[Análisis] Lumo

Desarrollado por Gareth Noyce bajo el estudio sarcásticamente llamado ‘Triple Eh?’, Lumo es un juego de plataformas isométrico que rememora clásicos retro como Head Over Heels y Alien 8, resucitando un género que muchos pensaron que había muerto hace mucho tiempo. Revitalizado con controles modernos y ofreciendo un generoso sistema de guardado, es un juego que celebra el pasado sin atascarse en él.

Lumo no solo parodia los videojuegos retros; hace todo lo posible para escribir una carta de amor genuina a la Edad de Oro de los videojuegos que tanta gente recuerda con cariño. También intenta llevar esos elementos a un entorno más moderno. Diría que está bien en lo que respecta a ambas cosas. No, no es el juego más desafiante que he jugado este año, ni tampoco el más emocionante. Pero logra capturar muy bien el espíritu de la cultura de los juegos de los 80, y eso en sí mismo es un éxito definitivo.

Una oda a los 80 con personalidad propia

La historia del juego nos involucra a nosotros, que tomaremos el papel de un niño o una niña que al llegar a algún tipo de edificio lleno de videojuegos, es absorbido por un dispositivo de aspecto extraño, transformando al protagonista en un pequeño mago encantador. Aparte de esto, no hay mucha historia. Para ser justos, supongo que la vaga narración de cuentos de Lumo encaja bastante bien con todo el tema de los 80. A partir de este momento, navegarás por cientos de habitaciones de reducido tamaño, recolectando llaves y otros elementos varios para avanzar en el juego. Es una premisa simplista, pero el juego se ejecuta con gracia, proporcionando una curva de aprendizaje cómoda para los nuevos jugadores y algunos rompecabezas totalmente desconcertantes para los jugadores veteranos.

Casi todas las habitaciones en Lumo contienen un objeto que debes obtener o un rompecabezas que superar. No se nos brinda información sobre el camino que debemos tomar en cada momento, salvo en el caso de algunas indicaciones visuales sutiles sobre cómo proceder, y depende totalmente de nosotros el utilizar nuestra cabeza para descubrir qué hacer. Aquí es donde el juego brilla más, y puede ser inmensamente gratificante cuando finalmente logras descifrar un rompecabezas particularmente desconcertante.

Sin embargo, el juego nunca se siente excesivamente complicado. Lumo hace un excelente trabajo al poner toda la carne en el asador sin sentirse abrumador. Es probable que mueras mucho en este juego, principalmente por caer en una sustancia pegajosa mortal, pero gracias al sistema de guardado frecuente, serás devuelto al borde del que te caíste. Por otro lado, si decides jugar en el modo ‘Old School’, estarás limitado a solo tres vidas y no podrás guardar la partida. Solo aquellos con una cantidad excesiva de confianza deberían intentar este modo, ya que la muerte puede venir meramente por prueba y error.

En general, creo que se ha hecho un buen trabajo. La mayor parte del juego se compone de plataformas, por supuesto, no de cualquier tipo, sino plataformas isométricas. Si bien el género de plataformas todavía está vivo y goza de una buena salud, la presentación de plataformas de una manera isométrica se ha quedado en el camino, ¿por qué? Bueno, porque son isométricas. A pesar de que pueden verse bien, y pueden haber sido innovadores durante un tiempo, los juegos de plataformas isométricos son realmente buenos a la hora de interferir con la percepción de la profundidad.

Lamentablemente, esto consigue lastrar en cierto modo al juego. La vista isométrica frecuentemente me despreciaba y me hacía juzgar mal incluso los saltos más simplistas. El juego te permite rotar ligeramente los escenarios para obtener una mejor vista de las plataformas y los rompecabezas, pero aún se sentía innecesariamente frustrante cuando incluso algunos de los puzles anteriores llevaban mucho más tiempo de lo necesario para superarlos. Sin embargo, Lumo parece ser consciente de este hecho, y aunque tuve algún error ocasional aquí y allá porque juzgué mal lo lejos que estaba algo, la mayor parte de la dificultad de este juego, sin embargo, proviene de un desafío real. Si te encuentras muriendo en un área en particular, probablemente seas tú y no el juego, ya que el hecho de contar con vidas infinitas (a menos que juegues en el modo Old School) también significa que puedes practicar tanto como quieras si estás teniendo alguna dificultad, y no tendrás que preocuparte en absoluto por perder el progreso. Es por eso que creo que este problema no es lo suficientemente grave como para amortiguar demasiado la experiencia, y la mayoría de los jugadores deberían salir victoriosos al enfrentarse a este temido obstáculo.

Lumo también hace un buen trabajo rompiendo gran parte del tedio del juego mediante la adición de una variedad de trucos, donde el más notable es el bastón que recoges a mitad de camino de tu viaje. Y antes de que preguntes, no, no usarás el bastón para arrojar bolas de fuego a los enemigos. En cambio, cuando se activa el bastón, nos sirve para buscar plataformas ocultas. Hay que tener cuidado con esto, ya que dichas plataformas no son invisibles, sino mágicas. Si nuestro bastón se queda sin poder, ya no podremos acceder a esas plataformas ocultas, ya que si no se pueden ver, no están allí. Afortunadamente, Lumo es bastante generoso y suele asegurarse de que no te quedes sin energía con demasiada frecuencia, por lo que mientras uses tu magia con moderación, estarás bien… de hecho, probablemente aunque no la utilices con moderación, seguramente tampoco pases penalidades.

Lumo también cuenta con coleccionables, así que todos aquellos jugadores completistas están de enhorabuena, ya que el juego no tiene reparos en dispersar una cantidad de elementos opcionales en lugares difíciles de alcanzar. Además, cada coleccionable requiere un conjunto de habilidades diferentes, como los más de 30 patos de goma que requieren que el jugador utilice habilidades avanzadas de plataformas, y las cintas de casete que requieren que el jugador busque en cada rincón y cada puerta invisible. Encontrar todos los coleccionables es un poco enloquecedor, pero eso también es parte de la diversión.

Por si fuera poco, hay determinados puntos especiales que te llevarán a un área especial (siempre que hayas reunido suficientes monedas para pagar el peaje) con seis rutas de bifurcación, cada una de las cuales conduce a un nivel especial. En lugar de presentar más de lo mismo, cada uno de estos niveles de bonificación se basa en varios juegos que fueron populares durante los años 80, como Zaxxon y Marble Madness. Si bien no son réplicas exactas (por razones más que obvias), estos niveles hacen un excelente trabajo al imitar los juegos en los que se basan. También son muy entretenidas de jugar.

¿Recordáis cuando me quejaba de que este juego era demasiado indulgente cuando se trataba de cometer errores durante los juegos de plataformas? Bueno, aquí tenemos el problema exactamente opuesto. Si pierdes, serás expulsado del área de bonificación, lo cual no debería suponer un problema si pudieras regresar, pero no puedes. Esto básicamente significa que a menos que seamos capaces de superar la totalidad de cada una de las áreas en una sola vez, probablemente no consigamos completarlas, una pena, teniendo en cuenta lo bien hecho que están cada uno de los niveles de bonificación del juego.

Visualmente, Lumo es bastante básico en el diseño, pero cuenta con algunos colores hermosos y audaces e impresionantes efectos de rayos. También se eleva por una brillante banda sonora muy adecuada para la ambientación y el género.

Conclusión

Como un homenaje moderno a la Edad de Oro de los videojuegos, Lumo logra dar un giro refrescante y contemporáneo a una serie de maravillosos juegos retro que muchos recuerdan con cariño. Y logra hacerlo mientras sigue invitando a aquellos que no estaban cerca a experimentar esos días de gloria por sí mismos. Lumo puede no ser perfecto, pero eso no impide que sea un viaje agradable por la carretera de la memoria, y eso es lo que más importa.

Por lo que si estáis buscando en el mercado un juego de plataformas de rompecabezas, Lumo se adaptará a vuestras necesidades a la perfección. Es un juego adorable y bien diseñado con una curva de dificultad suave para los nuevos jugadores, pero también cuenta con algunos acertijos verdaderamente peligrosos para probar el temple de los jugadores más avezados. La perspectiva puede causar algunos inconvenientes iniciales, pero este es un juego que bien vale la pena tener en la biblioteca Switch.