Me considero un gran aficionado a los títulos de terror, y es que, aunque bien es cierto que siempre termino llevándome algún que otro sobresalto (para desgracia de mi corazón), es una sensación que me encanta. Probablemente los aficionados a este tipo de títulos sepáis de lo que os hablo, la sensación constante de peligro, de que podría haber por delante de mi y que podría estar acechándome en mi espalda; los juegos de luces y los tonos oscuros; la música y los ruidos ambientales. Hablo de tensión, de jugar mirando la pantalla constantemente echado hacia adelante, sabiendo que si apartas la mirada podrías perderte algo.
White Day: A Labyrinth Named School es ese tipo de título. Debo reconocer que hasta que no se anunció esta remasterización, porque sí, no es un juego original sino una versión bastante mejorada gráficamente en relación con la original de 2001, no conocía este survival horror de culto. Igualmente, en mi humilde opinión y tras haber podido ver la versión de hace 16 años, creo que el lavado de cara es más que respetable. ¿Queréis saber más sobre esta historia escolar de terror coreano? Entonces os aconsejamos que sigáis leyendo.
HISTORIA
Han So-young es la típica chica guapa que trae a todos los estudiantes de calle, y el caso de nuestro protagonista, Lee Hee-Min, no es una excepción. Un día, a So-young se le cae una fotografía de su cuaderno mientras se encontraba sentada en un banco del patio de su instituto, Hee-Min la recoge y se la devuelve a So-young, aunque esta se ha olvidado de su cuaderno al ir a recuperar la fotografía. Hee-Min, decide entonces colarse en la escuela de noche con el pretexto de encontrar la taquilla de la chica que le ha robado el corazón y dejárselo en ella, junto a una caja de bombones, aprovechando así que al día siguiente es el White Day (algo similar a un San Valentín entre estudiantes que se regalan generalmente chocolates, y que suele darse en Japón y Corea)
Creo que aunque bien es cierto que lo de colarse en un edificio de noche y encontrarse con monstruos y entes paranormales puede estar ya un poco trillado, la historia en si es cuanto menos curiosa. El instituto Yeondoo es una entidad propia, un lugar de estudio que cambia completamente con la oscuridad de la noche, y es que hay una gran cantidad de rumores sobre los usos que ha tenido el edificio, se habla de hospital durante la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur, y algunas otras poco alentadoras relacionadas con la muerte. Hay un buen puñado de documentos esparcidos por el instituto que nos ayudarán a saber más sobre este, sobre su gente y sobre determinadas “leyendas” que se cuentan sobre trágicas muertes, suicidios, etc.
PERSONAJES
JUGABILIDAD
Una vez que nos hemos colado en la institución, nos pondremos en los zapatos del protagonista cuya intención es al menos en principio, llegar hasta la taquilla de Hee-Min. Para ese fin tendremos que desplazarnos por el instituto, o al menos por las habitaciones por las que nos permitan husmear, e ir resolviendo puzles y consiguiendo objetos para seguir avanzando a diferentes partes del edificio.
Además de andar, tenemos la facultad de agacharnos y correr, aunque esta última no aconsejo utilizarla a la ligera, no al menos si queremos evitar a nuestros peores enemigos dentro de este título, y creedme si os digo que probablemente temeréis más a los vivos que a los muertes, puesto que hay un par de conserjes con muy mala leche vigilando el Yeondoo, y si nos pillan nos van a dar hasta en el carnet de identidad. Aunque bien es cierto que una compañera comenta que son muy amables (cosa que parece cambiar completamente de noche) si veis una linterna en la lejanía, o peor aún en las cercanías, o si escucháis un ruido de llaves golpeándose entre si o silbidos, más os vale encontrar un buen escondite o estaréis completamente perdidos.
Durante vuestras desventuras iréis accediendo a diferentes aulas del instituto y generalmente la mayoría/prácticamente todas tendrán la luz apagada y no podréis ver nada. El juego nos proporciona un mechero al inicio, y es una buena opción para ver dentro de las aulas, aunque obviamente, la cantidad de luz que proporciona es bastante menor que la que puede proporcionar el encender las luces del aula. El problema, radica en que los conserjes no son estúpidos, y si ven una luz encendida dentro de un aula no dudarán en entrar siempre y cuando estén merodeando por la zona. En caso de utilizar el mechero, podemos evitarnos algún que otro disgusto puesto que los conserjes son incapaces de ver esa luz desde fuera del aula. Es por esto que a menos que estéis completamente seguros de que no están cerca, no aconsejamos demasiado encender las luces alegremente, y menos dejarse puertas abiertas.
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Prosiguiendo con el tema de los conserjes, es bueno que sepáis que estos pueden vernos incluso estando un poco lejos si nos apuntan con su linterna, y que el ruido que hacemos al correr, también facilite que den con nuestra posición. Si alguno de ellos se intenta abalanzar sobre vosotros, sabed que es complicado huir de él y menos si está demasiado cerca, puesto que corren a nuestro mismo ritmo, y si nos pillan nos darán una buena ración de batazos. Aunque pueda ser difícil escapar, es bastante útil intentar cerrar las puertas por las que vamos pasando, ya que pierden un valioso tiempo abriéndolas de nuevo para perseguirnos. Una vez hecho eso debéis intentar colaros en un aula y esconderos en la oscuridad, rezando porque no os encuentren y se marchen, y sabréis cuando pasa una vez que dejéis de escuchar la música que acompaña a la persecución del conserje, el tintineo del llavero y los silbidos.
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Por supuesto, también hay diversos entes malignos que pueblan la escuela y que nos mostrarán piedad al enfrentarse a nosotros. Algunos nos atacarán, otros llegarán en forma de jump-scares, y los más relevantes llegarán en forma de jefe que debemos derrotar mediante la resolución de un rompecabezas. En estos casos contamos con un temporizador, y en esos minutos tenemos que recorrernos las diferentes aulas a las que podemos acceder en busca de objetos que nos ayuden a resolver el puzle y a acabar con este. Normalmente, hay documentos sueltos que nos dan pistas muy relevantes sobre lo que debemos hacer, a donde ir, que objetos nos hacen falta para lidiar contra ese rival, etc. Si no conseguimos solventar estos desafíos porque se nos acabe el tiempo, nos veremos abocados al final malo del juego.
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Aparte de objetos como llaves o tarjetas para abrir puertas, y diversas herramientas útiles para nuestra huida del instituto Yeondoo, encontraremos algunos consumibles que nos ayudarán a recuperar salud, darnos un chute extra de energía, o calmarnos en caso de estar nerviosos. Para nuestra desgracia puede que no veamos tantos como nos gustaría, pero hay dispersas algunas máquinas expendedores en las cuales podremos hacernos con algunos consumibles a cambio de monedas que hay desperdigadas por el edificio. Igualmente, para guardar la partida necesitamos dar con un tablón y tener un rotulador a mano (otro artículo que se gasta al usarlo, y que es necesario si queremos salvar nuestro progreso)
GRÁFICOS, SONIDO Y DURACIÓN
Aunque bien es cierto que lo primero que pensé al ver el juego es que bien podría ser un título de PlayStation 3 en cuanto a calidad gráfica, comparativamente hablando el cambio en relación con su original de 2001 es abrumador, tal y como podréis comprobar en la imagen que os dejamos más abajo. White Day: A Labyrinth Named School es un juego de terror, y por tanto, utiliza una gran cantidad de colores fríos y de tono apagado, oscuros y grises, y una escasa iluminación. El diseño de personajes está bastante bien trabajado, y cada uno tiene una personalidad propia. Los grotescos entes son imponentes y en algunos aterradores (sobre todo si viene en forma de jump-scare fantasmal que se lanza contra nuestra cara) Aunque no deja de ser innegable el hecho de que algunos decorados son un poco genéricos e insulsos, y que algunas aulas parecen recicladas unas de otras. Otra cosa que chirría bastante es el movimiento de los personajes, que parecen prácticamente robots a la hora de moverse, puesto que aunque se mueven hacia adelante, atrás y a los lados, lo hacen siempre erguidos, sin cambiar de pose.
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El sonido es probablemente la parte más importante de un juego de este género, y White Day cumple con creces en este apartado. La tensión es un no parar gracias a sus múltiples efectos sonoros en forma de: lluvia, truenos, viento golpeando los cristales, tablones de madera que crujen, gritos, y un largo etc. El conserje, y sus pasos, sus llaves golpeándose, sus silbidos, su risa de satisfacción al perseguirte y tenerte cerca, y la música propia que le acompaña. Obviamente, también hay música en el título, pero solamente suena en algunas ocasiones puntuales puesto que lo importante, es el silencio, y la posibilidad de sobresaltarnos con cualquier ruido que pueda surgir. Por supuesto, mi consejo es que los juguéis con unos buenos auriculares y a ser posible de noche, puesto que la inmersión en este tipo de títulos siempre es mayor que si escuchamos directamente desde el televisor. El juego viene con subtítulos al español, y voces en inglés y coreano, lo cual es todo un detalle ya que muchos juegos japoneses de los que llegan a Occidente acaban “perdiendo” la opción de usar las voces originales por el camino.
Siguiendo con el tema del coreano, hay algo que me ha desconcertado bastante y me ha sacado del juego en algún momento, y es el hecho de que aunque todos los carteles, indicadores, anuncios, cuadros y demás que vemos por la escuela, están en coreano (lo normal dado que estamos en un instituto coreano) los documentos que encontramos y nos quedamos están escritos en inglés en vez de en coreano, esto es algo que no entiendo demasiado. ¿Qué problema hay en que los documentos sean en coreano y se sobreponga la traducción al inglés o al español encima del documento? De hecho, si usamos los subtítulos en español, la traducción en este idioma se sobrepone al texto inglés de la hoja.
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La duración del título es de entre 7-8 horas aproximadamente, todo depende de si los conserjes se interponen demasiado en nuestro camino y tenemos que huir y escondernos con frecuencia, si nos atascamos o no en la aventura (aunque por lo general es todo bastante intuitivo para avanzar y los documentos ayudan mucho). Es una duración aceptable en este género, sin embargo, White Day invita mucho a invertir algunas horas adicionales y a la rejugabilidad. El instituto guarda secretos, aulas, algunos entes que no es necesario enfrentar para pasarnos la historia, objetos y documentos, etc. Por si este aliciente no fuese suficiente, el juego cuenta con varios finales alternativos, y aunque nosotros hemos conseguido ver 3, la versión original contaba con un total de 8 finales (malo, verdadero y 2 con cada una de las féminas) por lo que suponemos que vendrá con la misma cantidad.
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CONCLUSIÓN
White Day: A Labyrinth Named School me ha sorprendido gratamente. No tenía demasiadas expectativas más allá de llevarme algún que otro susto, puesto que todos sabemos como se las gastan los japoneses y coreanos a la hora de tratar con esa temática. Ahora entiendo porqué es un juego de culto para muchos de los fans de los juegos de terror.
Si buscáis un buen survival horror que os mantenga en tensión constante, con un buen arsenal de efectos sonoros para amenizar la aventura, una cantidad interesante de secretos para descubrir y varios finales alternativos que nos inviten a la rejugabilidad, os recomiendo encarecidamente que le echéis un vistazo, puesto que el trabajo que ha hecho Sonnori con White Day: A Labyrinth Named School es de sobresaliente.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.