Ahora, tras siete entregas numeradas de la franquicia base y algún que otro spin-off, Yakuza cambia de rumbo con un giro de 360 grados. Es cierto que la serie nunca ha tenido miedo de experimentar y lo ha demostrado desde hace años con gran cantidad de minijuegos, introduciendo más protagonistas en la historia de Kiryu Kazuma, e incluso, cambiando la jugabilidad en la quinta entrega al manejar a Haruka, pasando del brawler habitual a un título de corte rítmico, algo que seguramente resultaría extremadamente inesperado a más de uno. Yakuza: Like a Dragon toma gran cantidad de riesgos, el primero de ellos, cambiar completamente la jugabilidad para apostar por un JRPG por turnos; el segundo, dejar fuera de la ecuación a nuestro adorado yakuza del corazón de oro para sustituirlo por Ichiban Kasuga. ¿Qué tal habrá salido la jugada de Ryu Ga Gotoku? Bueno, os adelanto sin temor a alguno que podéis encomendaros sin miedo a San Nagoshi y su gente.
Ichiban Kasuga toma el relevo
Yakuza: Like a Dragon es la historia de Ichiban Kasuga, un joven problemático que termina enrolándose en la familia Arakawa, subsidiaria del todopoderoso Clan Tojo, al que a buen seguro conoceréis de sobra si sois seguidores de la franquicia. El caso, es que el bueno de Ichiban se verá obligado a cumplir una pena de 15 años (que finalmente se ampliará a 18) de cárcel para hacerle un favor a su patriarca y salvar así al capitán de la familia de pisar la prisión por el asesinato cometido por este. Claro está, ¿cómo iba a negarse Ichiban siendo su patriarca su salvador y modelo de hombre a seguir? Una vez cumplida la condena, Ichiban se lleva un duro golpe de realidad, y es que, tras todos estos años de servicio prestados a su familia, nadie lo está esperando, ni siquiera el patriarca que prometió recogerlo e invitarle a cenar. Kamurocho ha evolucionado mucho en esos años y pese a que su familia sigue existiendo, ya no está vinculada al Clan Tojo, de hecho, su familia es la causante de la desaparición del Clan Tojo de las calles tras traicionarles y venderles a la Alianza Omi, enemigo por naturaleza de los Tojo. Por supuesto, Ichiban quiere respuestas, no es capaz de asimilar que ese hombre fiel y digno de admiración haya sido capaz de entregar en bandeja a su propia familia al enemigo… pero la realidad volverá a golpear a nuestro protagonista, esta vez en forma de bala disparada por su antiguo patriarca. Ichiban, al borde de la muerte y tras haberlo perdido todo, tendrá que sobrevivir en Yokohama y seguir adelante en la vida, para lo que contará con valiosos aliados que se unirán al grupo por sus propios motivos.
La historia se mantiene bastante fiel a las raíces de la franquicia pese a cambiar la jugabilidad. Es llamativo ver que tanto Ichiban como Kiryu son encarcelados por asesinatos que no han cometido en sus respectivos juegos. ¿Es quizás algo así como la analogía del “despertar del héroe” en obras como The Legend of Zelda? Quién sabe, habría que preguntarle al propio Nagoshi, pero parece un paso necesario en la vida de los dos yakuzas, que en su juventud, terminan por cumplir condena para regresar a un mundo completamente cambiado que ha evolucionado dejándolos atrás. En ambos casos, vuelven a incorporarse siendo unos parias, personajes que han sido exiliados de la yakuza y que son perseguidos y hostigados por sus antiguas familias. Claro está, como en cualquiera obra de la serie, podéis esperar giros de guion, traiciones, drama y humor.
En cuanto a Ichiban, es fácil cogerle cariño pese a que tenga tras de sí la alargada sombra del Dragón de Dojima. Comparte, de hecho, diversas características de su personalidad, como por ejemplo, que es un buenazo al que no le importa ayudar al que lo necesita, incluso si eso conlleva llevarte una represalia por parte de tu familia. Además, tiene también bastante de esa inocencia infantil propia de Kiryu. Pese a todo, se mantiene firme cuando es necesario y no se achanta ante las dificultades. El resto de desgraciados que acompañan a Ichiban no se quedan atrás, haciendo especial mención a Saeko, que reconozco, me ha conquistado por su fuerte personalidad y su forma directa de hablar con los demás.
Un JRPG muy fiel a su mundo
Yakuza: Like a Dragon es un JRPG atípico, puesto que si bien adopta las mecánicas propias del género, lo hace sin desprenderse de los temas que acompañan al mundo de la yakuza, lo cual, por supuesto, lo convierte en un producto mucho más especial. La prostitución, la mendicidad, el alcohol y las drogas, la mafia, y en definitiva, todo eso que la saga trae asociado y suele estar presente en la historia y las subhistorias, está completamente presente tanto en enemigos, como en equipamiento (mientras escribo esto, Ichiban utiliza un enorme vibrador como arma principal) o trabajos.
Nuestro equipo final está conformado por Ichiban, Adachi, Nanba y Saeko. Inicialmente, todos tienen un trabajo asignado que, conforme avancemos en la historia, podrá ser sustituido por otro. Hay un total de 19 trabajos únicos, algunos de ellos únicamente vinculados a un sexo. Pueden cambiarse desde Hello Work, nuestra oficina de empleo habitual por la que pasaremos un puñado de veces. Para cambiar de trabajo es necesario cumplir determinados requisitos de nivel de personaje y vínculos con los compañeros, por lo que de inicio os será imposible acceder a todos ellos, de hecho, no será hasta el capítulo 5 de la historia (si la memoria no me falla) que se os desbloqueará el acceso a vuestros primeros trabajos/clases. Al cambiar, el nivel en ese trabajo bajará al inicial, por lo que perderéis en estadísticas, no obstante, tendréis acceso a un nuevo abanico de habilidades.
Los combates se desarrollan por turnos y contamos con las opciones normales del género, desde el ataque normal hasta la defensa, pasando por las habilidades que consumen maná, la utilización de ítems o la huida. Yakuza: Like a Dragon pone a nuestra disposición un modo auto-battle por si preferimos dejarle el trabajo a la máquina, el único problema, es que las habilidades demandan que el jugador utilice un botón si quiere causar más daño a modo de QTE, sin contar que si pulsamos el botón correcto en el momento de recibir el ataque del rival (el B en el caso de Xbox), haremos una defensa perfecta y recibiremos un menor daño. Si jugamos en automático, la IA no pulsará los botones, por lo que perderemos ese posible bono de daño y defensa a menos que estemos atentos con el mando en la mano.
Uno de los aspectos más llamativos y humorísticos dentro de los combates, es la posibilidad de llamar a un servicio telefónico de mercenarios que, mediante un pago, serán invocados al campo de batalla para ayudarte con los enemigos mediante un golpe devastador. Entre estos, posiblemente un señor fortachón con dos manguales por guantes o el jefe de una familia de yakuzas ataviado únicamente con un pañal, sea de lo más normalito, puesto que Nancy (la langosta) o Tortilla (la gallina) también pueden ser contactadas para dar buena cuenta de los rivales. Normalmente, ampliaremos el catálogo de mercenarios a los que llamar mediante las subhistorias o la propia historia per se.
Kasuga puede mejorar su personalidad, que se compone de seis facetas: pasión, confianza, amabilidad, carisma, intelecto y estilo. Esto puede hacerse mediante la toma de decisiones durante las conversaciones o mediante el uso de algunos objetos. Hacerlo, puede granjearnos alguna mejora que aumente nuestra defensa contra los estados alterados o incluso permitirnos descubrir ciertas cosas que no podríamos sin el nivel adecuado (similar a lo que ocurre en la serie Persona). Otro dato de interés viene en relación con los lazos con nuestros compañeros, que pueden mejorar charlando con ellos con conversaciones grupales o comiendo hasta cierto nivel, al menos, hasta que nos tomemos una copa con ellos y el vínculo se haga más fuerte, pudiendo no solamente conocerlos mejor, sino también obteniendo alguna que otra mejora que repercutirá a la hora de combatir.
La diversión y el entretenimiento están asegurados
Kamurocho da paso a Yokohama en este entrega, concretamente a una zona dividida en nueve sectores diferentes de gran extensión en comparación con otras urbes de la serie, que deben ser explorados para dar con todas las tiendas de la ciudad (puesto que el mapa no está descubierto), así como misiones secundarias, taxis y demás. Si bien desplazarse de una zona a otra a pie podría resultar un poco engorroso, siempre y cuando hables con cada taxista que vayas topándote no deberías tener problema alguno, puesto que conforman una enorme red que permite viajar entre secciones. Por supuesto, la ciudad está plagada de entretenimientos de lo más variopintos, desde comer para curar nuestra salud y estrechar lazos con los compañeros de equipo, hasta los típicos combinis, bares o tiendas de empeños. Igualmente, hay una zona que suele servir de piso franco y que va cambiando con la historia, aunque generalmente será un bar. Aquí, puedes recuperar salud, utilizar una caja para guardar los objetos, un par de macetas para plantar semillas o cambiar entre diferentes canciones, siempre y cuando tengas el CD apropiado (a muchos os alegrará saber que la banda sonora de Persona 5 está presente)
Hay una enorme variedad de actividades a nuestra disposición, como ya es marca de la casa, desde jugar a los dardos, hasta probar suerte en las máquinas de UFO o en las recreativas de los títulos de SEGA. Claro está, todavía hay espacio para practicar diversos deportes como batear o el golf, sin olvidarnos de cantar o jugar a las tragaperras. Si prefieres la conducción, posiblemente disfrutes con el Dragon Kart o embistiendo a algunos vagabundos que pretenden robarte en el minijuego de recoger latas. ¿Prefieres cultivar la personalidad de Kasuga? Bueno, el centro de formación pone a tu disposición varios exámenes previo pago.
Si pese a todo quieres más, no te olvides de rebuscar entre las máquinas de refrescos y la basura, puede que saques algo de calderilla y materiales para mejorar o crear equipamiento. ¿Buscas algo más emocionante? Bueno, siempre puedes gestionar tu propia empresa de dulces local intentando así contentar a los accionistas, mientras contratas personal, abres locales y realizas diferentes mejoras (al más puro estilo Yakuza 0, pero más simplificado). ¿Eres más de darle puñetazos a los abusones y ayudar a la gente? Ningún problema, para eso está la opción de trabajar como héroe a tiempo parcial, que te permite ganar recompensas mientras ayudas a aquellos clientes que lo necesitan, dándote además premios por cumplir con una serie de tareas que seguramente vayas cumpliendo conforme avances en tu partida.
No hay que olvidarse de las más de 50 subhistorias que hay disponibles por todo el mapa. Para los que ya conozcáis la franquicia, sabréis que estas misiones secundarias son realmente interesantes, combinando desde los momentos más humorísticos a los más dramáticos. Son secundarias de las que a uno le gusta hacer, de las que se buscan por el mapa por el mero gozo de experimentarlas. Por cierto, aunque Yokohama vaya a ser la ciudad principal, habrá presentes otros lugares ya vistos en la franquicia.
Un Yakuza entre dos aguas
Yakuza: Like a Dragon es una oda a los títulos de rol japonés, con especial atención en Dragon Quest. Hay tonos 8 bits cuando alguien se une a tu equipo, además, en la pantalla de carga (muy breves en Series X) aparecen los componentes del equipo en su versión 8 bits al lado de la barra de carga. Son solamente algunos de los pequeños detalles que aparecen, así como las menciones constantes al propio Dragon Quest por parte de Ichiban. De hecho, hay también un cameo con Pokémon mediante la Sujidex que te da el profesor Sujimon, que sirve para catalogar a todos los personajes que pueblan la ciudad y buscan gresca constantemente contra nuestro equipo.
Se nota que Yakuza: Like a Dragon es un juego intergeneracional, pues a pesar de haber disfrutado de este en Xbox Series X, no he notado una gran mejora en el aspecto visual más allá de hacer gala de unos colores más vistosos. El Dragon Engine sigue siendo garantía de un buen acabado, pese a todo, tengo la sensación de que Judgment era mucho más detallista (al menos en PlayStation 4 Pro) a la hora de mostrar a los personajes de cerca, hasta el punto de ver con claridad cada arruga y poro cuando había una cinemática. Digo esto habiendo probado tanto el modo resolución como el modo rendimiento (el juego permite los 4K a 30fps o 1440p a 60fps), que si bien ante un Yakuza clásico apostaría por los 60fps, en este, al ser en un formato por turnos, no duele tanto bajar a los 30fps si la calidad mejora, aunque realmente no se note demasiado.
Donde se deja notar más el paso a la next-gen es en la fluidez y en la escasez de los tiempos de carga, que habiendo comenzado Yakuza: Like a Dragon en una Xbox S All Digital, se dejan notar cuando das el salto a Xbox Series X, que pese a estar ahí, son mucho menores. Otro dato de interés, es que por fin, siguiendo así la estela de los últimos lanzamientos de la compañía, un título de la saga Yakuza llega con subtítulos en español (recordemos que Judgment era un spin-off de la serie), algo que seguramente ayudará a más de uno a dar el salto. Además, como siempre, la labor de traducción realizada por la compañía nipona está a muy buen nivel.
Conclusión
Ryu Ga Gotoku ha conseguido darle un giro radical a su franquicia estrella sin abandonar sus raíces, dejando como resultado uno de los títulos de rol japonés con más personalidad de toda la industria. Ichiban Kasuga es un magnífico protagonista que, quizás con el tiempo, pueda hacer sombra al Dragón de Dojima; además, el resto del elenco no se queda atrás en carisma y profundidad, son personajes muy interesantes y uno disfruta conociéndolos. El cambio de brawler a JRPG, pese a la brusquedad del paso de un género a otro, no se siente extraño, consiguiendo hacer que el mundo yakuza y todo aquello que lo acompaña pueda tener cabida en el género, dejando una obra con mucha personalidad y que no se olvida de sus temáticas. ¿Quieres entrar en la franquicia? Este es tu momento. ¿Eres fan de esta? Entonces no tengo que convencerte de nada, sabes que Yakuza: Like a Dragon te interesa.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.