Después de tantos años donde los rumores sobre la existencia de una nueva entrega de la franquicia Borderlands circulaban por foros y redes sociales, la saga de looter-shooter por antonomasia salta a la palestra con una tercera parte firmada por los desarrolladores de las dos entregas numeradas de la serie, Gearbox Software.

Gearbox y 2K Games vuelven a la carga con un shooter que apuesta por seguir la estela de Bordelands y Borderlands 2, conservando la fórmula que los hizo llegar a lo que es hoy, pero ofreciendo mucho más contenido, nuevas mejoras y algún cambio para adecuarlo a esta época y, por primera vez, desarrollado con la generación de PlayStation 4 y Xbox One en mente.

¿Lo consigue? Ahora lo veremos…

 

La vida sin Jack el Guapo

Bordelands 3 tiene un cambio importante en lo que a la narrativa se refiere respecto a entregas anteriores, y es que, esta vez Jack el Guapo no toma partido en la historia. Pero lo que podría ser un hándicap en un primer momento deriva en el bautismo en sociedad de dos grandes antagonistas, Los gemelos Calypso. Este malvado par que ha unificado todos los clanes de bandidos de Pandora bajo su mando y el nombre de Hijos de Pandora, intentará ponernos las cosas difíciles y llegar al objetivo antes que nosotros.

La historia principal gira entorno a la búsqueda de la Gran Cámara, un hecho que nos llevará a visitar multitud de nuevas localizaciones; saliendo incluso de los límites de Pandora y visitando otros planetas por primera vez en la franquicia.

La trama vuelve a ser divertida como cabría esperar, es cierto que no nos cuentan nada épico, pero el verdadero interés radica en el camino y sobre todo en los personajes, que vuelven a hacer gala de un carisma y una personalidad arrolladora, ofreciéndonos multitud de diálogos y momentos estelares a lo largo de la aventura. Momentos repletos de humor surrealista que incluso echarán mano del humor más negro para sacarnos una carcajada, y creednos que lo consigue. Es cierto que desde Gearbox comentaron que habían retocado el humor para que nadie se pudiera sentir ofendido, pero verdaderamente el videojuego vuelve a hacer gala de un humor gamberro donde se ríen de todo y todos sin compasión, echando mano de la sátira y ridiculizando muchas de las costumbres que tenemos como sociedad hoy en día.

A lo largo de la historia principal nos podemos encontrar con muchos viejos conocidos de otras entregas, e incluso de Tales from the Borderlands, pero se obvia completamente lo ocurrido en The Pre-Sequel, por lo que podríamos decir que esa entrega se queda fuera del canon.

 

Nuevas localizaciones pero viejas sensaciones

Sería mucho decir que Borderlands 3 supone una revolución para la franquicia, y lo cierto es que tampoco sería acertado. Esta nueva entrega hace gala de las mismas bases jugables que las anteriores entregas pero mejora, amplía y refina algunas de sus mecánicas para conseguir que se sienta como un juego de 2019.

Nuestra partida da comienzo con la elección de personaje, en este caso podemos elegir entre tres diferentes como son: FL4K el doma bestias, Moze la artillera, Zane el operativo y Amara la sirena. Cada uno de ellos con sus propias particularidades que, por otro lado, también influirá en nuestra partida, puesto que se manejan de una forma distinta, lo que nos llevará a enfocar nuestras partidas de diferentes formas.

El desarrollo de los personajes se hace mediante niveles, como ya es habitual en la franquicia, y cada uno de estos nos desbloquea un punto de habilidad que luego podemos canjear en uno de los árboles de habilidades que tiene cada personaje. Esto queda a nuestra elección y cada una de ellas nos ofrecerá distintas mejoras.

A nivel de gameplay, Borderlands 3 no varía demasiado respecto a anteriores entregas, el videojuego se mueve bien, el gunplay es preciso, y la progresión de nuestro personaje es una constante durante toda la partida. Por ponerle un pero, diría que vuelve a olvidarse de los que jugamos principalmente solos, haciendo gala de una dificultad un tanto exigente si nos enfrentamos de forma individual a las misiones, al menos en la dificultad normal. Puede resultar algo frustrante algunas veces, pero pueden superarse si vamos bien de nivel y no avanzamos a piñón.

Una de las cosas que sí han variado respecto a anteriores entregas (y que ya era hora) es que en un primer momento se nos da a elegir la posibilidad, o no, de compartir el loot con otros de los usuarios que estén en nuestra misma partida. ¿Recordáis aquellas carreras por conseguir esa arma morada antes de que nuestro compañero de equipo nos la arrebatase? Pues en Borderlands 3 eso es cosa del pasado, y cada uno de los jugadores recibirá sus propios objetos, los cuales también podemos compartir con otros si los tiramos al suelo.

La cantidad de armas que pone a nuestra disposición Gearbox es verdaderamente exagerada, casi inabarcable. A lo largo de nuestro periplo podremos conseguir multitud de pistolas, rifles, metralletas, lanzacohetes, francotiradores… muchas armas de cada tipo, con las que dar caza a los Hijos de Pandora. A lo largo del videojuego podremos encontrar también buenas cantidades de dinero alojado en los cofres y cajas fuertes que están repartidas por los escenarios, que luego podremos invertir en las máquinas expendedoras de munición y objetos de recuperación, o ahorrarlo para comprar mejoras que nos permitan almacenar más ítems y munición, algo que nunca está de más.

Además de esto, también podremos comprar algunos modificadores para editar nuestro personaje a nuestro gusto. Es cierto que la apariencia física está predefinida, pero podremos editarlos con diversos accesorios como máscaras, e incluso cambiar el color de los ropajes y sus gestos.

Borderlands 3 hace de la cantidad una virtud tanto en contenido como en horas de juego, llegando a ofrecernos más de 25 horas para superar la campaña principal, pero pudiendo sobrepasar de forma notable esa cantidad si también le sumamos todo el contenido secundario que nos podemos encontrar a lo largo de todo el juego y el endgame. Si llegamos a ese punto, podremos exprimir el título hasta acercarnos al centenar de horas.

 

Gráficos y sonido

Borderlands 3 vuelve a apostar nuevamente por el estilo cell-shading que lleva acompañando a la franquicia desde sus inicios. El videojuego en ese sentido, no tiene mucho margen de mejora, pero sin duda ofrece unos resultados soberbios que dotan de mucha personalidad a la obra.

Como ya hemos dicho con anterioridad, el título por primera vez nos permite salir de Pandora para explorar otros planetas (no queremos deciros cuántos hay para que los descubráis por vosotros mismos) y proseguir nuestra búsqueda con el fin de abrir “La gran cámara”. Esto nos llevará a visitar territorios muy diversos, algunos de ellos de bella factura, dotando de gran variedad al juego.

En cuanto al diseño de personajes, Borderlands 3 lo borda. Anteriormente ya habíamos mencionado que derrochan carisma y personalidad por sus diálogos, pero en el plano artístico también cumplen con creces y hacen gala de unos diseños verdaderamente notables.

El rendimiento es bueno, la versión de Xbox One X hemos de decir que nos ofrece dos modos de juego, el primero de ellos enfocado en los gráficos que hace que luzca a 4K y 30FPS bastante estables, el segundo de ellos prioriza el rendimiento y lleva el juego a funcionar a 60FPS; sacrificando la resolución y bajándola a 1080p.

En cuanto al apartado sonoro, vuelve a ofrecernos diálogos en completo castellano como siempre, haciendo gala de un doblaje a prueba de bombas con un resultado sobresaliente. Hay un gran trabajo detrás de esto, y sin duda lo vemos reflejado en el resultado. La banda sonora está ahí y cumple sin más. Está compuesta por una gran cantidad de temas, algunos con cierta tendencia a la pesadez, pero que nos acompañan durante nuestras largas horas de juego.

 

Un retorno a la altura de lo esperado

Borderlands vuelve a la carga con su tercera entrega de la mano de Gearbox y 2K Games. El videojuego se asienta en sus bases clásicas, y apuesta por repetir lo que ya le funcionó en el pasado pero con nuevas adiciones que lo complementen. El humor gamberro, los tiroteos y como ya habían asegurado desde la desarrolladora con anterioridad: “muchas armas”. Una cantidad ingente me atrevería a decir, así como de contenido en general, que hará que no queramos soltar el mando en una buena temporada hasta descubrir todo lo que la gente de Gearbox ha escondido para nosotros.

Borderlands 3 es un más y mejor de manual, que vuelve hacer gala de su estilo cell-shading tan característico y un apartado técnico/artístico más que notable. Una verdadero lujo que por primera vez en la franquicia nos permite visitar otros planetas lejos de nuestra ya vetusta Pandora, y que nos ofrece algunos entornos verdaderamente destacables. Borderlands 3 es más acción, más locura y en definitiva: más Borderlands. El looter-shooter por definición aterriza por primera vez en esta generación lejos de remasterizaciones, con un resultado verdaderamente espectacular y que encantará a todos, tanto a los más veteranos de la saga como a quienes debuten con esta entrega.