Con ello, poco a poco aprendí a apreciar este tipo de obras y supe ver la dificultad real que hay detrás de la creación de un producto audiovisual que no se vuelva tedioso a pesar de que su único cometido sea estar a tu lado. No hay casi nada que hacer, no hay casi nada por descubrir, tan solo una suma de acciones livianas hiladas por una sencilla y prácticamente nimia narrativa.
Así es que desde su tráiler de anuncio, despertó en mí el interés por Bandle Tale: A League of Legends Story, el que será el último título de la serie iniciada por Riot Forge, la cual nos ha dejado grandes spin-off de League of Legends como el reciente Song of Nunu, al cual le realizamos un completo análisis, siendo el resto del line-up formado por: Ruined King, Hextech Mayhem, Convergence y The Mageseeker. Por tanto, es un momento tan feliz como triste para los amantes del lore del MOBA, pues esta es la última parada en el tren de los spin-off, por lo menos, de los creados por Riot Forge.
Por ello, le he cogido especial cariño al juego desarrollado por Lazy Bear Games, creadores también de Graveyard Keeper, el cual, por supuesto, recibió un gran análisis por nuestra parte.
Salvando la Ciudad de Bandle
En el universo de Runaterra, la Ciudad de Bandle es un lugar encantado del reino de los espíritus conectado a través de portales, en ella habitan unas criaturas tan peculiares como adorables: los Yordle, seres pequeños y peludos con personalidades de lo más variopintas. Aquí encarnaremos a un muy joven Yordle (de nombre y aspecto personalizables) de Villatelar, una isla donde el tejer no solo es un arte, sino también una obsesión, por ello, tras 101 años de secuestro domiciliario formación por parte de nuestro abuelo, queremos ver qué hay fuera de nuestro hogar y poner en práctica todo lo que hemos aprendido.
Para nuestra primera aventura arrastramos con nosotros a Clover, nuestra amiga de toda la vida, y nos dirigimos a una fiesta en Ciudad de Bandle donde el organizador, Ozzy, es amigo del abuelo por lo que nos deja hacer la inauguración… que sale mal, apocalípticamente mal: los portales colapsan, todo y todos se desperdigan por las distintas islas y la conexión entre unas y otras está completamente perdida. Es así que tendremos que volver a Villatelar con la ayuda de Corki y su helicóptero, que nos hace el favor únicamente por ser amigo del abuelo, aunque el favor le sale caro: nos estrellamos en Villatelar y no podremos movernos durante un tiempo, como mínimo hasta arreglarlo.
Ahora sí, comienza nuestro camino hacia la reparación del sistema de portales y, con ello, la vuelta a la normalidad de la Ciudad de Bandle. En esta aventura nos toparemos con nuevos Yordle inexistentes hasta ahora en el lore, pero también con caras conocidas que acapararán la atención con sus apariciones, llenas de guiños al MOBA, como pueden ser Veigar, Teemo o Tristana. Como he dicho anteriormente y quiero volver a recalcarlo, no venimos en busca de una narrativa intensa o destacada, sino de un acompañamiento para esas horas en las que nos apetece disfrutar tranquilamente.
Un tejedor plurifuncional
A pesar de ser tejedores, como parte responsable de la catástrofe también deberemos asumir el peso de ejecutar otras muchas labores más. Para ello, deberemos ir haciendo recolecta de los materiales que nos encontremos por el mapa; al principio estos serán tan escasos como básicos: tela, rastrojos, madera, piedras y poco más, pero a medida que vayamos visitando el resto de islas y desbloqueando habilidades aumentará muchísimo no solo los propios materiales a conseguir sino también el gran número de objetos crafteables y con ello nuestras interacciones con el mapa.
Esto se encuentra muy bien balanceado en cuanto al ritmo de desarrollo y aparición, pues la experiencia necesaria para avanzar en el árbol de habilidades se desbloquea paulatinamente no pudiendo desbloquear en ningún momento algo que no vayamos a utilizar o que nos permita “chetar” el avance, logrando de la misma manera no bombardearnos a información y posibilidades para que todo quede lo más pautado posible y cumpliendo con el objetivo principal: funcionar como acompañamiento.
Por esta razón el árbol de habilidades está segmentado por misiones, lo que a su vez permite no hacer un mal uso de los puntos de experiencia, pues os aseguro que si tuviéramos opción de ir desbloqueando a nuestro ritmo desde un inicio nos encontraríamos con demasiadas habilidades inservibles en el momento y con la imposibilidad de realizar aquello que nos demandarán en breves. Así es que, aunque de primeras pueda parecer que nos lleva de la mano más de lo que nos gustaría, realmente nos está “educando” en el ritmo del juego para asegurarse de ganar el combate contra el tedio.
Volviendo a la gestión de recursos, son conscientes de que no tendría ninguna gracia estar siempre bien abastecido de estos a la vez que si obtenerlos supusiera un gran gasto de tiempo prácticamente nadie pasaría de la primera isla, por lo que generan de buena manera un equilibrio entre los recursos que vamos a usar en el proceso de prácticamente cualquier crafteo, ofreciéndonos muchos más de estos, y aquellos que son más específicos se podrán obtener poco más de lo necesario en cada incursión, haciendo así que la mayoría de veces debas ir a buscarlos aunque con la certeza de que no tendrás que matarte a idas y venidas para un único craft.
Ahora bien, no solo tendremos que reparar los portales, también velaremos por el bienestar y disfrute de los Yordle, y es aquí donde nos mostraremos más polifacéticos, actuando como cocineros (tomando como referencia las bases de juegos como Overcooked) u organizadores de fiestas (donde decidiremos la música a escuchar y las actividades a realizar) entre otros “trabajos”. Por esta parte debo decir que he quedado sorprendido, pues esperaba que el juego se enfocase principalmente en lo ya comentado: la obtención y gestión de recursos, pero el añadido de oficios como parte fundamental y necesaria de la trama le da un toque de frescura que aporta chispa al juego y se asegura de mantener activo y entretenido al jugador.
Un arte ideal para la propuesta
Defiendo y defenderé siempre que los estilos gráficos no tienen un ranking que los haga mejores o peores, sino que cada historia requiere de uno en concreto. En el caso de Bandle Tale considero que escogen a la perfección el estilo visual no solo por el género del juego sino por lo que Ciudad de Bandle representa per se: una explosión de magia y colores vivos envueltos en un ambiente onírico. El diseño minimalista casa a la perfección con el juego y se nota el cariño dedicado en todo momento, desde unos personajes fieles a sus versiones pre-existentes (Lulu, Yuumi, Rumble…) hasta una amplia cantidad de nuevos Yordle que no desentonan para nada con lo que conocíamos de la raza.
Este amor dedicado al apartado artístico también está presente en las distintas islas, ofreciéndonos un estilo completamente diferente para cada una de ellas animándonos a explorarlas al completo, pues no disponen de un tamaño excesivamente grande pero sí lo suficiente como para dejarnos detalles artísticos dignos de admirar.
Por poner una pega al diseño, aunque esto afecta principalmente a lo jugable, no soy demasiado partidario de la perspectiva isométrica cuando el control de movimiento parte de WASD, aunque comprendo que a nivel de dirección de arte y según el enfoque de los distintos oficios esta era sin duda la opción ideal a llevar a cabo, por lo que os animo a jugar al juego con mando si disponéis de él, pues esto hará que sea más cómodo y por ende más disfrutable.
A nivel sonoro ni destaca ni pretende hacerlo, la banda sonora es meramente apaciguadora y con la suficiente variedad de piezas por cada isla para que podamos asociar y recordar las distintas melodías nada más cruzar el portal. A esto se le suma un buen abanico de efectos sonoros minimalistas y amenizados que nos ayudan a sentirnos parte de las acciones que estamos realizando. Aunque acostumbro a tener en cuenta la presencia (o no) de doblaje, bien es cierto que esta clase de juegos no la necesitan para nada, pero durante las pequeñas cinemáticas para dar avance a la historia contamos con ello (y en español), por lo que cabe agradecer esta decisión que deja claro al jugador que el título se ha desarrollado pensando en él y en su disfrute.
Además, como es característico en cualquier producto que provenga de Riot y ya he medio avanzado en el párrafo anterior, contamos con una sobresaliente localización al castellano.
Conclusión
Sin ser yo un apasionado de los juegos de aventura calmada y centrada en la obtención de materiales para realizar tareas, admito que he disfrutado bastante de mi experiencia con Bandle Tale, pues como digo, el juego piensa en todo momento en el jugador y está muy bien estructurado de manera que tanto los aficionados al género como los que únicamente vengan a ver qué les ofrece este nuevo spin-off de League of Legends logren pasar un rato entretenido y sintiéndose acompañados y apaciguados por este gran juego.
Sin embargo, aunque me gustaría, no es un juego que pueda recomendar a todo el mundo y no por una falta de calidad, sino por lo concreto que acostumbra a ser el público que disfruta de este tipo de experiencias. Por ello, si formas parte de ese público o crees que puedes llegar a formarlo, te aliento a darle una oportunidad a esta entrega. Por otro lado, si eres aficionado al MOBA y su lore, temo decirte que no encontrarás profundidad en ningún aspecto narrativo concreto, aunque bien es cierto que ofrecen una nueva y amplia visión de Ciudad de Bandle, región bastante desconocida en general. Por contra, si no te identificas con ninguno de los dos anteriores, es muy probable que este juego no esté hecho para ti, aunque estoy seguro de que podrías pasar un buen rato de todas formas.
En resumen, Bandle Tale es un gran juego que tiene en cuenta a todo tipo de jugador, pero que es sabedor del público al que llegará y se asegura de ofrecer una experiencia gratificante que cumpla sobradamente con sus expectativas.