Estoy aquí para condenar al mundo, no para salvarlo
Si MediEvil daba a Sir Daniel Fortesque una segunda oportunidad para redimirse desde la tumba y salvar al mundo para dar sentido a su falsa leyenda, en el caso de Jack es todo lo contrario, puesto que somos un famoso estafador muerto cuya alma termina en una calabaza. ¿Por qué? Bueno, pues parece ser que reinaba la paz y todo era excesivamente aburrido, por eso, el Diablo decide divertirse un poco y enviar a sus hordas a la Tierra para crear un apocalipsis y poner en jaque a la raza humana. Ante esta complicada tesitura, la humanidad recurre a su propio héroe, el Gran Hechicero, convocado para derrotar al maligno y devolver la paz al mundo… al menos sobre el papel, puesto que el Hechicero parece estar más centrado en sus propios quehaceres. El caso, es que el Diablo decide contraatacar enviando a Jack, cuya alma será perdonada si consigue derrotar al mago del bando humano, fulminando así las esperanzas del bando de los buenos.
La historia de Pumpkin Jack no se toma en serio a sí mismo, ni desea que nosotros lo hagamos, demostrándolo constantemente conforme avanzamos o dialogamos con cualquier personaje. La motivación que lleva al Diablo a actuar es que la paz en la Tierra le resultaba demasiado aburrida. En ocasiones, bien por parte del propio Jack o de sus plumíferos amigos, se hacen comentarios sobre el propio juego, haciendo uso del humor y rompiendo la cuarta pared. Incluso hay un Santa Claus que habla del capitalismo que le obliga a producir regalos sin descanso, o al hacer recados para otros personajes, se alude a estos como trámites típicos que hay que pasar en los videojuegos. Además, hay referencias a juegos, películas, series o incluso canciones, tanto dentro del propio juego como mediante los trofeos asociados a los logros.
Una fórmula clásica pero refrescante
Pumpkin Jack mezcla, igual que ya hizo MediEvil, el plataformeo con la acción, sin olvidarse de los rompecabezas. El combate no es especialmente desafiante ni tampoco inventa la rueda, pero al menos, al final de cada nivel tras la pelea contra el jefe de turno, se obtiene un arma nueva, y gracias a esto, al menos se siente diferente en cada fase, puesto que vamos a vivir cada una con un arma nueva (aunque se permite cambiar de arma cuando lo deseemos mediante un menú tipo rueda). A las armas convencionales tipo guadaña o pala, se le une una especie de escopeta y una magia para invocar cuervos, que son sin duda mucho más originales y llamativas. Por último, pero no por ello menos importante, nos acompaña un cuervo que utilizaremos a modo de proyectil a distancia con frecuencia.
Es más fácil morir en los momentos de doble salto entre plataformas que combatiendo, puesto que quizás en los primeros compases os cueste un poco conseguir que Jack aterrice debidamente en algunos puntos, aunque más pronto que tarde se hace uno a su forma de saltar. Como es habitual en el género, el título premia la osadía del jugador y, pese a que es cierto que las fases son generalmente lineales y no hay mucho pie a la exploración, siempre y cuando os desviéis ligeramente o saltéis a alguna parte un poco más alejada y secundaria, os toparéis con cráneos de cuervo, una moneda coleccionable que permite comprar diferentes atuendos para Jack a través del peletero, un macabro señor que siempre está presente en cada lugar que visitamos. Además, hay una gramola escondida en cada sección.
Los rompecabezas se llevan a cabo haciendo uso de la cabeza de Jack en solitario y son muy diferentes entre sí. Desde guiar una bomba, hasta jugar a aplastar el topo o una especie de fútbol con regalos navideños. Otra cosa que me ha parecido muy original y que ocurre con frecuencia, es que se introduzcan secciones en las que Jack tiene que ir “sobre raíles”, bien llevado por un caballo, bien conduciendo una vagoneta o, incluso, volando bajo las garras de una gárgola. Por otro lado, las peleas contra jefes son uno de las puntos más interesantes por su innovación, y si bien seguramente tampoco os vayan a suponer un desafío, puesto que en general nada lo es, al menos termina por convertirse en la guinda al final de cada escenario. Todo ayuda a que el conjunto sea muy entretenido, puesto que nunca tienes claro con qué te va a sorprender.
Visualmente, la presentación es realmente buena, ya que Pumpkin Jack ofrece una versión nítida y actualizada de las imágenes de los antiguos plataformas en 3D. Por la temática, era de esperar y así aparecen los pantanos, cementerios, bosques encantados o campos de batalla en ruinas. El diseño artístico es creativo y cada nivel se siente totalmente único, incluyendo su divertida variedad de enemigos.
La banda sonora compuesta por Yohan Jager, casa fantásticamente con la temática de Halloween que rodea al título (puesto que siempre hay unos tonos macabros), así como con las localizaciones y personajes a los que acompañan. A esto, hay que sumarle que pese a que no hay actuación de voz, solamente sonidos similares a los de la serie Banjo-Kazooie, la obra viene subtitulada al español para alegría general, y aunque hay algún que otro fallo puntual de traducción, en general es correcta.
Pese a que no hay grandes problemas de desempeño, sí que hay algún que otro glitch como un texto que sale del bocadillo o una imagen de un personaje que no corresponde al que habla, ambas de forma puntual. Tristemente, hay algún bug que me ha obligado a cargar la partida, e incluso, en una ocasión que cargué la partida para proseguir mi aventura, el juego ponía a Jack cayendo al vacío sin apoyarlo en ningún sitio, lo que me costó tres muertes hasta que conseguí saltar a una plataforma cercana.
Conclusión
Sorprende el pensar que Pumpkin Jack haya sido desarrollado por una única persona, puesto que aunque desde fuera pudiera parecer un mero clon de MediEvil, os aseguro que este fantástico homenaje al género derrocha personalidad y carisma suficientes para brillar con luz propia. Es cierto, no inventa nada y puede que sea bastante sencillito, pero tampoco le hace falta más, puesto que en su breve duración, consigue entretener con contenido muy variado constantemente en cada nueva zona.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.