Fecha de Lanzamiento
11/08/2022
Distribuidora
Devolver Digital
Plataformas
PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC
Versión Analizada
Nintendo Switch
Los que conozcáis la mítica serie Happy Tree Friends debéis saber que la unión de animales adorables y sangre a borbotones acaba funcionando mejor de lo que más de uno podría pensar, y lo mismo demostró la legendaria South Park en su trilogía de capítulos Imaginaciónlandia (una de las mejores sagas de toda la serie). En esta se aplicaba un curiosísimo giro a la idea de animalillos simpáticos sedientos de sangre: estos se veían movidos por la necesidad de realizar rituales satánicos, asesinando a cualquier criatura ficticia que se les cruzara en su camino. Evidentemente esto levantó una enorme polémica, ya que… ¿Cómo iban a ser unos animalillos sacados de fábulas del estilo de Disney siervos de satanás y de otros tipos de dioses antiguos? Pues fácil: el poder de estas deidades es poderosas, y cualquiera puede acabar sucumbiendo a la tentación del poder. Estos animalitos no pudieron resistirse a estos deseos y dieron rienda suelta a un salvajismo sin precedentes, y algo similar ocurre con las criaturas del bosque que habitan el mundo del nuevo título distribuido por la maravillosa Devolver Digital.

Anunciado hace exactamente un año durante la anterior edición del evento alemán Gamescom 2021, Cult of the Lamb sorprendió a propios y extraños con su extravagante y curiosa mezcla. Y es que el título de Massive Monster, conocidos previamente por el desarrollo de (que pasaron por tiendas digitales sin pena ni gloria), destaca por mezclar dos géneros que, a primera vista, pueden parecer totalmente lejanos y opuestos, pero que acaban funcionando de una forma más que orgánica: el género de gestión y el del roguelike, todo ello salpimentado por la presencia de un culto (no)satánico que hará de todo en el nombre de su venerada deidad. El hype que había detrás de este juego era enorme, y ahora que ha salido a la venta hemos podido comprobar si era o no justificado. ¿Queréis saber qué tal está este juego, y si cumple las enormes expectativas que se han generado a su alrededor? ¿Y queréis saber si merece la pena unirse al culto del cordero? Pues coged vuestras túnicas negras y vuestras dagas, que la secta espera en el análisis completo.

 

La muerte no es el final

Desde un primer momento Cult of the Lamb sorprende por querer narrar una historia dándole un foco principal, algo que por lo general no se suele ver en este tipo de géneros debido a la naturaleza del género, que se basa principalmente en la consecución de partidas no lineales con mapas generados de forma procedural. Aquí sí que encontramos esto, pero con una división muy clara por niveles que permite que se pueda contar una historia con un formato más convencional. ¿Y qué es lo que cuenta esta historia? Pues fácil, ya que se narra la resurrección de un pobre cordero que iba a ser sacrificado en honor a un dios antiguo. Considerados como los cuatro hermanos, estos encerraron en los albores de la creación a una quinta deidad porque atentaba contra sus poderes y sus principios. La  amenaza era enorme, y solo con sus poderes pudieron encerrarlo en una dimensión alejada de la realidad. Sin embargo, esta deidad no se libró de una porción de su poder, y con esta pudo librar a nuestro cordero preferido. Por supuesto, a cambio de salvarle la deidad le exigía un pequeño gran favor: debería servir durante el resto de sus días a esta deidad, creando un culto que no solo le diera poder, si no un impulso para asesinar al resto de deidades y, así, liberarlo. La historia es bastante curiosa, y aunque no tiene una profundidad enorme (evita, por ejemplo, dar pie a la construcción de un lore amplio o de un universo a la altura de la premisa) sí que acaba funcionando bastante bien. Hay un plantel de personajes principales pequeño, reducido a la presencia de las deidades antes citadas y el protagonista, y destacan también un selecto grupo de personajes secundarios que permiten acceder a minijuegos o tiendas de todo tipo. Cada personaje es muy variado y distinguible, cosa que sí que me ha gustado, y destacan especialmente los diálogos de las deidades, que ayudan a conocer más sobre ellos y están realmente bien escritos. En general he quedado bastante satisfecho con la historia del título, pero siento que podría haber ofrecido mucho más en cuanto a profundidad se refiere.

Y sí, acepto que el juego, dada su naturaleza, no necesitaba de la presencia de una complejidad narrativa mayor, pero sí que es cierto que su premisa es tan potente e interesante que me habría gustado explorar más sobre sus personajes y su mundo. No digo que se tuviera que acercar a un RPG, pero sí que me habría gustado que se acercara algo más a propuestas como Hades, donde todo ayuda a expandir el conocimiento que tenemos sobre el Inframundo y el variopinto plantel de personajes que lo habitan. Conocemos más sobre ellos, y van evolucionando de forma satisfactoria con el pasar de nuestras partidas, mientras que aquí eso, tristemente, no ocurre. También os digo, ¿Es justo compararlo con uno de los mejores juegos de los últimos años? En parte sí, ya que el título apuntaba muy alto, y es innegable que en lo narrativo cumple de forma satisfactoria, pero un mayor énfasis en su universo le habría sentado de fábula. Lo que sí que le sienta de escándalo es su genial traducción al español, que como ya nos ha acostumbrado Devolver presenta un nivel altísimo que lo acerca a los grandes triple A de la industria. Muy buena traducción, que incluso deja espacio para algún que otro juego de palabras.

 

¡Seguid al líder, y dadlo todo por vuestro señor!

A nivel jugable, y como os comentaba en la introducción del análisis, el juego llama muchísimo la atención por mezclar dos géneros, que son la gestión y el roguelike. El primero viene por la necesidad de crear y mantener un culto que venere al dios antiguo, y para conseguir esto deberemos ir encontrando adeptos. Estos se encuentran en todas partes, ya sea en las mazmorras, atrapados por arañas humanoides u otras sectas, o incluso podemos conseguirlos aceptando ciertas misiones secundarias. Con su ayuda podremos obtener devoción, que nos permitirá acceder a nuevas habilidades y nuevos edificios, recoger materiales o realizar construcciones. Deberemos estar muy atentos a tres medidores que, si alcanzan el mínimo, pueden dar pie al fin de nuestra secta, siendo estos la fe, que se puede aumentar cumpliendo las peticiones de los adeptos, animándolos o realizando rituales; el hambre, que depende de cómo los alimentemos, y la enfermedad, que dependerá de la limpieza en el entorno y, si alcanza grandes niveles, podrá llegar a acabar con nuestros adeptos. El título del apartado anterior ya lo adelantaba, y es que este juego demuestra que la muerte no es el final, ya que incluso muertos nuestros adeptos podrán ayudarnos, pues según las doctrinas que tengamos (habilidades permanentes que nos ayudarán a subir nuestros medidores, y que solo podremos obtener completando piezas de tablillas disponibles en misiones y mazmorras) podremos ganar fe con los entierros o incluso resucitarlos. Todo este sistema de devoción y rituales da pie a un riquísimo y variado ecosistema de coquetea con los grandes tropos de la narrativa de sectas, no cortándose ni un pelo a la hora de configurar mecánicas relacionadas con actos deleznables o terroríficos. Y es que, ¿En qué juego podemos sacrificar a un adepto para conseguir más poder, o para invocar a un demonio que pueda ayudarnos en combate? En pocos, la verdad, y eso hace que este sea un juego muy especial. La parte de gestión me ha convencido especialmente, gracias en parte a su creatividad y a su buen tratamiento del ritmo. No es tan complejo como un título de gestión pura y dura, pero funciona igualmente bien.

¿Podríamos decir lo mismo de la parte roguelike? Es algo más complicado de decir, ya que algunos aspectos me gustan mucho, pero otros… No tanto. Vayamos primero con esto último, pues considero un error lo poco preciso que es el sistema de combate y, especialmente, el apuntado. Muchas veces he sufrido daño debido a la poca precisión de los ataques, y considero que se podría pulir mucho más tanto las animaciones de los ataques como la hit-box de estos. Tampoco me ha convencido la variedad de armas, que aunque es progresiva (va creciendo conforme avanzamos en el juego) no presenta a nivel de control muchas diferencias, lo que hace que se vuelva un poco repetitivo. A esto tampoco ayuda la escasa variedad de enemigos, que repiten patrones de movimiento y de ataque similares en cada una de las zonas. Sin embargo, estos problemas no impiden que sea una parte jugable más que divertida, donde destaca especialmente la variedad de zonas disponibles y de situaciones, además de la rapidez con la que podemos completar una run. La dificultad está bastante bien planteada, con una progresión lenta y constante, lo que unido a la buena variedad de niveles de dificultad da pie a encontrar un juego perfecto para toda clase de jugadores. Y si bien no hay una variedad de armas destacable, al menos encontramos un sistema de ataques secundarios que le dan algo de vidilla, y que personalmente me ha convencido. Sin duda, su parte de gestión me ha convencido más que su parte de roguelike, que requiere de algo más de pulido, pero es la mezcla de ambos conceptos lo que hace que el juego brille especialmente, independientemente de los errores que presente.

 

¿Qué clase de dibujos animados son estos?

A nivel gráfico el título sobresale gracias a su excelente dirección artística, que rememora el estilo de ciertos dibujos animados al mismo tiempo que obtiene su propia identidad gracias a su tremenda paleta de color en donde el rojo, el blanco y el negro son los auténticos protagonistas. La mezcla de dulzura y violencia está muy bien nivelada, y ofrece un atractivo pocas veces visto. Sin ser un portento gráfico, y careciendo de animaciones especialmente trabajadas, el título cumple con creces en lo referente a lo visual. También funciona muy bien en lo técnico, y no presenta errores de ningún tipo, o al menos no he encontrado ningún bug o problema de rendimiento. Muy buen trabajo en ambos casos.

Por último, a nivel sonoro el juego consigue realizar un buen trabajo con composiciones simples pero efectivas, ya que consiguen dar una ambientación única al juego. Sus efectos sonoros están bien elegidos, y aunque la BSM podría haber dado más de sí, creo que funciona bien. 

 

Conclusión: A la altura de las expectativas, pero con margen de mejora

Cult of the Lamb me ha gustado bastante debido a que cumple con todo lo que proponía, ofreciendo un título muy completo y variado que en ningún momento sacrifica la creatividad ni la diversión. Sin embargo, creo que se le pueden poner varios peros al juego, principalmente en lo referente a la profundidad de su universo y su sistema de combate, lo que hace que el juego no alcance la perfección. Sea como sea, me resulta imposible no recomendarlo, y deja claro que Massive Monster es un estudio al que no debemos perder la pista.

Sinopsis
Crea tu propia secta en una tierra de falsos profetas, aventurándote en regiones diversas y misteriosas para construir una leal comunidad de adeptos de los bosques, y difunde tu Palabra para convertir tu secta en la única y verdadera.
Pros
La parte de gestión es muy completa e interesante
Su historia funciona muy bien, destacando los diálogos de las deidades
Su apartado visual es una auténtica delicia
En lo técnico funciona más que bien
Contras
Se echa en falta un mayor desarrollo de su mundo y sus personajes
El control y el sistema de ataque en la parte roguelike dejan mucho que desear
8.3
Recomendado
Antonio Gallardo

Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.