![[Análisis] Tales of Xillia Remastered [Análisis] Tales of Xillia Remastered](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2025/09/Tales-of-Xillia-Remastered-800x450.webp)

En la vasta trayectoria de la franquicia Tales of, pocos títulos cargan con la responsabilidad histórica de Tales of Xillia. Lanzado originalmente para conmemorar el 15.º aniversario de la serie en Japón, fue el juego que definió el salto generacional hacia la alta definición, abandonando el estilo «chibi» o cel-shaded más tradicional en favor de proporciones realistas y una puesta en escena más cinematográfica. Ahora, cuando nos acercamos al 30.º aniversario de la saga, Bandai Namco continúa su labor de preservación con el Tales of 30th Anniversary Remastered Project, rescatando esta entrega fundamental del catálogo de PlayStation 3 para que no quede atrapada en el olvido del hardware obsoleto.
Tras el reciente regreso de Tales of Graces f, Tales of Xillia Remastered llega con la misión de demostrar por qué fue uno de los capítulos más vendidos y queridos de su época. No estamos ante un remake que reescriba sus cimientos, sino ante una restauración cuidadosa que respeta la visión original del equipo de Hideo Baba. El objetivo es claro: pulir las asperezas técnicas de 2011, suavizar el ritmo con comodidades modernas y permitir que una nueva generación de jugadores descubra por qué la historia de Jude y Milla sigue siendo un pilar narrativo del género, capaz de mirar de tú a tú a las entregas más recientes como Tales of Arise.
Dos caminos, un mismo destino
La gran premisa de Tales of Xillia siempre fue su sistema de «Doble Protagonista». Al iniciar la aventura, debemos elegir entre Jude Mathis, un inteligente pero indeciso estudiante de medicina, y Milla Maxwell, la encarnación humana del Señor de los Espíritus. La historia nos lleva a Rieze Maxia, un mundo donde humanos y espíritus coexisten gracias al maná, pero cuyo equilibrio se ve amenazado por un arma militar llamada «Lanza de Kresnik». Aunque la promesa de dos perspectivas distintas es atractiva, la ejecución es algo desigual: dado que Jude y Milla viajan juntos la mayor parte del tiempo, las diferencias narrativas son sutiles, limitándose a escenas exclusivas y monólogos internos. Se recomienda encarecidamente empezar con la ruta de Jude, ya que ofrece una introducción mucho más orgánica al lore y al mundo, dejando la ruta de Milla (más directa y con menos contexto inicial) para una segunda vuelta.

Donde Tales of Xillia brilla con fuerza es en su elenco. El grupo de protagonistas es uno de los más carismáticos de la franquicia, con dinámicas que evolucionan de forma natural gracias a las clásicas «skits» (conversaciones opcionales). La relación entre el pragmático mercenario Alvin y la inocente Elize, o la sabiduría del mayordomo Rowen frente a la energía de Leia, construyen un tejido emocional que sostiene la trama incluso en sus momentos más predecibles. El conflicto central, que enfrenta la supervivencia tecnológica de una nación contra la preservación natural de otra, plantea dilemas morales sobre la convicción y el sacrificio que resuenan con fuerza hasta un clímax memorable.
El arte del combate vinculado
En el corazón de la experiencia se encuentra el «Dual Raid Linear Motion Battle System» (DR-LMBS), un sistema de combate que, a pesar de los años, se mantiene como uno de los más dinámicos y gratificantes de la franquicia. A diferencia de los turnos clásicos, aquí la acción es en tiempo real y se basa en la gestión de dos recursos: los Puntos de Técnica (TP) para ejecutar habilidades especiales llamadas «Artes», y el Contador de Asalto (AC), que determina cuántas acciones consecutivas podemos encadenar antes de necesitar una pausa. Esta estructura premia la agresividad inteligente sobre el machacabotones sin sentido, invitando al jugador a crear flujos de ataque constantes.

Sin embargo, la verdadera joya de la corona es la mecánica de «Link» (Vinculación). En cualquier momento del combate, podemos conectarnos con un compañero controlado por la IA para formar un dúo letal. Esta unión no es solo estética; desbloquea habilidades pasivas únicas según el socio elegido (Alvin rompe las guardias enemigas, Elize drena salud y maná para ti, y Leia puede robar objetos) y permite la ejecución de «Artes Vinculadas». Estas son técnicas devastadoras donde ambos personajes combinan sus ataques para limpiar la pantalla, y son la clave para dominar los enfrentamientos más duros.
La sensación de poder se dispara cuando llenamos el medidor de «Over Limit». En este estado, el consumo de AC desaparece, permitiéndonos encadenar Artes Vinculadas una tras otra sin descanso hasta culminar en las espectaculares «Mystic Artes», los ataques definitivos de cada personaje. En este remaster, la acción corre a unos estables 60 FPS, lo que transforma la experiencia: la respuesta a los comandos es inmediata, las animaciones se sienten más fluidas y el caos visual de efectos y magias se lee con mucha mayor claridad que en la versión original de PlayStation 3.

Fuera del combate, la progresión se gestiona a través del «Lilium Orb», una red de nodos que recuerda al Tablero de Esferas de Final Fantasy X. Al subir de nivel, obtenemos puntos para desbloquear nodos que otorgan mejoras de estadísticas, nuevas Artes o habilidades pasivas. Es un sistema visual y flexible que permite orientar a los personajes hacia roles específicos (hacer a Jude más ágil o a Milla más potente mágicamente) sin resultar abrumador, ofreciendo una capa de personalización ligera pero satisfactoria.
Comodidades para el viajero moderno
Donde Tales of Xillia Remastered justifica su existencia es en las mejoras de Calidad de Vida (QoL). Bandai Namco ha implementado una serie de ayudas que eliminan la fricción propia de un JRPG de 2011. Ahora contamos con autoguardado, la posibilidad de desactivar encuentros aleatorios para explorar tranquilos, y una función de «Dash» que acelera el movimiento por los mapas. El minimapa ha sido rediseñado para mostrar cofres, objetivos secundarios (con iconos de exclamación para no perder misiones temporales) e incluso los coleccionables de Aifread, facilitando enormemente el completismo.

Además, el juego incluye de base casi todo el contenido descargable (DLC) original, lo que significa acceso inmediato a decenas de trajes y accesorios cosméticos (algunos de los cuales cambian la música de batalla y los diálogos de victoria). También se agradece el acceso temprano a la «Grade Shop», permitiendo activar bonificadores de experiencia o dinero desde la primera partida, ideal para quienes solo quieren disfrutar de la historia sin «grindear».
Las cicatrices del tiempo
A pesar del excelente lavado de cara en resolución y fluidez, Tales of Xillia Remastered no puede ocultar su origen como título de PlayStation 3, y es en el diseño de su mundo donde más se notan las costuras. Rieze Maxia, aunque fascinante en concepto y lore, se traduce jugablemente en una sucesión de mapas interconectados que pecan de excesiva linealidad. Las zonas abiertas, llamadas a evocar grandes llanuras o bosques frondosos, son en la práctica pasillos anchos y vacíos con texturas de suelo y roca que, aunque nítidas, resultan geométricas y repetitivas.

Las mazmorras sufren del mismo mal: el diseño arquitectónico es funcional pero rara vez imaginativo, limitándose a menudo a corredores laberínticos con puzles anecdóticos (como mover cajas o activar interruptores simples) que apenas suponen un reto mental. La exploración, por tanto, se convierte más en un trámite para ir del punto A al punto B que en una aventura de descubrimiento orgánico. Además, la estructura de «zonas de carga» constantes, aunque ahora son rapidísimas gracias al SSD, rompe ligeramente la inmersión de un mundo que se siente fragmentado en lugar de continuo, un recordatorio constante de las limitaciones de memoria de la generación en la que nació.
Conclusión
Tales of Xillia Remastered es la demostración palpable de que una buena historia y unos personajes memorables son inmunes al paso del tiempo. Bandai Namco ha realizado un trabajo de restauración inteligente, entendiendo que no hacía falta reinventar la rueda, sino simplemente engrasarla para los estándares actuales. Las mejoras de calidad de vida (especialmente la velocidad de movimiento y la gestión de encuentros) eliminan la fricción que podría alejar al público moderno, permitiendo que brillen sus verdaderas virtudes: un sistema de combate adictivo y un elenco protagonista que se gana el corazón del jugador a golpe de carisma y conversaciones.

Es cierto que quien busque un despliegue técnico puntero o un diseño de mundo abierto complejo se dará de bruces con la realidad de un juego de 2011. Sin embargo, para los amantes del JRPG clásico, este remaster es una parada obligatoria. Tales of Xillia Remastered no solo es la mejor versión posible de un título fundamental en la historia de la franquicia, sino que también sirve como el aperitivo perfecto (y necesario) para una nueva generación de jugadores, preparándolos (esperemos) para el eventual regreso de su secuela. Xillia sigue siendo, más de una década después, una lección de convicción y estilo que merece ser rejugada.

Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.
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