[Análisis] Sea of Thieves

[Análisis] Sea of Thieves

Odio los peces. En verano, rara vez voy a la playa por el simple hecho del asco que me producen esos seres, y la simple idea de ver o estar cerca de uno me repugna y me echa hacia atrás. No obstante, amo el mar, amo ir en barco y sentir la libertad del océano, uno de mis sueños es convertirme en pirata, sin seguir leyes de nadie, únicamente las que decidamos en consenso entre la tripulación. De hecho, soy una persona que ha sido capaz de verse más de 800 episodios de One Piece en menos de un mes de vacaciones. Así que sí, amo el mundo de la piratería (marítima, no nos confundamos de concepto), por lo que esperaba grandes cosas no, maravillas, de Sea of Thieves. ¿Habrá cumplido con mis expectativas?

A priori, Sea of Thieves se nos presentaba como el plato fuerte de Microsoft, el que iba a hacer que todos aquellos que tanto los criticaban debieran callarse y admirar la obra que todo el mundo estaba disfrutando. Para ello, la conocida desarrolladora Rare Ltd., que lleva vigente desde 1983 cuando comenzó con Jetpac, habiendo pasado por prácticamente todas las consolas de Nintendo y llevando a cabo juegos como Donkey Kong Country, Killer Instinct, etcétera, ha vuelto tras tres años sin sacar un juego al mercado para ofrecernos Sea of Thieves, que se encuentra disponible para Xbox One y Windows 10. El juego, movido por el motor Unreal Engine 4, salió a la venta el 20 de marzo de 2018 para ambas plataformas, ofreciéndonos un juego de acción y aventura en primera persona que podremos disfrutar tanto individualmente como con nuestros amigos.

Agrupa a tus nakamas y surca los mares

Nada más comenzar nuestra aventura, nos encontramos con un mini tutorial, si es que lo podemos llamar así, donde aprenderemos qué botones interaccionan con los controles principales del juego, como abrir y leer los mapas, seleccionar los distintos objetos como la pala para cavar, el cubo para vomitar cuando estemos borrachos como una cuba para transportar agua, o como cambiar entre las distintas armas que tenemos (empezando con un sable y una pistola de pocas balas). Eso es, sin duda, uno de los puntos más positivos del juego a mi parecer, ya que en ningún momento te va guiando ni nada por el estilo, es como cuando de pequeños aprendíamos a nadar y simplemente nos decían “tienes que hacer esto y lo otro” y te tiraban a la piscina para que te las apañases tú solo, pues Sea of Thieves es exactamente igual, te da los medios y te lanza a una aventura única en el mar.

Hay diversos tipos de misiones, pudiendo ser estas hacer un encargo como transportista o mercader, ir a recuperar un tesoro o acabar con algún capitán pirata esquelético enemigo. Para cada misión distinta únicamente se nos ofrecerá un mapa de la isla y pensaréis “muy bien, pues vas y ya”, pero no, porque aquí viene lo más entretenido de este juego: el viaje a través del mar azul. Primero de todo, deberemos encontrar la isla a la que queramos ir comparando su forma en su mapa propio que nos han otorgado, con el mapa del mundo del que dispondremos en nuestro barco.

A partir de ahora, asumiré en todo momento que estáis jugando acompañados, mínimo de una persona, porque creedme que lo peor que podéis hacer es tratar de navegar solos, porque… punto uno, es genial encontrar la isla en el mapa y todo eso, pero hasta que consigas llegar te desorientarás más de una vez, por lo que necesitarás de alguien que te vaya diciendo si debes avanzar a norte, sur, este u oeste, o sus respectivas bisectrices; ¿cómo sabrás tú que estás yendo en la dirección correcta que te dicta? Porque, gracias a Dios, tendremos una brújula justo detrás del timón que nos permitirá estar orientados en todo momento.

Punto dos, hay que orientar la vela siempre según el viento, la dirección que queramos tomar, desplegarla más o desplegarla menos… Todo eso es relativamente sencillo, no lo voy a negar, pero cuando tienes que ir cambiándolo todo constantemente y a la vez llevar un timón, te será imposible hacerlo solo. Yo personalmente agradezco todo esto, ya que es muy realista, porque obviamente no te vas a lanzar al mar tú solo porque tú lo vales y pretender sobrevivir, siempre te hace falta una tripulación que te acompañe y que seáis capaces de asumir cada uno el rol que le pertenece.

Además, aquí no vale lo que decía Alejandro Sanz de “después de la tormenta siempre llega la calma”, si estás en medio de una tormenta, la calma la vas a necesitar durante ella, porque recibirás bravas embestidas de olas, te será muy difícil ser capaz de controlar tu navío a menos que os coordinéis muy bien, más de uno caerá del barco y deberéis montároslo para suplirle a la vez que vais a rescatarle. En conclusión, una increíble odisea jugando con la vela y el timón.

Tercer punto, anclar el barco. Hay dos maneras de llevar a cabo esto, la primera es la normal y correcta, consistente en jugar con el viento, con las olas, con la posición del barco, con el descenso progresivo del ancla… Y luego está la manera que usamos mis amigos y yo, que oye, tampoco va tan mal: en cuanto estés relativamente cerca, echa el ancla de golpe y ya frenará en seco el barco, 100% asegurado. Bueno, igual hace un peligroso giro, pero para evitar que se os rompa el navío, deberéis soltar el ancla a una distancia considerable de tierra, creedme si os digo que tras el frenazo estaréis más cerca de lo que esperabais.

Cuarto y último punto, completar tu misión en la isla. Deberemos volver a recurrir del mapa que se nos otorgó al aceptar la misión y, en caso que sea una búsqueda del tesoro o una entrega, deberemos buscarnos la vida para localizar la X que marca el mapa en la isla; al principio esto resultará sencillo ya que serán islas pequeñas y no habrá mucho margen de error, pero llega un punto en el que las misiones te llevan a islas gigantescas, que da gracias si eres capaz de no dar dos vueltas pensando que todavía no has rodeado la isla. De todas formas, eso es de nuevo un punto realista del juego, ya que si la mayoría no somos capaces de encontrar la pareja de muchos calcetines en nuestra propia casa, imaginaos un tesoro enterrado en una isla desconocida. Pero bueno, cambiando a las misiones de eliminar a los capitanes enemigos, deberemos vagar por la isla guiándonos por una melodía que se irá intensificando a medida que nos acerquemos a su ubicación y entonces un ejército de esqueletos pesados a más no poder nos atacará, pero vaya, si sois un tanto habilidosos no os costará demasiado ganarles.

Y una vez completemos la misión, vamos a dar garantía de ello, ya sea entregando el cofre escondido o la cabeza del enemigo, recibimos nuestra recompensa y A GASTARNOS TODO EL DINERO EN BEBIDA ahorramos para futuros gastos. ¿Cuál es el problema? Que siempre es esto, el sistema de misiones puede hacerse horriblemente repetitivo.

Navegar sin temor en el mar es lo mejor…

El juego es realmente random, pero esto está bien montado, ya que es indiferente que lleves dos años jugando a Sea of Thieves o que lleves dos días, porque de lo único que dependes (exceptuando el material que tengas, claramente) es de tu habilidad, de tu ingenio y de tu capacidad de estrategia a la hora de enfrentarte a otros navíos enemigos. Ser un jugador antiguo no hará que tus balas de cañón tengan un mayor impacto o sean capaces de desviar a tu voluntad su desplazamiento una vez lanzadas. Si eres capaz de salir vencedor, podrás aprovechar para saquear el botín de tus enemigos, la armería, el barril de plátanos… Pero no te confíes, aunque ganes, es muy probable que tu barco haya salido malherido del enfrentamiento, por lo que lo mejor será correr a repararlo con tablones mientras otro va sacando el agua con el cubo y echándola fuera.

Además, nos encontraremos con realmente pocos NPC, ya que hasta ahora hay poco más que tiburones, esqueletos y el maldito Kraken. Hay dos maneras de interpretar este “maldito Kraken”, la primera es la que dices cuando después de horas jugando a repetitivas misiones, de matar esqueletitos y tener intensas peleas con otros bichos variados, tu aburrimiento es letal y el maldito Kraken no aparece para entretenerte y ofrecerte un nuevo desafío, ya que aparece con muy poca frecuencia. La segunda interpretación es la que dirías cuando después de agobiarte con repetitivas misiones y tener una barra de vida baja ya que has tenido intensas peleas con esqueletos y te has quedado sin plátanos, aparece el maldito Kraken. Os contaría mi experiencia con ello, pero hasta el momento en el que estoy escribiendo este análisis, aún no ha irrumpido en mi viaje el maldito Kraken.

Finalmente, nos encontraremos con determinadas zonas, que reconoceremos por la densa niebla que las envuelve, en las que los enemigos tendrán un nivel superior al que estamos acostumbrados, pero que nos ofrecerán tentadoras y suculentas recompensas que harán que dejemos de lado la misión en la que estemos para adentrarnos en esa interesante mazmorra. Pero cuidado en el mar, porque si morimos navegando, ya sea ahogados o asesinados, nos dejarán en un barco semejante al Holandés Errante de Bob Esponja, que vaya, tampoco haremos nada, simplemente esperar a que se habrá la puerta que nos permita ir a los camarotes, que supondrá una reaparición en nuestro barco, aunque más adelante se implantará una mayor penitencia para aquellos que fallezcan.

Tu tripulación y tú

Uno de los puntos negativos del juego, que se codea en el puesto de ser el peor junto a la repetitividad de este y sus pocos modos de juego, es que la única manera de invitar a un amigo a tu tripulación es desde el menú principal, y al no ser las partidas precisamente cortas, esto provoca que si de repente quieres unirte a un amigo que está jugando, solo hay dos opciones: o tú esperas un buen rato hasta que la completa y, por consecuente, te quedas sin jugar, o tu amigo deja la partida a medias perdiendo todo el progreso que lleve en el momento.

Para contrarrestar, destacaré también que una vez estás con tus amigos, además de lo referente a la parte de navegación y aventura, puedes pasarte horas y horas bebiendo hasta vomitar, llenar tu cubo con lo que hayas echado, y lanzárselo a otro jugador, es algo antihigiénico, pero vaya, hay confianza. Sino, también podéis gastaros bromas (algunas más graciosas que otras) como dejar a alguien tirado en la isla y que deba perseguiros nadando hasta que decidáis parar, o lanzarlo directamente por la borda a la que esté un poco despistado con un giro de timón, etcétera. Y si nada de eso os parece suficiente, siempre podéis bailar mientras uno de vosotros toca algún instrumento.

Apartado audiovisual

En lo conforme al apartado gráfico, debo decir que es espectacular, con todas sus letras, sobretodo las texturas del agua, que tal y como podréis ver, son detalladas a más no poder para hacer de nuestra experiencia navegando, una experiencia única. Dejando de lado el agua, no se rebaja el nivel demasiado, ya que todos los escenarios, personajes, etcétera, están bien logrados, por ejemplo, las plantas, que se mueven a nuestro paso de manera natural, o los personajes ebrios, que andan exactamente como tales. Además, te ofrecen un amplio abanico (aunque bastante caro) para modificar la apariencia de tu personaje a tu gusto, lo cual siempre gusta, porque si hace demasiada calor no irás con una casaca, ¿no?

Respecto al apartado sonoro, no es tan bueno como el visual, pero sin duda, es increíble, destacando lo comentado anteriormente de que puedas ser tú quien ponga la música a tu partida y que el resto bailen al son de ella. Además, las canciones escogidas son típicas piezas de películas y series de piratería, pero que encajan siempre, que no se hacen pesadas (a diferencia de las misiones) a pesar de haberlas escuchado en diferentes lugares antes.

Conclusión

Sea of Thieves es, sin duda, un buen juego, pero que quizá ha salido demasiado pronto, ya que hay algunas cosas por pulir, como la falta de distintos modos de juego, lo repetitivas que se hacen las misiones cuando llevas un rato jugando y que el único modo de jugar con amigos sea empezando todos desde el menú principal. De todas formas, cuando juegas acompañado es tremendamente divertido y tienes varias maneras de pasar el rato si os aburrís de hacer misiones, además de tener un apartado visual realmente digno de ver, y un muy buen apartado sonoro. Por tanto, ¿lo recomiendo? Sí. ¿Vale la pena pagar los 70€ que cuesta? Ahora mismo, no, pero estoy seguro de que a la larga lo valdrá.