Desarrollado originalmente por el ya extinto estudio Looking Glass Technologies, este título de acción y ciencia ficción presentaba una historia oscura inspirada por los grandes relatos (tanto literarios como cinematográficos) de la ciencia ficción del momento. Su marcado interés por la historia y su jugabilidad quizá os resulten familiares; A fin de cuentas, el título fue diseñado por el legendario Ken Levine, quien más adelante fundaría Irrational Games y desarrollaría la icónica saga Bioshock, considerada como la secuela espiritual del título que hoy nos ocupa. Por supuesto, la influencia de este juego iría más allá de la saga de 2K Games, pues sin él no se entenderían los juegos de estudios tales como Arkane. Durante muchos años se ha intentado dar una segunda vida a esta serie, y aunque se remasterizaron los dos únicos juegos que la componen, lo cierto es que faltaba algo más. Así, en el año 2015 se anunció a través de Kickstarter el desarrollo tanto de la tercera entrega como de un remake del primer juego, y aunque se consiguieron alcanzar los objetivos económicos fijados… Lo cierto es que el desarrollo no pudo ser más caótico. El juego fue “cancelado” en 2018, y su desarrollo volvió a reanudarse en 2020. Tras retrasar el lanzamiento del título un par de veces más (pues pretendía lanzarse en 2020 y, posteriormente, en 2021), parece ser que por fin podremos probar el que es uno de los remakes más especiales de toda la industria. ¿Habrá conseguido mantener el nivel de la mítica entrega original, o su caótico desarrollo habrá dado pie a un remake flojo y olvidable? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
Hackeando la base de datos
La historia de System Shock nos traslada al lejano y distópico año 2072. Las corporaciones se han hecho con el control de la sociedad, y la humanidad ha conseguido alcanzar las estrellas, lo que ha permitido la creación de diversas estaciones espaciales. Será precisamente a una de estas, Estación Ciudadela, a la que llegará nuestro protagonista tras hackear su base de datos. Su supuesta entrada en prisión dependerá de si cumple o no una inesperada misión que le es encomendada: parar mediante el uso de la fuerza a la IA malvada conocida como SHODAN, quien se ha hecho con el control de toda la estación. Así, la historia parte de una premisa que, si bien no se explica de forma clara, consigue introducirnos rápidamente en su universo. Y menudo universo: a diferencia de otras propuestas del género, aquí nos transportaremos a una visión futurista que no se desprende de su origen noventero, siendo todo absolutamente retro y, por qué no decirlo, fascinante. Jugar a este juego es como introducirse en una máquina del tiempo, tanto para lo bueno como para lo malo: su ambientación es excepcional y única, pero su narrativa acaba sintiéndose algo oxidada.
A fin de cuentas, no se ha modificado mucho con respecto a la del título original, y aunque se han introducido un par de ideas presentes en títulos modernos, se sigue echando en falta una mayor naturalidad en la narración. Todo se siente algo artificial, desde los diálogos hasta las descripciones. Quizá donde más se nota esto es en las notas y las pistas de audio que vamos encontrando mientras exploramos, pues no encontraremos nada que no hayamos visto en otros juegos… Pero siendo aquí menos orgánico. Y ojo, que la historia no es para nada desechable: el tratamiento de SHODAN es absolutamente brillante, alzándose como un villano icónico y muy creativo, y algunos de los giros que trae consigo la trama son sorprendentes, además de que la construcción del universo es sensacional. El caso es que, simplemente, la forma de contar la historia se siente algo oxidado. Lo que sí que es de agradecer es que el título nos llega traducido al español, y el trabajo realizado al respecto es sorprendentemente bueno.
A tiros en el espacio
En lo jugable nos encontramos ante un juego de acción con tintes de RPG que, como ocurre en su narrativa, no termina de adaptarse tanto a las tendencias actuales de la industria como debería. Con esto quiero decir que, si bien nos encontramos con una reimaginación completa del clásico título de PC, aún se siguen echando en falta mejoras y novedades sustanciales en su fórmula. Así, tendremos que explorar una enorme y laberíntica estación espacial mientras hacemos frente a las hordas de infectados y a las máquinas manipuladas que intentarán hacernos papilla. Para ello, podremos hacer uso tanto de armas cuerpo a cuerpo como de armas a distancia, de entre las cuales podemos destacar las que usan munición convencional y las que usan munición de energía. La variedad de armas que presenta el título es bastante buena, y no tardaremos mucho en hacernos con un arsenal digno del mejor héroe de acción. Sin embargo, el gunplay se siente excesivamente tosco, y los impactos no terminan de notarse dentro del juego. Este es uno de los motivos por los que digo que el título no termina de encajar con las tendencias modernas de la industria, pues como juego de disparos es tan eficaz como, por ejemplo, los Fallout: no es que no puedas disfrutar disparando a los enemigos, pero muchas veces no sentirás que realmente les estás dando.
A diferencia del título original, en esta reimaginación se ha apostado por presentar una jugabilidad mucho más centrada en la acción, lo que deriva en una movilidad mucho más fluida y dinámica. El resultado es excelente, puesto que ahora podremos saltar, correr, mirar hacia los laterales y demás movimientos que, en el original, no existían o no destacaban. El cambio también ha afectado, aunque de forma más leve, al ritmo: el juego es ahora algo más frenético, lo que hace que se sienta más divertido. El componente de terror sigue presentándose como uno de los grandes atractivos del juego, aunque las comparaciones son odiosas: estando en el año en el que han sido lanzados Dead Space y Resident Evil 4, System Shock palidece enormemente debido a su tosca jugabilidad y a su inexplicable diseño de mapas. Y no, no me refiero al diseño de niveles, puesto que este mantiene un muy alto nivel, si no que hablo del mapa del juego. Este es inexplicablemente confuso, y nos perderemos más de una vez utilizándolo.
Un viaje al futuro más retro posible
Si por algo llama la atención el remake de System Shock es por su diseño artístico. En un intento por innovar dentro del campo de los remake, el equipo de Nightdive decidió trasladar los gráficos pixelados del título original a un entorno 3D y HD, lo que ha dado pie a un estilo gráfico único: el uso de vóxels (píxeles en 3D) en consonancia con texturas y modelos de alta definición puede parecer algo extraña de primeras, pero en cuanto uno comienza a jugar acaba disfrutando de lo lindo de este estilo. Es, en cierto modo, una traslación muy fiel y original del clásico título, que respeta su esencia al mismo tiempo que la traslada a la industria del videojuego moderno. Sin embargo, a nivel gráfico hay ciertos elementos que deberían mejorarse, como es el caso de las animaciones de los enemigos o ciertos efectos de iluminación.
En lo técnico sí que encontramos un mayor nivel de problemas, pues no solo se da la presencia de varios errores, ya sean bugs al uso (objetos que flotan, ciertos detalles que no terminan de funcionar) o errores gráficos. No es un juego que esté roto del todo, pero sí que deberían solucionarse varios de sus problemas por medio de parches. Su rendimiento también es algo inconsistente, y en ciertos momentos parece dar algún problema de ralentización. En cuanto al sonido, lo cierto es que tanto el doblaje como la banda sonora son excelentes, permitiendo que la inmersión sea absoluta durante todo el desarrollo del juego.
Conclusión: Un remake humilde que respeta de sobremanera el título original
System Shock es un remake sorprendente, puesto que se aleja de la tendencia actual de rechazar el pixel art para hacer juegos realistas y decide hacer algo completamente distinto con su estilo artístico. El resultado es un juego creativo y fiel al título original, que triunfa al presentar una obra inmersiva pero que peca de no tener una jugabilidad especialmente cuidada o unos diálogos bien trabajados. En este sentido, se ha apostado más por mantener la esencia del original que por actualizar todo el conjunto: algunas mecánicas han mejorado, pero otras se han mantenido tal cual, lo que hace que el juego pueda sentirse un poco oxidado. Sin embargo, esto no impide que el juego no pueda ser divertido, pues se trata de la versión más accesible de uno de los juegos más revolucionarios, atrevidos e influyentes del medio.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.