La Caperucita Roja, Hansel y Gretel, Pulgarcito, Pinocho, Ricitos de Oro, la Cenicienta, y un largo etcétera. Estos, son solo algunos de los ejemplos de cuentos que la gran mayoría conoce y que, de nuevo, han sido modificados con el paso de los años para prescindir de temas escabrosos como el contenido sexual, los asesinatos, y otra serie de tropelías y monstruosidades difíciles de digerir para la actualidad. Por supuesto, cuando estos relatos fueron ideados las condiciones de vida y el contexto social eran muy diferentes, por lo que su finalidad no iba tan enfocada a ser la historia de antes de dormir que te guiase plácidamente hasta los “dulces sueños”, sino más bien, a inculcar el miedo en los críos, a contar de forma contundente y sórdida unos hechos que, por el impacto del devenir de la historia, sirviesen como posible advertencia para ayudar a estos “jóvenes proto-adultos” a sobrevivir en un mundo cruel.
¿A qué viene esta introducción? Bueno, todo esto sirve para encaminar el texto hacia el juego en cuestión, Bramble: The Mountain King, un título que lleva a los jugadores a través de un reino de folclore retorcido basado en horribles cuentos nórdicos. Una aventura de fábulas maravillosas y criaturas intimidantes que esperan al joven Olle mientras persigue a su hermana en el bosque después del anochecer. A pesar de recordar inevitablemente a Little Nightmares, la obra de Dimfrost Studio rápidamente encuentra su ritmo a medida que los cuentos de hadas sombríos y las imágenes conmovedoras continúan generando impacto en el transcurso de una experiencia que, volviendo sobre mis pasos, no, no es recomendable para los niños. ¿Comenzamos?
Un cuento de hadas no apto para niños
Lo que comienza como una narración engañosamente simple de un hermano en busca de su hermana perdida, desciende rápidamente al caos con su fuerte enfoque en la narración y una propuesta deliciosamente diabólica. El personaje principal Olle, el hermano menor que busca frenéticamente a su hermana Lillemor por el bosque en mitad de la noche, deberá luchar o esconderse contra todo tipo de demonios y criaturas de las fábulas nórdicas. Desde que el pequeño muchacho comienza la búsqueda de su hermana al salir de su habitación por la ventana, una voz se dedica a narrar todos los detalles de la historia, dándole así más fuerza a crear esa sensación de estar viviendo un cuento de hadas con cualidades infantiles y mágicas, uno de esos que nos leían por la noche. Pero de nuevo, no te equivoques, quiero volver a incidir en que este juego no es para los más pequeños de la casa. De hecho, antes de comenzar aparece una advertencia que indica que el suicidio, las lesiones corporales y otros temas maduros están presentes en la historia, y es fiel a su palabra.
Un sórdido viaje por la oscuridad con una luz titilante
A nivel jugable, Bramble: The Mountain King consiste en una mezcla de exploración, plataformas y resolución de acertijos, adornado con una temática que entremezcla los cuentos de hadas y el terror. Quizás, la comparación más cercana en estos términos sea Inside o Little Nightmares, pero al mismo tiempo sabe presentarse de forma diferente a ambos. Algo en lo que se asemeja bastante a la franquicia de Tarsier Studios y Bandai Namco, es en su amor por resaltar el tamaño y la escala, ya que el protagonista Olle se ve constantemente empequeñecido por las criaturas y los entornos que lo rodean. En los primeros minutos, Olle se encontrará con criaturas amigables mientras va de aquí para allá, saltando, corriendo y arrastrándose, realizando pequeños minijuegos que le permitirán encontrar gnomos y otros amigables seres de fantasía que lo ayudarán a progresar más en su misión. No obstante, más pronto que tarde estos segmentos se combinarán con trazos de horror que se amplifican más y más a medida que avanzas en la partida. Es en estos momentos donde la experiencia realmente se potencia y brilla a medida que se presentan nuevos enemigos amenazantes, a menudo con ciertas florituras al presentarse, pasando rápidamente a convertirse en un problema persistente para el pequeño.
Bramble: The Mountain King se juega desde un ángulo de cámara fijo que, aunque no se usa con mucha frecuencia en el panorama de los videojuegos de hoy en día, se usa de manera muy experta para aumentar la tensión y no se convierte en una molestia en prácticamente ningún momento, a excepción de cuando deseas intentar explorar saliéndote un poco de los límites con afán de intentar hacerte con un posible coleccionable (en forma de libros y, generalmente al ser más numerosas, figuritas de madera de los personajes principales de la historia) y prácticamente te obliga a tomar otro camino o, en el peor de los casos, no te permite saber si hay o no algo hasta que ya es demasiado tarde. La aventura de Olle es muy clara en su intención de adónde debes ir, la perspectiva fija te empuja suavemente a la siguiente área para continuar la búsqueda de tu hermana.
Las secciones de sigilo son muy comunes durante la experiencia, ya que Olle tendrá que esconderse debido a que sus enemigos son mucho más fuertes y grandes que él, por lo que evitarlos a toda costa es la estrategia habitual. La mayoría de estos pueden resolverse fácilmente debido a sus aspectos similares a los de un rompecabezas que requieren que el jugador esté atento. En otros casos, es posible defenderse gracias a la ayuda de una piedra brillante que parece infundir coraje a nuestro protagonista (no en vano es llamada la Chispa del Valor), que a veces puede usarla para luchar contra ciertos enemigos. Estas situaciones muy habituales, ya que a fin de cuentas, este título está más del lado del género survival horror que de la acción per se. Por supuesto, esto no quiere decir que no haya peleas contra jefes al final de cada “sección de cuento”, que las hay, son criaturas retorcidas a las que Olle tiene que enfrentarse para llegar hasta su hermana y, claro está, disponen de su propio conjunto de habilidades y desafíos.
Bramble: The Mountain King funciona bien durante gran parte del tiempo, pero conforme vas jugando y repitiendo secciones desde el último punto de guardo (que gracias a Dios son frecuentes), es complicado no sentir que los controles se sienten un poco torpes, especialmente a la hora de saltar. Las peleas de jefes que mencionaba anteriormente, unas veces funcionar mejor y otras peor, y durante los combates es común que te veas lanzado el orbe de luz y volviendo a recoger para lanzarlo nuevamente por ser incapaz de acertar con esta. Pero repito, cuando funciona bien, Bramble es bueno, aunque las batallas contra jefes pueden ser duras y un poco frustrantes. En general, creo que la jugabilidad es emocionante e inventiva en todo momento. Pero sin duda, es una narración muy buena, un diseño de criaturas fascinante y un ritmo impresionante, lo que más consigue ganarte durante la partida, son el viaje y la narración las verdaderas estrellas de este espectáculo.
Una narrativa potenciada por su despliegue audiovisual
Posiblemente una de las partes más sorprendentes para cualquiera que haya jugado, visto algún gameplay o quizás unas capturas de pantalla por redes, es el hecho de que este pequeño estudio de desarrollo haya logrado crear un mundo lleno de belleza y terror a partes iguales. Las texturas naturales y la iluminación se ven increíbles mientras paseas por un campo de flores. Esto también se puede extrapolar al hablar de un pueblo lleno de humanos portadores de plagas y edificios abandonados que tiene un esquema de color suave para enfatizar el pueblo maldito. Cada criatura con la que te encuentras es horrible e increíblemente detallada, otra razón por la que Bramble es tan fascinante. Incluso algunas de las bestias amigables que conoces se ven sobresalientes.
Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de los personajes humanos y sus diseños faciales. Por supuesto, es una hazaña mucho más difícil de lograr, pero de alguna manera cada vez que la cámara enfoca a Olle o su hermana, parece que estuviese viendo una especie de muñeco de teatrillo, un títere, una suerte de marioneta, más que un ser humano, que es lo que se supone intenta emular. Por último, no quería finalizar este apartado sin una más que merecida mención especial a los diseños de las ilustraciones de los libros de cuentos, ilustraciones brillantemente dibujadas para acompañar las historias.
Si bien las imágenes varían un poco en su éxito, el diseño de sonido es impecable. Desde los sonidos ambientales que te mantienen constantemente en vilo hasta el uso de música que establece el tono y encapsula perfectamente el estado de ánimo de la narración. La música puede hacer un juego o deshacerlo, y en este caso lo saca absolutamente del libro. Cada escena se combina a la perfección con las notas correctas para hacerte sentir asustado, tenso o incluso animado. Por otro lado y como ya comentaba, todo el juego está narrado por una voz femenina, que básicamente se encarga de describir lo que sucede o cómo se siente el personaje. Como juego que se compone de varios cuentos folclóricos, funciona muy bien. Toda la historia se enmarca como una fábula en sí misma que se presta a la inmersión que el desarrollador está tratando de crear.
Conclusión
Bramble: The Mountain King es un tétrico cuento de hadas realmente atractivo y satisfactorio centrado en el folclore nórdico, que sin duda consigue brillar con destellos de grandeza gracias a sus horribles y sombrías representaciones. Jugar al título de Dimfrost Studio (distribuido por Merge Games y en físico por Tesura Games) se siente como un auténtico viaje a través de estas historias que se transmitieron de generación en generación, de esas versiones originales de cuentos clásicos orales que, en su origen, no se presentaban de forma edulcorada, sino como una dura y contundente advertencia de la crueldad imperante en el mundo. En este aspecto, hay que reconocerle el valor de ser sombrío, audaz, a veces impactante y, sobre todo, sin miedo a mostrar temas escabrosos e imágenes horripilantes.
¿Hay algún pero? Bueno, no demasiados, pero ciertamente el comienzo es un poco lento, y aunque mezcla unas cuantas mecánicas por aquí y por allá, nunca se compromete por completo con ninguna de ellas, bien sea el plataformeo, el sigilo, la resolución de puzles o, en menor medida, la acción. Asimismo, hay cierto margen de mejora con la jugabilidad en cuanto a los controles y su respuesta se refiere, no obstante, la experiencia general vale sobradamente la hora durante las alrededor de cinco o seis horas que puede llevarte completarla, especialmente a medida que la narrativa se va desarrollando para dejar paso a algunos momentos centrales de gran impacto.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.