Pero si uno ha destacado un poco más que el resto ese ha sido, sin duda alguna, Redout. Lanzado en el año 2016 y desarrollado por el equipo italiano de 34BigThings, conocidos especialmente por su interés en la ciencia ficción, este título consiguió poco a poco alcanzar un nivel de respeto y seguimiento considerable, en parte gracias a sus grandes virtudes, como una buena cantidad de pistas y circuitos, una jugabilidad original que se alejaba levemente del resto de juegos del género, o un apartado artístico imaginativo y llamativo. Aunque no hablemos de un título rompedor ni conocido especialmente para el gran público, sí que consiguió un nivel de reconocimiento y éxito que llevó a la desarrolladora a planear no solo un título spin-off, Redout Space Assault (un título arcade algo más flojito), si no también una secuela con todas las de la ley: surge así el título del que hoy os vengo a hablar, Redout 2. ¿Queréis saber qué tal está el juego, y si merece o no la pena hacerse con él? Pues sin más dilación, pasemos al análisis completo.
En sus marcas…
A pesar de que no se presenta una historia convencional en Redout 2, sí que se desarrolla la construcción de un interesante universo que remite a ciertas franquicias de la ciencia ficción y que aporta bastante a su coherencia interna. Es decir, su ambientación me ha resultado muy agradable y muy interesante, a pesar de que parte de ciertos clichés e ideas que se han reciclado hasta la saciedad en el género (las míticas ciudades futuristas con elementos inspirados en la cultura japonesa, grandes escenarios ambientados en zonas acuáticas…), pero lo importante es que está bien aprovechada y aporta un por qué claro a la aparición de los principales elementos del juego. En cuanto a los principales modos de juego, encontramos solo tres, un número bastante reducido que, a nivel personal, me dejó con ganas de mucho más. Entre estos modos destaca el modo Campaña, que como bien indica su nombre es el modo principal del juego para un jugador pero que, como os comenté antes, no incluye una historia como tal; Solo consiste en una serie de desafíos, clasificados en diversas categorías, que al completarlos nos otorgarán estrellas y nos permitirán personalizar nuestras naves y conseguir nuevos vehículos. Al mismo tiempo, desbloquearemos más desafíos con las estrellas, por lo que la clave estará en mejorar y completar los desafíos con las mejores marcas posibles. Se trata de un modo completo pero demasiado simple, y que ofrece una dificultad bastante elevada, algo que es un elemento constante en todo el juego.
En cuanto al resto de modos, encontramos el modo arcade, en donde podremos enfrentarnos a otra tanda de desafíos (con carreras contrarreloj, carreras contra jefes, carreras de supervivencia…), estando la diferencia en que aquí sí que podremos elegir la pista en la que completar estos desafíos. De nuevo, hay un gran número de niveles a completar en este modo pero su falta de opciones lo acaba volviendo excesivamente repetitivo y simple. El último modo de juego es el modo multijugador, cuyo funcionamiento es evidente: en este modo podremos enfrentarnos a jugadores de todo el mundo a través de todas las pistas disponibles, tanto en partidas igualadas como no igualadas. Está bien orquestado y el online funciona bien, no he tenido problemas de conexión en ningún momento. Eso sí, el nivel de los jugadores es bastante elevado, y más de un jugador novato puede llegar a sufrir de lo lindo.
¡Velocidad al máximo!
Vale, ya hemos visto que hay pocos modos de juego y que el juego no destaca precisamente por su variedad de opciones jugables, pero… ¿Cómo se juega al título? Bueno, pues al igual que en su predecesor aquí nos pondremos al volante de una espectacular nave que recorrerá los circuitos a unas velocidades de escándalo, y para poder tomar las curvas con precisión y acabar la carrera en buenas condiciones deberemos dominar con maestría los giros y los desplazamientos laterales. Así, contamos con un botón dedicado para acelerar, otro para frenar, dos botones que nos permiten mover ligeramente el coche a los lados, y cuatro botones dedicados a la inclinación del vehículo, pieza clave que configurará por completo nuestra forma de desplazarnos y que marca la diferencia con respecto a otros juegos del género. El sistema de control no es todo lo preciso que me gustaría y no destaca precisamente por su comodidad, pero al menos funciona y acaba enganchando. Algo similar ocurre con el diseño de las pistas, que a pesar de que no son todo lo llamativos que deberían al menos están bien diseñados y bien diferenciados. Eso sí, me ha gustado mucho la importancia que se le otorga a elementos tales como la gravedad o la temperatura, que varían según el escenario y que pueden alterar por completo el funcionamiento de cada carrera. Conocer estos parámetros antes de cada carrera es fundamental para triunfar.
El juego cuenta también con un curioso sistema de modificación de los vehículos que permite a cualquier jugador customizar su nave favorita de la forma que mejor le convenga. Como ya os comentaba antes, las piezas las podemos obtener completando desafíos del modo Campaña, y lo bueno de este sistema es que es muy completo, permitiendo un sinfín de combinaciones distintas. Es complicado obtener todas las piezas, pero al final merece bastante la pena por el componente de profundidad que aporta al título. En relación a la dificultad, ya os adelantaba antes que no se trata de un juego precisamente sencillo, teniendo una curva de dificultad muy pronunciada que desde el primer momento bloquea a los jugadores más novatos. Es un título al que hay que echarle horas y mucha practica para poder dominarlo, lo que puede echar para atrás (y con razón) al jugador más casual, pero lo cierto es que acaba mereciendo la pena dominarlo porque, la verdad, el juego es muy divertido.
¿Cuánta potencia tienen estos motores?
A nivel artístico el juego entra muy bien por los ojos, gracias principalmente a su maravilloso uso del color que supone una muy considerable mejora con respecto al título original. Aquí, cada escenario destaca por su coloreado y por su uso de los fondos, presentando lugares muy interesantes y estéticamente atractivos. A nivel gráfico el juego acompaña su genial dirección artística, contando con unas texturas bien definidas que se mantienen firmes vayamos a la velocidad a la que vayamos. Hablando de esto, la sensación de velocidad está muy bien planteada gracias a los efectos de la imagen. Sin duda, uno de los mejores puntos del juego, ya que aporta mucho a las carreras. En cuanto al apartado técnico, el juego corre de forma fluida sin problema alguno, tanto en los modos individuales como online.
Por último, a nivel sonoro el juego sí que me ha dejado algo más frío. Y es que a pesar de que las composiciones que acompañan a las carreras ambientan bien estos eventos, lo cierto es que son algo flojas y poco memorables. Creo que se podrían haber mejorado algo más, la verdad.. Los efectos de sonido están bien, en especial los de los choques, pero tampoco son la gran cosa.
Conclusión: ¡Que empieza la carrera!
Redout 2 se plantea como un juego de velocidad extrema muy competente que se mantiene al nivel de su predecesor, superándolo en aspectos tales como el apartado gráfico o el rendimiento. Sin embargo, aún hay mucho que mejorar, con en lo referente al contenido del juego, que sigue siendo muy limitado, o en lo sonoro, que deja mucho que desear. Se trata de un juego más que recomendable para los amantes de la velocidad y, especialmente, para los fans de franquicias como Wipeout o F-Zero, ya que encontrarán aquí unos duros desafíos a la altura de estas franquicias.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.