Diversión, espectáculo, locura, y sobre todo, muchas explosiones. Esta es la premisa más representativa y sencilla para definir a la saga creada por Avalanche Studios allá por 2006, Just Cause. Es en la nueva y cuarta entrega de la serie cuando más se reafirman estos conceptos, pero también es cuando más notamos que la fórmula se resiente con el paso del tiempo. El shooter en tercera persona en un gigante y loco mundo abierto, Just Cause 4, llegó a PlayStation 4, Xbox One y PC el pasado 4 de diciembre con lo que parecía ser la propuesta más ambiciosa de la franquicia.
Welcome to Solís
Just Cause 4, como suele ser menester en la serie, está ambientado en un nuevo país, en este caso, Solís, un paraje ficticio en Sudamérica. Rico Rodríguez ha dejado la Agencia, pero vuelve a la acción para desentramar una serie de secretos sobre su pasado y enfrentarse a una malévola organización llamada “La Mano Negra”, mientras que arrasa con todo a su paso. Square Enix declaró que esta entrega contendría una mayor carga argumental que las anteriores y el resultado final no dista mucho de sus precedentes en dicho aspecto. La narrativa del juego es sosa, aburrida, no aporta nada al jugador. Me ha dado pereza encontrarme con cinemáticas con historia, y si no fuera porque debía analizar el juego, las hubiera saltado sin ningún remordimiento. Sin embargo, sabía que la historia del título no me iba a enganchar, y aunque este no es un aspecto primordial podría haberse enfocado de distinta forma. Siempre he pensado que Just Cause se toma demasiado en serio en este apartado, cuando tomar la vía del humor y la locura extrema sería una mejor baza que escoger. No puedes venderme un título donde existe un arma que transforma a los enemigos en vacas con una historia “seria”. Una franquicia que llevó muy bien esto fue Saints Row, que optó por la risa absurda antes que por la sobriedad que puede albergar un GTA. Aunque, claro está, aquí no hemos venido a por una profunda historia, sino por las explosiones.
El diseño de las misiones principales está mejor desarrollado que la del resto del conjunto, siendo más impresionantes a nivel técnico y jugable. Es en estas fases cuando conoceremos los peligros del gran aliciente de esta nueva entrega, los tornados y tormentas. Los fenómenos meteorológicos extremos del título se hacen de rogar, y pasaremos varias horas de juego sin vislumbrar ni una sola nube en el horizonte. Y justo cuando se desencadenan estos desastres ambientales, siento que se quedan cortos. Cierto es que tanto las tormentas eléctricas como los tornados son tan arrasadores como el propio Rico, haciendo destrozos en todo el escenario con facilidad, pero algo que fue protagonista de tantos tráilers durante toda la campaña de marketing del juego podría haber dado mucho más de sí, para ver finalmente que se quedan en algo más anecdótico que apoteósico.
I need a explosion
Just Cause 4 continúa con una jugabilidad prácticamente idéntica a la de su anterior entrega, aunque con pequeños cambios allí y allá. De nuevo, Rico posee un versátil gancho que le hará alcanzar cualquier lugar a su alcance, impulsarse mientras esté en el aire, avanzar con rapidez, adherirse a enemigos o pegarlos entre ellos y demás locuras que se te puedan imaginar. Además, este utensilio ha sufrido ciertos cambios en cuanto a personalización se refiere. Ahora podremos añadirle habilidades extra tales como la propulsión de unos cohetes o un globo que elevará el objeto anclado como los que ya vimos en Metal Gear Solid V, entre otras. Excepto un par de nuevos usos, estos ya estaban en Just Cause 3, pero aquí tendremos la posibilidad de hacer combos con todos ellos para sembrar aún más el caos.
En cuanto al movimiento del protagonista, además de contar con el famoso gancho, Rico hará uso de un paracaídas y un traje aéreo que le permitirán sortear el escenario a gran velocidad y hacerlo todo un poco más espectacular y satisfactorio.
El gunplay ha mejorado con respecto a la anterior entrega. Las armas se sienten mejor y el apuntado es por fin algo útil, cómodo y medianamente preciso. El arsenal no es demasiado amplio pero sí es variado, incluyendo armas clásicas como fusiles o francotiradores, y armamento eléctrico, de viento o con características especiales, como la “pistola vaca”. Cada arma contará con un uso secundario, como proyectiles, drones, barreras o ráfagas más potentes, en lugar de las típicas granadas (que desaparecen en este título).
Solís es la región más grande visitada en Just Cause hasta la fecha y necesitaremos movernos por el terreno con rapidez, para eso dispondremos de un catálogo de vehículos, armas, munición y ayudas a domicilio según vayamos desbloqueando zonas del mapa.
A diferencia de la anterior entrega, no será necesario destruir un porcentaje de cada zona para desbloquear la siguiente, la conquista de Solís es menos forzada, se rige mediante la fuerza de pelotón que tengamos, que aumentará cumpliendo misiones y objetivos varios, haciendo que se expandan las fronteras a cambio de un valor de pelotón.
El mapa está repleto de misiones secundarias, actividades y coleccionables, desde volar por anillos en un tiempo específico a hacer saltos y maniobras con un vehículo, todas ellas bastante repetitivas y simples, pareciéndome mejores las de Just Cause 3, más complejas y exigentes.
Gráficos y sonido
Just Cause 4 ha reducido su calidad gráfica con respecto a su anterior entrega. El juego de Avalanche Studios alberga una gran cantidad de problemas visuales notables, un popping que asusta, dientes de sierra que cortan, una borrosidad constante cuando nos desplazamos rápidamente y texturas en baja resolución. Donde no se puede dar queja es en la calidad de las explosiones y partículas que estas forman, además de las visualmente excelentes tormentas de arena, rayos y tornados. Algo que también nos ha gustado es la inclusión de nuevos biomas, como el clima nevado y desértico, dejando un poco los escenarios completamente tropicales de sus antecesores. Técnicamente, el título se mantiene estable la mayor parte del tiempo, mejorando el rendimiento de Just Cause 3, aunque sacrificando detalle y calidad visual por el camino para lograrlo, además de añadiendo una resolución dinámica que variará dependiendo de la cantidad de información en pantalla.
El sonido es totalmente correcto. Ya sea por la variedad de temas que escucharemos en la radio, como los que acompañarán a la acción sin opacarla, además de un doblaje y traducción íntegra al castellano.
Conclusión
Just Cause 4 ha abarcado muchos elementos, pero no ha conseguido llevar ninguno a un buen nivel. El juego mejora el rendimiento de su antecesor y decae en sus gráficos, mejora el uso de armas y el gancho, pero erradica la evolución del personaje, aumenta el tamaño del mapa y sin embargo no consigue rellenarlo con misiones de calidad, intenta contar una mejor historia y solo consigue aburrir al jugador a las primeras de cambio.
Just Cause 4 no es un mal juego, es muy divertido y satisfactorio en el manejo de Rico, pero debido a sus graves errores gráficos, bugs y repetitividad se ancla en lo mediocre. Ser más grande no siempre es mejor.