Quizá uno de los ejemplos más notables de los últimos años lo podamos encontrar en Ghostrunner, un interesantísimo juego de acción y plataformas en primera persona producido por 505 Games y desarrollado por el estudio polaco One More Level. Su ambientación futurista, muy en la línea de películas como Blade Runner, quedaba opacada por su adictiva fórmula de juego, en donde teníamos que combinar toda clase de acrobacias con movimientos de nuestra katana para acabar con nuestros enemigos sin recibir golpe alguno. Quizá no era el mejor juego del mercado, y seguramente más de uno sufrió con su dificultad, pero lo que está claro es que se trataba de un juego con mucha personalidad y con grandes ideas. Gracias a su buena acogida tanto en crítica como en ventas, One More Level decidió seguir adelante con la franquicia mediante el desarrollo de un DLC y, como no, de una secuela. Conocida como Ghostrunner 2 (para que no haya dudas acerca de su condición de secuela), esta nueva entrega nos lleva una vez más a un futuro post-apocalíptico en el que el destino del mundo está en manos de un grupo de hackers ninjas. Sí, es tan genial como suena. ¿Queréis saber qué tal está el título, y si mantiene el nivel de su antecesor? ¡Pues dentro análisis!
Bajo los escombros de la Torre Dharma
La historia de Ghostrunner 2 tiene lugar, como os podréis imaginar, tras los acontecimientos de la primera entrega. Así, Jack regresa a la acción tras acabar con la Maestra de Llaves por un motivo muy sencillo: el destino de la humanidad se ve amenazado por una misteriosa secta de IA que no tiene reparos en abrir fuego contra cualquiera que no se una a sus filas. Nuestro Ghostrunner tendrá que reunir a un nuevo equipo de hackers y mejorar sus habilidades para hacer frente a una aventura que le llevará a explorar lugares tan inhóspitos y misteriosos como el mundo exterior. Si bien la premisa es bastante sólida, he de decir que la trama me ha dejado un tanto frío, no tanto por lo que se cuenta si no por cómo se cuenta. La exposición es abundante, y el juego no se esfuerza por hacer que los jugadores comprendan las ideas que se van expresando; con tal bombardeo de información y datos, es difícil entender parte de lo que se cuenta. Así, la mayor parte del tiempo me he sentido perdido ante una trama que peca de ser más complicada de lo que debería, y que exige constantemente que el jugador conozca a la perfección los acontecimientos de la primera entrega. Por suerte, esta nueva entrega cuenta con un apartado dedicado a resumir la historia del primer juego, una inestimable ayuda que los jugadores que entren por primera vez a la saga agradecerán.
A pesar de su innecesaria complejidad he encontrado ideas y conceptos que me han gustado bastante. La construcción de los aliados resulta muy satisfactoria, dando pie a un equipo bien manejado y atractivo en donde ninguno de los personajes resulta innecesario u olvidable, mientras que el universo que presenta el juego sigue resultando tan llamativo y creativo como en la primera entrega, llevándonos incluso a explorar nuevas zonas de las que se había hablado previamente pero que no habíamos podido conocer. Sin embargo, lo que más me ha gustado es que su historia está marcada por momentos concretos que representan a la perfección el espíritu macarra del juego. Secuencias como una huida anti-gravedad en moto o un duelo de katanas contra un asesino modificado genéticamente hacen que merezca la pena darle una oportunidad a la historia. No os esperéis algo tan profundo y trascendental como Cyberpunk 2077, si no algo más serie B, centrado en presentar momentos alocados y explosivos sin ningún tipo de sutileza. Por cierto, al igual que ocurría con la primera entrega hay que destacar que el título llega a nuestro territorio traducido al castellano, gozando además de un trabajo de localización excepcional. Por tanto, la barrera del idioma no debería suponer un problema para ningún jugador.
Rompiendo la barrera del sonido con nuestra fiel katana
Ghostrunner 2 engancha desde el primer minuto gracias a su sensacional propuesta jugable, en donde tendremos que superar extensos niveles lineales haciendo uso de nuestros reflejos y las habilidades especiales de nuestro protagonista. Así, tendremos que realizar saltos imposibles, utilizar nuestro fiel gancho y hacer uso del inestimable impulso para hacer frente a los diversos enemigos que intentarán quitarnos de en medio. A fin de cuentas, la senda que nuestro querido ciborg recorre es una repleta de peligros y situaciones imposibles, por lo que tendremos que dominar todas sus habilidades y combinarlas de forma adecuada. El problema está en lo que os comentaba en la introducción: la mayor parte del tiempo tendremos que hacer frente a obstáculos inesperados que no podremos predecir, muriendo de forma injusta sin poder hacer nada para evitarlo. Ese enfoque en el ensayo y error hace que el juego se sienta por momentos injusto, anteponiendo a la dificultad orgánica una serie de barreras artificiales que cortan el genial ritmo del título. Su diseño de niveles adolece por esto, si bien el resto del tiempo goza de un muy alto nivel al proponer niveles muy divertidos y variados en los que es muy difícil aburrirse. Todas sus mecánicas están realmente bien aprovechadas, y la curva de dificultad general (fuera de los momentos de ensayo y error) es superior a la del primer título. Las novedades presentadas aportan mucho al conjunto general, destacando las nuevas habilidades, el sistema de progresión mejorado y los niveles en moto, que son tan espectaculares como defectuosos. Estos últimos son los mayores exponentes del problema del ensayo y error, puesto que nos llevan a realizar piruetas imposibles en cuestión de segundos, castigando cualquier fallo con la muerte. La mayoría de las secciones en moto, aunque han sido realmente divertidas, me han costado bastante debido a su irregular control y a sus obstáculos imprevisibles. No se puede negar que la moto es una incorporación sólida que da mucho juego, pero sus niveles pecan de no estar todo lo bien diseñados que deberían. Fuera de esto, seguimos estando ante un juego adictivo y muy divertido que ofrece un buen diseño de niveles y que incita a experimentar con las nuevas habilidades y armas, presentando además un conjunto de enemigos variado cuyos movimientos y ataques hacen de cada combate una especie de puzle donde no hay una única ruta hacia la victoria. El control de nuestro protagonista es sencillo e intuitivo, lo que permite disfrutar de un parkour sorprendentemente cómodo, así como de unos combates precisos. Ojo, y destacar la inclusión del genial modo RogueRunner.Exe, una suerte de roguelike en el que deberemos completar diversas pantallas para conseguir mejoras y premios, siendo un modo ideal para desconectar y disfrutar de lo mejor que tiene por ofrecer Ghostrunner 2.
El mayor problema del juego lo he encontrado en su apartado técnico, puesto que no he parado de encontrar toda clase de bugs y problemas de rendimiento que me han impedido disfrutar del título tanto como me gustaría. Desde encontrar raíles a los que el protagonista no se adhiere hasta plataformas que atraviesa, en más de una ocasión he acabado muriendo por errores del propio juego. Si la cosa se quedara ahí, bueno, sería algo problemático y ya, pero es que los problemas no se quedan ahí, ya que he llegado a experimentar caídas de frames bastante llamativas e incluso varios crasheos. El estado en el que se lanza el juego es problemático, y considero que el título requiere urgentemente de varios parches para arreglar su estado en PC. A pesar de esto, es imposible no ver que nos encontramos ante una enorme mejora gráfica con respecto a su predecesor, siendo un portento gráfico que parece mentira que haya sido desarrollado por un estudio independiente. El tratamiento lumínico del juego, los detalles en los escenarios o el uso de los colores demuestran un buen dominio del motor gráfico, permitiendo además una eficiente recreación del solido diseño artístico del que hace gala el estudio. A todo esto hay que sumarle un espectacular apartado sonoro en donde se dan de la mano un genial doblaje inglés y una adictiva selección de temas synthwave que encajan a la perfección con el tono y la ambientación.
Conclusión: Más y mejor, aunque no está exento de problemas
Ghostrunner 2 es una secuela sólida que puede ser disfrutada por cualquiera, si bien los jugadores de la primera entrega serán los que más aprecien las novedades y el desarrollo de la trama. Si bien el juego mejora en todo, no consigue presentar un buen nivel en cuanto al apartado técnico se refiere, siendo un pequeño desastre de bugs y errores varios. Tampoco se puede decir que se haya cambiado la filosofía de diseño, recayendo bastante en el ensayo y error. Sin embargo, todos estos problemas no empañan lo que es, en definitiva, un juego increíblemente divertido y fresco, que ofrece una diversión como pocos y una ambientación espectacular.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.