Bossa Studios trae a Nintendo Switch la versión más completa de su loco simulador de cirugía. Pocas presentaciones hacen falta para Surgeon Simulator CPR, un fenómeno que se hizo viral allá por el año 2013. El juego nos pone en la piel de un cirujano, y nos presenta diversas situaciones de quirófano que resolver.
Surgeon Simulator hace poco honor a su nombre, y podremos resolver las operaciones de las formas más divertidas y absurdas que se nos ocurran. Si esperabas un exigente simulador de intervenciones quirúrgicas, este no es tu juego. ¿Quieres saber como hacer de una sala de operatorios un lugar caótico y divertido? Dentro análisis.
Doctor, tengo un dolor
El juego nos pone en una situación bien simple: somos un cirujano y nuestra misión es resolver operaciones. A lo largo del juego se nos presentarán variadas intervenciones que debemos resolver con la ayuda de nuestro material y nuestro ingenio. Además, el juego nos invita directamente a no pensar en cómo lo haría un cirujano normal.
Así pues, desde el primer momento podremos dedicarnos a resolver los casos de las maneras más locas que se nos ocurran. Existen cinco tipos de operaciones que podremos efectuar: trasplante de corazón, trasplante de riñones, trasplante de cerebro, cirugía ocular y cirugía dental. Para encarar nuestro cometido, dispondremos del más amplio abanico de utensilios quirúrgicos, bisturís, sierras, pinzas, taladros, hachas…

Lo único de lo que deberemos cuidarnos es de mantener con vida a nuestro paciente, y para ello tendremos que intentar no desangrarlo. A parte de esto, tenemos absoluta libertad. Suerte que no podemos recibir la llamada de alguien lógicamente indignado porque nos dejamos nuestro reloj de bolsillo dentro de su estómago… ¡Uy!.
El desarrollo del juego, sin embargo, es muy simple, y una vez acabadas las distintas operaciones (pocas) solo nos queda rejugarlas en los diferentes mapas. El juego es lo que es, y no se avergüenza de ello.
Que no te tiemble el pulso
A pesar de su simpleza, Surgeon Simulator tiene un objetivo, que te lo pases bien. Para esto, el juego está realizado de una manera que todo quede reducido al absurdo. Los controles son tan caóticos e imprecisos que rara será la vez que no armes un auténtico pandemonio con la única intención de agarrar un utensilio. Este control tosco es parte de la experiencia, y las físicas de los objetos ayudan a la sensación de torpeza general. Casi cada objeto tiene físicas propias, lo cual es muy sorprendente. Por ejemplo, podemos agarrar un frasco de pastillas, volcarlo, y ver como salen las pastillas una a una.
Tenemos un botón para bajar el brazo, un botón para agarrar, y los dos joystick para controlar el movimiento del brazo y la posición de la mano. Aparte de esto, con el D pad podremos poner variadas (e inútiles) posturas de dedos. Si esta explicación te ha parecido sencilla imagínate operando a alguien solo con estos controles.

Creo que me he pasado con la anestesia
Nuestra forma de proceder una vez en la mesa de operaciones también sigue un escueto guión. Tenemos que romper (literalmente) las diferentes partes de nuestro paciente, hasta llegar a nuestro objetivo. Para ello podemos servirnos, por ejemplo, de martillos para romper los huesos, o radiales para cortarlos de forma sutil, una vez más, nosotros elegimos.
Después de romper, toca cortar. Tendremos que identificar los órganos que nos «estorban» y deshacernos de ellos, lo que les pase no es de nuestra incumbencia, solo nos importa nuestro objetivo en la operación. Para esto, tendremos que valernos de precisos bisturís, o potentes láseres entre otras cosas. Así, se dan situaciones tan variopintas como sacar unos ojos de sus cuencas….clavándoles un lápiz y tirando. O darte cuenta que puedes sacarlos de un guantazo.
Una vez que hemos retirado todo lo que ya no nos es útil, tenemos que poner el recambio en su lugar, y con esto, la operación habrá sido un éxito.
Para controlar el bienestar de nuestro paciente, que, al fin y al cabo, es lo que nos preocupa, está el medidor de sangre. Si se nos va la mano con nuestros métodos (cosa más que probable) el enfermo empezará a perder sangre. Para parar la hemorragia, tendremos que echar mano de nuestra jeringuilla de ¿anti-coagulante? Sin muchas explicaciones, la mágica jeringa verde será capaz de parar al instante los sangrados… eso si somos capaces de cogerla y pincharla de manera adecuada en alguna parte blanda de la persona operada. Si nos pinchamos por accidente, de repente la operación se convertirá en una odisea psicodélica con visión triple, aunque podremos solucionar esto pinchándonos con el antídoto.

La versión más completa
El juego, sin embargo, tiene una clarísima limitación, su duración. Puedes repetir las operaciones tantas veces como quieras, buscando, si así lo deseas, las mejores puntuaciones. Pero fuera de esto o de repetir las intervenciones en los diferentes mapas, poco queda del juego. A favor de la variedad de mapas, he de decir que no se limitan simplemente a trasladar la cirugía a otro escenario. El mapa en el que juguemos cambiará por completo el planteamiento de las operaciones, obligándonos a adaptarnos a difíciles y descabelladas situaciones.
¿Como se te dará realizar la operación mientras la ambulancia en la que estás da bandazos a toda pastilla moviendo todos los utensilios de lado a lado? ¿Mis conocimientos médicos me sirven para operar a un alienígena?
Además, la versión de Nintendo Switch cuenta con modo cooperativo, en el que cada persona podrá controlar un brazo (del mismo médico) para llevar a cabo las labores médicas. Los controles de movimiento, sin embargo, se notan toscos, más aún que el juego base.

Un apartado gráfico que es parte de la broma
En cuanto al tema artístico, Surgeon Simulator sigue en su línea. Unos gráficos y estética cartoon serán nuestra compañía a lo largo de nuestra experiencia como cirujano. Aparte de puntuales problemas de clipping, el juego se nota pulido, y no va más allá de lo que se propone.
Asimismo, el apartado sonoro y musical pasa desapercibido, dándonos un acompañamiento suave pero nada destacable. No es que el juego sea realmente malo en esto, es que, simplemente, está planteado así.

Conclusiones
Surgeon Simulator es una buena apuesta si lo que quieres es reírte un rato y hacer el cafre en situaciones realmente divertidas. No es, ni lo pretende, una experiencia realista de simulación, y esa quizá es su gran baza.
Una experiencia que pintaba perfecta para las cualidades de Nintendo Switch y que se ve ligeramente empañada por la respuesta de los controles de movimiento. Si esta opción funcionara un poquito mejor, el juego ganaría mucho y sería perfecto para echar unas risas con los amigos en cooperativo.
Noticias relacionadas