Acompaña a Mono en su tenebrosa aventura
En Little Nightmares II cambiaremos de protagonista para controlar a Mono, un chaval con una bolsa de papel en la cabeza. La mayor parte del juego la completaremos junto a otro personaje, que nos ayudará durante el transcurso. El desarrollo de los personajes o de la historia, es prácticamente nulo, aunque no es su objetivo. Además, como ocurría en el original, no hay diálogos ni textos, así que lo poco contado es mediante narrativa visual y cinemáticas. Lo que mejor se le da a Tarsier Studios es crear mal rollo con esta aventura en forma de pesadillas, dando vida a momentos, escenarios y seres realmente desagradables.
Recorreremos varias zonas diferentes, un hospital o una escuela entre ellas, con secretos oscuros y personajes terroríficos que pueden atacarnos tras cualquier esquina… El objetivo de este juego está más que claro, y es que el usuario reviva algunas de las pesadillas que seguramente habrá sufrido. Cuenta con múltiples referencias a partes tétricas del folklore popular, y también a películas como Poltergeist e incluso otros juegos como Slender Man. Jugarlo con los cascos, pendiente de todos los sonidos es una experiencia digna de mención, aunque también he de decir que es algo que ya vivimos en la primera entrega.
Un misterioso acompañante
En cuanto a la jugabilidad, el juego presenta también la misma idea vista antes, y le funciona bastante bien. Recorreremos escenarios en 2.5D mientras vamos sorteando plataformas, resolviendo puzles, completando zonas de sigilo e incluso abriéndonos paso a martillazos. En algunos niveles sentiremos ese sentimiento de ensayo y error, aunque si nos fijamos bien, algunas de esas trampas o mecanismos que hay en el escenario se pueden prever.
Las mecánicas añadidas son varias, aunque las que más peso tienen en el juego serían dos. La primera está introducida en varias partes del juego, es simplemente la introducción del combate, o más bien pseudocombate. No creo que haya sido la mejor inclusión, pues el rango de ataque es escaso y el tiempo de reacción para golpear bien es breve, dando lugar de nuevo a mucho ensayo y error.
La segunda mecánica importante introducida está presente durante todo el título, y es bastante más importante que la anterior, ya que está relacionada con nuestro compañero de aventuras. La IA de este compañero funciona correctamente y nos ayudará en multitud de ocasiones, ya sea para alzarnos hasta un saliente al que no llegaríamos normalmente o agarrándonos para que no nos caigamos, entre otras cosas.
Durante el juego, hay dos coleccionables que conseguir por puro completismo y es la única excusa para rejugarlo. Primero tenemos unas sombras raras que desaparecerán al tocarlas y que, si conseguimos todas, obtendremos una recompensa especial. Por último, tendremos cascos y sombreros con los que personalizar el aspecto por defecto de Mono, y ponernos en vez de una bolsa de papel, un cubo o un sombrero de marinero.
Demasiado continuista
El juego cuenta con una interfaz superlimpia, de la que solo nos percataremos durante los tutoriales del principio. Los controles son simples, y se agradece que así sea, con un botón para saltar, otro para agarrar y poco más. La única novedad al respecto son algunas acciones a realizar con tu colega, como llamarlo o llevarle de la mano. En ciertas ocasiones se echa de menos el mechero (o la linterna) usadas en el juego anterior, debido a algunas partes extremadamente oscuras.
Eso sí, si de algo peca Little Nightmares II es de ser demasiado continuista, reciclando material por doquier, como las animaciones de abrir cerraduras, puertas, usar fusibles, etc. También es de justicia decir que corrige algunos lastres del juego anterior, como el tener que ir con las llaves a cuestas, pudiéndolas guardar ahora hasta que las usemos. No se puede decir que no funcione, pues lo hace gracias a sus escasas mejoras y nuevos añadidos.
Si en un futuro tenemos una tercera entrega, espero que sepan proponer algo nuevo y no otras cinco pesadillas y ya. El juego dura unas 4-5 horas, cosa que para mí no es un problema, pero puedo llegar a entender que a alguien le eche para atrás esta duración por el precio de 30 euros. Durante el juego, he de decir que me he encontrado también algún que otro error de hitbox, además de alguna cosa rara al cambiar de plano, sin embargo no es nada que arruine la experiencia, ni nada por el estilo.
Iluminación y efectos de sonido inmejorables
Gráficamente sigue una estela ya marcada y la mejora, adaptando su cell-shading a los nuevos motores, mejorando sobre todo la iluminación tanto de escenarios como de las entidades que lo pueblan. Los escenarios son 2D con profundidad, aunque en término jugable no se aprovecha demasiado esta característica.
Las animaciones de los protagonistas y los seres que nos encontramos están sumamente cuidadas. Estos seres consiguen transmitir el miedo y el mal rollo que se vive en una pesadilla. Los escenarios y la iluminación hacen que la situación de estar dentro de un terrorífico sueño se acreciente. Además, usan esta iluminación, como suele pasar en juegos de este estilo, para guiar al jugador por el camino correcto, iluminando ciertos elementos del escenario. La oscuridad será tu aliada cuando haya que esconderse de estos seres grotescos.
Los efectos de sonido son otro de sus puntos fuertes, cada sonido, cada sobresalto, cada paso en falso… el juego nos hará estar alerta con todos los sentidos puestos en él. El escuchar estos efectos nos dará pistas, e incluso nos ayudará a resolver algunos de los puzles. La banda sonora es una obra de arte, con algunos temas realmente llamativos que mantienen la sensación de suspense y misterio conforme vamos avanzando por los oscuros escenarios. Se encarga de ellas Tobias Lilja, quien ya se encargó de la banda sonora del primer juego.
Revive algunas de tus más oscuras pesadillas
Little Nightmares II cumple su objetivo a la perfección y nos llevará de nuevo, como su primera entrega, a revivir algunas de nuestras pequeñas pesadillas. Eso sí, aunque funciona y es divertido de jugar, hay que decir es excesivamente continuista con respecto a lo visto ya en Little Nightmares. El diseño de sonido, el manejo de la iluminación de escenarios, el diseño de estos seres terroríficos… todo suma para hacer de este juego una experiencia increíble. Si disfrutasteis la primera parte, os lo pasaréis igual de bien en esta segunda, porque básicamente es más y mejor.