Es así que, a menos tiempo tengo y más proyectos externos a los videojuegos empiezo, menos ganas tengo de investigar por mucho que me guste hacerlo y cada vez prefiero más encontrarme con un videojuego lineal o que, dentro de su mundo abierto, la narrativa vaya llegando a mí sin yo tener la necesidad de rebuscar y aunar ideas y conceptos. Conste que esto no es una crítica al formato ni mucho menos, pues allá donde es usado es porque funciona a la perfección, simplemente yo no soy demasiado afín a ello, y en consecuencia abandono casi todos los soulslike que toco.
Sin embargo, para este análisis me he enfrentado a Another Crab’s Treasure, el soulslike con un cangrejo como protagonista que, lejos de aspirar a ser un referente del género, lo coge como base y le añade un evidente factor de plataformeo de lo cual hablaremos más adelante. Es este el paso intermedio que me ha vuelto a despertar el gusanillo de los soulslike y que ha vuelto a poner a prueba mi frustración y mi poca habilidad mecánica. Hablemos pues de Kril y su aventura.
La paradoja del ermitaño: recorriendo los siete mares para recuperar su casa
Después de un especie de mini documental filosófico sobre nuestro planeta que sirve como introducción al juego (y en especial al tono irónico y jocoso que tendrá este) conoceremos a Kril, nuestro protagonista. Kril es un cangrejo ermitaño que vive tranquilamente en su concha en una pequeña costa sobre Mareafloja hasta que un día aparece un “”tiburón”” que le embarga la casa por impagos, unos impagos los cuales Kril desconocía.
Es así que Kril decide bajar a hablar con la duquesa para encontrar la forma de llegar a un acuerdo y recuperar su hogar lo antes posible, pero todo comienza a corromperse (de manera literal) y nos veremos enfrentándonos a Mareafloja y sus fuerzas reales bajo el manto de la corrupción… para que no sirva de nada derrotarlos porque ese maldito estafador ha escapado con nuestra casa para venderla al mejor postor. En consecuencia, recorreremos los mares como si de Jack Sparrow se tratase con tal de encontrar un tesoro y así recuperar nuestro hogar y con ello nuestra sedentaria y ermitaña vida.
En líneas generales, estamos frente a un título sin una narrativa ni lore destacables (a diferencia de los soulslike), pero que se resuelve juguetón al tener el juego traducido al castellano (según el juego, al castellano de Latinoamérica, aunque yo lo he encontrado más cercano al de España) y saber adaptar las líneas a las diversas situaciones y opiniones sociales que encontramos en nuestra sociedad, encontraremos personajes racistas y/o clasistas, hippies, “flipaos” y un amplio etcétera que hará de lo más disfrutable el seguimiento de la trama y la interacción con NPCs.
Soulslike con plataformas y caparazones
El factor principal de los soulslike es, sin duda, los memorables y complicados combates contra jefes, y Another Crab’s Treasure no podía ser menos. El juego de Aggro Crab nos planteará una cantidad más que suficiente de enemigos desafiantes (además, por supuesto, de enemigos sencillos que iremos encontrando por el mapa) que harán que más de una vez salte el mensaje de “Descansa En Pez” (ingenioso como cabía esperar). Estos jefes cuentan con patrones propios de combate aunque ningún combate es igual que el anterior, pues sin una IA especialmente compleja ni extremadamente bien desarrollada logran que esta ejecute movimientos razonables teniendo en cuenta el campo de batalla y nuestras posiciones.
Sin embargo, no todo funciona de maravilla, y es que algunos de los jefes se sienten un tanto injustos debido a un mal diseño de combate mientras que otros resultan un poco demasiado fáciles pues sus patrones son sencillos de comprender. Sin embargo, la sensación general de pelea en esta entrega es más que satisfactoria, no pudiendo poner mucha más pega que esto.
Pero por suerte es consciente de que a puro combate es difícil hacer competencia a los soulslike por lo que decide implementar un sistema de plataformeo que ocupará gran parte de la partida, siendo que al ser un título bastante lineal puede permitirse emplear los efectivos que se ha ahorrado en cuanto a diseño de mundo para emplearlo en el diseño de niveles y plataformas. Esto da como resultado que tengamos ganchos para propulsarnos, podamos rodar, saltar, propulsarnos en nado… una variedad suficiente que, unido a la característica verticalidad de los soulslike, casa de maravilla con el concepto además de hacer el juego mucho más “amigable” para que todas las generaciones disfruten de ello más allá que de enfrentarse contra jefes.
El problema de esto radica en la cantidad de errores que, sin ser excelsa, es notoria. Muchas veces fallaremos saltos o caeremos de plataformas porque los espacios no acaban de estar del todo acordes entre lo visible y lo técnico, lo cual resulta en determinados puntos de la partida llega a resultar más frustrante que los combates de jefe pues aquí no se penaliza un error o una mala lectura tuya, sino que el juego falla de por sí. No obstante, estos como digo no son recurrentes y son fáciles de no repetir, por lo que es algo a tener en cuenta pero tampoco hace falta mandarlo a la hoguera.
Ahora sí, el verdadero y atractivo añadido de este juego respecto a la fórmula clásica es el sistema de caparazones. El juego cuenta con más de cincuenta caparazones distintos que van desde vasos de chupito hasta pelotas de tenis reventadas (incluida una sorpresa que veréis en el siguiente apartado), cada uno tendrá una “fuerza defensiva” concreta además de distinta durabilidad, por lo que tendremos que planificar bien si recibiremos muchos golpes y preferimos entonces un caparazón que dure más aunque recibamos algo más de daño o si, por contra, confiamos en nuestras habilidades de esquiva y por tanto podemos confiarlo todo a un caparazón que no aguante más de dos golpes pero minimice el daño casi por completo. De la misma manera, estos caparazones nos permitirán realizar parrys y contraataques cuando desbloqueemos las habilidades correspondientes.
Tendremos además cargas de Umami, una especie de “maná” que se recarga golpeando con el tenedor y que permitirá realizar habilidades de caparazón, pudiendo estas ser una explosión de burbujas para atacar a distancia, electrocutar el caparazón para dar un chispazo al defendernos, un aumento puntual de estadísticas, hacer de peonza… en definitiva, una habilidad especial por cada caparazón que harán del gameplay algo aún más divertido y variado.
Finalmente, tendremos dos maneras de mejorar: la primera, es subir estadísticas de vitalidad, resistencia, ataque o ataque con Umami que lo haremos gastando microplásticos que obtendremos vendiendo objetos o derrotando todo tipo de enemigos. Por otro lado, con los cristales (estos menos comunes) podremos avanzar por un corto pero efectivo árbol de habilidades que nos permite desarrollar tres caminos a la vez: el del Ermitaño, más enfocado en el uso de Umami y la esquiva, el del Depredador, enfocado puramente en el ataque, y el del Cangrejo Verdadero, centrado en la defensa. El avanzar en uno de ellos no implica cerrarte a él, pues el ritmo de desbloqueo es totalmente libre pudiendo seguir los tres caminos o solo uno.
Opciones de dificultad para hacerlo accesible
Por otro lado, una de las características principales de los soulslike es su dificultad, lo cual tiende a hacerlos “prohibitivos” para un gran porcentaje del público. En el caso de Another Crab’s Treasure, bien es cierto que la dificultad es también elevada por defecto, pero a su vez, como pretende ser un juego accesible para todos los jugadores de cualquier edad, cuenta con ajustes de dificultad que puedes modificar a tu gusto para disfrutar del juego en fácil o en difícil, según tú creas conveniente; los ajustes presentes son:
- Durabilidad de caparazón extra
- Reducir el daño recibido
- Reducir la salud del enemigo
- Invencibilidad de esquivar extra
- Ventana de parada extra
- Evitar la pérdida de objetos al morir
- Evitar daños de trampas
- Reducir la velocidad del juego
Y mi favorita… quiero creer que todos conocéis la imagen no ficticia de un cangrejo con un cuchillo; pues bien, podremos darle un arma a Kril, literalmente, cambiaremos el caparazón por una pistola enorme que se cargará a cualquier enemigo.
Simpaticón pero con carencias
El diseño de personajes y escenarios de Another Crab’s Treasure es simpático y resultón, recordándome especialmente a los diseños de Pixar lo cual encaja a la perfección con el estilo tanto narrativo como de gameplay del juego; lastimosamente, a excepción de los personajes relevantes en la trama, la mayoría de NPCs de la misma especie son de lo más parecido, cambiando el color de ¿piel? y poco más. Sin embargo, dado que interactuaremos relativamente poco con ellos, no nos importa, y que esto suceda con los enemigos es lógico pues así podemos identificarlos para reconocer rápidamente sus patrones de ataque y movimiento.
Ahora sí como queja, hay varios NPCs que al hablar con ellos no tienen su sprite de personaje pero sí una sombra oscura con su silueta, lo cual me parece de no haber querido esforzarse un poco más pues es bastante rompedor verlo así y dado lo dicho de escasez de interacción y diseños en general, estoy seguro de que no hubiese sido un gran sacrificio.
Por otro lado, la banda sonora del juego es quizás demasiado “no copyright music” de YouTube o puesta un poco al tuntún, una de dos, pues lejos de criticar las piezas como tal, no parece haber un amplio trabajo de diseño sonoro detrás del juego ya que en varias ocasiones los temas musicales parecen “sonar cuando no les toca”, como tener una música alegre en un momento triste (entendamos el concepto de triste dentro del ámbito de este juego) o música más pausada al inicio de un combate contra jefe, como si estuviésemos paseando por el mapa o en una zona de plataformas. Esto, como digo, me atrevería a achacarlo más a un pobre diseño sonoro más que a descuidos puntuales, pues aunque estos pueden suceder, no debería ser así en momentos relevantes.
Finalmente, aunque el juego está muy bien traducido y localizado al castellano, no contamos con doblaje a nuestra lengua pero sí al inglés, y sin ánimo de plantearlo como una crítica destructiva, el voice acting anglosajón no está a la altura de la comedia hispanohablante.
Conclusión: Another Crab’s Treasure, el mar al mejor precio
A modo de conclusión, el veredicto es sencillo: Another Crab’s Treasure es el soulslike perfecto para quienes no acostumbran a jugar el género, de la misma manera que estoy convencido de que cualquier fan de los juegos de FromSoftware disfrutará también de esta entrega siempre y cuando sea consciente del tono mucho más infantil y poco serio que se presenta.
Con una apuesta jugable desafiante, compensada y, sobre todo, divertida, creo que la mejor definición para este interesante giro al género no sería “obligatorio”, pero sí “apuesta segura”; estoy convencido de que quien se haga con este título no se arrepentirá, especialmente viniendo a precio reducido (29,99€, aunque con un 10% de descuento de salida, estando a 26,99€ hasta el 2 de mayo). Por ende, teniendo en cuenta además las opciones de dificultad: sí, amantes de los souls, amantes de las plataformas, padres y madres de niños pequeños o simplemente personas interesadas en lo que Another Crab’s Treasure plantea, este juego es una recomendación fácil de hacer.