El género beat’em up es algo que a día de hoy está bastante olvidado, y ha quedado relegado a una posición casi anecdótica dentro de la industria del videojuego; que solo aprovechan unos cuantos proyectos indies como Mother Russia Bleeds, o del que os venimos a hablar hoy, I Am The Hero.

 

Historia

El videojuego desarrollado por Crazyant, presenta un esquema clásico beat’em up, en el que encarnamos a un chico desconocido que se dedica a hacer el bien. Un héroe anónimo que se enfrenta a una malvada organización a lo largo de diferentes escenarios que van desde calles, estaciones de metro e incluso laboratorios.

La historia es muy simple, y con solo unos cuantos diálogos que contextualizan en cierta medida los acontecimientos, pero que a la hora de la verdad no cuenta nada interesante y se queda en algo anecdótico.

Es evidente que la importancia de la trama en este videojuego es relativa, pero quizás se echa en falta algo mas de ambición por parte del estudio en este sentido, y dotar la parte narrativa de algo más de “chicha”.

Jugabilidad

En el plano jugable, I Am The Hero nos ofrece un videojuego en 2D donde todo se resume en avanzar de izquierda a derecha repartiendo estopa a los múltiples enemigos que nos irán haciendo frente.

Si hacemos memoria y recordamos los grandes representantes del género beat’em up, es conocido que utilizaban un desplazamiento hacia el fondo del escenario como si fueran carriles, que posibilitaban la esquiva de ataques de enemigos. No obstante, I Am The Hero apuesta por un solo plano, lo que hace el combate más sencillo en cierta medida.

No me entendáis mal, no quiero decir que sea un paseo, pero el desarrollo mediante un solo carril, y las mecánicas que se acercan más a un juego de lucha, hacen que el videojuego resulte un punto más fácil que otros representantes del género.

La incorporación de estas mecánicas más propias de los fighting games permite darle un plus al combate con movimientos como los golpes que elevan a los enemigos y permiten alargar los combos un poco más.

Además, conviene no olvidar la inclusión de los movimientos especiales propios de cada personaje, que se realizan con una media luna + botón de ataque.

Estos movimientos son desbloqueables, y se pueden conseguir tras completar cada una de las fases que componen el videojuego. Al final de cada pantalla, queda a elección del jugador el desbloquear un nuevo movimiento o un nuevo personaje.

En cuanto a la inteligencia artificial, decir que resulta un tanto superficial y ofrece muy poca resistencia, al menos en su dificultad normal. Hay distintos tipos de enemigos, pero ninguno que realmente nos pongan las cosas cosas complicadas.

Al final de cada nivel nos enfrentamos a unos enemigos especiales que hacen a su vez de jefes, pero que al igual que sus homónimos, no nos presentan apenas ninguna dificultad, y no destacan en nada más que en algún ataque especial más demoledor.

A lo largo de los escenarios, también hacen acto de presencia las típicas trampas propias del género que en este caso se resumen en cáscaras de plátano y unos moteros que cruzan la pantalla de derecha a izquierda.

El videojuego destaca por ser muy rejugable, y pese a la escasa duración de su historia principal, y la posibilidad de jugarla con otro jugador, ofrece otro tipo de incentivos en forma de desbloqueables, e incluso un modo estilo arena en el que hay que hacer frente a multitud de oleadas de enemigos.

 

Gráficos y sonido

En cuanto al apartado gráfico, el videojuego luce una estética basada en pixel art que no innova, pues es algo bastante habitual en videojuegos de corte independiente pero que en mayor o menor medida se muestran cuidados.

Los entornos por los que transcurren las diferentes pantallas son variados, van desde calles, estaciones de metro, e incluso algún laboratorio. No obstante, no son escenarios con demasiados detalles, sobretodo los interiores.

En cuanto a la banda sonora, I Am The Hero, nos ofrece algo bastante cuidado. Consta de unas melodías cañeras con un toque retro que acompaña perfectamente el transcurso de la acción y no llegan al punto de sentirse repetitivas.

Conclusión

Finalmente, I Am The Hero nos ofrece un videojuego con cierto aroma a beat’em up clásico, en el encarnamos a un joven que intenta hacer el bien siempre que puede y pretende acabar con una maléfica organización.

Su jugabilidad nos ofrece algo similar a los grandes clásicos beat’em up de los 90, pero con unas mecánicas de combate más propias de un fighting game que de un videojuego de este corte. Una jugabilidad muy entretenida y que encuentra su principal talón de Aquiles en la escasa inteligencia de los enemigos.

Gráficamente también es discreto, los escenarios son bastante variados y su apuesta por el pixel art es un acierto, pero se echa en falta algo más de detalle en los mismos. Lo que si cumple con creces es la banda sonora, que apuesta por temas cañeros con un toque retro que dotan de personalidad a la obra.

Evidentemente, I Am The Hero no es un juego perfecto, pero si os gusta el género, y buscáis un título divertido y con un precio muy asequible es una gran opción a la que echarle horas en Playstation 4, Xbox One, Nintendo Switch, PC o PS Vita.