Desde pequeño, mi principal atracción siempre han sido los juegos estilo Crash o Spyro. También he sido aficionado a los juegos de deportes, pero poco más allá de FIFA y NBA, solo NHL o Madden se colaban de vez en cuando en mi estantería. Todo esto deriva en que mi experiencia en juegos de conducción sea nula más allá de algún Gran Turismo o Need for Speed en casa de mis amigos, por lo que he conducido muchísimo más en GTA V atropellando civiles que en verdaderos títulos dedicados a ello. Pero una vez tuve el placer de probar un Forza, y ahí se me abrieron las puertas al universo que me presentaban, por lo que el tener la oportunidad de analizar Spintires: MudRunner – American Wilds, juego que salió el año pasado y que ahora presenta su mayor actualización, me hizo inconscientemente buscar un Forza en todoterreno; y precisamente por culpa de Forza y las altas expectativas que este juego me generó, he podido ver con más claridad que, fuera de esta saga, en cualquier juego de conducción se cojea justo del pie necesario para pisar el acelerador.
El juego, que se estrenó para PC, PS4 y Xbox One en 2017 y que llegará a Nintendo Switch el próximo martes 27 de noviembre, ha sido desarrollado por Saber Interactive y distribuido por Focus Home Interactive.
Amor y odio
Si algo es obvio es que no es un juego de carreras, sino que se basa en la simulación de conducción. Dentro de esta, han apostado por la opción más arriesgada: meter bicharracos sobre ruedas por el medio de caminos por los que una persona de a pie ni se plantearía pasar con ropa que no sea de mercadillo.
Para ello, lo primero es un tutorial de los buenos: te enseñan las mecánicas básicas y necesarias de manera interactiva, a diferencia de otros simuladores donde solo debes pulsar donde te diga y sin opción a hacerlo mal. Con este das los primeros volantazos por un mapa en el que nos deberemos acostumbrar a perder la paciencia por varias razones: la primera, es que si personalmente ya tengo un sentido de la orientación pésimo, más lo tendré aquí, donde al igual que en Sea of Thieves, seremos guiados a raíz de ir echando vistazos a un mapa cochambroso y una brújula.
El segundo motivo para ponernos de los nervios enseguida es precisamente el que me crea el amor y odio a partes más o menos iguales hacia el juego: sus físicas increíblemente bien hechas. No nos encontraremos con un simple título donde vayamos por la montaña y ¡uy! Este pedrusco me ha hecho perder el equilibrio, que desfase; no, en Spintires: MudRunner nos veremos millones de veces usando el cabestrante para poder sacar las ruedas del lodo entre otras cosas. Es una maravilla ver qué tan bien están trabajadas las físicas, pero es insufrible ver que cada dos por tres estamos encallados si nos descuidamos un poco. Han querido abusar de lo bien que han hecho una cosa para explotarla, y no ha salido bien, por lo que tened mucho ojo cuando conduzcáis porque en cualquier momento os encontraréis haciendo maniobras.
Por lo demás, el hecho de llevar tu todoterreno por donde gustes es entretenido y fácil de lograr, además está montado como un sistema de misiones que, aunque se hace monótono enseguida, te permite tanto pasar ratos sueltos como echarle horas y horas, aunque sinceramente dudo que vaya a ser el caso con alguien.
American Wilds
Se presentó como una gran expansión pero no está a la altura de las expectativas que crearon. Se añaden varios vehículos nuevos y mapas inspirados en tierras de yankees, por lo que hay mucha más carretera que en mapas anteriores, pero fuera de eso no hay nada que valga la pena destacar. El juego sigue siendo el mismo, solo cambia el escenario y lo que transportan tus ruedas.
Apartado audiovisual
En lo referente a la parte visual, Spintires: MudRunner nos propone un intento de plasmar la realidad, haciendo así que las texturas tanto de agua como de barro y los escenarios cercanos como las hierbas de las zonas aisladas o los troncos de los árboles, parezcan lo más reales posibles; pero centrarse demasiado en algo acostumbra a no salir bien, ya que para ello se debe descuidar otra cosa y así ha sido: los fondos y el escenario no cercano en general, son bastante flojos, de hecho en muchas ocasiones encontraremos niebla o algún fenómeno que tratará de disuadir el paisaje lejano para que no nos fijemos más que en nuestro vehículo, que ocupará gran parte de nuestra pantalla.
Auditivamente el juego es básico, pero correcto en lo que propone. Todo el sonido gira entorno a nuestro automóvil y la naturaleza: el crujir de las ramas, el “chof” al meter las ruedas en lodo… como decía, simple, pero cuela. Echo en falta que haya una radio de camioneros para que gente random vaya hablando con nosotros, por ejemplo, o más emisoras sintonizadas (o mayor variedad entre las que ya hay).
Conclusión
Spintires: MudRunner nos ofrece una experiencia de conducción más allá de las carreras, basándose en el poder recorrer todo tipo de terrenos a la vez que cumplimos misiones de transporte. Esto está muy bien logrado físicamente hablando, pero se hace repetitivo, pesado, y provoca ataques directos a la paciencia, por lo que no sale del todo a cuenta. Resumiendo, el primer requisito para que os pueda recomendar este juego, es que tengáis paciencia, si la tenéis, debéis ser amantes de la conducción, porque si no, no encuentro un motivo real para querer comprarlo.