El pasado domingo 21 de julio se dio el carpetazo final a la edición 2024 del Tour de Francia, donde el esloveno Tadej Pogacar volvió a recuperar el cetro de campeón del maillot amarillo tras dos subcampeonatos seguidos en 2022 y 2023, en una edición donde ha dominado prácticamente de principio a fin. Allá por 2020, año de infausto recuerdo por la pandemia y todo lo que aún a día de hoy sigue coleando derivado de ella, el bueno del campeón eslavo conquistó su primer Tour y, casualidades de la vida, fue el último de los juegos oficiales de la vuelta más famosa del mundo que tuvimos entre manos para reseñar. Con las etapas oficiales completadas y con no pocas pedaladas virtuales efectuadas desde hace algunas semanas en este Tour de France 2024, es el momento de comprobar si esta nueva toma de contacto con la saga, cuatro años después y de nuevo desarrollada por el equipo Cyanide y publicada por Nacon, nos invita a subir al sillín o nos deja desfondados.
Etapa en llano
El conformismo es algo habitual en este tipo de juegos basados en licencias y no es algo ajeno a este Tour de France 2024. Apenas se notan diferencias en los modos que encontramos (y que aplaudimos) en la versión de 2020, pero tras cuatro entregas y un cambio generacional entre ellas, se antoja cuanto menos «comodón», si se me permite la expresión, el poco esfuerzo en cuanto a añadidos que se han hecho desde entonces a los recorridos para rodar.
Como es obvio, se han adaptado las etapas para cubrir el recorrido oficial, a sabiendas de que este año, por la Olimpiada parisina y su esperpéntico show inaugural, acabaría en Niza en lugar de los Campos Elíseos. También vuelven recorridos míticos más allá de la gira francesa como la Lieja-Bastoña-Lieja, varios recorridos del Campeonato del Mundo o la posibilidad de crear Tours personalizados. No faltan a la cita los modos de gestión del equipo o el corredor (sin novedades destacables tampoco), así como el modo entrenamiento para dominar los controles del juego.
Algo que puede elogiarse es el esfuerzo que se ha llevado a cabo apuntando al modo multijugador, que sí se ha potenciado con Criterium. Pese a no estar exenta de algunos errores, en esta modalidad, en la que los jugadores compiten online entre sí para desbloquear cosméticos y corredores que van rotando como si de temporadas en juegos free-to-play se tratase, es donde encontraremos un aliciente para alargar la vida útil del título.
Nunca se olvida
En el plano jugable tampoco se han introducido demasiadas novedades, volviendo a enfrentarnos a un sistema de control sencillo y efectista, pero que nos costará dominar si es la primera vez que nos agarramos al manillar. Todas las opciones a nuestro alcance se nos explican en el completo tutorial del juego que os mencionábamos antes, por lo que os recomendamos que antes de salir a tumba abierta, probéis todo lo que ofrece el juego si no queréis toparos contra un muro que ríete del Col du Tourmalet.
Gestionar las barras de resistencia con el avituallamiento, saber cuando apretar o dejarse llevar por el ritmo de otros corredores o gestionar el pinganillo y las órdenes de equipo vuelve a ser fundamental si queremos llegar a portar la camisa dorada, ya que de nuevo la IA reacciona muy bien a los eventos de la carrera y se comporta de manera muy realista y agresiva, para bien. Si tenemos en cuenta además que las diferencias entre los pedalistas punteros del pelotón y los gregarios más desconocidos tienen ajustadas sus capacidades de forma bastante acertada, estamos frente a una curva de dificultad a la que el tiempo le está sentando bien.
Los mayores cambios que se han introducido en este apartado los encontramos en las caídas, capaces de modificar las capacidades físicas de los ciclistas con lesiones, sí así lo queremos en las opciones de configuración y siempre que el sistema de colisiones así lo desee, y en que da la sensación que el rendimiento, sobre todo en etapas de montaña, se ha ajustado un pelín y resulta más justo, no desfondando a nuestro ciclista a las primeras de cambio.
Tu cara me suena
Una de las cosas que más nos sorprendieron negativamente en la versión de 2020 fue que, pese a contar con la licencia oficial, todos los ciclistas tenían el mismo rostro, únicamente con la variante del tono de piel. Con la tecnología actual, no se entiende que en este Tour de France 2024 vuelva a ocurrir lo mismo. Cuesta mucho trabajo comprender como con las herramientas actuales, por muy pocos recursos económicos que tenga el estudio, corredores como el propio Pogacar, Jonas Vingegaard, Mikel Landa o Remco Evenepoel, conocidos más allá del «nicho» de las pedaladas a poco que se muestre interés por el deporte de élite, no tengan una representación ajustada a la realidad más allá de sus estadísticas (cosa que, como hemos dicho antes, sí está conseguido).
Técnicamente, pese a que los diferentes firmes de las etapas y la capacidad de mostrar bastantes elementos en pantalla llaman la atención, a poco que se profundiza, se le ven las costuras, de nuevo mostrando un trabajo conformista. De hecho, en ocasiones como algunas bajadas rápidas hemos llegado a sufrir algún tirón y algunos atisbos de «popping». También se pueden encontrar algunos errores de colisiones que provocan efectos extraños.
El público (este no tira patatas fritas a la cara del líder de la vuelta, no asustarse) y la sensación de velocidad, dentro de límites aceptables, hacen lucir mejor a un juego de lo que realmente es, las cosas como son.
Si hablamos del HUD y los menús, Cyanide apuesta por el minimalismo y colores y contrastes básicos (relacionados con los colores oficiales del Tour francés), que cumplen y muestran la información como es debido.
En cuanto al apartado sonoro encontramos melodías tranquilas que acompañan correctamente a los menús y gritos de ánimo ciertamente repetitivos y faltos de pasión durante las etapas, aunque al menos adaptados a la región en la que se producen, algo a lo que también tendría que dársele una vuelta. Durante las etapas, aprovechando el aire de retransmisión televisiva del juego, también se ofrecen datos un tanto anodinos por parte del comentarista, en inglés, con textos subtitulados en castellano si así lo deseamos.
Conclusiones
Es indudable que la base jugable de Tour de France 2024 es lo suficientemente sólida como para construir alrededor de ella pero, a día de hoy, y aunque es un juego capaz de hacer disfrutar a todo aquel aficionado al ciclismo que se precie, se hace difícil recomendarlo más allá de los fans de las grandes escaladas y sprints, puesto que se ha estancado en los modos jugables y en aspectos tan importantes como el técnico o el sonoro desde hace varios años ya, con algunas carencias que cuesta comprender a las alturas a las que estamos. Sabemos que es complicado llevar a cabo grandes cambios en un año, pero en este caso la comparativa nos llevaba 4 años atrás y el resultado nos ha dejado un poco fríos.