La cuarta entrega numerada de la serie consiguió una proeza casi tan admirable como la de su antecesor, que no es otra que revivir un género que se encontraba moribundo, vagando sin rumbo tras la generación de PS2. El título de Capcom, con Yoshinori Ono a la cabeza, supo configurar uno de los sistemas de combate más pulidos y precisos jamás vistos hasta el momento, y consiguieron mantener a flote a la compañía en una de sus etapas más oscuras (pues no debemos olvidar que, por aquel entonces, Mega Man estaba muerto y Resident Evil 6 asomaba por el horizonte). Con Street Fighter 4 se volvió a dar impulso al género, dando pie a la llegada de juegos rivales tan maravillosos como Mortal Kombat 9, Guilty Gear Xrd o Persona 4 Arena, por citar algunos ejemplos. Desde entonces, el género ha mantenido un alto nivel de calidad con juegos que apuestan cada vez más por llevar la competición a otro nivel, llegando incluso a considerarse como e-sports. Sin embargo, no todo podía ser bueno, pues tras varios años de espera el lanzamiento de Street Fighter V dejó a muchos jugadores algo decepcionados. Y ojo, no era por la calidad de sus mecánicas, pues el título mantenía el altísimo nivel de Street Fighter 4 al mismo tiempo que incorporaba ideas nuevas, si no por la falta de contenido y la explotación a base de DLCs de pago. Capcom mantuvo a flote el juego y consiguió darle una segunda vida, pero necesitaban redimirse de alguna forma. Y, tras siete años de espera, la compañía japonesa ha tomado la decisión de lanzar al mercado el tan ansiado Street Fighter 6 con todo lo que los fans querían, y más. O, al menos, esa es la intención. ¿Habrán conseguido lanzar una entrega a la altura de los grandes éxitos de la franquicia, o decepcionarán a los fans que esperaban con ansias este juego? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
Explorando Metro City
Nada más empezar el juego se nos presenta una secuencia cinemática que nos da la bienvenida al mundo de Street Fighter 6, donde todo se resuelve a golpes. Lo curioso es que, en esta ocasión, el juego no nos pone de primeras en la piel de uno de sus icónicos personajes, si no que nos permite crear nuestro propio luchador. Y dejad que os diga que las opciones de personalización son increíblemente inmensas, pudiendo crear toda clase de personajes, desde luchadores corrientes hasta auténticos críptidos sacados de una pesadilla. Este avatar no solo se presenta como el personaje que nos ayudará a identificarnos en el modo Battle Hub, que es el completísimo modo online del que hace gala el título, si no que también nos servirá como el protagonista del enorme modo World Tour, la campaña que nos llevará a recorrer las calles de Metro City. Con una recreación digna de las mejores entregas de Final Fight, en este modo tendremos que entrenar a lo largo y ancho de la ciudad liderada por Mike Haggar para mejorar nuestras habilidades de lucha, pudiendo retar a un combate a cualquier habitante al mismo tiempo que completamos toda clase de desafíos y minijuegos. Este modo es una auténtica sorpresa y uno de los puntos más entretenidos del juego, no tanto por su historia (que depende mucho del fanservice y peca de no profundizar demasiado en contar una historia profunda que pueda enganchar) si no por el desarrollo que otorga a los personajes más reconocibles de la franquicia, así como por su excelente sentido del humor y la variedad de situaciones en las que podremos vernos inmersos. Sin duda, este modo supone la mejor respuesta posible a las quejas de los fans que buscaban contar con un mayor contenido para un solo jugador en la franquicia, ofreciendo un modo extenso y original que nos llevará a recorrer uno de los lugares más icónicos del universo de Capcom.
El único problema de este modo es que es café para muy cafeteros. Es decir, si no sois amantes de la saga o no conocéis a sus personajes seguramente os sintáis algo perdidos y no lleguéis a disfrutar como deberíais. También es cierto que este es el modo más casual del juego, pues simplemente nos lleva a luchar contra la CPU utilizando a nuestro personaje editable, lo que choca con el carácter técnico y competitivo del resto de modos. En relación a estos, antes os comentaba que el modo Battle Hub es realmente completo, y no es para menos: los menús sencillos de otros juegos se sustituyen por un lobby que podemos recorrer de forma libre en donde encontraremos toda clase de pruebas, secretos y detalles. Así, podremos utilizar las máquinas arcade para luchar contra otros jugadores (ya sea utilizando a nuestro personaje original, o al resto de luchadores), acceder a tiendas para comprar objetos de personalización o disfrutar de algunos de los juegos más clásicos de la compañía, al más puro estilo de lo que Sega ha hecho previamente en Shenmue o Yakuza. Quizá de primeras pueda parecer algo confuso el desplazarse por el hub, pero pronto se desvela como una idea vibrante y muy bien lograda, que supera por mucho a la configuración online de otros juegos. Y ojo, porque la fluidez de las peleas en este modo es perfecta: no he encontrado ningún tipo de ralentización o problema de conexión en ninguna partida, algo que no se ve todos los días. Como viene siendo habitual en la franquicia, el juego llega traducido al español, y el trabajo realizado en este campo es sensacional: hay frases hechas y chascarrillos que están localizados a la perfección, lo que es digno de elogio.
Luchando por todo el mundo en busca de respuestas… Y victorias
Volviendo con los modos de juego que presenta este título, aún me queda hablar del que es el más clásico: Fighting Grounds. Y aunque su nombre quizá no os diga nada, todos conocéis como funciona este modo ya que es el que nos permite disfrutar de combates contra la IA o contra un rival en conexión local. En este modo no solo brilla con fuerza la excelente selección de personajes, contando con 18 luchadores divididos en iconos y en jóvenes promesas, si no que encontramos una increíble selección de escenarios y una sorprendente e inmersiva presentación. Esto último quizá os puede parecer algo innecesario, pero la forma en la que el título prepara el terreno antes de cada combate ofreciendo un breve video que nos enseña como llegan los luchadores al escenario es sencillamente espectacular. En cuanto al sistema de combate, este se divide en tres esquemas de control pensados para distintos tipos de jugadores: el control Clásico responde, como bien indica su nombre, a los que se han visto previamente en la franquicia, mientras que el control Moderno es algo más sencillo de manejar de cara a los jugadores más novatos. El tercer modo es el Dinámico, que es el más simple de todos al estar centrado en el machaqueo de botones (como podéis imaginar, este está baneado de cara al ámbito competitivo), haciendo del juego una experiencia mucho más accesible. Al sistema de combate clásico se han añadido un par de detalles que le sientan como anillo al dedo, como es el caso del sistema Drive o el estado Burnout.
El primero es una nueva mecánica que añade una gran variedad de opciones de cara a afrontar los combates, presentando una nueva barra que podemos consumir para hacer toda clase de movimientos, como parrys que nos permitan librarnos de ciertos golpes o ataques que podrán dejar al rival aturdido durante unos instantes, siendo estos conocidos como el Drive Impact. Todo esto conlleva un riesgo, pues si la barra se agota entraremos en el antes citado estado Burnout, dejándonos mucho más indefensos de cara a los ataques del rival. La clave está en el equilibrio, y lo cierto es que la llegada de estas nuevas mecánicas es más que bienvenida puesto que aporta variedad a un sistema de combate que, de base, ya es excepcionalmente profundo. Así, para este nuevo juego se ha profundizado de sobremanera en el control y los ataques de cada personaje, haciendo que no haya dos iguales y que nos lleve horas y horas aprender a manejar de forma eficiente a uno de estos. Los personajes clásicos se ven profundamente renovados, obteniendo nuevos movimientos y mejorando los que ya tenían previamente, mientras que los nuevos luchadores se amoldan a la perfección a la franquicia al mismo tiempo que presentan nuevas mecánicas y habilidades tan creativas como divertidas. No hay duda de que nos encontramos ante un sistema de juego profundo que es fácil de aprender y difícil de dominar… Y que en ningún momento deja de ser adictivo, pues pocos juegos de lucha llegan a enganchar tanto como este.
¡HADOUKEN!
Frente al diseño visual tan… Especial que se presentó en la entrega anterior, en Street Fighter 6 se ha optado por dar rienda suelta a un estilo mucho más orgánico y estilizado que casa mejor con la estética del juego. Así, los personajes clásicos han sufrido una serie de rediseños que brillan con luz propia, otorgándoles un mayor carisma y dotándoles de una expresividad nunca antes vista. Los personajes nuevos también destacan gracias a un conjunto de diseños bastante creativos que rompen con lo visto en el género… Aunque hay excepciones, por supuesto, como es el caso de Luke, que tiene un diseño excesivamente básico a pesar de ser la cara visible del juego. Los escenarios del juego no solo son muy variados, si no que consiguen presentar un nivel de detalle abrumador, acercándose de forma sorprendente a lo visto en la serie King of Fighters. Que estos escenarios se sientan vivos y que Metro City cuente con una realización tan buena se debe al uso del RE Engine, un motor creado por Capcom que solo nos ha dado maravillas técnicas y gráficas. Street Fighter 6 se ve realmente bien, y aunque hay algún que otro problemilla (como texturas que no terminan de cuadrar en el modo World Tour o tiempos de carga algo lentos), el resultado general es excelente.
Y tampoco podemos dejar de lado el rendimiento técnico del juego, pues como buen título competitivo esta entrega hace gala de una excelente fluidez en cada uno de sus apartados, manteniendo unos 60 FPS sólidos que ayudan a dotar a las partidas de una rapidez y un frenetismo sin comparación. Por otro lado, el tratamiento sonoro del juego mantiene el alto nivel de sus predecesores, contando con una banda sonora variada que presenta toda clase de géneros musicales y que se adapta a la perfección a cada combate. El doblaje en inglés del título es realmente bueno, y ninguna voz se siente fuera de lugar.
Conclusión: Un título brillante que alumbra el futuro de todo un género
Street Fighter 6 es todo lo que los fans pedían y más, presentando un título de lucha profundo y repleto de contenido que funciona tanto para los fans más acérrimos de la saga como para los jugadores más novatos. La inclusión del modo World Tour agradará especialmente a los primeros, mientras que la presencia de varios modos de control facilitará las cosas a los segundos. El juego es, por lo general, redondo, si bien presenta un pequeño problema que no había comentado hasta ahora: su monetización. A pesar de que cuesta 69,99 €, el título presenta un conjunto de elementos in-game que podemos conseguir pagando dinero real. Si fueran simples DLCs se podrían entender, pero estamos hablando de elementos cosméticos como trajes secundarios. Y sí, se pueden conseguir jugando… Pero con una serie de requisitos que son absurdos, llevando a tener que gastar el dinero. Esta es una decisión nefasta que, si bien no empaña un juego excelente, si que demuestra que aún quedan cosas por cambiar. Sea como sea, si os gusta mínimamente el género de la lucha, no os lo penséis dos veces: Street Fighter 6 es vuestro juego.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.