Estás AQUÍ para saber MÁS
Evotinction nos coloca en la piel del Doctor Liu, en la superinstalación HERE, sitio donde se ha desarrollado, gracias a reunir a miles de científicos brillantes de todo el globo, la inteligencia artificial MORE. Esta potentísima IA, diseñada para ser el motor del nuevo mundo, y todas las demás que vigilaban y mantenían la seguridad del complejo, han sido infectadas por el virus RED, ocasionando que los dispositivos autónomos de HERE se volvieran en contra de sus usuarios, provocando miles de desaparecidos.
Como veis la premisa inicial de la historia de Evotinction no resulta novedosa per se, sin embargo, según vamos avanzando en la aventura y descubrimos todo lo que la instalación (y las personas que han trabajado en ella) tiene que contarnos, veremos que hay mucha más miga de la que parece a priori, consiguiendo que queramos seguir avanzando y descubrir su final, que alcanzaremos en torno a las 8-9 horas de juego a poco que le cojamos el truco a su jugabilidad, de la que hablaremos más adelante.
No faltan los combates contra jefes (no abundan, eso sí), numerosísimos coleccionables que ahondan en lo sucedido en el complejo y en las relaciones humano-IA o decisiones de carácter moral que veremos destacadas al final de los créditos y que varían un poco el, por razones obvias, lineal recorrido a la meta. En Evotinction, por contrapunto, no encontraremos NPCs con los que interactutar más allá de nuestro propio asesor robótico autónomo, salvo en un momento muy puntual de la aventura. Gracias a esto, el juego transmite unas sensaciones de desasosiego y soledad permanentes muy conseguidas y que en cada momento en el que no estamos tratando de esquivar a la muerte nos hacen reflexionar durante algunos segundos.
Otro elemento que también recuerda mucho a VR Missions (y que en este caso no es un DLC o un juego infladísimo de precio aparte) es la adición de secciones simuladas, que no aportan nada a la narrativa, pero sí a nuestra capacidad de conectar con las mecánicas del juego. Por último, una vez completado el juego, podremos acceder a NewGame+ para seguir reuniendo piezas que hayamos dejado por el camino, sin olvidar lo aprendido anteriormente, eso sí.
Espiando a la Inteligencia Artificial
Evotinction abandona el genérico shooter al que la mayoría de juegos sobre esta temática abrazan para aferrarse a una propuesta, la del espionaje, que si bien no es la más querida por los usuarios, las sagas Splinter Cell o Metal Gear Solid elevaron a la cumbre y la acercaron a jugadores que ni por asomo habrían hecho suya. Aquí, salvando las distancias con esos 2 gigantes, se ha hecho un trabajo de mucha calidad, aprovechando ideas como la de los niveles de «búsqueda/alerta» de la saga de Hideo Kojima para, con personalidad propia, redondear un apartado jugable tan disfrutable como profundo.
Además de aprender los patrones de los enemigos y dominar el entorno, como es lógico en este género, tendremos a nuestra disposición varios tipos de habilidades y gadgets que podremos desarrollar, entre los que se encuentran limitar el movimiento de las IAs, piratear cámaras o lanzar un impulso eléctrico generalizado y, permitiendo, si se me permite la hipérbole, crear «builds» como si de un RPG se tratara, dotando de más poder a aquellos artilugios o mejoras que casen mejor con nuestra forma de jugar. Evotinction consigue que cada jugador se tome las cosas de forma diferente para cumplir los objetivos (dentro de sus limitaciones razonables), algo que lo dota de energía rejugable también, máxime si tenemos en cuenta que podremos recomenzar la partida con nuestro avance.
La curva de aprendizaje para el uso y adquisición de conocimientos sobre estas habilidades y artilugios está también muy bien diseñada, siendo profunda pero fácil de entender. Además, podremos poner en práctica nuestros progresos en las secciones de entrenamiento que mencionamos antes, por lo que no sentiremos frustración en prácticamente ninguna sección a poco que hagamos el ejercicio de prestar atención a los detalles y leer los requisitos y consecuencias de emplear según qué cosas. Durante los combates contra jefes o ciertos puntos muy concretos existen variaciones jugables contextuales (que a veces echamos de menos durante las partes normales) que también serán bastante fáciles de asimilar.
Actualización necesaria
Evotinction entra por los ojos, eso es indudable. Sin embargo, en un espacio cerrado y con detalles tan minimalistas, derivados por el propio concepto artístico futurista del juego, son difícilmente comprensibles los errores técnicos que sufre el modo «calidad», al menos en PlayStation 5, versión a la que hemos tenido acceso. Desde nuestro punto de vista, se hace prácticamente imprescindible jugar en modo rendimiento, dado que en la vertiente con mayor fidelidad el juego sufre de tirones y caídas de frames bastante graves, pidiendo a gritos implantar una nueva versión del software. En el modo con mayor tasa de refresco y como podéis observar en las imágenes que acompañan al análisis, aun así, el juego se ve notablemente bien, con la salvedad de algún detalle en el último tercio de la aventura.
Con respecto al HUD, menús e indicadores de pantalla, pese a mostrarse gran cantidad de estos últimos, en todo momento sabremos qué está pasando, algo que también se antoja cuidado por parte del estudio y que ayuda al jugador en sus quehaceres.
Finalizando con el aspecto sonoro de Evotinction, melodías y voces, en inglés, están bien elegidas y coordinadas con lo que pasa y dispondremos de textos traducidos al castellano, cosa que, como siempre decimos, se agradece para los menos duchos en el idioma anglosajón.
Conclusiones finales sobre Evotinction
Evotinction coge una premisa bastante trillada en sistemas de entretenimiento y le da una vuelta, introduciéndola en el género del espionaje y haciendo que ambos se entiendan casi a la perfección. Las mecánicas y gadgets presentes en el juego permiten que los jugadores afronten las diferentes áreas que plantea durante sus casi 10 horas de duración de diversas maneras, haciendo que estemos ante un título bastante rejugable. Obviando los problemas del rendimiento en modo calidad, Evotinction luce lo suficientemente bien como para entrar por los ojos desde el primer momento. Además, su atmósfera de soledad y su recta final consiguen poner los pelos de punta, algo que, siendo honestos, no es algo que esté pasando muy a menudo en el mundo de los videojuegos últimamente.