[Análisis] Klonoa Phantasy Reverie Series

Con la llegada de la tridimensionalidad a la industria del videojuego se fomentó la evolución en el desarrollo de ciertos géneros, innovando y dando pie a nuevos tipos de juegos nunca vistos hasta el momento. Es decir, si la industria se había desarrollado en torno a unos cánones, a partir de 1995 estos cánones cambiarían para dar paso a nuevas formas de entretenimiento, nuevos tipos de juegos basados en un diseño distintivo y único. El género de las plataformas fue uno de los que más se benefició de este cambio, pues la llegada de la tridimensionalidad afectó por completo a este género: se abandona la linealidad vigente en el diseño para apostar por una visión alterada, basada en la exploración y la aparición de múltiples caminos. Con Mario 64 se da el gran salto hacia esta revolución, pasando de los niveles sencillos con un solo camino a la aparición de grandes niveles caracterizados por la presencia de múltiples rutas y objetivos, y al poco tiempo se unieron a esta tendencia otras de las grandes franquicias que ya en su momento eran consideradas legendarias, como era el caso de Sonic o Kirby. Me gustaría pararme un poco en esta última, debido a que su evolución no fue similar a la del resto: aquí, la tridimensionalidad no modificaba por completo el diseño base de la franquicia, si no que aportaba una nueva capa de profundidad si alterar las bases tan fuertemente arraigadas. Es decir, con Kirby 64: The Crystal Shards se presentaba un título de plataformas de corte clásico donde la clave estaba en la interacción con los enemigos y la elección de ciertas rutas. El juego era lineal, pero podíamos encontrar varias formas de completar los niveles. Esto que planteaba Nintendo con el bueno de Kirby ya lo había explorado Bandai Namco con otro título anterior, y por supuesto me refiero a Klonoa.  

Pero, ¿Qué es Klonoa? Se trata de una de las franquicias más emblemáticas de la Namco clásica, que con el paso del tiempo ha quedado relegada a un segundo plano. Su primer título “canónico”, Klonoa: Door to Phantomille, fue lanzado por primera vez en PS1 en el año 1997, y trajo consigo un interesante giro al género de la plataformas donde se apostaba por un diseño de niveles basado en la multiplicidad de caminos y en la resolución de puzles haciendo uso de los enemigos. Su carismático protagonista y su buen diseño de niveles, unido al interés por la narrativa, hicieron de Klonoa un título exitoso que abrió la puerta al desarrollo de un buen número de nuevos títulos que, sin embargo, no terminaban de hacerle justicia a la entrega original. La secuela “canónica”, Klonoa 2: Lunatea’s Veil, fue bien recibida pero no consiguió alcanzar el éxito comercial necesario, lo que unido a los problemas que Namco estaba viviendo en la época (en relación a la fusión con Bandai) hicieron que la saga quedara sumergida en un limbo del que parece que está comenzando a salir. Y es que, tras más de una década de ausencia, por fin el bueno de Klonoa ha regresado con Klonoa Phantasy Reverie Series, una recopilación que celebra el 25 aniversario de la franquicia y que reúne lo mejor de la misma. ¿Queréis saber qué tal está esta recopilación, y si Klonoa ha vuelto o no por la puerta grande? Pues no perdamos el tiempo y veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación.

 

Un regreso de ensueño

Como os comentaba en la introducción, Klonoa Phantasy Reverie Series trae de regreso tanto Klonoa: Door to Phantomille como Klonoa 2: Lunatea’s Veil, dándoles a ambos un aspecto gráfico y técnico renovado e incorporando algún que otro extra. Ambos juegos cuentan con un interés narrativo remarcado que hace que la historia se plantee como uno de los elementos principales de ambos títulos, teniendo más importancia que en otros juegos del género. Así, en el primer título se nos narra la historia de Klonoa, una joven criatura mágica que, acompañado por su amigo Huepow, deberá poner fin a los planes de Ghadius, un malvado ser que planea convertir a Phantomille en un lugar de pesadilla. Por otro lado, en el segundo título Klonoa se une a la sacerdotisa Lolo para salvar al mundo de Lunatea, amenazado por las fuerzas oscuras de la pirata Leorina. Para ello, deberán restaurar el orden de los cuatro elementos, recorriendo así cada rincón de este mágico mundo. A pesar de que las historias de ambos títulos cuentan con un papel principal, lo cierto es que estas no cuentan con una profundidad ni con un desarrollo especialmente destacables. Es decir, las historias que se plantean son entretenidas y, hasta cierto punto, están bien construidas. Los personajes son simpáticos, y cumplen con la labor de mantener la atención del jugador, pero tampoco os esperéis unas historias que os puedan llegar a enganchar. Simplemente son divertidas y son simpáticas, lo que es más que suficiente. Lo mejor, sin duda, es su imaginación y su creatividad: en ambos títulos recorreremos lugares y conoceremos personajes que, realmente, parecen estar sacados de los sueños de los niños, y sus villanos, de las pesadillas.

Se presentan así dos historias que son perfectas para los más jóvenes de la casa gracias a su tono desenfadado y a sus historias simples pero eficaces, que en ciertos puntos pueden llegar incluso a emocionar, pero que no son sorprendentes ni se han modificado en nada con respecto al lanzamiento original. Por otro lado, cabe destacar que desde Bandai Namco han tomado la maravillosa decisión de traducir ambos juegos al español, lo que juega un papel crucial a la hora de dar a conocer a la franquicia y permite que cualquier jugador de habla hispana pueda adentrarse de lleno en esta mágica franquicia. El trabajo de traducción ha sido bastante bueno, contando con una localización fiel que mantiene el sentido de cada frase y permite una buena comprensión tanto de la historia como de las distintas mecánicas de ambos juegos. En resumen, encontramos historias cortas y sencillitas, que no son revolucionarias ni enganchan pero cumplen y que están traducidas de una buena forma al español. 

 

Agárrame esos monstruos

Si tuviéramos que asignar un género a los juegos de esta serie podríamos decir que se tratan de títulos de plataformas en 2.5D, donde juegan un papel crucial tanto la recolección de objetos como la resolución de puzles. La cercanía en lo jugable que hay entre los dos títulos incluidos en esta colección hace que pueda hablaros directamente de ambos en una misma frase, ya que en estos juegos iremos superando diversos niveles mientras nos desplazamos lateralmente, saltamos, y usamos el anillo mágico para agarrar a los enemigos. Es decir, la principal forma que tendremos de deshacernos de los enemigos será agarrándolos, pero lo interesante se encuentra en el uso que les damos a estos enemigos: ya sea para lanzarlos contra otros enemigos, para completar ciertos puzles o para obtener ciertos objetos, el lanzamiento de enemigos será nuestro aliado fundamental en ambas aventuras. Cada nivel cuenta con un diseño muy complejo que presenta múltiples caminos a seguir, cada uno con sus propios retos, lo que hace que ambos títulos gocen de un nivel de rejugabilidad bastante elevado y que, la verdad, les sienta de escándalo. Y es que si por algo flojean ambos títulos es por su corta duración, pudiendo completar cada uno de estos títulos en, aproximadamente, 3/4 horas. No son precisamente títulos largos, y el hecho de que se incida tanto en la rejugabilidad le sienta de maravilla.

La simpleza jugable de la que hacen gala ambos títulos los convierte en juegos idóneos para cualquier tipo de jugador, pues tanto los niños como los adultos encontrarán aquí desafíos muy entretenidos y muy bien pensados. Si os soy completamente sincero, yo no fui de los que pudo jugar en su día a estos títulos, y mi puerta de entrada a la franquicia se ha dado con esta recopilación. En este sentido, era un poco escéptico a lo que me podían llegar a ofrecer ambos títulos en lo referente al diseño de niveles, pero estoy orgulloso de decir que he acabado quedándome completamente fascinado con ambos títulos: sin dar muchas explicaciones, todos los niveles presentan nuevos conceptos y formas sublimes de hacer uso de las escasas habilidades del protagonista, y sus jefes son la traslación perfecta de esta idea al plantear desafíos basados en comprensión de estos conceptos y habilidades. El título sabe sacar brillo de una forma muy buena a sus recursos, y aunque no sea el título más complejo y variado del género sí que se alza como uno que no consigue aburrir en ningún momento. Su ritmo está muy bien manejado, y no se genera en ningún momento sensación de agotamiento. Pero estamos hablando de los juegos originales; lo que os he comentado hasta el momento es algo que ya se sabía, y que los jugadores ya pudieron comprobar en el 97. ¿Qué nos trae nuevo esta recopilación? Pues la verdad es que muy poco, más allá de un selector de dificultad (que está muy bien planteado, las cosas como son) y un nuevo modo de dificultad que, por desgracia, no está disponible desde el primer momento. Como viene siendo costumbre en muchas de las remasterizaciones vistas en los últimos meses, esta peca de no tener suficientes mejoras jugables ni suficiente contenido extra a pesar de que, sin duda, se trataba de la oportunidad perfecta para incluirlo.

 

Un pulido técnico más que bienvenido

A nivel artístico se mantiene una fidelidad muy marcada con los títulos originales, respetando así tanto los diseños originales como el estilo gráfico presente en las versiones de PS1 y PS2, haciendo así que el primer título sea más fiel a la versión original de lo que lo era la versión de Wii. La mejora gráfica en ambos títulos es admirable, haciendo que la gran mayoría de las texturas presenten un nivel de calidad mayor que casa con las mejoras en la resolución y los efectos. Ambos títulos han sido tratados con mucho mimo y detalle, demostrando que ha habido un gran trabajo para actualizarlos a nivel gráfico, aunque esto no quita que haya fallos: hay una cierta sobresaturación de color que, especialmente en el segundo juego, llega a molestar y a evidenciar las carencias del título, además de que se echa en falta una mejora en ciertas animaciones y en la apreciación de la profundidad de campo (la llegada de los enemigos desde el fondo del escenario puede resultar extraña, lo que juega en nuestra contra). A nivel técnico el juego funciona a las mil maravillas, sin ningún tipo de caída de frames o errores destacables; En ese sentido no he encontrado problema alguno. 

Por último, en lo sonoro hay tanto aciertos como fallos: las maravillosas bandas sonoras de ambos títulos, que tan bien funcionan en los diversos niveles de ambos juegos, son de lo mejorcito y se han conservado de una forma muy buena, pero el doblaje de los personajes (realizado en un idioma inventado) se ha trasladado de mala manera, manteniendo el nivel de calidad de las versiones originales. Así, mientras que todo se escucha remasterizado, los diálogos desentonan al presentarse sin arreglar ni mejorar.

 

Conclusión: Vuela alto, Klonoa

Klonoa Phantasy Reverie Series se trata de una modernización poco arriesgada pero efectiva de los clásicos juegos de plataformas de Bandai Namco, perfectos tanto para los nuevos jugadores como para los fans de la serie. Su diseño de niveles y su apartado gráfico y sonoro triunfan por encima del resto, pues la alta calidad de los títulos originales se mantiene aquí. Sin embargo, se evidencian problemas tales como la calidad sonora de los diálogos, la falta de contenido o la sobresaturación del color, que demuestran que algo más de trabajo no le habría venido nada mal a esta recopilación. Esto no quita que no sea un título más que recomendable, pues nos encontramos ante dos de los mejores juegos de plataformas de sus correspondientes generaciones, por lo que me es imposible no recomendarla a todo el mundo, fans o no del género. 

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