![[Análisis] Days Gone Remastered [Análisis] Days Gone Remastered](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2025/02/days-gone-800x450.webp)

Pero lo sorprendente realmente es que, con mi mentalidad extremamente consumista y de cartera caliente, hay muchos juegos a los que les daría una prioridad real y que aún no he comprado por… no sé, no hay una razón real para ello. Pero vaya, el caso: creo que no existe nadie puesto en el mundillo de los videojuegos que no sepa del drama que envolvió desde su lanzamiento en 2019 a Days Gone, y yo, que tiendo a confiar más en la opinión popular que en la prensa, he querido desde entonces verificar si era tan bueno o no: pero nunca lo compré.
Por eso, Days Gone Remastered se presentaba como la oportunidad perfecta de resarcir mi no-compra del juego original para disfrutarlo en su versión supuestamente mejorada; así pues, lo dicho: hablemos de qué me ha parecido el juego de Bend Studio.
Los zombis nunca son el peor enemigo
Seguro que entendéis que, al igual que yo, hay muchas personas que no han probado el juego original, por lo que hasta el siguiente subtítulo hablaré exclusivamente de la historia de Days Gone, así que si queréis saltar hasta ahí, lo comprenderé, si queréis saber mi opinión de esta, sois bienvenidos a seguir leyendo.
Ahora, la historia de Days Gone mantiene un equilibrio ideal: es tan buena como innecesariamente larga y lenta. Sé que esto puede parecer no compatible, pero así es, y es que si pudiéramos quedarnos únicamente con los aspectos troncales de la trama estaríamos frente a una destacable historia de supervivencia, superación e incluso tintes de heroísmo, pero se pisa a sí misma especialmente al principio alargando el minutaje de manera exagerada con «secundarias obligatorias». Esto, queramos o no, ya hace que nuestra aventura empiece cuesta arriba.
No obstante, el problema principal no es propiamente que busquen una duración artificial sino la mala implementación de esta, y es que al ponernos en la piel de Deac tenemos más que claro qué es lo que este piensa, desea y siente, siendo un personaje bastante estable y plano (y esto no es una crítica), pero Days Gone se esfuerza en convencernos de que su psique va bailando por momentos.
Y al igual que hacen eso con él lo hacen también con el mundo en general, y creo que es algo que juega un poco en contra de la propia naturaleza de la temática: en un mundo apocalíptico las relaciones se forman por necesidad y conveniencia (con mucho sitio siempre para el rencor y la venganza), la moralidad se deja bastante de lado, pero aquí intentan hacernos tomar partido y favorecer a algunos bandos más que otros… porque sí, Days Gone es, nos guste o no, un «simulador de recadero» mezclado con un survival de aventura.
Con esto quiero y pretendo decir que para que te guste la historia de Days Gone (que a mí me ha gustado) tienes que querer pasar por alto las horas extra no recompensadas (como en todo en la vida) y ser consciente de que tira más por el lado de la aventura que del survival. El sistema de tramas, pero, está desarrollado de una forma bastante eficaz una vez cumples un par de ellas, y es que va todo por «misiones generales» a las que llamaremos historias y se van desarrollando de manera individual permitiéndonos filtrar cuándo queremos y cuándo no tragarnos paja de una narrativa que no nos convence.
Days Gone… y la gasolina también
Dejando claro primero que se trata de un meme debido a la cantidad de veces que me quedé sin gasolina (siempre por mi propia irresponsabilidad pero es más fácil quejarse – me encanta que sea algo que debas tener en cuenta), debo destacar que el mundo de Days Gone, planteado como un sandbox, logra clavar algo en lo que muchos juegos pinchan: el tamaño del mundo es ideal, ni se me queda pequeño ni se hace grande, además de que, aunque se valora poco, están muy bien cuidadas las distancias entre los distintos puntos que se deben visitar, por lo que, me repito: ningún viaje se hace pesado ni incoherentemente corto.
Eso entonces hace que el factor survival tenga un punto extra: al tener casi todo el mapa accesible siempre, se pueden dar el lujo de repartir los recursos como les plazca, y aunque por lo general no tendremos problemas de munición en las primeras horas de juego, cuando empiecen a aparecer hordas abusivas de zombis o batallas campales (entendiendo campales como tú contra quince) y no haya toda la munición que querríamos en la zona, echaremos de menos esos coches que no abrimos porque «ya vendrán más».
Aunque, realmente, tiene un problema serio: la IA en Days Gone es más torpe que un padre en Navidad, la mayoría de enfrentamientos grupales no supondrán un desafío considerable siempre y cuando vayamos bien equipados y no creamos que tenemos plot armor para meternos entre doce zombis, por lo que las complicaciones que encontremos en combate vendrán más por nuestra culpa que por mérito enemigo.
Por lo demás, encontramos en Days Gone un juego que nos invita a explorar su mapa, a buscar recursos y las mejores maneras de craftearlos (¡vivan los molotov!), pero el juego nos trae también un aspecto que no me ha acabado de convencer, y es que acoge el sistema de mejora RPG para obtener habilidades como mejoras de apuntado o ralentización del movimiento que, a gusto personal, hubiese preferido mil veces que estas mejoras vinieran propiciadas por materiales o componentes de armas, dándole un valor real al explorar y gestionar de verdad los recursos.
Con todo esto, que creo que he criticado bastante, no puedo evitar decir que me he divertido bastante jugando, a pesar de los varios aspectos mejorables que tiene, la sensación final es que la parte jugable es suficientemente atractiva como para que puedas pasarlos por alto. Además, cabe destacar que el juego cuenta con gatillos adaptativos y respuesta háptica en tu DualSense, lo cual siempre es un plus.
Y hablando ahora sí de las novedades reales, encontramos el DLC «Asalto de Horda» donde, como el propio nombre indica, nos enfrentaremos a tantas oleadas de enemigos como podamos eliminar, orientándose como un modo destinado a obtener la máxima puntuación posible. Este modo, como en todos los títulos que lo ofrecen, iremos haciendo runs con distintos potenciadores tanto positivos como negativos según si buscamos un reto mayor o un desafío algo más asequible.
Con esto dicho, no tengo mucho más que decir al respecto de este modo, pero quizás sea uno de los mayores incentivos para que, si disfrutaste del juego en su momento, vuelvas a instalar Days Gone para volver a matar RIPs y podridos.
Apartado audiovisual
Como podemos esperar de un título que viene por parte de Sony, encontramos en Days Gone un mundo que brilla por su ambientación, y es que es suficientemente convincente por un factor importante: han logrado equilibrar la destrucción por la catástrofe con la perseverancia del humano por sobrevivir y mantener su mundo, mostrándonos así campamentos y pseudo-civilizaciones simplistas y a mínimos a la par que edificaciones propiamente conservadas y sin buscar dramatizar de más al destrozar cosas que no habría tenido sentido.
A esto se le suma que la mayoría de humanos supervivientes son creíbles, y no pretendo ofender a nadie con esto, pero raro me parecería que un escuálido haya sobrevivido solo en el bosque durante meses mientras me encuentro un cadáver de culturista mordisqueado en medio de la carretera. Con esto, claramente, quiero decir que el diseño de los personajes pone de su parte para favorecer, de nuevo, la ambientación.
Aunque lo verdaderamente destacable de Days Gone en términos visuales es la iluminación, utilizando siempre un tono lúgubre y tenue alejándose de cualquier falsa sensación de vitalidad o esperanza: nos encontramos en un mundo destruido por zombis y por la codicia y corrupción humana, no hay lugar para la luz.
Del mismo modo, la música de Days Gone no es algo que destaque ni que se vaya a recordar, especialmente porque la inmersión sonora en Days Gone viene por parte de los efectos de sonido, los cuales cuentan con distribución en el espacio que hace que jugar con auriculares suponga una mejora notable de la experiencia de juego al disfrutar en su completo diseño del punto fuerte a nivel sonoro.
Y sí, igual que habéis visto en las capturas que el juego viene traducido al castellano, como cabe esperar de nuestros estimados compañeros de Sony: también está doblado al castellano con bastante solvencia, contando con buena localización y con buenas actuaciones de voz.
Conclusión
Mi sensación final con Days Gone Remastered es que no he logrado encontrar ese amor que tanto le profesó el público en su momento y quizás por esa parte me haya desencantado un poco, pero a la vez me parece un juego mejor de lo que la prensa pintó en su momento, y quizás este remaster actúe un poco como una reivindicación, una manera de «reclamar» una secuela que, honestamente, creo que no tiene posibilidades de llegar.
Con eso, me quedo con que mi experiencia ha sido suficientemente positiva y que, aunque tiene muchas cosas que cambiaría o plantearía distinto, creo que este Days Gone Remastered es un juego que difícilmente te arrepentirás de darle una oportunidad.

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