¿Qué tengo en la cara?
La historia comienza con una borrosa imagen de alguien mientras abrimos los ojos, acto seguido intentamos levantarnos, pero el dolor lo imposibilita, acabando totalmente agotados. De vez en cuando, leves parpadeos van aclarando la imagen hasta que al final vemos con claridad a una chica llamada Eruruu.
Eruruu nos explicará que nos encontró en el suelo, medio moribundos y a punto de perder la vida. Nuestra memoria no ayuda, y no recordamos nada de lo que pasó ni cómo llegamos a esa situación. El dolor persiste, sin embargo nos presentaremos como Hakuowlo, y la familia de Eruruu estará encantada de acogernos.
De repente una noche, ya recuperados, tendremos una charla con Eruruu donde nos revelará que tenemos algo raro en la cara, algo parecido a una máscara demoníaca. El intentar quitarla es en vano, parece que se ha fusionado con nuestro protagonista. A partir de aquí deberemos descubrir qué es lo que pasó, cómo quitarnos esa máscara y todo ello enfrentándonos a grandes peligros como ejércitos, ninjas o seres mágicos.
Campo de batalla cuadriculado
Utawarerumono: Prelude to the Fallen divide su jugabilidad en dos ejes principales. La primera de todas, y tal vez la que menos pueda llegar a gustar es la forma de contar la historia. Utiliza el mismo método que las visual novels, y hay momentos en los que podremos decidir a qué zona vamos y la historia podría cambiar levemente dependiendo de lo que elijamos.
El sistema de batallas del juego se define como estrategia por turnos, es decir, en cada turno decidiremos qué hacer y atacar con nuestros personajes. Aparecerán unas cuadrículas azules en el suelo, que determinarán la zona en la que podemos movernos, si intentamos ir más allá, nos hará un cálculo de los turnos que necesitaremos para llegar. Dependiendo del tipo de ataque que queramos hacer, tendremos que estar de lado, en paralelo o de alguna manera distinta para golpear al enemigo.
En los combates deberemos poner toda nuestra atención, pues un movimiento en falso puede suponer el Game Over. Antes de las batallas tendremos que preparar con objetos a nuestros miembros del equipo, con ello ya listo, empezaremos. A diferencia de Fire Emblem, aquí no podemos decidir la posición inicial, sino que ya se encontrarán en un sitio fijo. Cada personaje es de una clase diferente e iremos dominando todas sus diferentes técnicas a medida que subamos de nivel.
A medida que avancemos en la historia, descubriremos que existe una tabla de tipos, en la que cada personaje puede llegar a dominar elementos y ser más fuerte ante unos adversarios u otros. Pero lo más importante es el Zeal, que siempre se rellenará un poco con cada golpe y que al tenerlo al máximo, nos permitirá ejecutar varios ataques consecutivos, y dependiendo el nivel que tengamos, se puede hacer un ataque final que hará bastante daño.
Por cada golpe que realizamos al enemigo, ganaremos algo de experiencia y si lo derrotamos, mucha más. En plena batalla podemos subir de nivel y se nos regenerará toda la vida, y al finalizar, todos ganarán experiencia como bonificación. Entonces tendremos un menú en el que nosotros decidiremos qué stat subimos entre ataque, defensa y defensa mágica.
Estilo anime y 3D
Utawarerumono: Prelude of the Fallen nos ofrecerá ilustraciones de todos los personajes de una manera muy detallada. Además, cuenta con cinemáticas que hacen que creamos estar viendo un anime, al igual que ocurría en Persona 5 Royal. Pero todo esto cambiará drásticamente al llegar a las batallas, ya que el estilo anime se transforma en modelos poligonales en 3D. El salto es notorio, pero lo acabaremos asimilando y prestando atención a la estrategia más que a los diseños.
En cuanto a la banda sonora, nos acompañará una ligera melodía durante el transcurso del juego, pero se queda en eso, algo que está pero no molesta. Las voces que hay son exclusivamente en japonés con subtítulos en inglés.
Conclusión
Utawarerumono: Prelude to the Fallen nos sumergirá en un universo de fantasía al estilo japonés, un mundo en guerra y un protagonista perdido. La estrategia es predominante de principio a fin y junto a la historia nos puede tener enganchados varias horas. Hay cierta rejugabilidad al poder repetir batallas para mejorar el equipo, aunque no mucho más. Tal vez lo peor sea que la historia acaba perdiendo interés con el tiempo y simplemente sea una transición entre combate y combate.
Jorcelo
Jugador que ha atravesado Green Hill, el árbol Deku, las ruinas de Zanarkand, Anor Londo y lo que queda. Todo a bordo de una nave poligonal, con un perro que habla y un pato que no cura. Cojo una patata y me la como