![[Análisis] El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster [Análisis] El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2024/05/El-Shaddai-Ascension-of-the-Metatron-HD-Remaster-Analisis.jpg)

Así, en 2011 y unas semanas antes del nacimiento del mito Dark Souls, (si, todo empezó con Demon’s Souls pero aquel fue un juego más nicho) llegaría a Ps3, Xbox 360 y compatibles El Shaddai: Ascension of the Metatron, una (perdóneseme la expresión) “bizarrada” que fue capaz de cautivar los corazones de aquellos que tuvieron la suerte (y la curiosidad) de probarlo, convirtiéndose en un juego de culto. Las aventuras de Enoch en el Reino de los Mortales recibieron un lavado de cara, en su versión para PC, 10 años después de su lanzamiento original en este El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster, que ahora un par de años después inunda con su carisma los circuitos de Switch.
¿Quieres saber más? Pues…acompáñanos en esta divina aventura… (chasquido de dedos)
El Libro de Enoc
La historia del juego guía los pasos del protagonista, Enoch, en su misión por tratar de salvar a la Humanidad de la extinción, empleando referencias al mencionado libro ortodoxo y a sus “protagonistas” para construir un camino que dota de fuerza al relato. Eso sí, el guión y la narrativa están construidos de forma que siempre tendremos presente que estamos ante una interpretación no estricta de un texto sagrado, más parecida a un producto de corte shōnen/shōjo que a una lectura, gracias principalmente a la personalidad con la que se ha dotado a los personajes que vamos conociendo durante toda la aventura.
Es curioso como con unos años más de perspectiva (y de horas de vuelo “videojueguil”), también somos capaces de detectar como el escenario puede contarnos aún más cosas sobre el mundo de un título. De esta manera, gracias a lo que vemos durante los niveles y a la información extra que obtendremos si exploramos los escenarios recogiendo coleccionables, se da forma a uno de los puntos fuertes del juego, que no es otro que el hecho de que su narrativa te invita a conocer más detalles sobre El Shaddai, cosa que muchos juegos de este corte no son capaces de provocar. En una época en la que la mayoría de juegos introducen quehaceres o tareas discutibles para alargar las horas de juego con dudoso acierto, se agradecen títulos que vayan al grano, como es el caso, dado que en alrededor de 8-10 horas podremos completar el nivel de dificultad Normal.
La lucha del Bien contra el Mal
De un primer vistazo, podríamos encuadrar a El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster como un Hack&Slash; sin embargo, nos quedaríamos algo cortos en su definición si únicamente lo definiéramos bajo ese género, ya que aparte del combate, en el que profundizaremos más adelante, también tendremos que hacer frente a niveles de plataformas, tanto en 3D como en 2D, lo que también aporta un plus de originalidad a la propuesta jugable, recorriendo incluso un nivel en moto al más puro estilo Tron.
Metidos en harina, el problema más importante que encontramos es que tanto en los combates como en las secciones de plataformas 3D se deja en demasiada evidencia que el presupuesto del juego fue limitado, y tampoco se ha mejorado, por razones de la propia naturaleza del juego, en este HD Remaster. En el caso del combate echamos de menos un poco más de profundidad ya que, pese a que es cierto que el sistema de combos y la mecánica de sustraer armas a los enemigos funciona de manera solvente, alejándose de combinaciones complicadas, se antojan escasas las opciones, tanto en “inputs” como en variedad.
En el punto de las plataformas 3D, en demasiadas ocasiones el control nos volverá locos, fallando en secciones cuya construcción no debería provocar fallos por su dificultad a simple vista.
Estos dos detalles negativos no lastran la experiencia pero contrastan demasiado con la brillantez de las plataformas 2D, así como con aspectos más generales de El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster, donde el juego luce con robustez.
Arte Divino
Recorridos guión y jugabilidad, llegamos al mayor logro de El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster (heredado del título original, todo sea dicho): artísticamente es una delicia. La mezcla de acuarelas, entornos 3D varios, vidrieras…todo encaja a la perfección en un universo onírico bien contado y más bonito representado (creednos, las capturas no le hacen justicia). Quizá falta variedad en algunos diseños de enemigos (y de armas, como mencionamos antes) pero el conjunto tiene un carisma arrollador.
En cuanto a la interfaz, podemos activarla y desactivarla desde el menú (como podéis ver en las imágenes que acompañan al análisis). En nuestra partida decidimos dejarla desactivada, ya que en otro acierto de diseño, la pantalla nos muestra la información que necesitamos representada en la armadura de Enoch, sin necesidad de una barra de vida que desentona con el espectáculo artístico del que hace gala el juego.
Si hablamos de rendimiento, El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster funciona con fluidez la mayor parte del tiempo, pero en algunas ocasiones el videojuego sufre de “rascadas de frames” bastante molestas, algo que también podría haberse pulido de contar con recursos extra. Estos tirones agravan el problema del “plataformeo” que mencionamos con anterioridad, dificultando artificialmente secciones bastante sencillas.
A nivel sonoro encontramos una dirección notable, con melodías que acompañan de forma convincente cada uno de los niveles y con voces (en nuestro caso, en japonés) que empujan hacia el anime, como dijimos antes, la experiencia. Cuenta con textos en castellano, algo que siempre es de agradecer.
Conclusiones
El Shaddai: Ascension of the Metatron – HD Remaster, como ya lo hiciera su versión original, derrocha carisma y personalidad. Su diseño artístico, su manera de contar su historia y su variedad de géneros son sus puntos fuertes, encontrando su némesis en un rendimiento con altibajos, un combate limitado y básico y algunos diseños demasiado repetitivos. Pese a estos defectos, su llegada a Nintendo Switch y su precio reducido facilitan que abandone el cajón del culto de aquellos pocos que disfrutamos de él en 2011, resultando en una experiencia refrescante y recomendable a poco que el jugador se sienta atraído por su estética o su espiritualidad.
