[Análisis] FIFA 18

[Análisis] FIFA 18

Año 2017, FIFA 18. Un FIFA por año. Esta fórmula creada por EA Sports que tanto éxito tuvo –y tiene- exige una reinvención constante. Pero…  ¿el juego la cumple? ¿Hasta qué punto es necesaria esta periodicidad?

Principales novedades

FIFA 18 es la vigésima quinta (25°) entrega de la serie, y salió a la venta el 29 de septiembre de 2017 para PS3, PS4, PC, Xbox 360, Xbox One y Nintendo Switch.

La novedad en la portada está en la inclusión de Cristiano Ronaldo, que reemplaza a Marco Reus, protagonista de la anterior edición. Además, en caso de que hayamos comprado la versión especial, podremos tener como emblema de juego a su cuasi homónimo: Ronaldo Nazário.

Y es que, la inclusión del ex-jugador brasileño no es una mera casualidad. Se suma a una lista de leyendas que podremos conseguir en el mercado del Ultimate Team. Entre otros, tenemos la posibilidad de encontrar a Ronaldinho, Pelé, Henry o Maradona. Cada uno de ellos, a su vez, cuenta con 3 versiones de diferentes valoraciones, que representan distintos momentos de sus carreras.

Pero si pensabas que podrías utilizarlo en un amistoso (o incluso, tener la fantasía de poder comprarlos en un modo carrera) estás equivocado. Estos jugadores son exclusivos del Ultimate Team, que parece ser el caballito de batalla de EA Sports. La única posibilidad que había para usar jugadores ya retirados, era adquirir en la Tienda del juego el equipo “Classic XI”. Sin embargo, misteriosamente –o no tanto- esta opción desapareció para esta entrega. Punto en contra para el FIFA 18.

De todas maneras, la posibilidad de jugar con leyendas del fútbol mundial me genera sensaciones opuestas. Por un lado, me parece fantástico poder usar jugadores que, en su momento, lograron emocionarnos. Pero por otro, creo que también se desvirtúa un poco la “esencia” del Ultimate Team. ¿No es, acaso, un juego de actualidad? ¿Resulta real –dentro de lo irreal del modo- el uso de un jugador que está inactivo hace años?

Modos de juego

Analizándolo desde un punto de vista basado en la realidad anteriormente mencionada (ya que, al fin y al cabo, es un simulador de fútbol), el FIFA 18 en su totalidad también me provocó posturas polarizadas.

Particularmente, le presto mucha atención al modo carrera. Me parece que, a diferencia de sus competidores, la posibilidad de hacernos un DT y comandar a distintos equipos es muy sólida. Sin embargo, el FIFA 18 peca en un aspecto: intenta innovar, pero no consigue darle una vuelta de tuerca y vuelve a ser demasiado repetitivo.

El modo carrera, desde que tengo memoria (o mejor dicho, desde que me pasé del PES al FIFA) siempre se sintió estancado. La base está: la posibilidad de realizar fichajes, de jugar en muchísimas ligas (y vamos que son muchas) y, principalmente –a diferencia del PES- poder cambiar el equipo que dirijamos. Pero le faltó reinventarse.

Esta entrega, a diferencia de las anteriores que eran prácticamente un calco, agrega las cinemáticas al momento de negociación. Y sí, es un cambio visualmente agradable. Pero la visual no cambia al modo en sí. Podemos decir que es un cambio superficial, y no mucho más.

No se pretende que esto se convierta en un FIFA Manager, pero algunas cuestiones particulares de ese juego serían el soplo de aire fresco que este modo de juego necesita.

No poder renunciar a un equipo, prácticamente nos obliga a quedarnos o a forzar que nos despidan (cosa que, a veces, ni siquiera ocurre), bajándonos considerablemente nuestro “target” como entrenador. La imposibilidad de moldear a gusto a nuestro técnico (que vamos, no quiero ser una copia barata de Wenger o Pochettino) le quitan realismo al juego.

Los fichajes exhasperan. No puede ser que, a la cuarta temporada de juego, el Barcelona siga teniendo prácticamente el 95% de la plantilla que tenía cuando empezamos nuestro trayecto como entrenador. Las transferencias –aun seleccionando la opción de altas cantidades- son muy pero muy pocas. Y las que se hacen, generalmente son irreales (Bale fichando por el Atlético Madrid, James al Barcelona, etc), o suelen superpoblarse en un mismo equipo que no necesita de tantos jugadores en esa zona. De esta manera, podemos encontrarnos con un Barcelona que sólo se queda con Messi como delantero importante, pero con un Suárez vendido al PSG que ya cuenta con Cavani, Mbappé y Neymar.

La historia de Alex Hunter, en cambio, nunca me atrapó por completo. Sin embargo, debo reconocer que -y sin entrar en spoilers-, introduce mejoras importantes. En su segunda temporada, tendremos la posibilidad darnos a conocer para llegar a ser una estrella de élite mundial, con la inclusión de nuevos jugadores de primer nivel con los que interactuar.

Jugabilidad

En cuanto a la jugabilidad en sí, creo que en esta edición pasó de ser un simulador de fútbol a un juego. FIFA 18 se destaca, principalmente, por su exagerada verticalidad y eficacia en el juego. Si cuentas ya con cierta experiencia en la saga, podrás darte cuenta de esto: es un juego de total ida y vuelta.

A lo largo de los 90 minutos, notarás que son desmedidas la cantidad de llegadas que se producen en el partido. El centro del campo casi ni retiene el balón, utilizándose en demasía los extremos. Esto resulta en que, no importará absolutamente en nada que tengas un jugador con calidad de asistidor (llámese Kroos, Iniesta), si no tienes unos extremos veloces y que encaren a pierna cambiada. Además de los extremos, dependeremos pura y exclusivamente del nivel que esté teniendo nuestro “9 de área”. Si nuestro delantero centro tiene movilidad y buen remate, basta con que nos acomodemos bien para disparar a portería, y notaremos que la mayoría de las veces la pelota entra.

Conclusiones

Esta nueva edición de FIFA nos deja una pregunta en el aire: ¿es necesario que se saquen entregas todos los años? ¿no sería más justo para los usuarios una entrega cada 2, con un DLC de actualizaciones de por medio?

FIFA 18 cambia respecto de su antecesor. Pero estos cambios, en su mayoría, resultan superficiales. Con excepción de la jugabilidad -que ya venía siendo bastante verticalista desde años anteriores-, todas las otras novedades dan la sensación de querer mejorar un decorado pero sin tener el cuenta en contenido en sí. La estructura del juego se encuentra obsoleta, y puede terminar por hacerle perder la hegemonía reinante como videojuego futbolístico en el mercado.

A pesar de todas estas fallas, FIFA se mantiene como la mejor opción a elegir entre todas las variantes que se presentan del género. Pero no sé cuánto durará esta situación.

Si quieres un juego para divertirte, pasarla bien con tus amigos y ver cuántos goles puedes llegar a marcar en un partido, elige FIFA 18. Sin embargo, si ya vienes de entregas anteriores esperando cambios estructurales, puedes que te lleves una decepción, ya que se pasó de un simulador de fútbol a un videojuego en toda escala.

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