![[Análisis] Omega Labyrinth Life [Análisis] Omega Labyrinth Life](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2019/08/analisis-omega-labyrinth-life.jpg)
Bueno, bueno, bueno, pues aquí estamos… Confieso que no esperaba que este día llegase, ya que, seamos francos, ¿qué posibilidades había de que Omega Labyrinth Life fuese publicado en Occidente? Hoy en día cualquier juego nipón con un poco de fanservice tiende a verse abocado a reducir su mercado al ámbito japonés/asiático, o si por azares del destino terminase por llegar al viejo y nuevo continente, debería pasar primero por los férreos controles de la censura que a día de hoy nos azotan y que algunas compañías como Sony, han decidido abrazar con la misma naturalidad que el que abraza a un ser querido. Por suerte, Nintendo con su presidente a la cabeza, Shuntaro Furukawa, ha mostrado su rechazo a coartar las libertades de los creativos a la hora de crear sus obras.
Es por esto que, aunque pueda sonar a bizarrada total, el título del que hoy os hablaré viene hasta con diferente nombre según la plataforma (Omega Labyrinth Life en Switch y Labyrinth Life en PS4). Mientras que la versión de la híbrida de la marca habitualmente asociada al público infantil y las familias, viene sin censura alguna; la que llega a PlayStation 4 lo hace con importantes recortes (incluso en el propio logo del juego, donde no es casualidad que se pierda el “Omega”), perdiendo así la que es su mayor baza diferenciadora, el erotismo que caracteriza a esta saga, puesto que, aunque dudo que a nadie vaya a pillar de sorpresa mi comentario, este no es ni de lejos el mejor dungeon crawler que os vais a encontrar en el mercado.
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Entre flores, mazmorras y pechos
La historia tiene lugar en la Belles Fleurs Academy, una escuela con un hermoso jardín floral que tiene una flor sagrada de leyenda llamada Flora, que según se cuenta, irradia un poder misterioso que otorga un efecto de floración eterna al resto de las flores. Cuando Hinata Akatsuki se transfiere a esta academia, el jardín se marchita misteriosamente. Ahora, la nueva estudiando y el resto de sus compañeras de escuela deben aventurarse en la mazmorra con la esperanza de devolver el jardín a su grandeza.
Esto nos servirá como excusa para ir conociendo a un elenco de féminas lo más variopinto y cliché. Desde la propia protagonista, alegre y despreocupada; pasando por la narcisista con un claro problema de chūnibyō, sin olvidarnos de la representante de clase que además es hija de uno de los conglomerados más importantes del país.
A nivel jugable, estamos ante un dungeon crawler en vista cenital que, como es habitual en el género, nos lleva a recorrer diferentes pisos mientras vamos descubriendo el mapeado (a ser posible esquivando el mayor número posible de trampas), combatiendo enemigos, obteniendo diferentes ítems y equipamientos, y por supuesto, hacemos por donde para evitar morir en el intento. Además de poner atención a nuestra barra de salud, hay que vigilar de cerca el hambre (sí, pasearse por una mazmorra abre el apetito de cualquiera), ya que en caso de no hacerlo y bajar esta a 0, nuestra salud se resentirá a cada paso y no tardaremos mucho en desfallecer. ¡Ah, por cierto! Morir equivale a perder todos nuestros objetos y equipamientos, suena bien, ¿no? Ahora que sale un tema tan interesante como el de la muerte, os quiero recomendar que evitéis pasar más tiempo del debido en cada piso, ya que es posible que si lo hacéis terminéis conociendo a la parca directamente…
Conforme vayamos derrotando enemigos, iremos subiendo el nivel del personaje, que no aumenta de forma constante, ya que comenzamos con nivel 1 a cada nueva mazmorra que visitamos. ¿Sabéis que otra cosa aumenta al derrotar unos cuantos monstruos? El tamaño de los pechos, ya que en las mazmorras hay un extraño poder llamado Omega Power, que, por alguna razón, agrande la copa de las protagonistas al derrotar a los adversarios. Ojo, esto no se mantiene una vez que la abandonamos, por lo que en la academia volverán las aguas a su cauce y el tamaño regresará a la normalidad.
Además de lo antes mencionado, en algunas ocasiones puede que hallemos una tienda en la mazmorra (gestionada por la directora del centro, que parece querer aprovechar para sacar unos ahorros, algo moralmente cuestionable cuando el orgullo de su centro, su jardín, está en horas bajas) donde adquirir o vender algunos ítems. Robar es una opción, aunque la propietaria mencionó algo sobre tomar unas medidas al respecto si eso pasaba, por lo que preferí optar por guardarme de intentarlo.
Otra cosa que podréis encontrar son unas termas, que ayudan a recuperar salud y nos obsequian con una imagen sugerente (tranquilos, el vapor se encarga de tapar las zonas más sensibles). Volviendo sobre los pechos, que bien podrían dar para un apartado propio en este juego, al alcanzar el piso final de cada mazmorra habrá que jugar a Tit-For-Tat, un Piedra-Papel-Tijera de toda la vida, pero con los senos de los personajes… Sí, lo sé, suena demasiado absurdo, pero os juro que no me lo estoy inventando.
Siguiendo con los minijuegos erótico-festivos, uno de ellos nos pone a estimular determinadas zonas del cuerpo de cada muchacha, con afán de que todo esto termine en un frenesí de gemidos y líquido en nuestra pantalla, que posteriormente se conserva en un frasco. ¿Con qué finalidad se hace esto? Bueno, es la forma de conseguir habilidades que luego pueden usarse dentro de la mazmorra, bien para dañar a los enemigos, recuperar salud, etc.
Por supuesto, esto no termina aquí. Algunos de los ítems que hay por la mazmorra nos son a priori desconocidos, y ¿cómo se puede analizar ese objeto para saber de qué se trata y darle así un mejor uso? Pues posicionándolo entre los pechos de la líder para frotarlo entre estos y ver como crece y crece… Sí, no da mucho lugar a la imaginación, es básicamente lo que os estáis imaginando en vuestras cabezas.
¿Se puede usar la pantalla táctil para todos estos menesteres? Así es, y, de hecho, es la forma más recomendable de hacerlo, puesto que es mucho más cómodo y rápido que usar los joysticks. Dicho esto, tanto para los que disfrutáis del fanservice como para los que no, hay una opción por si deseamos saltarnos todo esto, algo que es de agradecer, ya que una vez que has visto 2-3 veces las escenas de Spa de cada muchacha o, si simplemente deseas subir las estadísticas sin tener que volver a pasar por el minijuego de estimulación, puedes hacerlo.
Hay igualmente un par de añadidos interesantes que pueden hacerse fuera de la mazmorra. En la propia academia, está la posibilidad de plantar semillas y regarlas, para que una vez que sean flores, podamos hacer acopio de estas y algunas semillas. Asimismo, se nos brinda la posibilidad de influir sobre la decoración del recinto, cambiando árboles, farolas, bancos y demás por otros nuevos (aunque también se pueden simplemente eliminar) siempre y cuando la economía lo permita.
En cuanto al apartado visual, el juego dispone de algunos modelos para las protagonistas en los momentos ligados a las conversaciones, al más puro estilo visual novel, y cada diseño tiene algún que otro cambio en los gestos de la cara (al sonreír, sentir vergüenza, etc.). Por otro lado, al movernos por la academia y la mazmorra pasamos al estilo chibi de movimiento en cuadrícula, que fuese tan habitual en muchos de los juegos de 3DS. De hecho, en este sentido me recordó bastante a Lord of Magna: Maiden Heaven. Estos diseños cabezones son muy simpaticones y el juego en general, es muy colorido, por lo que, aunque esté lejos de ser puntero (ya que bien podría ser un juego de 3DS con algo más de nitidez), el resultado es agradable.
Las voces son las originales en japonés, mientras que los subtítulos están completamente traducidos al inglés. El título nos permite variar entre diferentes velocidades de texto, e incluso, saltar las conversaciones. Y como no todo van a ser conversaciones y gemidos, hay un abanico de temas musicales que, aunque no son destacables, suelen hacer bien su papel de acompañamiento a cada situación. Si quisiera destacar el opening y su canción, que corre a cargo del dúo DelightStyle.
Durante las conversaciones que mantienen las estudiantes, se puede interactuar con estas. Puedes simplemente tocar sus pechos con la pantalla táctil o hacerlo invocando una pequeña mano y usando los joystick y botones. Normalmente esto suele llevar consigo algún que otro gemido o comentario al respecto, así como algún cambio en sus rostros asociados a la vergüenza o el enfado. No deja de ser cómico, puesto que le quita cualquier mínimo atisbo de seriedad que pudiese existir, el que en mitad de una conversación lo hagas y se escuche un gemido o reprimenda de fondo.
Conclusión
Omega Labyrinth Life es un dungeon crawler con una jugabilidad sólida, que buscar destacar entre sus competidores por su fuerte componente fanservice. Por supuesto, esto último dividirá a muchos, entre aquellos que lo ven como algo positivo y los que no. En cualquier caso y sin necesidad de entrar en debates estériles al respecto, es innegable que a menos que decidas adentrarte por el componente erótico, no hay gran cosa que destacar.
Si tu interés está únicamente en el género, tienes otras opciones en Switch como The Lost Child, Labyrinth of Refrain: Coven of Dusk o Chocobo’s Mystery Dungeon EVERY BUDDY! que, aunque a nivel jugable no ofrecen tanto como, por ejemplo, la franquicia Etrian Odyssey en 3DS, son propuestas más interesantes que la de Omega Labyrinth Life. Dicho esto, el juego está a la venta por 60€, por lo que aunque estuvieses realmente interesado en disfrutar de esta mezcolanza de dungeon crawler más pechos y gemidos, te aconsejaría esperar a una rebaja.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.
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