Fecha de Lanzamiento
14/11/2024
Distribuidora
Square Enix
Plataformas
PlayStation 5, Xbox Series, Nintendo Switch y PC
Versión analizada
PlayStation 5
No hace falta ser un lince para saber que la franquicia Dragon Quest es una parte fundamental del género JRPG, un pilar que, junto a Final Fantasy, ha conseguido grabar en piedra su nombre para la posteridad del sector, y es que, durante mucho tiempo y ha contribuido en gran medida a cómo se percibe este género tan particular y querido del país del sol naciente. Su existencia ha sido como un faro, sirviendo de guía para muchos videojuegos posteriores que, gracias al buen hacer de Enix (después Square Enix una vez que ambas compañías se unieron), incorporaron muchas mecánicas y elementos de la misma. Y es que, la legendaria franquicia que debutó por primera vez en 1986 en Japón, abarca ya once entregas principales (y un buen puñado de spin-offs, todo sea dicho), con Dragon Quest XII: The Flames of Fate confirmado pero todavía entre bastidores.

¿Y qué mejor manera de celebrar una serie con tanta historia detrás que con un remake de un título antiguo? Por supuesto, con una actualización significativa que lo acerque a la era moderna. Dragon Quest III HD-2D Remake ha sido desarrollado por Square Enix, Team Asano y Artdink, y su objetivo ha sido, evidentemente, modernizar uno de los títulos JRPG más queridos y populares, y es que hablamos de un título con más de treinta años a sus espaldas (que se dice pronto). A fin de cuentas, uno de los factores más complicados de superar a la hora de jugar a títulos viejos es el de lidiar con los gráficos anticuados y la jugabilidad arcaica, una barrera simple, pero eficaz que se materializa rápidamente para un jugador acostumbrado a títulos modernos y que, claro está, por su edad carezca del bagaje necesario de aquellos veteranos que se han criado con esos títulos.

Ahora, después de sumergirme en este clásico reconstruido, está claro que Dragon Quest III HD-2D Remake ofrece una experiencia nostálgica que captura la esencia de sus orígenes a la vez que ofrece un estilo visual renovado. Pero, ¿merece la pena jugarlo? Eso es lo que vamos a ver en este texto. ¿Listos para vivir (o revivir) esta aventura? ¡Coge tu espada, tu escudo y tu armadura; es hora de salir a llevar a cabo alguna que otra heroicidad!

 

¿Estarás a la altura de tu padre?

Dragon Quest III tiene una historia bastante simple que te lanza a la aventura de forma bastante abrupta. Juegas como el hijo de Ortega, un gran héroe que, según parece, está desaparecido y por ende, se le da por muerto, todo esto mientras nuestro futuro héroe era solamente un bebé. Ahora que ya somos un adulto hecho y derecho, nuestro objetivo será seguir los pasos de nuestro padre y viajar por el mundo por el bien del reino, con una única meta en mente, derrotar al malvado Baramos, un monstruo al que nuestro progenitor no pudo derrotar. Para hacer esto, el héroe debe reclutar aliados para formar un grupo y viajar por el mundo para encontrar las llaves que, con el paso del tiempo, lo conducirán hasta su destino.

La historia es absurdamente básica, sin duda, pero el encanto de los personajes que conoces a lo largo del camino la eleva significativamente. Cada personaje aporta un poco de historia, calidez y un sentido de ser. Este es un mundo vivo y palpitante, y cada ciudad tiene una tradición que se hace muy profunda si decides dedicar un mínimo de tiempo para investigar. Claro, Baramos es el gran villano, pero eso realmente pasa a un segundo plano en relación con el sentido de aventura definitivo del juego. Hay jefes tontos, enemigos cobardes y humildes comerciantes a lo largo de todo este viaje, lo que proporciona algunos momentos apasionantes que son tan memorables como entretenidos. La exploración es encantadora en este juego, haciendo que el escapismo sea la principal prioridad de tu experiencia.

 

El verdadero sentido de un viaje

Si conoces Dragon Quest, Final Fantasy, Tales of, y demás, sabes lo que te espera en Dragon Quest III HD-2D Remake. Se trata de un juego de rol clásico con todos los componentes: combates por turnos, un mundo exterior a explorar, un sistema de clases con sus propias habilidades, compañeros para formar tu propio grupo, monstruos y jefes, objetos, estados alterados, etc. Es un buen Dragon Quest, y es que esta entrega definió la mayoría de las mecánicas futuras de esta franquicia. De hecho, las bases se han mantenido bastante estables, lo cual no ha estado reñido con algunas actualizaciones posteriores para aportar algún elemento diferenciador (ya conocéis el dicho: “si no está roto, ¿para qué voy a tocarlo?”)

No obstante, antes de lanzarte de cabeza a explorar el mapa del mundo para visitar cada ciudad y cada mazmorra, tendrás que dar forma a un equipo de aventureros que te ayuden en tu cruzada contra los monstruos de este peligroso mundo (no por nada el rey te indica que el principal fallo de Ortega fue viajar en solitario). Tu personaje principal es, como suele ser normal, un poco polifacético, disponiendo de hechizos ofensivos, curación y un gran potencial para blandir la espada, pero es importante equilibrar al resto de tu grupo para que trabajen apoyando al héroe con roles concretos y útiles. Si quieres una selección tradicional de guerrero, mago y sanador en tu grupo, entonces es una decisión perfectamente aceptable, pero también hay algunas opciones un poco más interesantes entre las que puedes elegir, como el ladrón o el nuevo domador de monstruos.

El sistema de combate por turnos de Dragon Quest III HD-2D Remake es más sencillo que el mecanismo de un sonajero. Las batallas son aleatorias (con pequeñas excepciones en forma de jefes) y conllevan la aparición de un grupo de enemigos más o menos heterogéneo. Cada miembro de nuestro grupo y cada enemigo eligen una acción y luego todos blanden su arma y lanzan hechizos en consecuencia. Si quieres puedes decidir cada acción de cada personaje, o limitarte simplemente a elegir acción con el héroe y dejar que sea la IA la que se ocupe de escoger la mejor acción para cada combatiente, basándose siempre en los parámetros óptimos de cada táctica que elijas para cada uno de ellos (dedicar los esfuerzos del healer en la curación, dejar al mago gastar todo el maná que quiera aunque eso conlleve lanzar hechizos cada turno, o buscar un equilibrio entre las distintas opciones; tú decides cómo comandar a cada uno de ellos). Por otro lado, hay algunos matices en la forma de atacar a los enemigos que están agrupados (ya que algunos hechizos y armas apuntan a todos los enemigos idénticos que se encuentran uno al lado del otro), pero al final del día la estrategia se resumen en utilizar el hechizo o la habilidad adecuados para cada situación.

Los jefes conseguirán ponerte en aprietos en más de una ocasión, pero si tu grupo no está a la altura, siempre puedes grindear experiencia y volver posteriormente a por la revancha (sí, a nadie le gusta grindear, de hecho algunas críticas han ido enfocadas a esto, pero eh, es una propuesta atada a la época en la que se concibió). Y ya que hablamos del paso de los años, al subir de nivel no tendrás que tomar complicadas decisiones sobre si dedicar tu experiencia a la salud, el ataque o la defensa, ni tampoco tendrás que desbloquear habilidades en complejos árboles de habilidades. Amigo mío, este es un título lanzado a finales de los 80, todo era mucho más sencillo entonces. Tus estadísticas aumentan y, con suerte, recibes algún nuevo hechizo o habilidad, punto y final. Es simple, sí (y eso no gustará a todo el mundo), pero sigue siendo eficaz y, sinceramente, supone un breve remanso de paz, un descanso en relación con las propuestas modernas que, en no pocos casos, casi te invitan a jugar con una guía en la mano para “exprimir al máximo” a tu héroe.

Por último, gran parte de la diversión también está en la exploración. Si bien lo más evidente son las ciudades, lugares agradables para curiosear, descansar, guardar la partida, revivir a los caídos y, por supuesto, comprar y vender consumibles, equipamiento y armas; también hay mucho más ahí fuera, esperándote. No hablo solamente de mazmorras, hablo de puntos brillantes que brillan dispersos por el mapa, ¿sabes lo que eso significa? Exacto, un suculento botín en forma de semillas, equipamiento o consumibles. También hay muchas áreas secretas para explorar en el mundo exterior, que están generalmente señaladas por elementos ambientales de aspecto ligeramente diferente, como árboles de gran tamaño (si algo llama tu atención, ve hacia allí). Aquí es donde a menudo encontrarás monstruos que también quieren unirse a nosotros (concretamente al refugio del domador de monstruos), lo que se traduce en una actividad secundaria en forma de coliseo para enfrentar a monstruos entre sí.

 

Brillos y colorido por todos lados

Siguiendo la estela que comenzó con Octopath Traveler, Team Asano vuelve a crear un juego con el mismo filtro visual, uno que hace que los píxeles planos del pasado cobren una nueva vida gracias a un estilo visual refrescante y exuberante que evoca nostalgia sin limitar a los cánones gráficos de antaño. Un estilo de cámara inclinada y desplazada da como resultado efectos de profundidad que transmiten inteligentemente el tamaño y la amplitud de las ciudades y las mazmorras, a medida que los árboles y los edificios se funden en el primer plano y el fondo mientras nuestro grupo, dibujados en sprites de apariencia 2D, deambulan por ellas.

Combinado con una iluminación y sombras evocadoras que hacen que la luz del sol se filtre a través de los bosques y las antorchas brillen en cuevas brumosas, el juego camina de forma eficaz por la cuerda floja de rehacer una experiencia tal como los jugadores recuerdan el original de hace décadas, mientras que también es agradable a la vista para los nuevos jugadores que descubren la historia de Dragon Quest III por primera vez.

También hay una versión actualizada de la banda sonora de Dragon Quest III, y es excelente. Cada ciudad tiene un tema tanto para el día como para la noche. Todos los efectos de sonido básicos también están presentes y hacen bien su trabajo, pero lo más impresionante es que esta vez hay algo de actuación de voz. No mucho, pero suficiente en los momentos que importan.

¿Y hay algunos cambios más aparte de lo evidente? Bueno, en este remake se ha incluido la posibilidad de elegir entre tres dificultades, lo cual es una contribución enorme a suavizar la dificultad de la experiencia original. Y otra mejora que muchos jugadores sabrán apreciar enormemente (yo el que más), es la opción de modificar la velocidad de batalla. Poder configurar esto a velocidades ridículas significa que cada encuentro lleva mucho menos tiempo de lo que hubiera llevado en el pasado, y hace que esos encuentros aleatorios ligeramente anticuados se sientan mucho menos dolorosos. ¡Ah! Y hay autoguardado, mucho ojo con esto, que no es moco de pavo (aunque a día de hoy se vea como un estándar, creo que huelga decir que el original no disponía de esa función)

 

Conclusión

Dragon Quest III HD-2D Remake es un viaje al pasado, sí, pero mediante la revitalización de un clásico adaptado a los tiempos que corren que se erige como un bonito homenaje a una franquicia que ha sentado las bases del género. En cualquier caso, me gustaría que quedase meridianamente claro que cuando se habla de experiencia clásica, se habla de ella para lo bueno y también para lo malo. ¿A qué me refiero con esto? A que, si bien es verdad que los hermosos gráficos renovados y alguna mejora como la elección de dificultad y la velocidad acelerada son añadidos de gran valor para modernizar esta obra, también arrastra consigo elementos anticaduados como los cansinos combates aleatorios, un grindeo más que necesario de vez en cuando, y la obligatoriedad de visitar una iglesia para resucitar, al menos durante las primeras horas (hacer un viaje a la ciudad de turno cuando estás al final de una mazmorra y delante del jefe, puede llegar a resultar bastante molesto), pues aunque hay un consumible para ello (muy escasito) y algún hechizo, acabarás visitando al párroco de turno con frecuencia.

De nuevo y a modo de recapitulación final. Hay algunas partes de Dragon Quest III HD-2D Remake que son decididamente de la vieja escuela y que no agradarán a muchos, pero aquellos que hayan mamado el pasado del género desde pequeños se divertirán mucho con este fantástico remake, al igual que aquellos jugadores que no tengan problemas en pasar estos por alto, ya que, a fin de cuenta, esta es la mejor forma de disfrutar de este clásico del RPG japonés. ¿Es o no para ti? Bueno, eso solamente puedes decidirlo tú mismo o tú misma.

Dragon Quest III HD-2D Remake
Sinopsis
Tiempo ha, el heroico Ortega dejó atrás a su mujer y su retoño a fin de acabar con el archienemigo Baramos. Por desgracia, Ortega falló en su empresa, y a día de hoy la amenaza del maléfico Baramos sigue cerniéndose sobre la humanidad. En su decimosexto cumpleaños, la única descendencia de Ortega recibe el beneplácito del rey de Aliana para retomar el legado de su padre y concluir una misión de suma importancia: derrotar a Baramos y salvar al mundo.
Pros
Un nostálgico viaje al pasado del rol japonés
Gráficamente es una viguería, como ya nos tienen acostumbrados desde el Team Asano con este estilo HD-2D
La posibilidad de elegir entre varias dificultades, el autoguardo y, especialmente, poder acelerar las batallas
Contras
Arrastra problemas clásicos del género de su época: batallas aleatorias, grindeo, etc
8.5
Recomendado
Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.