El estudio The Astronauts publicó, en 2014, The Vanishing of Ethan Carter, un título exclusivo (de aquellas) para la plataforma Steam, en la que encarnábamos a un detective con poderes sobrenaturales, que visitaba Red Creek Valley para solucionar un mistero del que Ethan Carter le había hecho partícipe mediante una misiva. Dado el éxito entre el público del juego, el estudio lo llevó a Ps4 en 2015 y tras casi tres años después, ha sido publicado en las consolas de Microsoft.
A nivel personal, es mi primera toma de contacto con el juego, por lo que he tratado de explorarlo como si no se tratara de una evolución de las anteriores versiones y poder expresar de primera mano y de forma fehaciente las sensaciones que me ha transmitido esta aventura. Así que sin más, vamos allá.
“Éste juego es una experiencia narrativa que no te llevará de la mano”
La primera frase que leemos al iniciar el juego ya nos da una pista sobre lo que nos va a deparar el título. Nos encontramos frente a un “Walking Simulator”, una nueva corriente dentro de las aventuras gráficas (y que al menos en consola va ganando adeptos frente a éstas), que, como sabéis, nos traslada a una aventura en primera persona en la que, si bien cuenta con historia lineal en la que vamos conociendo mediante la resolución de los casos, podemos resolverla a nuestro aire, decidiendo en cada momento hacia qué sitio nos apetece ir. Como digo, la historia se va desgranando según vamos resolviendo puzzles para conocer la verdad de lo que ha ocurrido en cada enclave. Los puzzles pecan de seguir una línea quizá un pelín repetitiva (existen únicamente tres o cuatro formas de resolverlos) y también son de una dificultad que resulta asequible, pero consiguen transmitir el horror de lo que ha pasado allí según vas recabando ítems o información para ello.
A nivel narrativo, y salvando mucho las distancias, nos recuerda a series como Twin Peaks o True Detective y a otros videojuegos como el maltratado Deadly Premonition, y aunque no nos vamos a encontrar con una obra maestra del thriller, el llegar a resolver el caso si nos mantiene con ganas de querer avanzar, a lo que ayuda sin duda su apartado técnico, que comentaremos más adelante.
Una de las virtudes del título, la libertad de elección, se convierte a la vez en una debilidad, haciendo que el apartado narrativo fluctúe entre lo más que correcto y el ‘qué demonios está pasando ahora’, pero hagamos lo que hagamos (y el orden en el que lo hagamos) al llegar al final seremos capaces de atar cabos bien uniendo las piezas desordenadas con las que contamos, o bien merced a un acceso rápido (que nos será facilitado) a los puzzles que no hayamos descubierto.
Un espectáculo visual, oro para los sentidos
La palabra que mejor define el aspecto técnico y sonoro de este título es espectacular. Según tomamos el control de nuestro protagonista nos damos cuenta de lo cuidado, limpio e inmersivo que resulta el título. Es un lujo recorrer cada rincón de Red Creek Valley, ya sea para recoger pistas o simplemente para disfrutar de las vistas, mención especial a una localización elevada a la que pronto tenemos acceso, desde la que podemos comprobar el mimo con el que cada paraje está recreado, donde los árboles, el agua, incluso las piedras y, en definitiva todos los elementos de la naturaleza parecen de verdad. El Unreal Engine le queda que ni pintado a este tipo de juegos y más si tenemos en cuenta que desde que se publicó la primera versión del juego ha pasado el suficiente tiempo como para que se haya actualizado el motor, mejorando dichas sensaciones. El menú de opciones permite eliminar el puntero de la pantalla, lo que aún nos hace más propia, vívida, la experiencia. Y ya que hablamos de este menú de opciones, destacar que en esta versión tenemos selector de resolución, 1080p, 1440p 0 2160p, y podemos fijar la tasa de refresco en 30 fps o dejarla más libre, oscilando entre 60 y 30 fps, configuración, esta última, en la que no se ha notado ninguna rascada durante nuestro camino.
Si hablamos del apartado sonoro, en cuanto a lo que a la naturaleza se refiere, es perfecto. Sobretodo con auriculares o con un sistema de sonido envolvente, tenemos la sensación de lo que ya nos transmite el apartado gráfico, casi podemos asegurar que estamos ahí. La banda sonora acompaña de forma muy hábil, acompañando sin estorbar en la inmersión nuestro periplo y las voces, en inglés, cumplen su función de forma satisfactoria.
Pero, en ocasiones, no es oro todo lo que reluce
Una vez destacadas las bondades de The Vanishing of Ethan Carter, hay que señalar una serie de cosas que no convencen tanto. En primer lugar, y como indicábamos antes, la dificultad en general (salvo bajo una circunstancia, no puedes morir) y desarrollo de los puzzles. Una vez hemos descubierto la mecánica del primer puzzle, ya somos capaces de resolver prácticamente la totalidad de ellos, residiendo más su dificultad en encontrar las pistas que necesitamos para ello que en lugar del propio puzzle en sí, llegando a ser un poco cansino al final. Si se hubieran añadido más mecánicas, se hubiera alargado un título con el preciosismo como en el que nos ocupa, cosa que hubiera sido de agradecer teniendo en cuenta las escasas 4 horas que nos lleva completarlo al 100%.
El juego cuenta con selector de idioma para los textos, entre los que se encuentra el castellano (no así para las voces). El problema es que, si no ponemos los textos en inglés, no aparecen los subtítulos en los diálogos ni en los pensamientos internos del detective, lo que no ayuda precisamente a saber qué está pasando o qué estamos haciendo ahí, a la gente que no conozca el idioma anglosajón. No es que haya que ser bilingüe, pero considero fundamental que si se ponen como opción en el menú, al menos aparezcan. Y ya no sólo en los diálogos, a la hora de ordenar las pistas para solucionar los crímenes, con los textos en castellano no aparece en qué posición tenemos colocada la pauta, haciéndolo confuso. También nos ha ocurrido el no saber cómo resolver parte un puzzle al no ser preciso el texto con la acción que debíamos llevar a cabo.
Dada la naturaleza indie del título, no se puede hacer mucho hincapié en ciertos bugs, aunque sí queremos comentarlos. Existen, de texturas (propios del motor, también es cierto) y uno que me sentó especialmente mal, ya que, mientras resolvía uno de los últimos puzzles, el protagonista cayó al infinito aparenciendo en la otra punta del mapa y, dado que los guardados se hacen tras completar tareas, hay que comenzar desde el principio el mismo, amén de llegar de nuevo a la localización.
¿Qué hay de nuevo?
Como hemos comentado antes y, orientado a aprovechar el músculo de Xbox One X, la principal diferencia con las versiones anteriores del título es el selector de resolución, permitiéndonos disfrutar aún más de la inmersión y sensación viva de las localizaciones de la aventura. Aparte, se ha añadido un “modo libre” en el que todo lo relacionado con la historia de Ethan desaparece, casos incluídos, para recorrer las localizaciones sólo por el gusto de hacerlo, como si diéramos un paseo por los lugares en los que se desarrolla la historia.
Conclusión
The Vanishing of Ethan Carter produce sentimientos opuestos. Por un lado, técnicamente es precioso y está hecho con un mimo destacable, y pese a no ser la quinta esencia de los thriller, consigue atraparte, pero por otro, el que utilice para ello el entorno y el querer saber qué está pasando más que las virtudes de la jugabilidad en sí, molesta, y nos deja con el sabor agridulce de qué habría sido de esta obra de arte de haber utilizado más medios y un reto más exigente para contarnos la historia. Aún con eso, es recomendable para aquellos a los que le guste la temática, los juegos de este corte y, por supuesto, si quieres disfrutar de una siniestra historia de forma amena, directa y sin complicaciones.