Y es que, a partir de 2016, el interés por la franquicia comenzó a decaer. Al principio esto no era tan evidente, y con las entregas de la subserie Black Ops la cosa no parecía tan grave, pero se comenzaba a notar la desesperación de Activision: Inclusión de remasterizaciones de los juegos más míticos como incentivo de reserva de los nuevos juegos, aparición de mapas muy queridos como DLCs, desarrollo de secuelas tras secuelas de los juegos que mejor funcionaron… Algo no terminaba de funcionar, y esto se veía reflejado en la calidad de los juegos. Con WWII se intentó utilizar como reclamo el regreso de la serie a la Segunda Guerra Mundial, conflicto que llevaban sin tocar desde el antes citado World at War, pero esta propuesta no terminó de funcionar como debería. Tras reiniciar la serie Modern Warfare, parece que Call of Duty es, a día de hoy, una sombra de lo que era reemplazado por los nuevos titanes del shooter multijugador como Fortnite o Valorant, llegando a sobrevivir a través de un modo de juego relanzado como free-to-play, Warzone, que sí que ha cosechado un gran éxito al abordar de lleno el género de los battle-royale. El triunfo de este llevó a Activision, hace ya un par de años, a modificar el planteamiento de sus pases de temporada y DLCs, acercándose a una polémica estructura de recompensas cercana a los micropagos que no ha contentado a todo el mundo. Así, a día de hoy la serie sobrevive gracias a Warzone y apostando por nuevas entregas que, teniendo ciertos ganchos para atraer a los fans de los títulos anteriores (como la ambientación histórica o la aparición de ciertos modos) sí que se permiten modificar ciertos modos para hacerlos únicos y diferenciables del resto de entregas. Y este es el caso con el título que hoy vengo a analizar, Call of Duty: Vanguard, la nueva entrega desarrollada, a partes, por Sledgehammer Games y Treyarch que, una vez más, nos traslada a los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial mientras que nos permite disfrutar de trepidantes partidas multijugador y de nuevos mapas del modo zombies. ¿Queréis saber cuáles son los cambios que trae este título a la fórmula Call of Duty? ¿Y tenéis interés en conocer si este título ha solucionado algunos de los problemas vigentes en las últimas entregas de la serie? Además, ¿os gustaría conocer qué tal ha salido el modo campaña? Pues si la respuesta a estas preguntas es que sí, os recomiendo leer el análisis completo que, como siempre, podréis encontrar a continuación.
Hamburgo, 1945
Como diría Jack el Destripador, vayamos por partes y comencemos hablando por el modo campaña del título. Así, como antes os comentaba, Vanguard nos traslada de lleno a los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial y nos pone en la piel de un pequeño grupo de soldados internacionales que son reunidos para completar una misión secreta que podría definir el final de la guerra. Viviremos algunas historias previas de cada uno de los cuatro soldados que forman parte de este pelotón de fuerzas especiales, al mismo tiempo que avanzaremos en esta peligrosa misión. Me ha resultado muy curioso e interesante como el título abandona la idea de presentar una historia grandilocuente centrada en las misiones más grandes y conocidas de este triste pero memorable conflicto para presentar historias más íntimas y personales, centradas en las hazañas de los cuatro personajes. ¿Y quiénes son estos personajes? Por un lado encontramos a Arthur Kingsley, sargento inglés cuya misión inicial es de los puntos más impactantes y memorables de toda la campaña, y capaz de dar órdenes a sus compañeros de pelotón; Polina Petrova, una francotiradora rusa experta y muy ágil cuyos niveles me han resultado los más interesantes en cuanto a diseño; Lucas Riggs, un soldado australiano experto en combate capaz de cargar con más equipo y explosivos que el resto; Y Wade Jackson, un piloto de Nueva York experimentado cuya habilidad a los mandos nos permite disfrutar de unos niveles aéreos muy divertidos y bastante mejores que los vistos en otras entregas de la serie. El desarrollo de estos personajes me ha gustado a pesar de que no son los más profundos que hayamos visto en una producción del género. Es decir, para los estándares de la serie sí que me parece un buen desarrollo, pero a nivel general, aunque me haya gustado, creo que se podría haber mejorado mucho más, especialmente teniendo en cuenta que nos encontramos ante una historia que busca un acercamiento más personal e intimista del conflicto a través de la perspectiva de distintos personajes. Dentro de su mensaje casi propagandista, he echado en falta algo más de valentía para abordar ciertos temas, dejando todo en el aire pero sin mencionar el problema que se quiere tratar directamente. La historia en sí es espectacular, apostando más por presentar acción intensa y trepidante que por darnos una historia emotiva y que nos haga reflexionar. No está mal hecha, por supuesto, pero es bueno tener en cuenta que va a lo que va dejando a un lado cualquier posible mensaje o reflexión. Al final del día, el modo campaña de Vanguard es un buen ejemplo de la calidad de las historias de esta serie, ya que nos presenta una trama coherente y repleta de acción que solo busca entretener… Y lo consigue, siendo a mi parecer de los mejores apartados del título. Es como una buena cinta palomitera de acción: Uno busca desconectar y pasar un buen rato, y lo cierto es que lo consigue.
La duración del modo campaña no es nada excesiva, y os llevará poco más de cinco horas completar su historia principal. Lo cierto es que es más memorable que las campañas de los últimos títulos de la serie, y se alza por encima del resto de modos debido a su espectacularidad y a su impresionante banda sonora, compuesta por el genial Bear McCreary (cuyo trabajo en God of War maravilló a toda una generación, además de destacar por sus composiciones en la recomendadísima Godzilla: El Rey de los Monstruos) quien nos ofrece un conjunto de composiciones trepidantes y épicas perfectamente adecuadas al tono del juego. La banda sonora del título es uno de los pilares fundamentales que sostienen su modo campaña, haciéndolo mucho más memorable e interesante. Además, el juego está doblado al castellano, contando con unas actuaciones de voz bastante buenas que se mantienen al nivel de las actuaciones de voz del título en su versión original. Por otro lado, he quedado muy contento con la dirección de sonido del título y, en especial, con los efectos de sonido de las armas, las explosiones y demás elementos en batalla, que nos permiten adentrarnos de lleno en el conflicto. Si bien la BSO, el doblaje y los diversos efectos de sonido están presentes en todos los modos de juego, es en la campaña donde más destacan y se lucen.
Un multijugador algo reciclado
Siguiendo con el modo multijugador del título, es aquí donde encontramos el sector más continuista de todo el título, ya que apuesta por no introducir muchas novedades… A pesar de que las que introduce funcionan bastante bien. Así, contamos con un buen número de modos de juego (entre los que destacan los míticos Duelo por equipos, Baja Confirmada, Demolición…) que ya son clásicos en la saga y una memorable novedad, el modo Patrulla, que ya hemos visto en títulos como Overwatch y que consiste en defender o tomar un punto que se va moviendo por todo el escenario. Este modo supone una adición muy interesante y correcta al plantel de modos disponibles en el título, pues se amolda a la perfección a la franquicia. El resto de modos funcionan a las mil maravillas, siendo realmente divertidos y permitiendo que haya opciones para todos los jugadores. ¿Os gusta más pasar un buen rato sin ningún tipo de interés competitivo? Probad Duelo por equipos o Todos contra todos. ¿Preferís apostar por la vertiente más competitiva? Demolición seguramente sea vuestro modo de juego predilecto. Junto a estos, se han incluido categorías para diferenciar las distintas partidas disponibles, estando así divididas en táctico (con un número máximo de 12 jugadores), asalto (con 36 jugadores como máximo) e intenso, el modo más grande y caótico (pues permite partidas de hasta 48 jugadores). Me ha parecido un acierto esta división, permitiendo que cada jugador pueda ajustarse mejor al tipo de partida que quiera jugar y ofreciendo, como antes os decía, una mayor cantidad de opciones de juego. El número máximo de jugadores, incluso en los modos más grandes, quizá se queda algo corto frente a los números que manejan otros juegos, pero superar esa marca no era el objetivo de este título, sino centrarse en que las partidas funcionan perfectamente. ¿Y lo hacen? Pues la verdad es que si, a nivel técnico no he tenido ningún problema destacable: Nada de lag, de bugs o cualquier otro problema de conexión destacable. El contenido que trae el modo multijugador de este juego es realmente impresionante y digno de elogio, contando con una cantidad abrumadora de armas, elementos customizables y demás que hacen que sea muy difícil que dos jugadores tengan el mismo set de juego. Pero si por algo destaca en el ámbito de contenido este juego es, sin duda alguna, por su enorme cantidad de mapas disponibles desde el inicio. Y es que, frente a los 8 que tenía de lanzamiento la entrega anterior, este juego nos presenta un total de 20 mapas disponibles diferenciados entre mapas nuevos y otros ya conocidos de títulos anteriores de la serie que vuelven con un pequeño lavado de cara. La cantidad es idónea, haciendo que sea aún más difícil cansarse del modo multijugador, y aunque se nota bastante la diferencia entre los mapas nuevos y los clásicos (el diseño es mejor, a mi parecer, en los mapas clásicos, pero en estos hay pocos elementos destruibles, una de las principales novedades de Vanguard) me ha parecido excelente que desde Activision hayan apostado por traer tanto contenido. También encontramos un buen número de operadores, estando disponibles desde el inicio 12 personajes diferentes con sus propias historias. De nuevo, una cantidad más que decente con personajes que, por desgracia, no son tan interesantes como los operadores del resto de entregas.
El gunplay del título es de lo mejor que hay a día de hoy en el género, siendo esto algo a lo que nos han acostumbrado en Activision, contando con un gran número de armas que se manejan de forma muy distinta entre sí, destacando especialmente las diferencias en la cadencia, el tiempo de recarga, el tipo de disparos, etc. Sin embargo, hay aquí un problema que me ha chirriado mucho conforme jugaba al título, y es que a pesar de que manejamos armas extraídas de la época de la Segunda Guerra Mundial, estas se utilizan como las armas modernas y no como se utilizaban las de aquel entonces. En ningún momento sientes que estés usando armas de la época, lo que puede llegar a sacar a los jugadores un poco del juego y de su ambientación. También tengo serios problemas con el respawn en los mapas del juego, algo ya clásico pero que aquí está más pronunciado que antes, haciendo algunas partidas casi injugables. Si nunca habéis jugado un CoD lo cierto es que os llevará algo de tiempo acostumbraros a sus mapas y a sus mecánicas, y a día de hoy se puede llegar a sentir algo arcaico el tener que desbloquear todo poco a poco subiendo niveles. Quizá el tener ciertas funciones desbloqueadas desde el inicio le habría sentado mucho mejor, aunque es un problema que tengo en general con la franquicia. En resumidas cuentas, el modo multijugador de Vanguard funciona realmente bien a pesar de los problemas que arrastra de otros títulos y, aunque peca de ser demasiado continuista, lo cierto es que las pocas novedades que tiene se agradecen y se nos presenta una gran cantidad de contenido que nos permitirá disfrutar de cientos de horas de juego. Por último, el juego vuelve a incorporar un sistema de pase de batalla que no solo me parece innecesario si no que considero que es algo que se podrían haber evitado, pues la idea de tener un pase de batalla de pago en un juego que ya de por si cuesta 60 € me parece un poco fuerte. Sea como sea, es algo opcional que no ayuda a ser mejor jugador, simplemente permite obtener nuevas skins y elementos cosméticos secundarios.
Un modo Zombis muy distinto al resto
Terminando con los modos de juego principales del título encontramos el que, durante los últimos años, ha sido el favorito de los fans: El modo Zombis. Mientras que en los juegos anteriores este modo consistía en un conjunto de mapas semi-abiertos donde debíamos resistir las oleadas de zombis por rondas mientras conseguíamos mejoras y nuevas armas al mismo tiempo que desbloqueábamos secretos y easter eggs, en esta nueva entrega se acercan más a la estructura de un roguelite pues contamos con un hub central en el que podremos conseguir mejoras, descubrir secretos y acceder a distintos portales. Estos portales nos llevarán a completar misiones en pequeños mapas, lo que permitirá que avance la trama. Así, aunque solo tenemos un mapa de lanzamiento este es más un conjunto de pequeños mapas interconectados que dan pie a partidas más pausadas y largas. La historia que presenta, que se aleja de lo visto en la historia del resto de zombis de la saga, nos narra la historia del proyecto Terminal, un experimento nazi liderado por Wolfram Von List quien, gracias a este, consigue contactar con una fuerza demoníaca que pondrá bajo su dominio a un ejercito de fuerzas no-muertas. Nosotros, como parte de los operadores de las Fuerzas Especiales, deberemos acabar con estas fuerzas oscuras que amenazan con destruir el mundo y proclamar un Reich que dure mil años. Si bien la premisa es interesante, la ejecución me ha parecido un poco tosca y algo floja, planteando una narrativa muy pesada y constante que puede hacer que el jugador más novato se pierda. Hay diálogos constantes y aparecen más personajes de lo que podría parecer, sintiéndose todo muy convulso. Y la verdad es que alejarse de la historia construida en otras entregas no le sienta muy bien, perdiendo un lore realmente interesante. La nueva estructura del modo es algo rara y estoy seguro que dividirá muchísimo a los jugadores, pero a mi parecer esta no alcanza las cuotas de calidad y diversión de las del resto de entregas. Si por algo se caracterizaba el modo zombis de otros juegos era por su estructura arcade, que siempre permitía disfrutar de partidas rápidas y desenfadadas, mientras que ahora es todo más convulso y requiere invertir una mayor cantidad de recursos. A nivel jugable no está mal, aunque me resulta extraño que los zombis tengan barras de vida. Lo que sí me ha gustado es la enorme cantidad de mejoras que podemos conseguir, que puede hacer de cada partida algo único y diferente.
Por último, a nivel técnico el juego es realmente sorprendente, siendo uno de los títulos más vistosos y bonitos de toda la serie al mismo tiempo que aprovecha al máximo las capacidades de las consolas de antigua generación. En Xbox One X, que es donde he podido disfrutar del juego, no he encontrado ningún problema técnico reseñable más allá de los larguísimos tiempos de carga en los menús principales, que pueden llegar a sentirse realmente tediosos. A nivel gráfico el título destaca de forma positiva gracias a sus detalladas texturas, sus más que decentes animaciones, su iluminación, sus partículas y sus efectos, aunque también es cierto que hay ciertos dientes de sierra que se podrían mejorar. El juego toma una dirección de diseño mucho más fría y oscura que la última entrega ambientada en este conflicto, y lo cierto es que le sienta de escándalo, dando un toque más oscuro y serio al conflicto al mismo tiempo que le da una mayor personalidad, contando con escenarios muy llamativos. Nos encontramos, pues, ante un título bien adaptado a la actual generación que poco tiene que envidiar a los títulos más potentes de estas gracias al excelente uso del IW Engine.
Conclusión: La guerra nunca cambia, aunque debería
Call of Duty: Vanguard se trata de la nueva entrega de la veterana serie de shooters multijugador que nos trae todo lo que caracteriza a la serie: Un modo campaña intenso y divertido que, al igual que las superproducciones de Hollywood nos ofrece acción palomitera sin más pretensiones; Un modo multijugador continuista que aporta poco pero que plantea pequeñas cosas interesantes y una enorme cantidad de contenido; Y un modo zombis muy distinto al resto y que apuesta por una estructura más lenta y cerrada, con mayor importancia de la historia. No nos encontramos ante un juego revolucionario, y mantiene algunos de los problemas más característicos de la serie, pero lo cierto es que se trata de un shooter bastante divertido y destacable cuya enorme cantidad de contenido hará que sus jugadores tengan por delante horas y horas de diversión. Podría haber sido mucho mejor, y podría haber traído un modo zombis como los anteriores, pero lo que nos presenta tampoco está mal del todo. Si queréis pasar un buen rato, ya sea solos o con amigos, esta es una muy buena opción. Y si sois fans de CoD, no lo dudéis: Es un juego a la altura de la serie.
https://www.youtube.com/watch?v=Y4cyqwjRLE4
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.