[Análisis] The Invincible

Lo reconozco. Si bien escribo prácticamente a diario, tengo un poco más abandonada la lectura de lo que debería. No me malinterpretéis, no hablo de leer noticias y otra serie de textos en línea o papel, hablo de la lectura más pura y dura, la de los libros. No obstante, estoy reconduciendo mi vida con afán de cambiar esto, pues, a fin de cuentas, ¿existe mejor forma de mejorar la escritura y formarse cada vez más que la lectura? Así pues, cuando leí por primera vez información sobre The Invincible, el nuevo juego desarrollado por Starward Industries y publicado por 11 bit studios, pese a leer que estaba basado en la novela del escritor Lem Stanisław, mi desconocimiento era máximo, pues no había leído la novela que da nombre al juego (The Invincible/El Invencible). En cualquier caso, quedaba bastante clara cuál era la temática principal de la obra y, a fin de cuentas, si bien no conocía de nada a la compañía involucrada en el proceso de creación del título, 11 bit studios ya había publicado videojuegos de gran calado como Frostpunk o This War of Mine, por lo que pensé: “¿Por qué no?” Así pues, como esto va de decisiones, ¿qué os parece si os cuento más sobre este título?

 

Una misión a priori sencilla que podría ser la última…

The Invincible se basa en gran medida en la obra de Lem Stanisław, aunque con algunos giros diferentes. Para empezar, la tripulación de El Invencible que viaja a Regis III en busca de sus compañeros de la Cóndor, no son los protagonistas principales, aunque por supuesto tienen gran peso y presencia en el videojuego. En esta ocasión, el jugador se pone en la piel de Yasna, una astrobióloga de la Mancomunidad que, a bordo de la nave Colibrí, se ve en la obligación de aterrizar en Regis III para auxiliar a sus compañeros de tripulación que, tras haber descendido hace días, parecen estar en algún tipo de aprieto. ¿Cómo podría suponer este grupo que la misión científica iba a acabar convirtiéndose en una pesadilla? Algo que la propia Yasna logra constatar después de su accidentado aterrizaje en el planeta que, sin tener demasiado claras las causas, parece haber afectado a su memoria. Así pues, una Yasna desorientada, en contacto con Novik, el AstroNavegador del grupo, irá avanzando a lo largo de este desértico planeta que pronto demostrará que sus habitantes son más hostiles de lo que cabría esperar, algo que cambiará el rumbo de esta tripulación para siempre. ¿Listos para explorar Regis III?

La historia detrás de The Invincible es, junto a su logrado apartado artístico que consigue realmente emular esa sensación de constante descubrimiento y asombro del que explora un planeta ignoto, su mayor baza. ¿Qué ha pasado con los compañeros de equipo de Yasna? Ese es solamente el primer paso de esta interesante aventura, pues una vez que consigue dar con ellos, queda otra gran incógnita, una mucho más desconcertante todavía: “¿Qué les ha llevado a ese estado?” (sin entrar en más detalle en este sentido). Por tanto, sin apenas información y después de ponerlos a salvo en órbita, Yasna decidirá investigar más sobre Regis III, siguiendo los pasos de sus compañeros y la escasa información que han podido dejar por escrito. Después, entran en juego las inclemencias del tiempo y enormes robots asesinos que disparan un láser por su gran ojo, amén de la presencia de otra facción, la Alianza, una especie de Unión Soviética con una inversión armamentística que asusta. Así pues, tienes el bando de la Alianza y la Mancomunidad, ambos sobre la superficie de Regis III. A todo esto, sigue quedando descubrir qué les ha pasado exactamente a tus compañeros y qué te ha hecho perder parte de tu memoria durante el aterrizaje. Nada mal, ¿verdad? Hay trabajo por hacer, uno que sin duda te invitará a seguir adelante hasta el final (o finales, pues hay más de uno).

 

¿Qué está pasando en Regis III?

The Invincible es, en su núcleo jugable, un walking simulator puro y duro, que al igual que otras propuestas como Firewatch, permite explorar e interactuar por aquí y por allá. Así pues, junto a Yasna, explorarás Regis III, un planeta que, sobre el papel, debería ser capaz de sustentar un ecosistema próspero pero no lo hace. Nuestra pequeña tripulación está formada por otra serie de expertos en sus materias, un robot, algunos módulos de aterrizaje utilizados para transportar a la tripulación entre la nave y el planeta, y el AstroNavegador, el oficial al mando que está en la nave principal monitorizando a su equipo. Mientras exploras el planeta y descubres su bello y desolador paisaje a cada paso que des, dispondrás de unas serie de herramientas, como tu propio diario de viaje con mapas que irás actualizando y consultando constantemente, un dispositivo que a base de pitidos es capaz de decirte si estás cerca de otras personas, un par de binoculares para observar el paisaje y, poco después, se sumará un aparato capaz de mostrar los elementos que contengan hierro en pantalla, una suerte de detector de metales avanzado con su propia pantalla.

A medida que vayas explorando y encontrándote con cosas de interés o simplemente quieras charlar, puedes informar a Novik, el AstroNavegador, quien responderá en consecuencia. Generalmente, durante la mayoría de las interacciones puedes elegir la respuesta de Yasna entre un conjunto de tres opciones que, en ocasiones, será menor. Habrá momentos en los que sintamos una mayor familiaridad y cercanía con nuestro AstroNavegador, y otras en las que posiblemente únicamente pase por nuestra mente la idea de dejarle las cosas claras y recordarle quién está sobre la superficie de Regis III. Elegir una u otra opción únicamente dependerá de nosotros, aunque por lo que he podido ver en ciertos diálogos, todo parece conducir al mismo sitio, aunque hay momentos en los que Yasna tendrá que tomar determinadas decisiones de importancia, obedeciendo o desobedeciendo a Novik. ¿Qué pesa más para cada uno? ¿Seguir las reglas férreamente o tomar distintas medidas en según qué situación? De hecho, si no tienes clara la respuesta, siempre puedes optar por el silencio.

Es importante tener en cuenta todo lo que se ha contado hasta ahora, ya que caminar y hablar por el walkie no es una experiencia que todo el mundo vaya a disfrutar. Además, es una experiencia que se cuece a fuego lento, entre otras cosas, porque si bien Yasna puede correr, el movimiento podría haber sido ciertamente algo más ágil y fluido, pues los parajes de Regis III son enormes y en más de una ocasión habrá que escalar rocas. Supongo que, en parte por esto, los desarrolladores han intentando incluir vehículos en determinadas secciones para desplazarse a mayor velocidad por el mapa, ya que de otra forma la experiencia se dilataría excesivamente. En resumen, si te gusta pasear y alzar la cabeza para experimentar por tus ojos las maravillas del cosmos, la posibilidad de explorar tierra ignota, posiblemente haya algo para ti en The Invincible pese a las limitaciones jugables.

 

Un planeta yermo y desolador

Como posiblemente hayáis intuido ya, el apartado gráfico es uno de los grandes pilares de The Invincible. Regis III es fascinante de explorar gracias a sus maravillosas vistas y, si bien tiene un diseño desolador, se transmite de una manera hermosa que siempre luce impresionantemente bien. Los colores y la dirección de arte son fenomenales, haciendo que sea realmente muy fácil sumergirse en la experiencia de ser una suerte de pionero que está recorriendo un planeta desconocido por primera vez, admirando sus llanuras y cañones, a la vez que te detienes para levantar la vista al cielo estrellado nocturno. Es una sensación hermosa, una que sin duda, ganaría enteros si apostase por la realidad virtual en un futuro. La estética atompunk de los artilugios y la maquinaria, son también muy interesantes. Quizás, lo único que admite algo más de debate sean los diseños de los personajes humanos, que claramente tienen margen de mejoría. Por último, el juego tiene una característica realmente inteligente que te permite volver a “vivir” tu historia al estilo de un cómic si quieres repasar tu experiencia hasta ahora, cubriendo todo lo que ha sucedido hasta el momento, decisiones incluidas.

En The Invincible tu principal compañía sonora está en los sonidos ambientales, pues rara vez aparece algo de música, aunque cuando lo hace se integra fantásticamente con la situación. Por otra parte, alabar el buen trabajo de Daisy May prestando su vez a Yasna y el de Jason Baughan con Novik, creando magníficas interpretaciones llenas de sentimiento en cada comunicación entrambos, lo que logra que cada reproche o despedida pueda sonar realmente amarga, engrandeciendo la experiencia. Si bien la mayoría de personajes apenas tienen desarrollo y son olvidables, es fácil empatizar con Yasna y Novik, pues consiguen brillar en este espectáculo espacial.

 

Conclusión

Al ser humano siempre le ha fascinado lo desconocido. Si tú, al igual que muchos, sientes un deseo innato relacionado con la exploración espacial, The Invincible tiene mucho que aportar en ese sentido, con una magnífica narrativa dirigida por Yasna y Novik, cuyas acciones llevarán a diferentes finales sobre la superficie del yermo y hostil Regis III. Si bien la jugabilidad puede llegar a dividir (y aburrir hasta cierto punto, pues solamente hay un momento de acción muy puntual en toda la aventura), lo que es innegable es que pasear por la superficie de Regis III consigue transmitir esa sensación de explorar tierra ignota, dejando un resultado que, a nivel general, tiene momentos realmente hermosos que cualquier amante del espacio con un mínimo de espíritu aventurero sabrá agradecer. En definitiva, los personajes, sus elecciones y luchas te atraerán, mientras que la intriga y el misterio se encargarán de hacer el resto.