Es importante destacar que, en algunos puntos concretos, es complicado resaltar mucha más información que la proporcionada durante las primeras impresiones, ya que fue un texto bastante completo que abarcaba los dos primeros capítulos del juego, algo que ya permitía conocer prácticamente en la totalidad algunos aspectos del juego, como la jugabilidad, la funcionalidad del DualSense o el apartado gráfico, entre otros, por lo que hay partes del texto que os resultarán idénticas o casi idénticas, aunque siempre que ha sido posible se ha intentado cumplimentar con más información dentro de lo humanamente posible. Aclarado esto, ¿qué os parece si entramos en materia?
Los yōkai y compañía invaden Tokio
La historia de Ghostwire: Tokyo es la historia de Akito, un joven que es arrollado en un accidente de tráfico durante los desconcertantes sucesos que tienen lugar en el emblemático cruce de Shibuya, quedando al borde de la muerte. No obstante, KK, el espíritu de un detective, decide utilizar a la desesperada el cuerpo del muchacho como receptáculo con la confianza de poder utilizar su cuerpo sin vida, aunque para su “desgracia”, esto se vuelve imposible al seguir vivo el chico, pasando a ser un cuerpo que pugna entre las dos voluntades. Durante este choque de intereses, Akito y KK consiguen llegar a un acuerdo en el que ambos se ayudarán mutuamente para intentar arrojar algo de luz ante estos extraños sucesos. ¿Qué está pasando en Tokio? ¿Por qué desaparece la gente y aparecen estos “visitantes”? Ahora, con poderes sobrenaturales adquiridos gracias a su unión con KK, Akito puede combatir a estas siniestras entidades.
Así pues, el protagonista decide ir al hospital para ver si su hermana, allí ingresada, se encuentra bien. Las cosas se tuercen a partir de este punto, pues cuando Akito y KK llegan hasta la habitación, Hannya, un misterioso personaje ataviado con una máscara de oni (del mismo nombre que se da al antagonista, pues es el nombre de un tipo de máscara famosa del teatro Noh) que se posiciona delante de la cama en la que la hermana de Akito reposa. Con fines a priori desconocidos, tras un fútil intento por frenar a Hannya, este y su grupo de enmascarados secuestran a la hermana de nuestro protagonista, quedando así todavía más ligado el objetivo común entre Akito y KK, ya que Hannya parece estar involucrado en gran medida en todo lo que está sucediendo en Tokio y, además, ahora tiene en su poder a la hermana de Akito, por lo que ambos emprenderán un complicado camino para pararle los pies y rescatar así la chica raptada.
Como ya os comentaba en las primeras impresiones, sería más que aconsejable que descargaseis Ghostwire: Tokyo Prelude, la visual novel gratuita que sirve de introducción al juego principal, ofreciendo información de lo más relevante sobre KK, su grupo de amigos, los sucesos paranormales que ya comenzaban a acechar Shibuya y más. Sí, lo sé, no todo el mundo es muy fan de las novelas visuales (me incluyo), pero os alegrará saber que en cuestión de media hora o así, es factible darle carpetazo y pasar a Ghostwire: Tokyo.
Sobrevive, defiéndete y combate
Sinceramente, no tengo demasiado que añadir en cuanto al apartado jugable de lo nuevo de Tango y Bethesda, pues ya me explayé en gran medida en las primeras impresiones del mismo, y al final, en los dos primeros capítulos, que era lo única que podía cubrirse en dicho texto, ya habías visto prácticamente todo en este sentido, consiguiendo las flechas, así como los hechizos ofensivos y los talismanes. La acción y la exploración, son las dos piedras angulares de este título que se adereza con el terror que infunden sus “visitantes”, provenientes en gran medida del folclore nipón, aunque también hay leyendas urbanas y otra serie de historias que dan forma y vida a estos seres espectrales que intentarán frenarnos a toda costa.
Hay varios formas de abordar los combates en Ghostwire: Tokyo, una de ellas, pasa por simplemente ir de frente y combatir, mientras que la otra, es aprovechar la verticalidad que se ofrece haciendo buen uso de los Tengu (unos yokai que sirven a modo de punto de salto con gancho) para subir hasta los tejados y viajar entre estos con nuestro potente salto (mejorable mediante árbol de habilidades). El sigilo ofrece cierta ventaja táctica (especialmente si hacemos uso de nuestro fiel arco y las flechas), pues los tejados permiten tener una mejor óptica de lo que ocurre a nuestro alrededor, bien controlando dónde están los visitantes, los árboles purificables, coleccionables, etc. Igualmente, es posible acercarse sigilosamente agachado por la espalda de estos seres, pudiendo así utilizar usar un talismán para purgar a los enemigos y ahorrarnos así la pelea, aunque no siempre será posible, dado que generalmente los “visitantes” suelen formar pequeños grupos, por lo que coger a todos por la espalda puede ser complicado.
En el artículo sobre las primeras horas jugando a Ghostwire: Tokyo, escribía el siguiente párrafo, que creo que es importante volver a resaltar, ya que tras otro puñado de horas más sigo pensando exactamente igual y, sinceramente, dudo que vaya a poder explicarlo mejor:
En Tango, han sido muy inteligentes a la hora de diseñar los distintos poderes elementales, ya que nunca sientes que uno sea más útil o poderoso que otro, relegando así el resto al olvido, sino que cada cual tiene su propio uso y es más útil en unas situaciones que en otras. Por ejemplo, el viento es el que más cargas permite llevar, por lo que es el de uso más común contra enemigos menores. Por otro lado, el fuego es el más devastador en cuanto a daño se refiere, por lo que es especialmente interesante contra enemigos resistentes y «jefes», mientras que el agua, si se carga lo suficiente genera una especie de cuchilla acuática, capaz de abarcar y cortar a varios enemigos que se acerquen a ti, por lo que si combates contra varios entes a la vez que intentan acercarse, es una opción especialmente buena. Pasando ahora a los talismanes, pasa un poco más de lo mismo, no sirven para provocar daño directo, pero son geniales para retrasar a los enemigos electrificándolos, o para acercarnos sigilosamente por detrás escondiéndonos y generando ruido con estos para despistarlos. Durante las horas de juego que llevo, que son unas cuantas, siempre he utilizado y cambiado constantemente entre todos estos elementos, y eso, amigos míos, es un punto a favor de Tango, un buen diseño que te obliga a amoldarte a cada situación cambiando una y otra vez de poder y talismán según las circunstancias.
Complementando un poco más, los combates terminan cuando derrotamos a los “visitantes” o les extraemos el núcleo, esto último es mucho más aconsejable, ya que el resultado es más experiencia y, si mejoramos algunos elementos del árbol de habilidades, se puede traducir en recuperación de salud. Además de atacar, que es en lo que más he centrado mis esfuerzos en estas líneas, también es posible utilizar un escudo mágico para cubrirse de los ataques físicos y mágicos de los enemigos, así como hacer contraataques vía parry siempre que tengamos el timming adecuado. La experiencia cosechada permite a Akito subir de nivel y generar varios puntos que pueden utilizarse para mejorar distintas habilidades, divididas entre exploración y combate, como por ejemplo, poder llevar más comida en el inventario o prolongar el tiempo de salto, algo muy útil para moverse entre tejados. En cuanto a combate, mejoras para nuestros hechizos o la posibilidad de cargar con más talismanes en el inventario, entre otros. Si bien es cierto que, el grueso de experiencia viene dado en gran medida por la recolección de espíritus más que por los combates habituales.
Pese a que el combate está inteligentemente planteado gracias a todas las habilidades que KK le otorga a Akito, no es menos cierto que, por el planteamiento, puede terminar por volverse repetitivo y tedioso. Ghostwire: Tokyo suele funcionar de la siguiente manera durante la mayor parte del tiempo: ve en busca de un santuario (en forma de puerta torii) y purifícalo, previo combate contra las huestes de “visitantes” que pululan por las cercanías para evitar dicha purificación. Una vez hecho esto, la niebla cercana se despejará un poco permitiendo acceder a otros lugares antes inaccesibles. Ahora, toca repetir la operación con el resto de santuarios repartidos por la ciudad, ya que la purificación de estos es imprescindible para seguir con la historia principal. Aunque al principio esto se asume con normalidad, después de 20-30 horas puede volverse un poco cansino, especialmente si eres de los que se desvían constantemente para dar con contenido secundario que, como es normal, suele conllevar más enfrentamientos. Eso sí, la expectación por conocer nuevos tipos de “visitantes” siempre está presente.
Explora cada rincón, los espíritus y animales necesitan tu ayuda
Pasando ahora a la exploración, Ghostwire: Tokyo presenta un mundo semiabierto, y recalco en lo de semi, ya que el mapa de Tokio queda rodeado en gran medida por una enorme niebla letal que restará vida de forma rápida y progresiva a cualquiera que intente penetrarla y permanezca en ella. Esto puede solucionarse mediante la purificación de los distintos torii que hay por la ciudad (algo que ya adelantaba en el párrafo anterior) siendo este el principal motor que permitirá seguir explorando y completando la historia principal, así como el contenido secundario. Es importante tener en cuenta la verticalidad de la que hablaba unas líneas más atrás, ya que la exploración hace un gran uso de las zonas altas, no solamente aquellas que están a ras de suelo, por lo que en más de una ocasión os toparéis con algún torii que os espera en lo alto de un edificio, por lo que habrá que hacer uso de los Tengu y los saltos para acceder a dichas zonas. Antes de purificar, es común que haya que combatir contra un grupo de “visitantes”, ya que no parecen compartir nuestros ideales sobre la purificación de la ciudad. Una vez despejada la niebla de un lugar, se abrirán nuevas posibilidades en forma de contenido secundario, bien mediante misiones o recolección de coleccionables, así otros útiles interesantes de cara a los combates. Igualmente, purificar estos sitios suele granjearnos poderes (solamente al principio), amén de un puñado de rosarios, unos equipables que contribuyen a la exploración y el combate, otorgándonos diferentes habilidades (hacer más daño con magia elemental, ser capaz de rastrear notas de KK, etc.)
Curiosamente y, como ya mencionaba en el texto anterior, las misiones secundarias no son excesivas ni abrumadores, suelen dar pocas al purificar determinados torii, por lo que si vas llevándolas al día, es imposible que acabes cargando con una enorme lista de secundarias pendientes a la espera de ser cumplidas. Además, son generalmente rápidas de completar, por lo que no sientes que sea una aburrida pérdida de tiempo, un mal endémico muy común en forma de lo que suele conocerse comúnmente como “misiones de recadero”, esas que te guían del punta A al punto B, que se encuentra a un paseo más que importante de distancia. Asimismo, se premia al jugador con espíritus, atuendos y más, por lo que son un interesante aliciente si deseamos subir las habilidades de nuestro particular diagrama de habilidades. Los espíritus, hacen las veces moneda de cambio que, previo paso por una cabina, permitirán que subamos de nivel y ganemos puntos de habilidad para mejorar nuestras acciones. Si deseáis subir vuestras skills, os veréis obligados a purificar espíritus, y siento decir que hay una cantidad obscena de ellos repartidos por toda la ciudad, especialmente por tejados y cementerios, sin olvidarnos de esos árboles profanos que, una vez purificados, dejarán ante nosotros algún que otro espíritu.
A la búsqueda de los torii y las misiones secundarias, hay que añadirle una miríada de contenido secundario por buscar, desde los espíritus ya mencionados, hasta la búsqueda de tanukis (unos simpáticos animalillos con el poder de transformarse en objetos cotidianos). Los tanukis pueden distinguirse únicamente por su cola, que sobresale junto a su disfraz. En este aspecto, es útil leer los pensamientos de los gatos de la ciudad, puesto que a veces cuentan cosas interesantes, como que han visto una rara máquina expendedora con cola. Y ojo, los gatos no son los únicos animales útiles del juego, ya que los perros, pobres animalillos desamparados sin sus dueños, siempre agradecen algo de contacto y alimento, de hecho, siempre corresponden esa amabilidad, por lo que no os privéis de llevar a cabo una buena acción siempre que esté en vuestra mano y tengáis comida de perro en el inventario. En el peor de los casos, los canes os conseguirán algunas monedas, en el mejor, pueden conduciros a lugares de interés, como por ejemplo, las estatuas Jizo, otro coleccionable que aumenta las posibilidades de nuestros hechizos mágicos.
El contenido secundario no termina aquí, y es que, la búsqueda y absorción de yokai es vital si deseamos ser capaces de completar nuestro árbol de habilidades al máximo, ya que algunas mejoras quedan capadas, siendo imposible acceder a ellas a menos que hagamos uso de algunos magatamas, unos objetos que solamente se obtienen mediante los yokai y oni. Por otro lado, están los archivos de KK, que suben nuestros puntos de experiencia, por lo que son un complemento más que deseable junto a los espíritus, y además, es posible comprarlos en algunos puestos especializados regentados por Nekomatas coleccionistas, aunque te hará falta una importante cantidad de dinero para ello. Esto, me sirve para enlazar con otro tipo de contenido secundario, los objetos de colección, una serie de artículos muy diversos que pueden venderse a los Nekomata coleccionistas a cambio de dinero y diversas bonificaciones. ¡Ah!, y no puedo olvidarme de que hay más, pues hay Nekomatas que regentan tiendas 24 horas y puestecitos de comida, por lo que cuando necesitéis aprovisionaros de comida, amuletos, flechas o similares, no dudéis en dejaros caer por estos negocios.
Por cierto, si tenéis dificultades buscando coleccionables de algún tipo, ya que la visión espectral no siempre es infalible, menos en una ciudad tan plagada de cosas, es aconsejable hacer una ofrenda a los dioses en las cajas habilitadas para ello en los grandes santuarios, ya que, cualquiera ayuda es bien recibida, incluso la divina, ¿no?… En resumen, si eres un jugador compleccionista, disfrutarás con todo lo que Ghostwire: Tokyo tiene que ofrecer, pudiendo fácilmente doblar las horas de juego que te llevaría completar la historia principal (o puede que incluso más)
Siente los sellos y habilidades en la palma de tu mano
Volviendo ahora al uso del DualSense en la versión de PlayStation 5, la utilizada para la realización de esta reseña, el principal uso del mando que lleva a cabo Ghostwire: Tokyo es la realización de sellos para purificar un espíritu maligno, un yōkai, o liberar a espíritus atenazados por el sufrimiento. Estos sellos se pueden realizar mediante el touchpad del DualSense, no obstante, ya que los sellos suelen necesitar de largos trazos, no siempre es fácil intentar emularlos moviendo el dedo por la superficie de este. Otra opción, es utilizar el joystick, aunque, de nuevo, fallar y volver a empezar es algo común. Posiblemente, Tango se percató de que, pese a ser un intento de darle versatilidad al DualSense, no era demasiado fiable, por lo que añadió la opción de pedirle a nuestro compañero de cuerpo que se encargue él del sello, manteniendo únicamente el botón cuadrado para que lo haga. Es una pena, pues queda lejos de ser la mejor implementación del uso del touchpad del DualSense que haya visto, pero bueno, al menos se ofrece una alternativa automática.
Hablando del DualSense, los sonidos que emite son muy útiles a la hora de saber si hay enemigos cerca, coleccionables, perros o gatos, por lo que es importante prestarle atención. Por otro lado, se ha implementado también un sistema de vibración en el DualSense que puede sentirse al recargar las distintas habilidades elementales de nuestro protagonista, ganando más protagonismo al combatir contra las hordas de «visitantes».
Una obra de amor hacia Japón y su cultura
La representación visual de Tokio en Ghostwire: Tokyo es magistral, un nivel gráfico realmente bueno que brilla independientemente de la opción gráfica que escojáis, ya que, como es habitual en la nueva generación de consolas, hay diversas opciones, premiando unas los frames y otras la resolución, ray-tracing, etc. La espectacularidad de los escenarios y sus luces de neón, en esa especie de matrimonio que fusiona lo tradicional y lo moderno, se complementa con los diseños de los “visitantes”, representaciones de entidades sobrenaturales del folclore nipón, que se unen a algunas leyendas de internet y representaciones distorsionadas de otros elementos, dejando un importante grupo de enemigos que, si bien se repiten con cierta frecuencia, siempre presentan nuevos exponentes junto a nuestro avance.
Si te gusta Japón, lo pasarás bien explorando cada rincón de la ciudad, aunque eso es algo que ya se presagiaba en vista de los tráilers y el buen trabajo que suelen tener en este aspecto los juegos de Bethesda. Por mi parte, quisiera destacar la enorme labor de documentación que hay detrás de este juego, y es que, hay una enciclopedia que registra gran parte de la información, desde los enemigos hasta las distintas comidas o lugares emblemáticos de Tokio, todo es un compendio plagado de detalles que te ofrece más información de la que generalmente suele darse en este tipo de juegos, ofreciendo valiosos datos y representaciones de distintos yōkai que, en muchos casos, se obvia pese a estar ahí. Como persona que ha estudiado durante varios años una carrera sobre Japón y ha dedicado varios trabajos (entre ellos el TFG) a hablar sobre los yōkai, yurei, oni y demás seres sobrenaturales del imaginario japonés, me emociona ver toda esta información. Además, hay muchos periódicos, móviles, folletos y demás, que ofrecen datos sobre la sociedad japonesa y sobre el folclore.
Conclusión
Mi visión respecto a Ghostwire: Tokyo no ha cambiado demasiado en relación a la que ya proporcionaba en el texto de las primeras impresiones, pues me sigue pareciendo un título muy atrayente gracias a su inteligente sistema de combate y al titánico trabajo visual en la representación de Tokio y los distintos “visitantes” (especialmente en el diseño de algunos jefes, que son espectaculares). Es cierto que, tras un puñado de horas más, algo negativo sí he conseguido rascar, y es que, la propuesta repetitiva de purificar los torii y combatir constantemente, hace que, pese a la buena implementación de las habilidades de combate, arco y talismanes, es difícil librarse de esa sensación de tedio cuando llevas 30 horas combatiendo contra los mismos enemigos una y otra vez. Los sellos y el uso del touchpad del DualSense sigue sin convencerme, pero como ya señalaba, esto puede solucionarse fácilmente manteniendo presionado el botón cuadrado para dejar que KK se encargue de ello.
Mi punto final viene a recordar que, si sois japonofilos, de esos que disfrutan no solamente de la representación de Tokio y del folclore en forma de seres conocidos aquí como “visitantes” (yokai, yurei, oni y demás), sino también de los que se paran a leer descripción, artículos de periódico y demás información relacionada con el País del Sol Naciente, deberíais tenerlo especialmente en el punto de mira. Ghostwire: Tokyo saldrá a la venta el 25 de febrero para PlayStation 5 y PC.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.