2017 fue el año del escorpión, o de Scorpio, como queramos verlo. El caso es que Microsoft llevó a su culmen su plan de colocarse en primera línea de batalla en cuanto a hardware. Tras quedarse un paso por detrás en cuento a potencia respecto a su principal competidora en aquel momento, los de Redmond se centraron en crear la consola más potente. El denominado Project Scorpio, presentado en el E3 2016, era la oportunidad perfecta para remontar. Con el lema de la consola más potente jamás creada y los 4K verdaderos, Project Scorpio apuntaba maneras. Un año más tarde, y ya con PS4 Pro en el mercado, se dio a conocer a fondo la nueva consola intergeneracional de Microsoft.
Fue en el E3 2017 cuando conocimos el nombre de la consola, Xbox One X. Esto denotaba que de verdad esta consola era una versión mejorada de esta generación y no una nueva. Fue, además, el momento en el que conocimos las bondades de la consola. Verdadero 4K, mejoras en cientos de juegos ya lanzados, compatibilidad total con todo lo que hubiera salida en Xbox One incluyendo mandos y accesorios, etc. Pero, además, prometían que incluso en una televisión sin 4K veríamos mejoras y sentiríamos el verdadero potencial. Definitivamente, Xbox One X era la consola que Microsoft necesitaba para volver a ganar en el terreno del hardware y dominar como en la pasada generación con Xbox 360.
Sin embargo, tengo la sensación de que Microsoft en esta generación de consolas no termina de dar con la tecla y siempre se queda a media tinta. De este modo, mientras que en los primeros años de generación se le achacó la falta de potencia a pesar de tener un catálogo más completo y variado que su competencia, al menos en mi opinión, ahora, con el salto cualitativo de hardware le faltan los juegos. El gran abanderado de Xbox One X y juego de lanzamiento de la consola debería haber sido Crakdown 3, pero, finalmente, el juego se retrasó hasta 2018. De este modo, a pesar de contar con un gran catalogo mejorado, Microsoft y su flamante consola se quedaban sin exclusivos potentes. Es cierto que han contado con títulos interesantes, como Super Lucky’s Tale o Cuphead, un gran título que ha tomado la batuta y comandado a los de Redmon en el tramo final del año pasado. Y, por supuesto, han contado con el gran boom del año, el “exclusivo” PUBG. Si, comillas, porque parece que cada día está más claro que saldrá en PS4.
Definitivamente 2018 tiene que ser el año de los exclusivos. Microsoft se volcó en los últimos años en traer una consola potente, similar a un PC de gama alta, que destacase por encima de su competencia. Ahora, con el objetivo del hardware cumplido, los de Redmond deben centrarse en lo que de verdad importa: los juegos. Y parece que están en ello. Según declaraciones de Aaron Greenberg, Microsoft está centrada en traer nuevos juegos. Es cierto que actualmente el calendario es desolador, con solo Crackdown 3, State of Decay 2 y Sea of Thieves en el horizonte. Pero se necesita más, necesitamos ver un verdadero salto hacia delante que convierta las palabras de Greenberg en una realidad.
Y, ante este panorama, Microsoft ya ha dado el primer paso. Primero, con el reciente anuncio de que Xbox Game Pass, el Netflix de los videojuegos contará con todos los lanzamientos first party desde el primer momento. Siendo el primero de ellos el ya cercano Sea of Thieves. Un gran incentivo para el servicio, para los jugadores, y para potenciar el catálogo de exclusivos. El segundo, con la compra de PlayFab, para potenciar los lanzamientos en la nube. Pero no es suficiente, hay que dar un paso más. Nos toca esperar a ver que sorpresas nos deparan en el E3.
En los últimos años, nos han acostumbrado a anunciar muchos juegos, la mayoría de ellos indies, con algún exclusivo bombazo de por medio. Espero que este año el apoyo indie siga la misma línea maestra, pero quiero pensar que le dedicarán mucho más tiempo a anuncios triple A exclusivos. Bien sean de títulos de First Party o de juegos exclusivos comprados a Third Party. Espero que veamos algo de Halo 6, aunque no salga este año. Otro tráiler de Gears of War 5 sería magnífico. Un anuncio de ambos juegos, a verdadero 4K, serviría para aumentar el interés y levantar el hype. Además, estaría bien saber en que están trabajando los chicos de Playground Games y su nueva IP. Y sí de verdad son cierto los rumores del regreso de Fable y Perfect Dark, sin olvidar la posibilidad de ver nuevas IP que consiga levantarnos de nuestras sillas cuando sean anunciadas, como nos pasó con el cancelado Scalebound. Por supuesto, y esto es seguro, aunque no confirmado, tendremos el anuncio de la nueva entrega de Forza. Le toca el turno a Horizon 4 y nos queda por ver quién está detrás de su desarrollo, si los chicos de Playground Games hacen frente a dos títulos de gran envergadura, o hay otro equipo detrás de la nueva entrega de la saga.
En definitiva, una vez presentado el escorpión, es hora de que muestre músculo, y 2018 es el momento idóneo. Microsoft no debería dejar pasar esta ocasión de oro, porque las oportunidades se le acaban. Ahora o nunca, Phil.
JGBassols
Arqueólogo por vocación. Egiptólogo por adopción. Pero sobre todo, periquito y gamer. Amante de las buenas historias.