[Análisis] Yooka-Laylee and the Impossible Lair

[Análisis] Yooka-Laylee and the Impossible Lair

¿Os acordáis de Project Ukelele? Ese fue el primer nombre con el que se dio a conocer el emocionante proyecto de Kickstarter de Playtonic Games, una compañía inglesa compuesta por antiguos empleados de Rare que querían traer de vuelta las fantásticas sensaciones que a muchos nos dejaron las aventuras plataformas de Banjo-Kazooie en Nintendo 64. Tristemente y al pertenecer la licencia a Rare, el oso y la ave dejaron paso al dúo del camaleón y la murciélago, en el juego que pasaría a conocerse como Yooka-Laylee.

La nostalgia fue motor suficiente para impulsar el exitoso proyecto de mecenazgo, que en menos de 24 horas ya había logrado recaudar más de 1.000.000 libras esterlinas. Con todo, la recepción del título fue bastante mixta en general, y es que, para muchos el carismático juego de plataformas tridimensional no ofrecía mucho más allá de la nostalgia, así como algunos problemas de cámara. Ahora, gracias al esfuerzo de Playtonic Games y Team 17, la pareja está de vuelta en Yooka-Laylee and the Impossible Lair.

 

El dúo dinámico de las plataformas

En esta ocasión, las plataformas 3D dejan paso a un 2D, muy similares a lo visto en Donkey Kong Country: Tropical Freeze. Nuevamente, Capital B vuelve a hacer de las suyas y en esta ocasión, está esclavizando mediante un artilugio al Royal Bee-tallion. Es en este punto en el que la reina, aterrada viendo el lavado de cerebro que atenaza a sus huestes, nos pide ayuda para poner fin a los planes del malvado. Por supuesto, no será nada fácil, ya que, para enfrentarnos a este, habrá que superar con éxito la Guarida Imposible.

Una de las curiosidades más interesantes del título es que si así lo deseamos, podemos ir directamente a la Guarida Imposible a intentar enfrentarnos a Capital B, no obstante, es una fase plagada de dificultades y salir exitoso de esta sin la ayuda de unos cuantos Royal Bee Guards que nos hagan de escudo, se antoja muy complicado a menos que nuestra habilidad sea lo suficientemente alta.

Al igual que en su primer título, las mascotas del estudio inglés se complementan entre sí para superar las adversidades. Mientras que Yooka puede rodar, saltar y utilizar su lengua para coger objetos, mientras que Laylee permite que planeemos durante un breve lapso de tiempo, además de ser necesaria para atacar en conjunto con nuestro amigable camaleón. Dicho esto, si recibimos daño, Laylee comenzará a sobrevolar a nuestro alrededor a esperas de que le demos un ligero toque para volver a unirse al tándem. En caso de no poder recuperar a la compañera alada, el siguiente golpe acabará con nosotros volviendo al último punto de guardo, sin embargo, hay algunas campanas en los escenarios que permiten recuperar a Laylee a pesar de haberla perdido.

En los muchos escenarios de desplazamiento lateral nos esperan, como ya habréis imaginado, un sinfín de enemigos y trampas bien dispuestas para intentar evitar que lleguemos al final de cada fase, donde nos espera uno de nuestros Royal Bee Guards, tan necesarios para intentar llegar hasta Capital B. Aunque completar los propios niveles se complica cada vez conforme avanzamos, el verdadero desafío reside en conseguir las monedas y plumas, especialmente las primeras, puesto que suelen estar más escondidas y son necesarias para progresar en el desarrollo del mapeado. Por supuesto, las plumas doradas son igualmente indispensables, pero siempre se presentan en mayor cantidad y suelen ser más sencillas de recolectar.

Es muy interesante el planteamiento de Playtonic a la hora de elaborar un extenso mapa que nos permite ir de una zona a otra, yendo más allá de un mero selector de niveles, como suele pasar en títulos de este género. Normalmente son secciones con tres niveles a superar, con ítems o secretos por descubrir, así como personajes con los que interactuar, objetivos secundarios y rompecabezas varios. Esta forma de presentar la interconexión entre lugares es entretenida por sí mismo y aporta variedad, y es que, los Pagies por ejemplo, nos presentan pequeñas fases en las que liquidar a una serie de enemigos para, a cambio, remodelar el mapa y poder así seguir marchando por este, o incluso, remodelar niveles. Estos rediseños en los niveles (congelar una fase, plagarla de enemigos, etc.) cambian completamente la jugabilidad de estos, disponiendo igualmente de monedas, plumas y un Royal Bee Guard al final, por lo que, realmente se presentan casi como niveles independientes al original.

A lo ya mencionado, hay que sumarle la presencia de los tónicos, unos elementos coleccionables que una vez obtenidos, hay que desbloquear mediante el pago de plumas doradas. Justo antes de iniciar un nivel, se nos ofrece la posibilidad de equiparnos varios tónicos que pueden jugar a nuestro favor o en nuestra contra, aunque obviamente, estos últimos traen sus contraprestaciones beneficiosas. Si equipamos un tónico que haga aparecer más puntos de guardo, y otro que permita a Laylee volar más tiempo cuando recibe un toque para facilitar que vuelva a nuestro lado, las plumas conseguidas en esta fase se reducirán exponencialmente. Por otro lado, si usamos uno que lleve a los enemigos a aguantar dos golpes en vez de uno, las plumas recibidas tras finalizar la fase se incrementarán.

 

De sabor añejo pero lleno de color

Gráficamente, vuelve a destacar ese estilo visual tan colorido que ya estaba presenta en la primera entrega de la franquicia. En cuanto a los escenarios, hay un poco de todo, desde algunos mucho más simplones a otros con una cantidad de detalle mucho mayor. En donde se puede ver realmente empeño, es en las animaciones, que se nota que están especialmente trabajadas en vista del resultado final.

Técnicamente, el título funciona a 1080p y 60 FPS en el modo dock de Nintendo Switch, mientras que en el portátil baja hasta los 720p, manteniendo eso sí, los 60 FPS. Las pantallas de carga, por desgracia, pueden llegar a eternizarse más de la cuenta, sobre todo al iniciar el juego.

En cuanto a la banda sonora, cabe destacar la presencia de un viejo conocido, el compositor británico David Wise, que ya puso su talento a disposición del primer Yooka-Laylee, así como a una buena cantidad de títulos clásicos de la saga del simio de Nintendo, Donkey Kong. Igualmente, ha estado acompañado de Grant Kirkhope, otro habitual de Rare, entre otros artistas. Los melodías son muy animadas y van fantásticamente con el tono alegre que derrocha el juego, aunque algunas se notan menos inspiradas que otras.

Os alegrará saber que Yooka-Laylee and the Impossible Lair cuenta con textos traducidos al castellano, a pesar de esto, nada nos librará de escuchar muchos sonidos ininteligibles de la boca de nuestros héroes y sus compañeros, voces chirriantes que gustarán a unos y producirán dolor de cabeza en otros.

Conclusión

Si el Yooka-Laylee original no llegó a contentar a todos con su propuesta, el cambio de aires, o más bien de dimensión, parece haber sentado bastante bien a las mascotas de Playtonic Games, y es que, Yooka-Laylee and the Impossible Lair se presenta por méritos propios como un excelente título de plataformas, un homenaje al género que cualquier aficionado disfrutará y agradecerá, a pesar de no llegar al nivel del que posiblemente sea uno de los mejores exponentes, Donkey Kong Country: Tropical Freeze.

 

Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.