[Análisis] Theatrhythm Final Bar Line

En el ámbito del audiovisual, la música y el sonido son tan importantes como las imágenes o los efectos especiales. Sin embargo, nunca se les da tanta importancia como a estos últimos debido a que, por lo general, se les da por sentado. La banda sonora es una parte crucial en la configuración de cada obra, y es imposible imaginar lo que sería de las grandes franquicias de la industria sin sus temas más icónicos. ¿Qué sería de Metal Gear Solid sin los efectos de sonido durante las fases de sigilo, o sin los temas cantados que acompañan al final de la primera entrega y al inicio de la tercera? ¿Y qué sería de Pokémon sin sus pegadizos temas de batalla, que ayudan a motivar a cualquier entrenador? La experiencia, sin duda, no sería la misma. Pero si hablamos de una franquicia que es conocida por la maestría de sus bandas sonoras, esa es, sin duda, Final Fantasy. La serie estrella de Square Enix ha demostrado, desde su primera entrega, una brillantez absoluta a la hora de presentar temas pegadizos y profundos que se amoldan a la perfección a toda clase de situaciones: temas de batalla, de ciudad, de mazmorra… Todos funcionan a la perfección.

Con tal nivel de calidad musical, era cuestión de tiempo que el gigante nipón se lanzara a darles el protagonismo que se merece. Y no, no hablo de realizar conciertos de talla mundial (como es el caso de la maravillosa serie Distant Worlds) ni de presentar remixes de los temas más icónicos, si no de presentar un videojuego en donde los temas de la serie son los verdaderos protagonistas. Bajo esta idea se lanzó, en Nintendo 3DS, Theatrhythm Final Fantasy, un título de ritmo que sorprendió a propios y extraños con su interesante premisa y su gran variedad de temas. Su éxito derivó en el lanzamiento de una secuela, más completa y redonda, además de la creación de toda una franquicia que, de forma algo más lejana, se vio agrandada con la salida de Kingdom Hearts: Melody of Memories. Con la llegada del 35 aniversario de Final Fantasy, Square no podía desaprovechar la oportunidad de traer de regreso esta querida franquicia con el que promete ser el juego más grande de toda la serie. Así, hoy tengo el placer de hablaros de Theatrhythm Final Bar Line, que ya está disponible para Switch y PS4. ¿Queréis saber qué tal está el juego, y si mantiene el nivel de sus predecesores? ¡Pues dentro análisis!

 

¡Música, maestro!

La historia detrás de Theatrhythm Final Bar Line nos presenta a… Bueno, no nos presenta nada porque no hay una historia como tal. Pero no os preocupéis, ya que el juego en ningún momento la necesita puesto que su intención es servir como un enorme homenaje a una de las franquicias más icónicas de la industria del videojuego. En este sentido, el título cumple su cometido con creces, permitiendo disfrutar de niveles basados en los principales temas de todos los juegos de la franquicia. Así, no solo se encuentran disponibles temas de las 15 entregas canónicas de la serie (además de las secuelas y remakes de algunos de estos títulos), si no que también encontramos canciones de juegos algo más desconocidos para el público general como son Final Fantasy: Mystic Quest, Mobius Final Fantasy o Chocobo Mistery Dungeon. La pega es que la presencia de temas de estos juegos es menor que la de los títulos principales, pero se agradece mucho la inclusión de todos estos títulos. También se han incorporado remixes de los temas más reconocibles, y versiones de toda índole. Así, la cifra de canciones disponible de base con el título asciende a 385, una cifra enorme que difícilmente puede ser superada, ya sea por juegos de su franquicia o por otros títulos del género.

Sin embargo, todo esto tiene un pequeño pero. La experiencia base es muy completa, y trae consigo algunos de los temas más icónicos de la serie… A pesar de que, por el camino, se deja los más significativos y recordados. No hay nada de To Zanarkand, lo que es criminal, ni de Memories of Life, algo absolutamente decepcionante para los fans de Final Fantasy X y IX, respectivamente. Y, si bien hay una forma oficial de poder conseguir estas canciones… Esta es mediante el pago de una edición Deluxe, lo que unido a la enorme cantidad de DLCs ya anunciados demuestra que, con el juego completo, no tendremos la experiencia completa. Se pueden crear DLCs, por supuesto, pero anunciarlos tan temprano y dejar de lado los temas más reconocibles de la serie… No es algo lógico. 

 

Completando mazmorras al ritmo de la melodía

A nivel jugable nos encontramos un planteamiento similar al de las entregas anteriores, que acertaba al unir conceptos propios de los juegos de ritmo y de los juegos de rol. Así, en cada nivel tendremos que seguir el ritmo una canción, pulsando los botones en el momento adecuado para conseguir la mayor puntuación al mismo tiempo que golpeamos a los enemigos. La pantalla se compondrá de dos aspectos cruciales: la partitura, en la que podremos ver las notas y seguir el ritmo (que es donde pondremos toda nuestra atención), y el campo de batalla, en donde nuestros personajes se moverán y se enfrentarán a los rivales. Existen tres tipos de niveles, cada cual más interesante que el anterior: batalla, en donde nos iremos enfrentando a varios enemigos mientras avanza la canción (siendo este el tipo de nivel más sencillo), campo, que nos llevará a desplazarnos lateralmente por ciertos escenarios (presentando las notas de seguimiento, lo que aporta más complejidad), y evento, que es el más vistoso al presentar secuencias del juego original al que pertenece la canción en cuestión. Aunque pueda parecer una variedad algo escasa, lo cierto es que la enorme cantidad de posibilidades que ofrece cada canción hace que nunca nos cansemos ni nos sintamos fatigados.

No os miento si os digo que Theatrhythm Final Bar Line es, posiblemente, uno de los juegos más adictivos del momento, pues os tendrá enganchados horas y horas mientras completáis títulos y cumplís misiones. Y es que esa es otra: no solo se tiene que finalizar la canción con una buena calificación, si no que también se plantean misiones con las que poder obtener objetos y elementos coleccionables (como imágenes de los juegos o fotos de perfil). El juego también presenta un curioso modo multijugador que, si bien aporta una mayor variedad al título, tampoco es especialmente novedoso. Podremos jugar junto a un amigo, o competir con otros tres jugadores. No sorprende, pero se agradece su inclusión. En definitiva, el título presenta un sistema de juego variado y absolutamente entretenido, que atrapa de primeras gracias a su aparente simplicidad y acaba enganchando por sus geniales desafíos. 

 

Una banda sonora para el recuerdo

A nivel visual el título no innova nada, manteniendo el estilo artístico de entregas anteriores que tan bien funcionó. Esto quiere decir que tenemos el regreso de las formas chibi de la gran mayoría de protagonistas y antagonistas de la serie, contando estas con unos diseños especialmente agradables y simpáticos. Podrán gustaros más o menos, pero lo cierto es que estos están muy logrados y aportan una personalidad al juego enorme. El respeto por el material original es enorme, y los fans de la serie encontraréis miles y miles de guiños a todos y cada uno de los títulos de la franquicia. Por otro lado, a nivel técnico el juego cumple con creces, dejando disfrutar de una experiencia increíblemente divertida sin ningún tipo de error o ralentización.

Y sobre la música… Qué os puedo decir que no se haya dicho ya? El tratamiento de los temas clásicos de la serie es impecable, ofreciendo una calidad sonora admirable que brilla con especial fuerza en los temas más recientes… A pesar de que ciertas composiciones se ven interrumpidas de golpe. Ver como se rompe el ritmo de One Winged Angel o de Dancing Mad duele, pero se compensa con la presencia de auténticos hits como Apocalypsis Noctis (FFXV), Battle at the Big Bridge (FFV) o The Airbuster (FF VII Remake).

 

Conclusión: Un aniversario rítmico y divertido

Theatrhythm Final Bar Line es un maravilloso regalo de aniversario que fascinará a los fans de la franquicia gracias a su enorme variedad de canciones y a su gran contenido desbloqueable. Su sistema de juego es realmente adictivo, y la unión de ritmo y rol funciona a las mil maravillas. Siempre estaremos dispuestos a completar una canción más y a subir de nivel a un par de miembros extra. Eso sí, duele que algunas canciones se vean cortadas antes de tiempo y que algunos temas se hayan dejado para ser carne de DLC. Quitando esto, una experiencia perfecta para los fans y los no tan fans.