
Cuando exploras un poco las redes sociales o te acercas en cualquier convención a los stands de artistas independientes te das cuenta de lo valiosa e importante que es la cultura de las pegatinas, descubres cómo algo que puede parecer tan trivial se convierte en una de las mejores y más económicas formas de personalización que existen. Desde dibujos versiones de personajes populares a diseños y personajes originales, las pegatinas ayudan a demostrar el carácter y gustos tanto de quien la compra como de quien la ha diseñado. El pequeño estudio alemán de Spellgarden Games nos brinda la oportunidad de gestionar nuestra propia tienda online de pegatinas, una realidad para gran cantidad de artistas independientes.
La extrema competitividad en el mundo de las pegatinas
La premisa principal de Sticky Business es la de alcanzar el éxito en el día a día de una tienda online de pegatinas, siendo nosotros mismos su principal fuerza de trabajo y recayendo en nosotros tanto la gestión logística como la creativa, haciendo nuestros mejores esfuerzos para conseguir crear unos diseños a la altura de nuestros exigentes clientes… Bueno, en realidad no tanto. En Spellgarden Games comentan que, desde su fundación en 2022, su principal objetivo es crear juegos relajantes con diversidad de personajes, historias y jugabilidades, por lo que Sticky Business no podía tratarse de una constante lucha contrarreloj, con ajustados tiempos de entrega y cada vez más desafiantes pedidos de los clientes. En realidad, este juego se trata de una experiencia reconfortante donde todos nuestros diseños son bienvenidos y en la que disponemos de márgenes aceptables para atender todos los pedidos.
Nuestro principal recurso en el juego, y en la vida, es el tiempo, tiempo que deberemos distribuir entre las principales mecánicas del juego. Estas son cuatro: Diseñar pegatinas, imprimir esas pegatinas, organizar los pedidos y realizar los envíos. Cada una de estas acciones consume un tiempo determinado y deberemos aprender a gestionarlo para cumplir con el día a día del negocio; no importa si tardamos un minuto o veinte en diseñar una pegatina, se consume la misma cantidad de tiempo «in game», y lo mismo pasa con el resto de actividades, es una idea que absorbemos pronto y aprendemos a usar en nuestro favor.
Al comienzo de nuestro día recibiremos los pedidos de los clientes y comenzará la jornada, entonces deberemos enfrentarnos a las decisiones realmente importantes: ¿Comenzaremos a preparar los paquetes o diseñaremos una nueva obra de arte adhesiva? ¿Enviaremos los pedidos terminados o imprimiremos stock suficiente para el próximo día de trabajo? ¿A este cliente le pondremos de regalo una bolsa de gominolas o le decoramos el envío con papel multicolor? Todo en este juego está diseñado para ser agradable y satisfactorio, si un día no podemos terminar los encargos o no tenemos tiempo de enviar los pedidos nos limitaremos a hacerlo al día siguiente, pero es importante estar atento a todos los tiempos de las actividades, porque no siempre nos podremos permitir «robar» un rato del día para terminar el trabajo de ayer.
Cobrando en visibilidad
Ya os he comentado que el recurso principal es el tiempo, pero no es el único, nuestros clientes nos pagan justamente por nuestras pegatinas, además de darnos «likes»; ambos tipos de moneda se utilizan para seguir avanzando en nuestro empeño de crear un imperio de los adhesivos cuquis.
El dinero sirve para las partes más palpables del negocio, se requiere dinero para imprimir las hojas de pegatinas, con precios variables dependiendo del tipo de papel y teniendo que calcular cuántos diseños podemos encajar en cada hoja para minimizar la inversión. También podemos comprar papeles de distintos colores para decorar nuestro envío o diferentes tipos de «chuches» que incluir para así endulzar los días de nuestros encantadores clientes.
Además del «vil metal» nuestros clientes nos pagan en una especie de «likes», estos sirven para comprar nuevos diseños temáticos que utilizar en nuevas pegatinas, junto a distintos textos o diferentes colores para los bordes de relleno. Hay que reconocer que en ocasiones resulta un sistema algo simplista, se echa en falta una profundización en el sistema de economía, que se debiera contar también con los precios del envío y no sólo en la impresión del papel, o que los tiempos fueran un poco más ajustados, pero luego un vampiro oficinista frustrado por su trabajo te pide pegatinas con diseños de setas y se te pasa.
El placer de llevar TU negocio
Hay multitud de juegos que hablan de la experiencia de montar tu propio negocio, pero en Sticky Business sí sentimos que es nuestra tienda: mientras comprobamos el stock, preparamos los pedidos o imprimimos las pegatinas, estamos manipulando constantemente las obras que hemos creado nosotros mismos en el editor.
Nuestros propios diseños de pegatinas van evolucionando durante el juego, no sólo por la posibilidad de desbloquear nuevos elementos como tipos de papel reflectante o dibujos de dinosaurios, si no porque nos vamos adentrando en la mentalidad «adecuada» y entramos en un bucle jugable en el que cada vez queremos crear nuevas versiones mejoradas de nuestras anteriores pegatinas.Nuestros clientes nos envían a diario sus pedidos, basándose en los diseños que tenemos activos en la página web y en sus propios gustos, además de, en ocasiones, contarnos detalles sobre su vida (puede que antes hayáis pensado que lo del frustrado vampiro oficinista fan de las setas era una exageración, pero no), y poco a poco vemos cómo sus historias evolucionan y llegan a sus merecidas conclusiones. Cabe destacar que el juego se encuentra totalmente traducido a un más que correcto español.
Opino que sería algo más inmersivo poder responder a los mensajes de los clientes, reaccionar a sus historias, aunque fuera con respuestas predefinidas, puesto que en ocasiones nos gustaría poder contribuir a reducir la tristeza de quien nos escribe. La verdad es que es una lástima que en un juego que desborda tanto cariño damos la impresión de ser totalmente ajenos a lo que nos están contando (en mi caso les regalo unas chuches caras y un par de pegatinas molonas).
Cambiando el mundo pegatina a pegatina
Para ir concluyendo me gustaría expresar lo reconfortante y tranquilizador que resulta Sticky Business, un juego de «gestión empresarial» en el que el turbo capitalismo descarnado no es el protagonista, podemos limitarnos a llevar nuestra tienda sin que nos exijan competir «a machete» con otros creadores similares, donde no vamos buscando un beneficio extremo… Sólo queremos hacer nuestras pegatinas cuquis y que la gente sea feliz.
Una de las aplicaciones más inesperadas del juego es el hecho de que te da la opción de descargar los propios diseños que has creado, brindando la posibilidad de imprimirlos y mostrarlos en nuestro mundo real con orgullo; incluso en las redes sociales del estudio ha habido fans del juego que han creado sus propias versiones mejoradas de sus diseños del juego, puesto que carece de opciones para manipular las propias imágenes (como recortar partes concretas de los dibujos).
El juego está totalmente enfocado a que disfrutemos del tiempo que le invertimos, no quiere ser desafiante ni robarnos más atención de la estrictamente necesaria (aunque es posible equivocarse en un envío, no nos ocasiona una gran penalización); entraría dentro de lo que yo llamo «juegos de podcast», aquellos que puedes disfrutar plenamente mientras escuchas tu podcast favorito, de hecho la única pega de ello sería no poder disfrutar de la acertadísima Banda Sonora compuesta por Marie Havemann.
A Sticky Business le sobra cariño y carisma donde le flojea la profundidad jugable, lo que sigue resultando en un juego agradable y satisfactorio en sus puntos fuertes, y al que sus pocas carencias no le pesan en exceso.