Studio Koba es un pequeño estudio en Barcelona que nos trae Narita Boy, un título con un montón de referencias de los 80 y 90, así que poneos vuestras gafas de sol que nos adentramos en un mundo de neón.
Digital Kingdom necesita un héroe
Nos remontamos a los años 80, cuando The Creator, un diseñador de juegos para PC, crea la consola Narita One con el juego Narita Boy. En el interior del código binario, el Digital Kingdom empieza a realizar conexiones con el mundo real. Him ha vuelto, y con ello ha absorbido los recuerdos de The Creator al interior del juego. El programa supervisor, Motherboard, y sus agentes han activado el protocolo Narita Boy, así que un niño elegido es introducido al interior del juego como el héroe.
Digital Kingdom está bastante devastado en cada una de sus líneas de código, así que tomaremos el papel de Narita Boy, conseguiremos la Tecno-espada y nos enfrentaremos a los Hackernautas. Him debe devolver los recuerdos a The Creator y que todo vuelva a la normalidad, sin embargo no será tarea sencilla.
Encendiendo la tele de tubo
Lo primero que llama la atención en Narita Boy es su estilo visual y es que en los 80/90 era normal dejarnos la vista en una televisión de tubo y acabar con la cara casi pegada en ella mientras algún familiar nos decía que nos quedaríamos ciegos. La gente de Studio Koba ha sabido plasmar cada detalle de esas pantallas, pero adaptadas a una resolución actual para que no acabemos con los ojos rojos, además de añadirle un pequeño efecto de granulado que encaja a la perfección con el pixel art, creando así una obra maestra visual.
Narita Boy no solo es un juego visualmente precioso, es que además sus animaciones tanto de combate como cuando nos movemos y demás tienen un gran nivel de detalle, todo está muy bien cuidado. Digital Kingdom es un mundo virtual lleno de código y neón, y se nota que es un lugar vivo y lleno de vida, gracias a las interacciones de los diferentes personajes que nos iremos encontrando.
Para acabar de redondear, la banda sonora que nos acompañará de principio a fin nos recordará a los temas de los títulos de antaño, aunque adaptadas para que sean más actuales y hacernos mover el cuerpo al son de la Tecno-espada. Es una mezcla entre chiptune, rock y sintetizadores, que nos recordará a Doom y nos deleitará en cada nota de la partitura.
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Usando el poder de la Tecno-espada
Cuando controlemos a Narita Boy por primera vez estaremos sin armas ni habilidades. Iremos avanzando y conseguiremos la Tecno-espada, un arma tricroma que solo el elegido es capaz de blandir. La sacaremos de la piedra cual Arturo Pendragon y a medida que vayamos avanzando conseguiremos disquetes de 3 y 1/2 que nos dotarán habilidades que nos ayudarán durante el transcurso del juego.
A lo largo de la aventura encontraremos puertas cerradas y lo que necesitaremos es ir recorriendo el escenario de un lado a otro, encontrando las diferentes llaves que nos abrirán el camino para seguir avanzando. Muchas de ellas se encuentran con facilidad, pero otras no tanto, donde deberemos buscar lugares más recónditos o resolver pequeños puzles de memorización.
En algunos momentos nos encontraremos grupos de enemigos que nos harán frente, pero no deberemos temer nada, el poder de la Tecno-espada está de nuestro lado. El combate es bastante dinámico y frenético. Cada uno de los enemigos tendrán un aspecto bien diferenciado del resto, lo que nos permitirá saber en todo momento a qué nos enfrentamos y saber qué utilizar contra ellos. Además de la Tecno-espada, contaremos con otros artificios, como disparar balas, cargar un rayo, curarnos e incluso usar invocaciones.
Los jefes finales tienen un aspecto temido y siempre nos retrotraen a épocas pasadas por la manera en la que están representados. No son especialmente fáciles, contarán con movimientos más y menos predecibles, por lo que deberemos estar atentos y aprendernos su patrón. Los combates normales tienen mucho dinamismo, pero los jefes son prácticamente perfectos.
Los recuerdos de The Creator
Poco sabemos sobre El Creador, ni por qué Him ha absorbido sus recuerdos, y aunque una de nuestras misiones principales es recuperarlos, nos llevará su tiempo. Iremos encontrando unos tótems de la cabeza de El Creador, que se abrirán y nos dejarán paso a una nueva reminiscencia suya. Con tono sepia, podremos caminar lentamente mientras suena una melodía triste e iremos viendo escenas de lo que le sucedió desde que nació hasta su desaparición, conoceremos a su familia y algunos sucesos importantes de su vida. Tened por seguro que os harán falta pañuelos.
¡NARITA BOY!
Studio Koba ha sabido plasmar a la perfección los años 80 y 90 a manos de los informáticos o los “frikis” que estaban en una habitación programando o frente al PC. Narita Boy, además de estar cargado de referencias por doquier que nos harán retroceder en el tiempo y ser envueltos por una cálida sensación, cuenta con una jugabilidad muy placentera tanto en las partes de exploración como en la resolución de enigmas, como cuando usemos la Tecno-espada y demás habilidades. Si os gusta la estética audiovisual retro, los combates frenéticos y una historia que engancha desde el primer minuto, Narita Boy debería entrar en vuestra biblioteca de juegos instantáneamente.
Jorcelo
Jugador que ha atravesado Green Hill, el árbol Deku, las ruinas de Zanarkand, Anor Londo y lo que queda. Todo a bordo de una nave poligonal, con un perro que habla y un pato que no cura. Cojo una patata y me la como