Estos últimos días, gracias al acceso a la beta privada que Bandai Namco ha procurado a algunos jugadores, en GaminGuardian hemos podido echar un primer vistazo a Code Vein. La beta, propiamente dicha, tiene una duración de una hora y media más o menos. Al completar la parte de la historia, sin embargo, se nos desbloquea una mazmorra de nivel alto.
Por todos es sabida la extensa sombra que proyecta la creación de Hidetaka Miyazaki, y también por todos es sabido que pocos de sus imitadores alcanzan siquiera un grado aceptable de cercanía con dicha obra. ¿Será capaz Code Vein de desmarcarse y adquirir un alma propia? Os lo contamos todo a continuación.
Esto me suena mucho
Lo primero, y quizás lo más obvio en cuanto cogemos los mandos, es una terrible sensación de familiaridad. Y esto, personalmente, me generaba dudas e inquietudes. Me gusta que los juegos de acción y los ARPG beban de la obra de FromSoftware en cierta medida, pero ya he visto demasiados clones imperfectos con aires de superioridad.
Al avanzar un poco en el tutorial una duda más entraba en mi cabeza; “¿Puede ser que este juego haya generado unas mecánicas propias y atractivas?”. Y en efecto, en seguida veremos que el juego nos introduce una nueva mecánica: los Codigos de Sangre. El Código de Sangre es lo que identifica a cada Renacido, su estilo de combate y su manera de actuar. Nosotros (obviamente) somos diferentes, y nuestro Código de Sangre está vacío. Esta anomalía nos permitirá cambiar y adquirir nuevos códigos de sangre y equiparlos a nuestro antojo.
Comenzaremos la aventura con tres Códigos: Luchador, Montaraz y Conjurador. Para aclararnos del todo, estos códigos son clases, los típicos Jobs de toda la vida. Muy distintos entre ellos y muy enfocados a tareas y estilos específicos. La clase luchador es poderosa con las armas de corto alcance, mientras que los montaraces son rápidos, débiles y capaces de atacar a distancia. Los conjuradores podrán desplegar un amplio abanico de magias y técnicas arcanas con las que abrumar a sus enemigos. No obstante, esto no será todo, pues a lo largo de la demo podremos desbloquear hasta siete códigos diferentes.
Es aquí cuando nos damos cuenta de la gran particularidad del juego, y el núcleo principal que lo diferencia de los Souls.
Una dirección incierta
Tras completar el tutorial, nos encontraremos directamente en lo que parece el principio de la historia. Hay que destacar que, por lo que parece, Code Vein optará por contar la historia de una manera mucho más tradicional, con cinemáticas y explicaciones, en lugar de basándose en el lore. Viendo esto, es curioso que podamos configurar y personalizar tanto a nuestro personaje (antes de comenzar el juego personalizaremos nuestro avatar con una gran variedad de opciones estéticas) pero no será esta la primera vez que un RPG usa este recurso.
Despertamos en un estado lamentable, acompañado de una joven vestida de blanco y en un mundo destrozado. Poco después tendremos nuestra primera confrontación con un grupo de supervivientes, que nos obligarán a bajar a los túneles en busca de un recurso muy preciado en este mundo; Las Cuentas de Sangre.
Pero no vamos a destriparos nada de la historia, en estas impresiones vamos a centrarnos en el apartado jugable. Una vez que volvamos a los controles, volveremos a la sensación de deja-vu. Los primeros minutos, incluso el primer par de horas del juego se parece DEMASIADO al primer Dark Souls. Es lento y tosco y se basa en rodar y buscar la espalda del enemigo, hacer un parry o esquivar y atacar.
Además, prácticamente todos los consumibles son calcados de la saga Souls. Las “hogueras” también funcionan de manera idéntica. Esta vez activamos pistilos, que limpian el miasma de una zona (lo que nos revela una porción del mapa) y nos sirven para descansar. En estas zonas seguras subiremos de nivel, almacenaremos objetos o nos transportaremos al main HUB.
También se ha intentado dar una sensación de conexión en el mapa. De vez en cuando desbloquearemos un atajo, pero las zonas que visitamos son tan lineales, que nunca necesitaremos estos atajos realmente.
Como ya he comentado, en las dos primeras horas todo se siente TAN forzadamente Dark Souls, que casi lo dejo al acabar la parte de historia, hastiado por un producto más que intenta copiar algo sin hacer suya la fórmula.
Pero entonces…
Será entonces, al acabar con la parte de la historia, cuando nos darán las gracias por jugar y nos dirán que la demo ha acabado. No obstante, aún queda algo, algo que los más impacientes pueden haber pasado por alto. Al completar la beta, se nos abrirá el acceso a una “Mazmorra de alto nivel”; Las Profundidades.
En esta mazmorra habitan enemigos de varios rangos y niveles. Para que os hagáis una idea: tras las dos primeras horas, y completar el primer tramo de historia, nuestro personaje queda a nivel 8-10. La mazmorra de nivel alto está pensada para personajes de nivel hasta 40.
Al principio esta zona se hace dura, tendremos que investigar para darnos cuenta de que las diferentes opciones de recorrido contienen enemigos de distintos niveles, lo que nos permitirá hacer primero unos caminos y más tarde otros, avanzando de manera increíblemente rápida los niveles de nuestro personaje.
Será en esta zona, y con la consecución de nuevas armas, nuevos niveles, nuevas opciones y nuevos Códigos de Sangre, cuando veamos realmente el potencial del juego. Es en estas cosas donde Code Vein hace suya la fórmula Souls. En las habilidades pasivas equipables, en los Códigos de Sangre y sus ramificaciones, en sus equipamientos… Al desarrollar más nuestras habilidades sale a relucir el alma de anime que tiene el juego. Y eso es bueno, es por eso por lo que llama la atención.
Solo en los niveles altos Code Vein me ha parecido una joya que realmente puede brillar. Ahora solo queda esperar a una nueva beta, o incluso a la salida del juego para saber en que se convertirá. Tiene capacidades para destacar, pero necesita mostrarlas antes. No necesitamos una nueva copia de Dark Souls. Y a pesar de sus luces y sombras, Code Vein puede conseguirlo. Al menos, esa ha sido mi impresión.