Almas que se unen para sobrevivir
Comienzas tu periplo en Deathbound como Therone Guillaman, un cruzado de la Iglesia de la Muerte a quien se le ha encomendado la tarea de cazar a los esenciamantes: herejes que adoran a la hermana gemela de Lady Muerte, Vida, y que han desatado una plaga de monstruos desde dentro de la ciudad prohibida de Akratya. Un encuentro fatídico deja a Therone maldito (como él mismo señala) con una incapacidad para morir y una propensión a absorber la esencia de los guerreros caídos. Dada la obsesión de la Iglesia de la Muerte con, bueno, la muerte, la fe de Therone lo deja sintiéndose en conflicto por este resultado.
Una de las partes más interesantes de la historia es cómo el protagonista se enfrenta a seis personajes diferentes (Esencias), cada uno con su propia historia y punto de vista únicos. Estas personas son más que simples caricaturas; aportan profundidad a la historia al representar a varios grupos e ideologías dentro del mundo devastado de Ziêminal. Las almas de los héroes caídos, que representan a varias facciones, se te otorgan a medida que avanzas. A través de secuencias de introducción cuidadosamente diseñadas e interacciones dentro del juego, los jugadores aprenden gradualmente sobre los antecedentes, los objetivos y las luchas internas de estos personajes. Esto a veces ralentiza el ritmo del juego, pero en última instancia, las historias y los antecedentes de sus personajes valen la pena. Cada personaje representa una faceta de esta lucha existencial entre la vida y la muerte, que es un tema recurrente.
Como ya señalaba, uno de los aspectos narrativos más fuertes del juego es la dinámica entre los personajes. Sus conflictos aportan una capa adicional de drama y tensión a la historia porque no siempre se llevan bien. Aunque la historia a veces cae en la trampa de tratar a estos personajes como estereotipos, también hay oportunidades de conexión y comprensión reales, especialmente cuando se exploran sus historias en profundidad. Y aunque los personajes son intrigantes, la experiencia general se ve mermada en ocasiones cuando parecen demasiado dramáticos o carentes de profundidad. Por otro lado, el diálogo utiliza con frecuencia conflictos forzados o exposiciones excesivamente dramáticas, lo que resta valor a los esfuerzos narrativos más matizados del juego.
Colega, ¿dónde esta mi navaja?
La mecánica que gira en torno a tu grupo es la base de Deathbound. Un grupo de cuatro personajes, cada uno con su propio conjunto de habilidades y estilo de juego, están bajo tu mando. Cada miembro del grupo tiene una barra de salud y resistencia separada, lo que alienta a los jugadores a alternar con frecuencia entre esencias para mantener el impulso. Esto es especialmente cierto ya que si muere incluso una esencia, se acaba el juego. Y dado que tu resistencia máxima está directamente relacionada con tu salud actual, siempre es una buena idea cambiar a los personajes heridos (de hecho, cuanto más salud pierdas, menos resistencia tendrás). Así pues, el sistema de “sincronización” que te permite cambiar entre ellos en medio de la batalla, es una adición inteligente que promueve la gestión de recursos y el pensamiento estratégico. En teoría, este sistema desbloquea un mundo de posibilidades tácticas, lo que permite a los jugadores adaptarse a los difíciles desafíos del juego segundo a segundo. Si quieres abordar una zona con sigilo y puñaladas por la espalda, no hay problema. Si prefieres entrar blandiendo la espada, también puedes hacerlo.
Los desarrolladores de Trialforge también fueron un paso más allá al introducir contadores de metamorfosis y ataques especiales. De hecho, golpear a los enemigos y bloquear o esquivar ataques aumenta tu medidor de sincronización, lo que te permite realizar cambios más rápidos o ataques poderosos. Desarrolla el sistema de grupos tanto en esencia como en narrativa, lo cual es genial. Volviendo a los ataques especiales, cabe señalar que la cosa es un poco más complicada de lo que parece. Realizarlos contra jefes o enemigos más pesados puede ser una sentencia de muerte, ya que no hay fotogramas entre las animaciones. Además, una vez que te has comprometido, estás totalmente comprometido. Ya sea por accidente o por mala intención, es fácil morir unas cuantas veces intentando realizar uno de estos ataques solo para recibir un rápida golpe en el suelo.
Nadie puede negar lo evidente, sí, el combate es la base de cualquier buena experiencia soulslike, pero la exploración no se debe quedar a la zaga si quieres que la experiencia sea completamente redonda en todos los sentidos. Sin embargo, lamento decir que Deathbound es lineal y tiene pocas zonas secretas por descubrir, lo que puede resultar muy decepcionante a los entusiastas de la exploración. Cada zona está llena de trampas, pasajes ocultos y tesoros preciosos, que recompensan a los jugadores más curiosos y perseverantes, pero la mayoría son visibles y no ofrecen verdaderos desafíos para obtenerlos. Los puntos de control son escasos y están bien ubicados, lo que añade una tensión constante y una inmensa satisfacción cuando los alcanzas sin morir.
Aparte del sistema de grupos, Deathbound es una experiencia soulslike bastante convencional en todos los sentidos. Recorres diferentes zonas, enfrentas a grupos de enemigos comunes, encuentra atajos para llegar a las hogueras de turno, luchas contra jefes, etc. Los enemigos típicos pueden acabar contigo rápidamente si no tienes cuidado, y los jefes pueden ser brutales o bastante fáciles, según tu estilo de juego. Hay mucho por descubrir en el mundo de Ziêminal, desde consumibles para mejorar hasta anillos y artefactos equipables. Sin embargo y como ya apuntaba en el párrafo anterior, la exploración no es un tema central, ya que hay una ruta de progresión lineal y obvia, y uno o dos espacios pequeños separados con objetos en cada área. No tiene el atractivo de algunos soulslikes más abiertos y carece de la dirección precisa de experiencias más pulidas en este aspecto.
Cruzados paseando entre coches y laboratorios
A nivel gráfico, la ambientación postapocalíptica del juego consigue destacar, enfrentando a magos dotados de tecnología contra caballeros medievales en una ciudad devastada. El juego hace gala de entornos detallados y envolventes, pudiendo ver coches averiados y laboratorios científicos mezclados con caballeros y criaturas medievales, una mezcolanza extraña que resulta bastante chocante, pero sin duda creativa. Sin embargo y a pesar de la belleza de los escenarios, al ser este un género que se ha explotado de sobremanera en los últimos años, no podría decir que sean especialmente sobresalientes, pues hay otra gran cantidad de estudios que han trabajado mejor en este sentido. Las paletas de colores, los diseños de las criaturas y la iluminación son excelentes. Sin embargo, la animación facial no existe en este universo, las animaciones de combate son entrecortadas y todo el asunto tiene un carácter áspero que perjudica la pintura artística general.
La banda sonora de Deathbound ha sido compuesta por artistas brasileños que acompañan bastante bien las distintas fases del juego. Las melodías melancólicas resuenan en los momentos de calma, mientras que los temas épicos y dramáticos se intensifican durante las batallas. Asimismo, los efectos de sonido son bastante impresionantes, ya que cada arma tiene su sonido distintivo. Los ruidos ambientales, como el crujido de las ramas o los gemidos lejanos, mejoran la inmersión y acentúan la atmósfera opresiva del mundo de Deathbound.
Deathbound se puede completar en aproximadamente unas diez horas, dependiendo del nivel de habilidad. Hay cierto valor de rejugabilidad en términos de coleccionables y dominio general del género, pero no mucho más. Los diferentes miembros del grupo y sus respectivos estilos de juego pueden resultar un poco más divertidos, pero en cuanto a la historia y la tradición, hay pocas razones para volver a jugar una segunda vez después del final.
Conclusión
Deathbound ofrece un concepto atrevido e imaginativo basado en un sistema de grupos único que te permite cambiar entre personajes durante el combate, aunque su exploración lineal y algunos defectos más, pueden conducirle a ahogarse entre el torrente habitual de juegos del género. En definitiva, Deathbound es un juego intrigante y lleno de potencial, pero aún debe encontrar su lugar en un género saturado. Si eres fan de los desafíos difíciles y los universos oscuros, aún vale la pena probarlo por sus ideas originales y profundidad narrativa.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.