A finales del primer mes del año, 10Tons, creadores de, entre otros, Neon Chrome o la saga de puzzles Sparkle, inspirada en el clásico Zuma, presentaron la versión para compatibles de Tesla vs Lovecraft, que resultó ser una suerte de frenético juego de disparos en vista cenital. Dado el éxito de la fórmula, hace unas semanas se lanzó la versión para consolas del título, ésta que nos ocupa, en el que asumiremos el control del brillante Nikola Tesla en su cruzada contra las huestes de demonios y aberraciones ideadas por el lunático escritor H.P. Lovecraft.
Ciencia vs Ficción
El conflicto entre los dos genios nos sitúa momentos después de que Lovecraft desbarate los planes de crear su obra magna al genio de la electricidad. La mente del escritor, en sus deseos por impedir el progreso, da vida a las aberraciones, demonios y monstruos que ha ido imaginando en sus delirios y ahí estaremos nosotros, para dar fin a semejante locura.
Nuestro periplo no tiene una historia compleja, pero la breve secuencia introductoria sirve como telón al desarrollo del título, en el que empleando los dos sticks, haremos frente a hordas de enemigos hasta limpiar cada nivel, avanzando hasta llegar a nuestro enemigo. Estos niveles, tras los asequibles que nos servirán como tutorial, nos enfrentarán a innumerables enemigos con sus características, ataques, debilidades y fortalezas propias, presentándose incluso en diferentes versiones de los mismos, y, en ciertos niveles, tendremos duros combates contra jefes. Contamos con 3 rutas diferentes a las que podremos ir accediendo completando las anteriores (y que profundizan en la batalla entre los protagonistas, en pequeña medida) y que se corresponden con el nivel de dificultad.
Los niveles, muy detallados y en los que tendremos que desarrollar diferentes estrategias, cuentan con puntos de aparición de enemigos que irán desapareciendo en función de que los vayamos derrotando. Por suerte, el HUD en pantalla nos irá indicando, en la parte superior, cuántos enemigos quedan con vida en el nivel, para saber cuándo podemos tener momentos de respiro para recorrer el mismo en busca de posiciones ventajosas o ítems. En ocasiones, de estos portales surgen augurios, en forma de estatua, de Cthulhu, el dios supremo de la ideología Lovecraft, y tendremos que prestar atención al indicador que nos indica dónde se encuentran y destruirlas lo antes posible, o nos veremos superados.
El progreso se abre camino
Aunque la propuesta pueda parecer simple, no lo es en absoluto. El grado de dificultad que iremos encontrándonos según vayamos avanzando en el mapa se tornará en una de sus mejores virtudes, así como los diferentes armas, artefactos, habilidades o bonificadores a los que iremos teniendo acceso.
La jugabilidad básica consiste en desplazarnos con el stick izquierdo, apuntar con el derecho, disparar la pistola básica con la que comenzaremos con el gatillo derecho y realizar un teletransporte cuántico con el botón superior izquierdo, con un número determinado de usos antes de sufrir “cooldown”, y que resultará clave para nuestro éxito, ya que nos permite atravesar enemigos y estructuras sólidas.
Además de estos comandos básicos y, como comentábamos, existen muchas más formas de desatar un infierno eléctrico contra los engendros, formando un arsenal que irá agrandándose, según progresemos, en tamaño, variedad y potencia, y que está formado por los siguientes elementos:
- Armas: Aparecerán en los escenarios e irán desde las escopetas y armas repetidoras como la Tommy Gun, hasta armamento sofisticado desarrollado por Tesla. Las iremos desbloqueando según avancemos en los niveles y tendremos que valorar si su uso nos beneficia en función del enemigo al que nos estamos enfrentando.
- Artefactos: Como las armas, también aparecerán en el escenario cada cierto tiempo, y nos garantizarán cierta ventaja al permitirnos eliminar varios enemigos de una vez o ralentizar su paso. Entre ellos encontramos pulsos electromagnéticos, una espada girante de luz o barriles explosivos. Tienen un número de usos determinado, que se nos indicarán en el puntero o en la parte inferior izquierda de la pantalla.
- Habilidades: Según vayamos eliminando enemigos y, mostrándose en el Hud de la misma manera que el número de ellos que quedan vivos, iremos rellenando una barra (que se resetea por pantalla que completemos) que nos permitirá acceder a habilidades tácticas (que elegiremos seleccionando entre 2), como mejora de daño, de vida, regeneración, posibilidades de esquivar ataques o mejora de nuestro teletransporte. También podemos acceder a éstas como “drop” tras destruir las estatuas de “El Grande”. Si tenemos suerte, existen algunas habilidades especiales que prácticamente nos otorgarán la victoria al porporcionar efectos devastadores.
- Bonificadores: Generándose también en el escenario como armas y artefactos, podremos acceder a elementos curativos, “tiempo-bala” o armas de destrucción masiva. Estos bonificadores aparecerán en mayor medida si conseguimos encadenar muertes con un sólo disparo.
- Inventos: Mientras nos encontramos en la pantalla de selección de nivel, podemos acceder a un menú en el que podremos adquirir, mediante gemas que conseguiremos cumpliendo objetivos en los niveles o extrayéndolas durante los combates (aparecen de la misma forma que las estatuas de Chtuluh), artilugios creados por Nikola que nos ofrecerán suculentas mejoras en nuestras capacidades, como empezar con una habilidad y un artefacto equipados desde el comienzo de cada pantalla.
- Mech: La joya de la corona de nuestro arsenal. Una vez superamos los niveles que sirven como tutorial, tendremos acceso al robot bípedo de Tesla, comenzando con él cada nivel, y que podremos utilizar una vez lo reconstruyamos recogiendo sus piezas repartidas por el escenario. Hacerse con él merece mucho la pena, dado que además de no recibir daño durante el tiempo que lo controlamos, seremos una imparable máquina de despedazar monstruos.
La variedad de elementos que tendremos a nuestra disposición para enfrentarnos a las huestes de Lovecraft, así como la accesibilidad del sistema de control, hacen del título un juego realmente adictivo, al que querremos volver cuando tengamos un rato, siendo ideal para partidas rápidas si jugamos en solitario, aunque también cuenta con un modo cooperativo local que aumenta en gran medida su rejugabilidad y la duración general del mismo, y que nos parece todo un acierto.
Relámpagos y truenos
El juego muestra una perspectiva cenital en la que predominan las tonalidades oscuras en los escenarios y sus elementos, y los colores chillones, flúor, en los proyectiles, enemigos e ítems, generando un bonito contraste que además resulta muy útil para enterarnos de lo que está pasando pese a lo frenético de la propuesta. El juego, cargando multitud de detalles en pantalla, y aclarando que ha sido en mi caso, nunca ha pegado tirones ni ha mostrado efectos raros, siendo únicamente destacable en lo negativo la forma de moverse, un tanto robótica, de nuestro protagonista. Salvo eso, todo funciona con una fluidez envidiable. Hay que tener en cuenta, también, que el juego ha recibido mejoras destinadas a la versión de Xbox One X, donde puede correr a 4K y 60FPS.
En cuanto al apartado sonoro, las armas y efectos suenan más que bien y se diferencian unos de otros de forma más que correcta, pero la machacona música, con una paupérrima selección de temas, es un punto negro que, pese a no estropear la experiencia, no la acompaña al no estar a la altura de la misma. Aunque en este tipo de juegos no influye en demasía dada la propuesta, el juego se encuentra íntegramente en inglés, lo que a las personas que tengan problemas con el idioma les puede provocar que en ocasiones no comprendan los efectos de una habilidad, por ejemplo, pero nada demasiado sangrante.
Conclusión
Nos encontramos ante un reto lo suficientemente desafiante, divertido y adictivo como para que lo tengamos en cuenta para esos ratos en los que no nos apetece más, o no disponemos de más tiempo para ello, que el pasar un ratito agradable a los mandos. Sin ser una maravilla de la ciencia, como le hubiera gustado al protagonista, consigue sorprender en el rendimiento en lo técnico, así como en lo visual, donde el contraste entre luz y oscuridad aparte de bonito, resulta de utilidad para el jugador. En el apartado sonoro se echa de menos algún tema musical más, siendo notable en los efectos. El multijugador local alarga la ya de por sí prolongada vida útil del título, aunque en los tiempos que corren hubiera funcionado más que bien un cooperativo online.