Seamos claros: el género del rol y la estrategia TBS ha recibido, en los últimos años, auténticos juegazos que lo han elevado a otro nivel, destacando así nombres de la talla de Wasteland 3, XCOM 2, o Mario & Rabbids, cuya segunda entrega está a punto de lanzarse en Nintendo Switch. Y en relación a esto, hay varios títulos en desarrollo que también apuntan a revolucionar, de una forma u otra, la forma en la que entendemos el género, como la secuela del título antes citado o el interesantísimo Midnights Suns, que adapta el aspecto más sobrenatural del universo Marvel. Con todo esto en mente… ¿Qué es lo que ofrece Hard West II para hacerse un hueco entre tantos nombres aclamados y poder destacar? Veamos pues qué tal está el título en el análisis completo, que podéis leer a continuación.
Una carrera contrarreloj contra el más allá
La historia de Hard West II nos traslada a una versión oscura y decadente del viejo oeste, en donde todas las leyendas y mitos relacionados con el más allá cobran vida (o algo entre la vida y la muerte, es difícil de explicar) gracias a los poderes demoníacos del malvado Mammon. Gin Carter, un carismático y aguerrido forajido, decide llevar a cabo un golpe contra el misterioso “Tren Fantasma”, algo cuya existencia no se había podido demostrar… Hasta ahora. Los mitos afirman que este tren está repleto de riquezas, y Gin decide reunir una banda para asegurar que estos mitos son reales. Sin embargo, pronto descubren que hay mucho más detrás de estas historias: el mismísimo Mammon es el encargado de transportar el tren, quien les ataca dejándoles a merced del frío entorno americano. La banda deberá reagruparse para cumplir su nueva e inesperada misión: parar los pies a las fuerzas del mal, salvar al oeste y, por el camino, llenarse de riquezas. La historia comienza de una forma espectacular e inmersiva, y lo cierto es que, aunque el ritmo no es del todo estable, consigue desarrollarse de una forma satisfactoria. Es decir, la historia acaba sintiéndose interesante a pesar de que se puede llegar a caer en ciertos puntos, pero el resultado final es bastante agradable. He disfrutado mucho de sus diálogos, que sin duda alguna me han parecido de lo mejor del juego gracias a lo bien escritos y caracterizados que están. Eso sí, el título apuesta por presentar diversas opciones de diálogo… Pero no dan pie a muchas ramificaciones en la historia. Es decir, a pesar de lo que pueda parecer en un principio, nos encontramos ante un título que mantiene una linealidad clara a lo largo de todo su desarrollo. Esto no es malo, por supuesto, pero sí que deja con ganas de disfrutar de una mayor cantidad de ramificaciones.
El desarrollo de los personajes me pareció, en un primer momento, algo flojo e incluso cliché, pero no ha sido hasta avanzar en el título que me han acabado pareciendo bastante más interesantes y llamativos. Se le acaba cogiendo bastante cariño al grupo de forajidos que vamos formando a lo largo del juego, y en esto ayuda mucho el sistema de apoyos vigente en el título: en ciertas decisiones podremos apoyar a ciertos miembros del grupo, y esto afectará en la cercanía con estos. A pesar de que el sistema podría haber tenido mucha más profundidad, sí que ayuda a que haya una mayor inmersión y una conexión más amplia con el grupo, lo que en un juego de este estilo es ideal (que lejos quedan los RPGs en los que los miembros del grupo no tenían ni voz ni voto). Lo que sí que tiene algo más de profundidad y funciona absolutamente bien es la interacción con las zonas del mundo, pues cada vez que accedamos a zonas misteriosas, pueblos u hogares encontraremos pantallas que remiten, de forma directa, a las clásicas partidas de rol en las que todo se realizaba mediante diálogos. Aquí podremos elegir ciertas acciones, y dependiendo de la que elijamos (o la que podamos elegir, pues algunas requerirán contar con ciertos objetos) podremos obtener ciertos efectos o consecuencias. Esto me ha gustado mucho, ya que hay situaciones realmente variadas y aporta mucho a la exploración del mundo, incentivándola de forma positiva.
Dispara y rebota
Pasando a hablar del apartado jugable del título, este se estructura de una forma muy clara en tres secciones perfectamente distinguibles: la exploración del mundo, que se realiza a caballo y desde un punto de vista aéreo; la toma de decisiones e interacción con los personajes y escenarios, que como ya comentaba antes ofrece una gran cantidad de posibilidades y funciona muy bien dentro del cóctel jugable del título; y el combate, donde pasaremos a jugar en escenarios bastante amplios en los que deberemos mover a nuestros personajes en sus respectivos turnos. De la exploración no hay mucho de lo que hablar, pues nos encontramos ante un sistema sencillo y algo tosco en el que podremos movernos con una libertad bastante limitada a caballo. Me habría gustado mejorar el sistema de movimiento dentro de esta sección, que es sin duda de lo peor del título debido a que se asemeja al control de los point and click. Y esto, en un título de rol con vista cenital… Pues sí, es algo bastante incómodo a pesar de lo habitual que es verlo. Donde está la chicha del juego es en su sistema de combate, por supuesto, ya que es donde pasaremos la mayor parte del tiempo. En cada enfrentamiento deberemos completar uno o varios objetivos principales, que irán desde derrotar a todos los enemigos hasta llegar al final del mapa con ciertos personajes. En este sentido, encontramos mapas sorprendentemente grandes y variados tanto en localización como en objetos disponibles, lo que sorprende gratamente… A pesar de que el diseño de ciertos mapas deja mucho que desear. Ya no es solo que no sean intuitivos y permitan que la IA haga algo de “trampas”, si no que encima la verticalidad está muy mal planteada, haciendo que sea muy confuso saber en qué nivel se encuentran ciertos personajes y enemigos.
En cuanto al control de los personajes, encontramos una variedad algo tibia en las habilidades de nuestros protagonistas. ¿Por qué digo esto? Porque algunos son muy distinguibles, contando con habilidades únicas que los diferencian del resto, mientras que otros son idénticos entre sí, variando en muy pocas cosas. Esto es… curioso, la verdad, y hace que se eche en falta un poco más de variedad. De hecho, este diría que es uno de los puntos que más llaman la atención del título: se trata de un juego que está a medio camino entre el RPG, la estrategia por turnos y la acción. No encontramos una profundidad muy elevada en cuanto a la modificación de nuestros personajes y sus estadísticas, permitiendo simplemente equipar ciertas armas, complementos y objetos, y la verdad es que la clave está más en la localización de los personajes en el escenario y la utilización de las habilidades que en los objetos que llevemos. De hecho, uno de los puntos más positivos del apartado jugable es el sistema de Bravata, que nos permite encadenar disparos para acabar con muchos enemigos sin perder el turno. Y es que cuando acabamos con un enemigo, podremos recuperar los puntos de acción (que usamos para movernos, disparar, agacharnos y demás) para así realizar más acciones. Si tenemos muchos enemigos cerca, y podemos acabar con cada uno de un disparo… Este sistema nos ayudará mucho a completar cada nivel. En definitiva, el sistema de combate no es, ni de lejos, el mejor visto en el género en los últimos años, pero tampoco es inferior al del primer título: es un sistema sencillo, carente de profundidad y algo complejo de dominar, pero que no deja de ser entretenido a pesar de que hay mucho margen para las mejoras.
Perdidos en los lúgubres parajes americanos
En cuanto al apartado visual del título, muy poco ha cambiado con respecto a lo que os comentaba en mis Primeras Impresiones: nos encontramos así con un título que llama mucho la atención por su interesante y llamativo diseño artístico, con el que destacan especialmente los escenarios, los diseños de enemigos y los personajes principales, pero que deja mucho que desear en el aspecto gráfico. Como os comentaba antes, el juego tiene problemas en las secciones de combate con la verticalidad, y lo mismo ocurre con la distinción de objetos y personajes. Es muy fácil perderse y no saber donde están ciertos elementos. Los objetos y personajes no están muy definidos, los efectos especiales dejan mucho que desear y las animaciones… Bueno, no están mal del todo, pero también tienen espacio para mejoras. A nivel técnico el juego funciona bien, aunque esto no impide que surjan ciertos bugs que, en ocasiones puntuales, nos hagan tener que cargar un punto de guardado previo.
Por último, en lo referente al sonido encontramos un doblaje en inglés muy, muy bueno. Las actuaciones están muy bien realizadas, y cada una se amolda perfectamente tanto al personaje como a la situación. La banda sonora musical funciona realmente bien, y cuenta con temas (en su mayoría ambientales) que ayudan mucho a la inmersión del título.
Conclusión: Un título superior a su antecesor, pero irregular
Hard West II se trata de un título que supera en todos los aspectos a su predecesor, pero que no termina de cuajar en ciertos aspectos. Su interesante ambientación, su historia, su apartado musical y su diseño artístico se ven empañados por un diseño de niveles y un sistema de combate algo pobres, en donde lo que más destaca es el genial sistema de Bravata. Un mejor diseño de niveles y un apartado gráfico más pulido habrían ayudado mucho al título, que si bien es muy disfrutable, podría haber sido mucho mejor. Recomendado para los fans de la estrategia, pues quizá para los más novatos haya mejores opciones en el mercado.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.