fuerte énfasis en la narrativa y salpicada por secciones de plataformas y de acción, si bien estas últimas son algo escasas. La mayor parte del tiempo nos encontraremos viajando por las enormes llanuras, los extensos lagos y las altas montañas nevadas, así como atravesando oscuras cuevas sin más guía que la de nuestro tambor. Un momento, ¿Cómo va a guiarnos un tambor? Bueno, pues eso es bastante sencillo y, a la vez, original, pues este tambor conocido como Goavddis es un instrumento mágico imbuido por la magia antigua de los sanadores Sami, conocidos como Noaidis. Gracias a esto, al tocar el tambor podremos utilizar habilidades tales como conocer la ruta que debemos seguir, si bien no es el único instrumento que encontraremos. Por ejemplo, más adelante podremos utilizar un cuerno que también nos dará acceso a nuevos movimientos y mejoras, además de que podremos invocar espíritus guardianes, aunque cabe destacar que la mayoría de las mejoras están orientadas a la exploración y los saltos, y dejadme decir que estos últimos no están todo lo bien que deberían. Las físicas son algo estáticas, y los saltos acaban siendo realmente imprecisos. Sus puzles también dejan mucho que desear, pues son muy sencillos y no tienen misterio alguno. En general, la parte jugable se siente algo sencilla y por debajo de la media, aunque lo compensa con una exploración sorprendentemente inmersiva y con un trabajo de misiones secundarias y desbloqueables admirable.
En cuanto al tratamiento artístico del juego, para ser una producción de presupuesto reducido lo cierto es que destaca por su excelente apartado gráfico, en donde se despliegan escenarios hermosos dotados de un trabajo de color e iluminación sólido y cuidado (el trabajo de luces y sombras en interiores tales como cuevas sorprende gratamente). Eso sí, no se puede dejar de lado el hecho de que se pueden encontrar problemas de dientes de sierra y algún que otro bug puntual, especialmente a la hora de enfrentarnos a las secciones de plataformeo. El rendimiento general del juego en PS5 es sólido, si bien los tiempos de carga son más largos de lo que deberían. Por último, el trabajo sonoro y musical realizado es excepcional, puesto que la banda sonora consigue otorgar al conjunto una carga emocional enorme mientras que el sonido se configura como un protagonista más, teniendo una importancia mayúscula.
Conclusión: Una aventura tan personal como creativa
Skabma- Snowfall es un juego atípico que funciona más por su historia y su ambientación que por su apartado jugable, en donde despliega un conjunto de mecánicas algo obtusas y para nada originales. Si bien sus puzles y sus plataformas son poco creativos, lo cierto es que la exploración es inmersiva y muy memorable, dando pie a una experiencia única que da a conocer una cultura poco reconocida a nivel internacional.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.