El 23 de septiembre de 1889 en Japón, Fusajiro Yamauchi fundó Nintendo, siendo esta una fabricante de cartas para producir hanafuda. 129 años después, Nintendo es una de las mayores empresas en cuanto al mundo de los videojuegos se refiere. Su prestigio es mucho más que merecido, pues con el paso de los años han regalado muchísimas horas de felicidad y diversión a millones de personas.
Tras consolas como NES, SNES, Game Boy, DS, Wii o Wii U, a día de hoy nos encontramos con su consola más ambiciosa: Nintendo Switch. Pero pese a que cada vez había más y más consolas, renovándose sobre sí mismas, hay personajes y franquicias que nos han acompañado desde el principio y siguen y seguirán estando con nosotros, seguramente, hasta el cierre de Nintendo, si es que llega. Uno de esos personajes, quizás el más emblemático de la Gran N, sería Mario, el fontanero rojo que nos ha dado mil y una aventuras tratando de rescatar a Peach de las garras de Bowser como en Super Mario Odyssey, hemos podido jugar a fútbol con él en Mario Strikers Charged Football, o incluso recorrer la galaxia en Super Mario Galaxy, pero también nos ha ofrecido diversión sin cesar gracias a la saga Mario Party, de cuya última entrega, Super Mario Party, hablaré hoy.
Modos de juego
Podremos controlar a 20 personajes distintos, aunque de inicio solo estarán disponibles 16: Mario, Luigi, Yoshi, Peach, Wario, Estela, Daisy, Waluigi, Bowser, Goomba, Shy Guy, Koopa Troopa, Topo Monty, Bowsy, Boo y Hermano Martillo. Los otros 4 (Huesitos, Donkey Kong, Diddy Kong y Pum Pum) se desbloquearán de manera especial. Como grata novedad, cada personaje tendrá su dado propio que nos permitirá añadir azar al azar, pudiendo, por ejemplo en el caso de Boo, tener dos posibilidades de perder dos monedas, dos de sacar un 5 y dos de sacar un 7. Un consejo: elegid los rivales en Muy difícil, ya que esa es una dificultad normal, elegir Fácil o Difícil hará que vuestra experiencia sea un paseo.
Una vez seleccionemos los personajes que usaremos, aparecemos en un lobby que me parece completamente innecesario pero no creo que sobre, lo único que cambiaría es que sea una única zona por la que poder moverse y no sean recuadros que tengan una transición al salir de ellos. Ahí estarán, en distintos paneles, los modos de juego a los que podemos acceder.
Antes de que se me olvide, algo muy importante: un solo jugador no puede ni utilizar dos joy-con ni el mando pro, el juego únicamente es compatible con un solo joy-con por persona. Pese a que está bien adaptado para que esté justificado, no quita que sea incómodo el tener que jugar tú solo con los joy-con desacoplados y la consola suelta.
Mario Party
Este es el modo clásico: cuatro personajes, todos contra todos. Se puede decidir entre cuatro mapas distintos (Las ruinas de Roco, La mina del Rey Bob-omb, El paraíso megafrutal y La mansión de Kamek), algo que a mi parecer se queda bastante corto, ya que al ser el primer Mario Party para Switch, y aunque se nota que se ha hecho con mimo y cariño, deberían haber hecho más mapas donde jugar ya que, además, estos son bastante simples.
El objetivo será el de siempre: ser quien consiga más estrellas al final de la partida. Para conseguirlas, deberemos llegar a determinados puntos del mapa y pagar 10 monedas por ella. Las monedas se conseguirán cayendo en casillas azules, ganando minijuegos o, en según qué minijuegos, podremos conseguir una fortuna importante quedándonos con las monedas que obtengamos ahí. Pero la compra de estrellas no serán el único uso de las monedas, también podremos comprar objetos en la tienda que perjudicarán a nuestros rivales o nos favorecerán a nosotros, o incluso podemos hacer distintos chanchullos como pagar para robar estrellas a nuestros rivales.
Mario Party a dobles
En este caso, es lo mismo que una partida normal pero en vez de ser un todos contra todos entre los cuatro, será un dos contra dos en todo momento. La mayor ventaja de esto es que se suma la cantidad sacada en los dados de cada uno, es decir, si yo saco un 4 y mi compañero un 5, ambos tendremos 9 pasos disponibles (independientemente del uso de distintos objetos que afecten a esta cifra, que actúan de manera individual). Por lo demás, no hay realmente nada a destacar, es solo una alternativa a agradecer que nos ofrecerá una nueva manera de jugarlo.
También está el sistema de aliados, es decir, la posibilidad de que uno de los personajes que no están participando en la partida se te una como compañero, esto implica que tengamos disponible su dado personal y que en cada tirada que hagamos nos sumen 1 o 2 movimientos. Además, a la hora de participar en los minijuegos, hay varios en los que nos pueden ser de ayuda ya que ellos también participarán funcionando así como una “vida extra”.
Torrente de aventuras
Esta es una aventura cooperativa en la que iremos los cuatro en una balsa y tendremos que conseguir llegar hasta el final antes de que se agote el tiempo, remando de lado a lado o todos a la vez según hacia donde queramos ir y siguiendo una gran variedad de rutas con diversos obstáculos. Comenzaremos teniendo sesenta segundos, o sea: necesitaremos mucho más, y ¿cómo se consigue? Pues ya sea pasando por checkpoints que nos darán 10 segundos extra, encontrando relojes (que nos darán 3 segundos más) o completando minijuegos que nos proporcionarán 40 segundos y otros 3 más si hacemos un “Hip, hip, ¡hurra!”; para meternos en minijuegos tendremos que tocar los globos que encontremos por el camino.
Es un modo de juego ideal si no te apetece pelearte con nadie, aunque posiblemente acabes haciéndolo de todas maneras, ya sea por no colaborar bien en los minijuegos o por algo tan simple como no coordinar el remo.
A todo ritmo
Aunque parezca Just Dance, seguimos estando en Mario Party. Los “minijuegos” de este modo tratarán de seguir un ritmo, por ejemplo, imitando determinadas posturas. Es divertido, eso seguro, pero tampoco es que sea algo a lo que echar más de una partida.
Conquista a cuadros
Un modo donde han tratado de mezclar la estrategia con la habilidad de ganar en minijuegos, algo para, de nuevo, hacer partidas rápidas donde no quieras dedicar demasiado tiempo. Simplemente habrá que ganar minijuegos y tras ello seleccionar un cuadradito para conquistarlo y así hasta que se terminen.
Mariotlón
Este quizás sea el modo que más me ha gustado tras el modo clásico, pero el que más desaprovechado está. Aquí la clave de la victoria será en completar los minijuegos en el mínimo de tiempo posible o, por contra, aguantar más que todos tus rivales. Se conseguirán puntos según los tiempos que logres, no las victorias con las que te hagas, lo que te motiva mucho más a esforzarte. ¿El problema? Hay demasiados pocos minijuegos para que llegue a resultar entretenido a la larga, con tres partidas ya los hemos visto todos e incluso repetido algunos.
Es una pena porque la propuesta de que todo se base en el tiempo es de lo mejor, sin duda, y hace que las partidas sean más tensas, pero tampoco se le puede hacer nada ya que dudo que vayan a meter más minijuegos de los que ya hay.
Sala de recreo de Toad
Aquí podremos acceder a través de la tubería verde de la derecha. Es más que nada algo que hacer cuando no te apetece hacer minijuegos, pero vaya, nada del otro mundo. Los distintos entretenimientos son:
Minibéisbol
Fácil y sencillo: uno tira, el otro batea. Nada más.
Puzles pixelados
Aparecen imágenes en 8 bit fragmentadas cual puzle y deberemos recrear la forma requerida.
Choque de conchas deluxe
Esto es lo mejor dentro de la sala de recreo, pero, al igual que con el Mariotlón, me parece que está muy mal aprovechado. Tendremos tres zonas distintas donde poder pelear contra el resto montados en tanques, pero los controles son horribles y es muy difícil acostumbrarse a la movilidad.
Aplatanados
Este modo trata de alinear plátanos usando la pantalla de dos consolas, es decir, que si contamos con una única Nintendo Switch, olvidémonos de jugar.
Juego libre
Como es característico en todos los juegos cuya base sean los minijuegos (véase WarioWare Gold), también habrá un modo libre donde podremos jugar cada minijuego por separado sin necesidad de que toque aleatoriamente. Por suerte, la gran mayoría de videojuegos son bastante intuitivos y muy sencillos de llevar a cabo, por lo que no habrá problema en que cualquiera pueda jugar.
Apartado audiovisual
Visualmente Super Mario Party está bastante bien, tampoco es como si fuese realmente difícil dado que los diseños de personajes es algo que no deja de reciclarse y con un par de mejoras (o sin ellas) ya les sobra. Por lo demás, más de lo mismo, poco trabajo había ya que hay pocos mapas y son bastante simples. Donde sí se ha notado es en los minijuegos, cuyas animaciones están realmente bien y hacen de la experiencia de juego algo agradable.
Auditivamente ya comienza a decaer, melodías muy típicas a la par que similares y efectos de sonido básicos. Obviamente estos funcionan ya que el juego no es que requiera más y no se echa en falta algo más elaborado, pero eso no quita que sea algo pobre.
Conclusión
Super Mario Party es un juego que vale la pena, pero no al precio que tiene. Prometía mucho dado que iba a haber más modos de juego y una gran cantidad de minijuegos, pero ni los modos de juego llegan a valer la pena ni el modo principal convence al tener solo cuatro mapas. Por suerte, los más de 80 minijuegos y el por fin incluido online sí cumplen, haciendo que merezca la pena comprar el juego; pero el hecho de que únicamente se pueda jugar con un joy-con, ni mando pro ni dos joy-con a la vez para un solo jugador, echa muy para atrás.
Por tanto, mi consejo es que tratéis de haceros con él a un precio más reducido de cualquier modo o esperéis a que su precio baje, aunque siendo de Nintendo todos sabemos que eso es de lo más difícil.