Componentes
Gardeners viene presentado en una cajita de tamaño pequeño-medio bastante cuca en color blanco con una bonita ilustración con unas plantas en la zona central, un rastrillo y un sombrero de paja; mientras que justo debajo, aparece el nombre del juego, el del diseñador y los ilustradores. Si bien la caja puede parecer algo sosa, si se mira detalladamente a trasluz es posible entrever dibujos de plantas camuflados entre el blanco predominante de la caja.
Pasando ahora al interior de la caja, que es lo que más nos interesa, comentar que todo viene dentro de un inserto de color verde muy útil en el que puedes colocar todos los componentes fácilmente. Bien es cierto que, si la caja no es demasiado grande, es fácil deducir que por los componentes y la forma del propio inserto, habría sido posible reducir todavía más su tamaño. Sea como fuere, siempre es de agradecer que se incluya un inserto. Así pues, el contenido del juego se divide en las losetas de jardín, un total de treinta y seis divididas entre grupos A, B y C (no de forma equitativa), un reloj de arena, casi cien cartas de restricción y, por último, obviamente el manual de instrucciones de rigor.
Las losetas con distintos colores y dibujos, amén de la correspondiente letra de grupo en el reverso, son de buen grosor. Por su parte, el reloj dispone de una arena verde y va protegido en un plástico cerrado por dos piezas hexagonales verdes, y si bien no puedo asegurar la duración total que tarda en bajar la arena, pues es bastante, por el reglamento se deduce que tarda unos quince minutos. Por último, las noventa y siete cartas de acabado lino se dividen en diferentes grupos, a saber: de entrenamiento, normales y de experto. La utilización de unas u otras dependerá de la forma en la que decidamos jugar.
En cualquier caso y como siempre, os dejo una lista completa a modo de referencia para que sepáis qué vais a encontrar en el juego:
- 36 losetas de jardín
- 16 losetas A
- 9 losetas B
- 11 losetas C
- 97 cartas de restricción
- 17 cartas de entrenamiento
- 59 cartas normales
- 21 cartas de experto
- 1 reloj de arena
- 1 libro de reglas
Sinopsis
Sois los jardineros de un caprichoso rey, que tiene una idea muy concreta de cómo quiere que ordenéis su magnífico jardín. Sin embargo, el rey también es un bromista y ha repartido estas instrucciones entre vosotros. Por si fuera poco, el rey es bastante olvidadizo: cuando cumpláis sus deseos, quizás deberéis cambiarlo todo para acomodar sus nuevos designios…
Construyendo un jardín con exigencias y en absoluto silencio
Como ya adelantaba al principio de este texto, Gardeners es una experiencia de juego cooperativa en la que las acciones se realizan de forma simultanea, cuyo principal aliciente, para bien o para mal, pues los juegos que se basan en limitar la comunicación entre jugadores no son del agrado de todo el mundo, es el hecho de tener que jugar en silencio. Así pues, mientras el reloj de arena siga corriendo, el objetivo será colocar losetas y cambiarlas de posición con el único fin de cumplir de la mejor forma posible las restricciones de colocación asociadas a dichas cartas. Suena fácil, ¿verdad? Bueno, la gracia está en que cada restricción únicamente va a ser visible y por tanto conocida para un único jugador que, en base a este conocimiento, tendrá que intentar colocar y modificar losetas del jardín para intentar que el resto de jugadores puedan deducir cuál es la restricción, en base a las losetas que retira el jugador de la mesa. Por tanto, nuestro interés reside en cumplir la máxima cantidad posible de exigencias (en base a las cartas de restricción) hasta que la arena del reloj descienda por completo.
Con esta breve explicación general, queda todo lo suficientemente claro como para comenzar una ronda. Cada ronda consta de tres fases, a saber:
- Robar una carta de restricción
- Ordenar el jardín
- Verificar el jardín
1 – Robar una carta de restricción
Lo primero, el jugador jugador inicial sacará una carta de restricción. Esta determinará, siguiendo con la sinopsis del juego, qué requisitos ha establecido nuestro monarca para la construcción del jardín. Si bien solamente tú podrás ver la carta, el resto de jugadores podrán ver el reverso de esta, lo cual, gracias a la iconografía presente, al menos servirá para conocer el tipo de restricción. Al comienzo de cada nueva ronda, el jugador a la izquierda del último jugador en robar una carta de restricción roba una para sí mismo. No puede haber más de tres cartas de restricción a la vez durante el transcurso de la partida, independientemente del número de jugadores, por lo que si juegas una partida a dos jugadores, un jugador tendrá dos (y esto se irá alternando). Si por otro lado decides jugar con cuatro jugadores, siempre habrá alguien que no tenga ninguna en un momento dado. Por tanto y con esta regla en mente, cuando se robe una cuarta carta, se colocará la más antigua de las cartas de restricción boca arriba en la pila de cartas a puntuar. Por último, sabed que si por un casual consideráis que la partida se está atascando demasiado por la dificultad (o imposibilidad, aunque esto es más raro) de cumplir con las restricciones, es posible descartar cartas de restricción, no obstante y si bien la primera es gratuita, hacer esto después conllevará la acumulación de puntos negativos.
2 – Ordenar el jardín
Después de robar la carta de restricción de rigor toca pasar a ordenar el jardín, momento en el que todos los jugadores intentarán bajar lo más rápido posible (pues a fin de cuentas es una batalla contra el reloj) sus losetas de forma simultanea a la mesa, con afán de formar una cuadrícula de 6×6 en el centro de la mesa (este tamaño puede variar dependiendo del módulo que vayas a jugar, pero es el utilizado para las partidas normales). Puedes añadir losetas de manera ortogonal a cualquier otra loseta ya colocada, siempre que tenga al menos un borde libre. El baile real comenzará cuando el o los jugadores con cartas de restricción en su poder, se dispongan a quitar losetas del jardín para devolvérselas a otro jugador (puede ser el mismo que la puso originalmente u otro, ya que no estás obligado a recordar quién la puso en primer lugar). Cuando esto ocurra, más te vale prestar atención (y que los demás la presten si eres tú el que quita losetas debido a las restricciones), pues está en la mano de cada uno deducir qué intenta mostrarnos aquel que tiene la carta de restricción (siempre recordando que el reverso ya dará una pista per se a todos). Cuando todas las losetas de jardín estén colocadas y nadie más desee retirar ninguna (se entiende que porque los implicados entiendan que las restricciones se han cumplido), se avanza a la siguiente fase, la verificación del jardín.
3 – Verificar el jardín
Una vez que se cumplan las restricciones, es hora de anunciar el éxito del grupo en la construcción del jardín, a ser posible, con un sonoro: “¡Su Majestad está complacida!”. Por otro lado, si tristemente al verificar el jardín algo sale mal, el participante cuya restricción no se haya cumplido, tendrá que hacerlo saber declarando: “¡Su Majestad está enfadada!”. Lo cual, llevaría al grupo de nuevo a la segunda fase, la de ordenación de las losetas de jardín. Volviendo al caso del éxito, otro jugador sacará nuevamente una carta de restricción. A continuación, los jugadores intentarán volver a trabajar en la cuadrícula de mosaicos para cumplir con las exigencias de la nueva carta de restricción, a la vez que buscan mantener también los requisitos del resto de cartas de restricción todavía en poder de otros jugadores. De nuevo y a modo de recordatorio, si ya hay tres cartas de restricción activas en la partida, habrá que retirar la más antigua, pues nunca se puede llegar a tener cuatro a la vez.
Puntuación final
La partida continuará hasta que se agote la arena baje por completo agotándose así los 15 minutos, o se hayan completado todas las cartas. En ese momento, los jugadores obtendrán puntos en función de la cantidad de cartas de restricción que hayan acabado en la pila de cartas a puntuar (uno por carta), es decir, aquellas que se descartaban por la limitación de cuatro que se habían cumplido con éxito. Por supuesto, en caso de haber descartado más de una carta de restricción, se descontará un punto por cada una de ellas al cómputo final. El reglamento dispone de una simpática tabla de puntuación que indica nuestro grado de éxito en la construcción del jardín en base a nuestra puntuación final.
Escalabilidad
Gardeners es un juego de uno a cuatro jugadores y, por supuesto, si bien es tan válido jugar en el modo solitario que propone (aunque reconozco que a mi me ha despertado escaso interés por la propuesta) como juntar a cuatro personas en la misma mesa, creo que el mejor número para disfrutar de lo nuevo de Kasper Lapp es tres jugadores. ¿Puedes jugar a dos? Claro, aquí lo hemos probado en sus diferentes vertientes. A dos, la partida posiblemente será más fluida y la puntuación final mayor, puesto que si bien el número de restricciones siempre será de tres, independientemente de que seamos dos, es más fácil que el entendimiento sea más ágil a la hora de deducir con solamente dos personas bien compenetradas. A tres, cada jugador tendrá una carta de restricción, por lo que habrá una igualdad total (diferente a que a dos, un jugador tenga dos cartas a la vez) y generalmente, al añadirse una persona más, cada una conociendo solamente su propia carta, deducir y “entenderse” será un poco más desafiante que jugando únicamente a dos, convirtiéndolo, al menos en mi opinión, en la mejor de las opciones. En cuanto a lo de cuatro, bueno… el problema es que al limitar el máximo de cartas de restricción a tres, siempre habrá un jugador que está algo más desconectado de la partida, puesto que al no poseer una restricción, tendrá un rol menos activo y, claro está, no tendrá demasiado sentido reordenar el jardín y pasarle las losetas a alguien que no tiene ninguna restricción, pues siempre tendrá menos información que cualquiera de los jugadores que sí posee una carta.
Conclusión
Gardeners es un juego colaborativo con una propuesta interesante con el principal aliciente de la deducción guiada por el impedimento de que los jugadores no puedan comunicarse entre sí. Pese a la temática a priori relajada de la construcción del jardín y sus bonitas losetas, hay un juego de ritmo rápido que invita a colocar losetas frenéticamente y a poner un énfasis en los movimientos de losetas de nuestros compañeros durante la partida, obligando a que todos mantengan una atención constante al centro de la mesa.
Huelga decir que, si por lo que sea no eres fan del género, no de los cooperativos en sí, sino de los límites de comunicación y el jugar contra el reloj, posiblemente la propuesta no te interesa excesivamente, pero en caso contrario, es probable que esta se postule como una experiencia genuinamente entretenida, especialmente para jugar a tres (o en su defecto, a dos).
Por todo lo expuesto en el análisis le otorgamos a Gardeners un Meeple Rubí/Meeple Monje:
(Si queréis conocer nuestra forma de valorar juegos de mesa, os dejamos aquí un enlace a nuestra política de reviews para comprender nuestro sencillo sistema de meeples)
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.