Nos encaminamos inevitablemente al final de esta generación, con el olor a PlayStation 5 ya en el ambiente, uno de los últimos exclusivos que ofrecerá PlayStation 4 está ya a la venta. Days Gone, es el nuevo videojuego de Bend Studios, padres de, entre otros, la saga Syphon Filter, ofreciéndonos una aventura de acción en un mundo abierto post-apocaliptico.
Historia
Es de todos conocido la tendencia que PlayStation tiene en los últimos años de ofrecer grandes títulos para un jugador cimentados en una gran narrativa. Casos como el reciente God of War, o Uncharted 4 han vuelto a dar la razón a la marca a seguir con esa misma estela con sus próximos lanzamientos. Con Days Gone, han intentado hacer lo propio, pero el resultado ha sido bastante discutible.
En el videojuego encarnamos a Deacon St. John, un motero que tras perder de forma traumática a su esposa cuando el brote que dio origen a los freakers comenzó a causar disturbios, se vio forzado a seguir adelante. Ahora, años después de aquello, Deacon es un errante, y junto a su amigo Boozer sobreviven en mundo salvaje y cruel donde los pocos supervivientes que quedan viven en pequeñas comunidades en las que intentan sobrevivir a la amenaza de los infectados, los saqueadores y otras facciones hostiles.
En lineas generales, la historia de Deacon se nos cuenta a través de cinemáticas que, sin ser demasiado largas, son demasiado habituales y salvo en casos contados, el interés que nos despiertan es cuanto menos irregular.
Los personajes están bien construidos y podemos llegar a empatizar con nuestro protagonista, pero la historia termina cayendo debido a lo excesivamente larga que resulta, y además, se nota claramente que está alargada de forma artificial por un esquema de misiones poco original y que abusa de la repetición.
Jugabilidad
Days Gone nos ofrece un videojuego de acción en mundo abierto de manual, donde lo original de su premisa termina quedando en segundo plano. El videojuego parece haberse fijado más de lo debido en otras obras como Far Cry. Eso no siempre es malo, pero si que es cierto que si alguien esperaba algo revolucionario en lo jugable, Days Gone se queda lejos; apostando por seguir por un terreno ya abonado por otros y dejando patente un cierto miedo a la hora de probar cosas nuevas que pudieran no gustar a los jugadores.
En lo jugable, estamos ante un mundo abierto con muchos rincones que explorar. La exploración se ve recompensada con materiales para craftear objetos tan vitales como los que permiten recuperar salud, pero también armas cuerpo a cuerpo, las cuales se rompen, o incluso munición u otros recursos.La exploración de los entornos es vital, al igual que el sigilo, pues coger con ventaja a los freakers o los enemigos es importante de cara a ahorrar recursos que, como en cualquier juego del estilo, son un bien escaso y preciado pese a que aquí tras saquear una zona, volverá a reiniciarse nuevamente.
El título nos ofrece diversas actividades para completar, como los nidos, los cuales son lugares donde los freakers se retiran a hibernar y que podemos quemar para conseguir los objetos que guardan y disminuir la actividad de infectados en la zona. Además de otras como los campamentos, y algunos eventos que se generan de forma aleatoria durante nuestros viajes, como los asaltos de saqueadores o ataques de ciertos animales salvajes como lobos u osos, entre otros tipos.
A la hora de entrar en combate, la mecánica de disparo es correcta y funciona bien; personalmente, de tener que compararla con algún videojuego, diría que es muy parecida con la ofrecida en su momento en The Last Of Us. Al principio es bastante complicado hacerse con el manejo de las armas, pero con el paso de las horas la cosa mejora y se hace más accesible. La variedad de armas no es demasiado extensa, pero si es suficiente, y nos ofrece rifles, armas cortas como pistolas o subfusiles, francotiradores, he incluso una ballesta cuyo control me parece un auténtico lujo, sobretodo para acabar con los enemigos de forma sigilosa.
Al acabar con enemigos o completar misiones se nos otorgan puntos de experiencia los cuales nos permiten subir de nivel y, al hacerlo, se nos recompensa con un punto de habilidad el cual podemos utilizar para desbloquear una habilidad de cualquiera de las tres ramas: combate cuerpo a cuerpo, combate a distancia y supervivencia.
Uno de los factores diferenciales de este videojuego es la utilización de la moto. La moto de Deacon St. John forma parte activa de la aventura, pues es lo que nos permite desplazarnos por el mapa rápidamente y hace también de punto de guardado. Su control es un auténtico placer, alcanzando el equilibrio perfecto entre árcade y simulación. Pero cuidado, hay que estar pendientes siempre del indicador de combustible, pues este se agota, y cuando esto sucede nos quedamos tirados en medio de la carretera sin otra opción que buscar alguna garrafa de combustible con la volver a revivir a nuestra compañera de aventuras.
Además del combustible, la moto también tiene su propio indicador de vida, es por ello que es necesario llevar siempre algo de chatarra con lo que repararla, o mejor aún: cuidarla para que esto no llegue a suceder, aunque en muchos casos estos es inevitable si un francotirador enemigo nos ataca durante nuestros desplazamientos con el objetivo de tendernos una emboscada. La moto se puede mejorar y personalizar, las mejoras van desde cambiar el motor para mejorar el rendimiento, el tubo de escape o las alforjas para poder llevar más munición, entre otras cosas. Asimismo, no podemos obviar la personalización, pues nos permite cambiar estéticamente la moto a nuestro gusto cambiándole el faro delantero, frenos, guardabarros, las ruedas, el manillar, la pintura, e incluso añadirle pegatinas.
A la hora de hablar de las misiones, el videojuego está plagado de estas. Las principales, como son las de la historia, que pecan de ser todas demasiado simples e iguales entre si; llevándonos al hartazgo con el paso de las horas. Luego hay otras secundarias a modo de encargos que nos proponen los diferentes campamentos, y que nos otorgan experiencia, dinero para gastar en su campamento, y puntos para subir nuestro nivel de influencia en el mismo y poder desbloquear armas o mejoras para la moto.
En el E3 donde el videojuego fue presentado, una de las cosas más llamativas eran las hordas. Grupos enormes de infectados que saldrían a nuestro paso, y en el videojuego final están presentes pero de una forma un tanto descafeinada, pues salvo en contadas ocasiones no es obligatorio luchar contra estas mareas de freakers.
Gráficos y sonido
En cuanto al apartado gráfico, el videojuego cumple sobradamente, de hecho, a nivel de ambientación e iluminación me atrevería decir que es uno de los mejores videojuegos de PlayStation 4. Un mundo abierto que gráficamente es arrollador, pero que se ve afeado por un apartado técnico un tanto irregular.
Muchos analistas se han hecho eco en sus textos de los diferentes problemas que ofrecía el videojuego en este sentido, pero se fueron mitigando con diversas actualizaciones (6 hasta ahora) que arreglaron muchos de los fallos más graves, pero no todos.En nuestro caso, no nos hemos topado con ningún bug dramático como hemos llegado a leer, pero si que el videojuego sufre ciertas ralentizaciones que se hacen más evidentes cuando nos desplazamos a gran velocidad, algo que resulta bastante molesto, y una evidencia de que el videojuego ha pecado de ambicioso llevando demasiado al límite el hardware.
En PS4 Pro, donde se ha hecho este análisis, el videojuego sufre de tirones al desplazarnos por el mapeado de forma tristemente habitual, e incluso en alguna ocasión llegando a pararse unos segundos hasta que el motor gráfico consigue cargar. Esto puede ser un pecado por aspirar a hacer algo visualmente espectacular, que lo consigue, pero a costa de un rendimiento realmente pobre y que no parece que se vaya a arreglar en un futuro cercano.
En cuanto al apartado sonoro, el título nos ofrece una banda sonora muy buena y que, pese a que no está presente en todo momento, si acompaña en los durante momentos clave y nos deja algunos temas bastante memorables, junto con unos efectos de sonido que también lucen a un gran nivel.Como ya es habitual en los exclusivos de la marca PlayStation, Days Gone llega con doblaje al castellano, un doblaje soberbio encabezado por Claudio Serrano, quién pone voz a nuestro protagonista y que en el pasado hizo lo propio con Batman.
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Conclusión
Finalmente, Days Gone es una aventura de acción en mundo abierto que se queda muy lejos de los exclusivos a los que nos había acostumbrado la marca Playstation en los los últimos tiempos. Un videojuego cuya trama se sigue con cierto interés, pero que se alarga demasiado y se vuelve algo pesada por un diseño de misiones poco inspirado.
En cuanto a lo jugable, el videojuego no se arriesga demasiado y repite fórmulas que ya funcionaron en el pasado a otros títulos del corte. Lo que lo hace diferente es la implementación de la moto y su importancia, un añadido verdaderamente sublime, aunque no así las hordas que quedan un poco desaprovechadas y no es hasta bien avanzado el videojuego cuando se hacen más presentes.
En el plano técnico, el título cumple sobradamente, siendo uno de los mundos abiertos con mejor ambientación e iluminación de PlayStation 4; quedando un poco empañado por su rendimiento deficiente y unos tirones tanto habituales como incómodos.
En definitiva, Bend Studios vuelve a a los videojuegos para una consola de sobremesa tras muchos años, y el resultado es bastante irregular. Days Gone es un videojuego correcto, conservador, que queda lastrado por algunas decisiones de diseño bastante discutibles. Es un mundo abierto muy disfrutable para aquellos amantes de la temática zombi/ infectados, pero una pequeña decepción si tenemos en cuenta la calidad de los exclusivos que nos llevaba ofreciendo la marca PlayStation en los últimos tiempos.